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viernes, 23 de agosto de 2024

PACA INCHAUSTI AZAROLA Y EL REFUGIO DEL PAGASARRI


Ceñudo Pagasarri, viejo amigo
de la tristeza de mis mocedades.
Tu soledad amparó mi soledades
con su rasa verdura como abrigo.
Miguel de Unamuno.

PACA INCHAUSTI A LA IZQUIERDA Y CON JERSEY BLANCO ANTXÓN BANDRES


 DECÍA DON MIGUEL DE UNAMUNO, En septiembre de 1901
cuando entonces era Rector de la Universidad de Salamanca.
Desde hace diez años me llevo la fortuna a otras tierras ¡Qué cambios en Bilbao y en mi mismo, qué cambios !.
Todo se ha transformado aquí solo permanecen los mismos heraldos de la eternidad, el Pagasarri, el Arnotegui y Artxanda, entrañas de la tierra, como en mí permanecen incólumes las rocas del alma.





SOBRE LA VIDA DE PACA, LA DEL REFUGIO DEL PAGA.
Francisca  Inchausti Azarola nació el 1 de abril de 1885 en Antzuola (Gipuzkoa). Su marido se llamaba José Herrán Álvarez nacido en el Ferrol el 15 de marzo de 1879 y de profesión barbero.
En el año 1920 residen en la calle Las Cortes, 19 quinto piso y en el año 1924 en el Pagasarri y José ejerce su profesión de barbero.
Paca empezó a trabajar en 1906 como dependienta en la tienda de Francisco Larracoechea de la calle 
Sombrerería dos esquina con Correo, de Paco Larracoechea distinguido deportista y miembro del club, además de aficionado a la lírica.
En una romería celebrada en Plencia a Paca, un chico la sacó a bailar, después de un tiempo Paca y José se casaron en 1909, con tres años de noviazgo. Tuvieron seis hijos, Jesusa, Nieves, Mercedes, Esteban, Valentín y José María que murió el 10 de agosto de 1973 a los 59 años. Al morir este siguió con el negocio su viuda Angelita Camuera.
Paca conserva su acento euskaldún que adquirió durante su infancia y juventud en Antzuola donde vivió hasta los 22 años.
En el año 1921 en el mes de octubre se hizo cargo del refugio, donde dice que no dejó de dormir una sola noche durante cuarenta años.
Ha visto gélidos inviernos, pluviosos otoños, veía florecer las primaveras y las tormentas del verano.
Recuerda un día de crudo invierno con una copiosa nevada, cuando se quedó aislada, los chicos de Antxón Bandrés vinieron en su rescate.
Paca ha sido la luz que siempre estaba encendida en las tinieblas de los montañeros perdidos.
Su corazón y su puerta siempre abierta, sin preguntar previamente ¿Quién es?.
En el Pagasarri se han criado mis hijos y se han casado mis hijas, nunca senti ni miedo, ni soledad.
Era en Semana Santa cuando el refugio se convertía en la casa de todos o por las fiestas de Santa Lucía.

UN GRUPO NUMEROSO DE ALPINISTAS, SE PUEDE VEN ANTXÓN BANDRÉS, CÁNDIDO
PALOMO, FERNANDO BRAVO EN EL REFUGIO DEL PAGASARRI.

UNA CARTA DIRIGIDA AL PRESIDENTE, CLUB DEPORTIVO BILBAO 12 de Junio de 1925.
Me creo en el deber de poner en su conocimiento el abuso que se está cometiendo con los alpinistas en el refugio del Pagasarri, creado por ese club con fines tan prácticos y no de lucro.
Ayer día del Corpus encargue en el cobertizo para mí y tres amigos, una tortilla de seis huevos, con un poco de chorizo que luego resultó ser escaso, solo llegó para el centro de la tortilla, la comimos ayudados de una azumbre de sidra y compramos un pan de kilo.
Al pedir la cuenta por este almuerzo, nos pidieron 8 pesetas  y 90 céntimos.
Antes de esta falta en lo de cobrar, vimos espectáculos vergonzantes ocasionados por una partida de jóvenes acompañados por dos señoras de mala nota y vida alegre. A los que hubo que llamar la atención se alejaron algo para hacer ciertas cosas, pero no lo suficiente.
Unos alpinistas las pillaron en posturas difíciles y creyeron conveniente arrojarles algunas piedras para que se alejasen.
Siento mucho no pertenecer a el Club Deportivo Bilbao, esa sociedad tan entusiasta de este deporte, espero que con mi indicación se consiga algo.
Dada la gran aglomeración que se produce de público sobre todo los domingos, para que manden una pareja de la Guardia Civil, como el año pasado.
Rogándole que ponga todo su interés en solucionar estos abusos, quedó de usted atento. Ángel Ángulo.

En el año 1954 la Junta de Cultura de Vizcaya instala la primera biblioteca en el refugio del Pagasarri, contará en un principio con doscientos volúmenes.
Con estanterías corridas y un fichero para el que retire el libro, tiene que estar federado y la selección de dichos libros la hizo Estaban Calle Iturrino, secretario de la Junta de Cultura de Vizcaya y antiguo montañero del Club Deportivo Bilbao.
Al año siguiente en 1955 se pide la ampliación del Refugio del Pagasarri. 
Dice un usuario, no me agrada subir al Pagasarri como punto final de excursión, desde que empecé a ver que aquello se iba convirtiendo en un centro cívico, más partidos de fútbol, señores con chaqueta y corbata, leyendo el periódico, chiquiteros......
Al Pagasarri se puede subir en plan montañero cuando llueve, un amigo subió el domingo pasado que hacía malo y arriba había unas cuarenta personas.
Los domingo con buen tiempo el que más y el que menos se acerca allí con un bocadillo y con vino o con algo más y resulta insuficiente.
El 15 de agosto de 1961 festividad de la Virgen, misa en el refugio del Paga por todos los montañeros fallecidos en el transcurso de los años.



