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sábado, 29 de agosto de 2020

SILVINO COLAVIDAS ALFARO, COCINERO-RESTAURADOR

estación de Castejón en el año 1867
puente del río Ebro

El municipio de Castejón de Ebro pertenece a Navarra y es un importante nudo ferroviario de la red de trenes, aunque algo le ha perjudicado el cierre al tráfico de la línea Soria a Castejón, ya que supuso un quebranto allá por los años 90 del siglo XX lo que le hizo perder peso.
Con su estación y una amplia playa de vías y  con servicios de larga y media distancia hacia Zaragoza y Bilbao.
A mediados del siglo XIX el año 1862, se decidió el empalme de la línea ferroviaria Zaragoza a Pamplona y Castejón a Bilbao, todo esto trajo prosperidad para las gentes de Castejón.
El tren cruzaba el río Ebro y la locomotora Celestina y corría audaz al puente en dirección a Pamplona y Tudela.
Con la estación del tren, se crearon industrias y vinieron ferroviarios, comerciantes, artesanos y el pueblo en general prosperó.

Una poesía dice así: Por tí, Moncayo altivo
                                     Por tí, cumbre nevada
                                     en Ólvega, se asienta,
                                     el pan y la esperanza.

En Ólvega(Soria) a las faldas del Moncayo nació Felipe Colavidas Romera en el año 1878, marchó de Ólvega  para labrarse un porvenir que en su pueblo no pudo encontrar, el pan y la esperanza.
Tuvo distintos oficios, como el de cartero y recolector de la remolacha, juez de paz.
Felipe se casó con Francisca Alfaro Gutiérrez nacida en Castejón(1885-1956), más conocida como la señora Paca.
En Calahorra hay una fonda a nombre de Felipe Colavidas donde nació su hija Concepción Catalina Colavidas Alfaro en marzo de 1910, 
los otros hermanos se llamaban, César,  Rodolfo ingeniero industrial que nunca se dedicó a la hostelería, Gaspar, Trinidad que murió con cinco años y Silvino. 
César y Gaspar se ocuparon simultáneamente de Lérida y Castejón



En el año 1930 Felipe Colavidas tiene un café en Castejón, que es una población que en ese año contaba con 1.815 habitantes. Otros cafés como el de Jerónimo Jiménez y el Casino La Palmira de la Sociedad Ferroviaria, donde los ferroviarios tienen su importancia social en el pueblo.
La cantina de la estación tuvo varios titulares, Lucio Ruiz de Alda, antes que ellos los Mayor y posteriormente familia Colavidas. 
Había otra posada en Castejón la de la viuda de Eulogio Martínez.
Los suegros de Felipe tenían una fonda muy coqueta en el pueblo, con un comedor con piano, una cocina bien equipada y habitaciones y cocinaban con mucho esmero, con  un  plato que destacaba sobre los demás la menestra de verdura con cordero de la zona, antes de establecerse por su cuenta Felipe colaboró con ellos y eran famosas las pochas del señor Felipe.

Terminada la guerra Felipe y Paca en el año 1942 se establecen por su cuenta, haciéndose cargo simultáneamente de la cantina de la estación de Castejón y la fonda del pueblo.
Castejón tiene su importancia, fue nudo ferroviario al igual que Alsasua con la misma importancia.
En el interior de la fonda había un mostrador que cerraba el paso de acceso a la cocina. El salón se componía  de tres grandes mesas y otras mas pequeñas adosadas a unas grandes puertas con ventanales y habitaciones estilo Art-Deco muy propio en aquellos años.
La fonda además de atender a los empleados de la Renfe y usuarios del ferrocarril, fue punto de encuentro de muchos castejoneros que celebraron en ella bodas, bautizos, comuniones y todo tipo de efemérides sociales.

Por esa cantina pasaron literatos como Rafael García Serrano, Iribarren, el futbolista Eulogio Gárate, Miguel de la Cuadra Salcedo, actores como Antonio Vico con su compañía, lo mismo Rafael Rivelles, Carmen Carbonell, se hospedaban en la fonda de la estación y como había dos teatros en el pueblo daban varias funciones.
El rey Juan Carlos cuando un era joven cadete de la Academia de Zaragoza, el conde de París.....
Los "haigas"de los toreros que se hospedaban en Colavidas, antes de ir a las corridas de Alfaro, Manolete, Antonio Ordoñez. 
Un tío de Silvino Colavidas, músico llamado Víctor Alfaro era el autor de los pasodobles de Paco Camino, Diego Puerta, Chicuelo y Fermín Murillo precisamente este pasodoble se sigue escuchando en la Semana Grande de Bilbao.
Fue su tío Víctor el que inculcó la afición taurina a Silvino Colavidas, como luego veremos durante su estancia en Bilbao.
Víctor Alfaro fue fundador de orquestinas y empuñaba el violín como un auténtico profesional.
La bajada de sus Majestades de Oriente en el tren procedentes del lejano oriente, con destino a Castejón.
Los carros cargados de remolacha, después de hacer la recogida en el campo.
Era un pueblo pegado a una estación, un lugar donde el cierzo hacía carreras y el río Ebro alcanzaba su máximo nivel y su punto más peligroso era cuando confluía con el Aragón.
Castejón fue famoso por sus carnavales antes de la guerra y un pueblo de gran tradición republicana y sin ermita para hacer romerías.
Todos estas pinceladas de la vida de Castejón y su gente, las contó Fernando Palacios, en Madrid en el otoño de 1999.
Silvino y Gaspar Colavidas

En la cantina de Felipe Colavidas además de las bolsas de viaje con comida, para llevar por la inmediatez de la salida del tren, tenían reconocida fama los bocadillos de tortilla francesa, vendían ingentes cantidades de bocadillos, también los bocadillos de embutidos pero el fuerte era la tortilla y todo esto mientras se hacía el cambio de vías o transbordo de vagones.
En la fonda se pagaba la contribución municipal, Felipe hacía de tesorero del consistorio. Felipe Colavidas murió en Castejón el año 1959 a los 81 años.
Con añoranza se oían las viejas historias de los almadieros que se hospedaban en la fonda. Procedían del valle del Roncal, de los pueblos Urzainqui, Isaba, Ustarroz, Burgui.....
Bajaban por el río Esca que cruza el valle de norte a sur, por allí deslizan los almadieros sus troncos flotando y así llegaban hasta el río Ebro, hasta los años 1.950 cuando desapareció esta profesión con los nuevos adelantos de explotación maderera y forestal.
Los almadieros hospedados en la fonda  le contaban extraordinarias historias a un muchacho, el hijo de Felipe llamado Silvino Colavidas, el relato del azaroso viaje que duraba días.
En la fonda de la Estación vino a pasar unos días, un cura con objeto de poder fotografiar la zona, las cosas más bonitas, pero volvió desanimado a la hora de comer ¿Pero en este pueblo, no hay un rincón bonito? ¡ Ni un arbolillo, ni un arroyo, digno de ser fotografiados, en mi vida he visto un pueblo tan feo.
Los pueblos del Pirineo Navarro, son preciosos, con sus casas de piedra, aguas torrenciales, cristalinas y hermosos paisajes, pero en la Ribera de Navarra son feos, de barro, ríos turbios que dan fertilidad a la tierra. ¡Pero hay las gentes de Castejón! son lo mejor, se entregan a tí de todo corazón.
Así lo dice un nieto de Felipe Colavidas, que también se llama Felipe.
Gaspar Colavidas, hermano de Silvino cuando finalizó su contrato de la fonda en la estación de Castejón, abrió un hostal llamado Los Abetos en Valtierra(situada en la merindad de Tudela).
A partir de los años 1950 los hermanos Colavidas, atendieron las cantinas de Bilbao, Lérida y Castejón.
Gaspar y César las cantinas de Lérida y Castejón, al morir César en 1965 fue Conchita la que se hizo cargo de la cantina de Lérida y allí hizo su vida.


Gaspar Colavidas, hermano de Silvino cuando finalizó su contrato de la fonda en la estación de Castejón, abrió un hostal llamado Los Abetos en Valtierra(situada en la merindad de Tudela).

Silvino Colavidas
SILVINO COLAVIDAS LLEGA A BILBAO
Pasada la posguerra ya no había el día del plato único en los restaurantes, se cobraba entero y la diferencia de precio iba a beneficencia y lo mismo que el lunes sin postre hasta 1942. Luego vino el menú del día y en el año 1964 con Fraga el menú turístico. 