9 DE NOVIEMBRE DE 1919, PRIMERA COMIDA SERVIDA EN EL REFUGIO
DEL PAGASARRI.

En especial la misa para el joven montañero Ignacio Tamayo de 19 años, que encontró la muerte haciendo escalada en el Peñascal.
En ese lugar se hacían las prácticas de escalada, lo que más tarde se llamó "Las Peñas del Muerto".
Los incondicionales del Paga no quieren teleféricos, ni ver las campas de gente jugando al fútbol.
En 1961 por fin la luz eléctrica llega al refugio y tiene un coste de 44.000 pesetas. El Pagasarri es el pulmón de Bilbao, escuela de montaña, escalada y el atractivo de sus cuevas.
En el año 1964 por fin se instala el teléfono que buena falta hacía, para cualquier emergencia o dar noticias.

En el año 1965, en la ladera del Pagasari debajo del conocido refugio de Paca, se han explorado cuevas de notable interés, donde se abre un farrallón calizo con tres gradas herbosas donde se asientan más de veinte cuevas.
Las cuevas 15 y 19 están comunicadas a través de un laberinto de galerías hay otra cueva llamada la del Sueño, más tarde explorando se pudo saber que era la cueva 15. Estas exploraciones las llevaron a cabo el Grupo Espeleológico de Vizcaya.



paca en su homenaje, foto de el  periódico el Correo.

El 29 de mayo de 1955 el homenaje a Paca, va tomando auge el homenaje a la citada señora y ella está emocionada y no es para menos.
Lo mismo que cuando preguntaban ¿Vas a ver la vuelta? ¿Qué mañana al Pagasarri?.
El día anterior asistieron muchos montañeros y mañana a las 11,30 misa de campaña, a las 12 horas el acto de homenaje, entrega de una fotografía dedicada de las autoridades civiles y personalidades deportivas de Bilbao, el gobernador civil y el alcalde de Bilbao.
El Ayuntamiento de Bilbao le ha hecho un regalo.
Convirtieron la campa en una manifestación de cariño, dicen que hasta la hierba vibró, es el tributo a la reina del Pagasarri.
Le entregan una placa en recuerdo de ese día, los señores Arenzana y Calle Iturrino dirigiendo la palabra y luego un Aurresku en su honor.

No quisiera volver de nuevo al Pagasarri antes de morir, son muchos recuerdos y pasaría un mal rato.
A veces viene mi hijo Esteban y medio en bromas o medio en serio me dice: ¿Ama, subimos?. Pero me emocionaría mucho.
Como dice la canción de Joan Manuel Serrat, ese nombre me sabe a hierba de la que crece en el monte, a golpes de sol y agua.
Paca también una mañana dejó su casa y echó andar, se acostumbró a ver marcados los pasos de sus hijos en la nieve, cuando bajaban por el camino a la escuela de Torre Urizar.
Decía Paca que los montañeros son auténticos hombres, verdaderos caballeros, nunca me han faltado al respeto y la puerta de mi casa se habría sin ningún miedo hacia ellos.
Doña Paca había dejado las riendas del negocio y era su hijo José María el encargado y estando él se produjo un curioso suceso.
Subía al refugio como cada día y entrar observó que las cosas no estaban en su sitio y faltaban algunas, cajas de cerveza vacías, refrescos amontonados en otro sitio junto a una ventana trasera.
A la ventana de los cuatro barrotes de hierro le faltaban dos y ya dentro echó en falta varios chorizos y un par de docenas de huevos y en la pizarra el caco dejó algo escrito: No soy ningún ladrón, robo por hambre, pero tengo la seguridad que repararé los daños causados.
Estos daños ascendieron a dos mil o tres mil pesetas, más lo sustraído que no tiene importancia, hace no mucho tiempo hubo otro intruso amigo de lo ajeno.
Al refugio dice José María le hace falta una buena reparación urgente, hay goteras en el tejado, tampoco tiene servicio de agua, tengo que limpiar los vasos y demás utensilios con el agua de la fuente próxima.
El refugio solo tenía capacidad para unas cincuenta personas y en casos extremos cien.
Su hijo José María Herrán Inchausti, murió el 10 de agosto de 1973 a los 59 años al parecer de una afección hepática. En esos años era el encargado del refugio.
Su esposa se llamaba Ángela Camuera y sus hijos María Mercedes, Ana María, Maite, Jesús Ángel y Carlos María.
Vivían en Otxarkoaga en el Bloque 67.
José María tenía en proyecto construir en un terreno propiedad de la familia, un pequeño hotel con diez o doce habitaciones donde su madre tenía una pequeña huerta.
Estaba esperando a que el ayuntamiento construyese una carretera y una vez terminada el Ministerio de Información y Turismo le concedería el crédito solicitado, pero todo esto se vino al traste con su fallecimiento.
Paca esta rodeada de 26 nietos y 22 biznietos, miles de amigos, a quienes su nombre nos sabe a hierba.
Francisca Inchausti Azarola, viuda de José Herrán falleció un 8 de diciembre de 1983 a los 98 años


FIN




El hijo de Paca, José
María Herrán. Foto
el Correo.

Paca la del Pagasarri, su nombre me sabe a hierba, 12 de abril de 1981 El Correo, Antxón Urrosolo.
Archivo Diputación Foral de Bizkaia.
Archivo del Club Deportivo Bilbao.
Hemeroteca del periódico El Correo y las fotos.
Mi agradecimiento como siempre, al Archivo del Ayuntamiento de Bilbao.

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