Se derribó la vieja estación de Abando en Bilbao de estilo neoclásico y se abrieron las nuevas instalaciones en el año 1948, hubo otra remodelación pero eso fue en el año 1983-84 después de las inundaciones de Bilbao.
En junio de 1948 Silvino se casó con una chica de Arguedas, llamada María del Yugo Espinosa más conocida por "Maruchi", llevaba el nombre de la Virgen de su pueblo. Arguedas la villa de la Virgen del Yugo y las Bardenas a la que se atribuyen variados milagros.
Antes de casarse Maruchi trabajaba en la oficina de un almacén de coloniales en Castejón.
En marzo de 1948 Silvino ya estaba en Bilbao durante algunos meses haciendo las gestiones pertinentes en su nuevo negocio, resolviendo algunos trámites con el contrato de arrendamiento en la estación de la Renfe en Abando.
Nacen en Bilbao sus dos hijos, Amparo Colavidas en 1.949 Espinosa y al año siguiente en 1950 Felipe. 
En el andén de la estación subiendo las escaleras a mano izquierda estaba la cantina, bar y restaurante. Era pequeño, modesto y sencillo. Cogió fama en poco tiempo  por su bien  comer, comida sencilla pero del gusto de la gente.
Tenían fama las bolsas de viaje que daban en la cantina: Un pepito de ternera o de tortilla francesa muy jugosa, también el de merluza rebozada, dos piezas de fruta y una botellita de vino y agua. Las bolsas siempre preparadas para hacer frente a las prisas de los viajeros del coche cama, el express por la noche o el talgo al mediodía, también hacían uso del servicio del restaurante para cenar o al mediodía para comer.

En el año 1952 Jacinta Alcalde le comunica a su padre, al que había acompañado en algunas ocasiones a vender plantas de cebolletas y hortalizas que vendía en los caseríos próximos a Bilbao, su deseo de quedarse a vivir en Bilbao y deja atrás su pueblo Belorado de la provincia de Burgos. Se instala con su hermana en el barrio bilbaíno de San Ignacio. Jacinta encuentra trabajo en la hostelería, haciendo distintos trabajos y así llegó a conocer al que sería su marido Juan Deza camarero del bar de la prolongación de la Gran-Vía el Aéreo Club, allí alternaban los artífices de las compañías de Aviaco o del Aeropuerto de Sondica.
Juan Deza nació en Castejón y enseguida marchó a trabajar con su primo Felipe Colavidas, en el restaurante de la Estación del Norte de Colavidas.
Jacinta se inició en la cocina de la mano de una gran cocinera llamada Ciriaca Madrazo nacida en Basauri, que había trabajado en muchas de las grandes casas de la burguesía bilbaína, cocinaba a la antigua y sin horarios.
También lo hacía Maruchi, la esposa de Silvino Colavidas con algunos platos de merecida fama como, la menestra de verduras, las alcachofas y espárragos venían en tren de Tudela, la merluza frita rebozada, lengua rebozada, el pisto a la bilbaína y con igual fama el flan casero.
La inauguración de la cafetería California en 1960 le lleva a Jacinta a Deusto y luego al Ikusgarri donde se vio la buena mano de Jacinta. Hasta que se instaló por su cuenta en el Dena Ona.
Silvino Colavidas que siempre vivió junto a la vía del tren, presentó a la Renfe el pliego de condiciones y tras ganarlo, comienza su nueva vida en el andén de la Estación de Abando de Bilbao, con pleno éxito porque además de conoce las entrañas del negocio por su larga experiencia hostelera.
En aquellos primeros años había un menú normal de 13,50 pesetas, se componía de sopa de pescado, plato de huevos o pescado o carne, más postre y vino. Había otro menú de lujo de 22,50 pesetas, que llevaba obligatoriamente pollo que en aquellos años era un lujo, solo los domingos y en algunas casas se comía pollo.
Felipe y su hijo Silvino Colavidas en los años 1950
en San Mamés, viendo un partido del Athletic.
Silvino era hincha del Athletic y acudió a Praga para ver a su
equipo y al Sparta, allí conoció a la "Locomotora Humana"el atleta
Emil Zatopek, que tanta gloria dio a su país.
La cantina que estaba en los andenes del tren, con la siguiente distribución primero unas oficinas de la Renfe y una calle para el paso de mercancías. Seguido la cantina, el bar, el comedor, el reservado y la cocina. El comedor daba a la calle Bailén con todo el tránsito de mercancías, empleados de la Renfe y maleteros, factores de circulación, el apartadero o cargadero.
 En mayo de 1960 se hizo la cafetería en la calle Hurtado de Amézaga y en el vestíbulo de Renfe. Encima de la cafetería había un obrador de pastelería y servicios.
En el año 1965 se quita el obrador y se lleva a la calle Euskalduna y se hace un comedor estilo inglés para cuarenta comensales. 
Se entra por la cafetería de Hurtado de Amézaga y una corta escalera nos lleva al comedor de un típico comedor de club londinense y a su tono la decoración y elegancia.
No le gustó el cocinero que tenían y lo cerró hasta un año después, buscaba un buen cocinero que fue cuando contrató a Carmelo Gorrotxategi.
Carmelo veló sus primeras armas en los fogones de la Sociedad Bilbaína allá por los años 1950 desde muy abajo, para ser fichado por Silvino Colavidas que le dio la oportunidad de desarrollar sus conocimientos para deleite de las gentes. Con materia prima de primera calidad, las enormes merluzas de anzuelo, los salmones enteros, la langosta de Arminza y el foie, el foie de Carmelo era de otro mundo. El puso de moda la cocina francesa en toda España, en especial el foie.
El hígado lo importaban de Francia y lo preparaba de forma delicadísima, al mejor nivel de Francia digno de elogio.
El solomillo Wellington, la silla de ternera Orloff, la Vichy-Soisse, los huevos poché con trufas, los apios braseados, le Roast-Beef, el bacalao al pil-pil, con estos platos consiguieron la preciada estrella Michelin.
Tenían un menú para tres personas se componía de lo siguiente: Consomé
                   Melón con jamón
                   Ensalada
                   Merluza a la ondarresa
                   Menestra de verduras
                   Hígado fresco de ganso a las uvas
                   Crêpes de postre, vino de Rioja, café y agua, por 415 pesetas por persona.
Sus clientes mas habituales eran los viajeros del tren Costa Vasca, que salían de noche con destino a Madrid y el cenar antes de partir era el aliciente principal del viaje.
Silvino también llevo allá por los años 1950, el ambigú del cine Consulado y el Aéreo Club. En los años los años 1960 el bar y el restaurante de la Feria de Muestras.

El comedor estilo inglés del restaurante Colavidas de Hurtado de Amézaga
Al nuevo restaurante vienen además de los bilbaínos, muchos turistas y hombres de negocios a comer.
Lo más solicitado el gazpacho, los pescados ahumados, los mariscos, la paella, brochetas de marisco, tournedó Rossini con buen queso francés, delicias de lenguado Chablis, foie de las Landas con salsa de uvas y los biscuit glacé.
Los menús de fiestas de Bilbao y las cenas durante la temporada de ópera eran los alicientes culinarios.
Silvino es amigo de las gentes del teatro, si va usted a cenar se puede encontrar con los componentes de una compañía de teatro, cualquier famoso de las tablas, ministros y políticos.
Silvino quiera crear una tertulia de teatro, un asiduo al restaurante era Luis Folledo, al boxeador en febrero de 1968 se le ve en una foto en distendida tertulia a Colavidas con José Legrá, Kid Tunero preparador y famoso boxeador en tiempos pasados y el promotor de boxeo señor Losa.
En setiembre de 1970, Savarin el crítico gastronómico de más prestigio en el país, comenta en un artículo del ABC el plato  de hígado fresco de ganso al Oporto en en el Jockey de Madrid. Hay un lector y amigo que le escribe al crítico diciéndole que se puede comer ese hígado de la misma calidad en el Colavidas de Bilbao.
Savarín, el amigo y su mujer se presentan en el Colavidas para comprobar si lo que se dice es cierto, en la carta la ración costaba 250 pesetas.
El hígado fresco a las uvas estaba maravilloso y de ninguna manera inferior al Jockey. También comieron una buena menestra de verduras naturales, una merluza a la ondarresa y todo ello regado con una botella y media de buen vino de Rioja de su bodega. De postre unos crêpes deliciosas tortillitas muy delgadas y preparadas con variedad de cosas azucaradas.
Silvino como le llamaba la prensa el Yul Brinner navarrico-bilbaíno, afincado en Bilbao hace más de veinticinco años, era un gran aficionado a los toros y creó el trofeo Club Colavidas, para premiar la mejor faena taurina de la feria de Bilbao en 1970, en ese año fue Paco Camino el que ganó.
Silvino creó una tertulia, el Club Taurino Colavidas, el trofeo era un capote que se exhibía en el bar.
En el año 1973 con la crisis del petróleo  y la fuerte subida de su precio, con la dependencia de Occidente de los países productores,fueron momentos difíciles para la restauración en todo el mundo.
En el año 1975 esta singular restaurante competía con el Guría, el Víctor, Jolastoki en Neguri, casa Lucas y Currito en Santurce, el Penalty de Ondarroa, Machinventa, Urrejola, los Tamarises de Algorta y Andra-Mari de Galdácano.
En los años que van de 1977 a 1978 se amplia el comedor de Hurtado de Amézaga y ese comedor de estilo inglés desaparece para dar paso a uno más moderno y funcional, dirige la reforma su hijo que es arquitecto Felipe Colavidas.
En el año 1981 es de destacar que el Colavidas pierde a su cocinero Carmelo Gorrotxategi que trabajó durante catorce años en esa casa dando una alta calidad y prestigio a todos sus platos, cosa humana y razonable se fue con Jesús Santos al Goizeko-Kabi durante cuatro años y después se estableció él solo en el Gorrotxategi de las Galerías Urquijo de Bilbao.
Al dejar el restaurante el cocinero jefe Gorrotxategi, dos cocineros  con sobrada experiencia se hicieron cargo de la cocina, José Urquía era un cincuentón que procedía de la familia Urquía, del famoso restaurante de la Bombilla, en la calle Ronda y Julio Orons un gallego muy fino de treinta y dos años que se había hecho profesionalmente en el Colavidas.


El nuevo comedor del Colavidas

El Colavidas fue la primera estrella de Michelín en Bizkaia desde 1981 hasta su cierre, costó que le otorgaran a un restaurante bilbaíno el distinguido galardón. 
En la guia del viajero de 1982 cita algunos restaurantes que entonces funcionaban muy bien como el Bermeo, Casa Vasca y Colavidas con cuatro tenedores, Begoña con tres tenedores y el Drugstore, había otros que ya estaban consagrados como el Guría y Machinventa, estaba por aquellos años cogiendo prestigio el Goizeko-Kabi de la mano de Jesús Santos.
La guía del viajero de Campsa en 1979 le daba tres soles Akelarre, Guría y Colavidas y la Guía del Viajero en 1981
concedía cuatro soles Arzac, dos a Colavidas y dos a Guría.

Del restaurante de Colavidas decía la guía: Magníficos bronces e importantes cuadros de pintura contemporánea con firmas como las de Saura, Blanco y Bonifaz adornan este tradicional  y confortable restaurante, impecable en sus instalaciones y en el servicio. Mantiene los platos de la cocina vasca tradicional, la menestra de verdura, los chipirones en su tinta, merluza en salsa verde o rellena con salsa de cangrejos. De la cocina francesa aparte del pato a la naranja, el entrecôte a la bordalesa, es magnífico fresco de oca con uvas. Muy buena bodega de vinos de Rioja para todos los gustos y en repostería tenemos la tarta capuchina, las tostadas flameadas, el biscuit con salsa de chocolate y hace la siguiente observación, el tono culinario ha acusado la marcha de Gorrotxategi tantos años en esa cocina.
Todo esto se podía degustar y estaban sus precios entre las mil pesetas y las dos mil.
En el año 1980 el restaurante Colavidas del andén pasa a manos de Wagons Lits, había finalizado su concesión.





Tres años después en 1983 al poco de las inundaciones, la cafetería y restaurante de la calle Hurtado de Amézaga cierra sus puertas para siempre, finaliza el contrato y Silvino ya tenía edad para estar jubilado, por detrás de él en su familia no tenía continuidad.
Silvino se perdió aquellas charlas al anochecer en la cafetería donde se reunían los periodistas de Bilbao, sus tertulias taurinas con el ajetreo de las corridas de toros durante las fiestas de Bilbao, el contacto con sus amigos y clientes porque él era un relaciones públicas, con don de gentes y grandes dotes de organizador, en el trabajo donde se formó y triunfó a lo largo de su vida.

Silvino Colavidas falleció el 13 de agosto de 2010, cuatro años antes en el 2006 murió su mujer Maruchi su compañera en el negocio y en la aventura de la vida.
Poco más puedo añadir a esta historia, solo el ejemplo de un hombre entregado a su trabajo, a su familia y que al morir dejó un legado de honradez, profesionalidad y competencia para la historia y las gentes de Bilbao.
Las vidrieras de la Estación del Norte de Bilbao

FOIE GRAS A LAS UVAS SOBRE BERENJENA
Ingredientes para cuatro personas:
Dos hígados grasos de pato de 450 grs. cada uno
dos berenjenas, doce uvas, una copa de Oporto, una copa de coñac, un cuarto de jugo de carne, una cucharada de Maicena  y sal.
Quitar la grasa de los hígados y sazonarlos con sal,
cortar cada berenjena a lo largo en dos partes igual. Quitarle parte de su carne interior.
Poner los hígados y las berenjenas en una sartén. Meter a horno caliente a doscientos grados ocho minutos.
Sacar y escurrir toda la grasa,una vez sin nada, se rocía con el coñac y el jugo de la carne, se echan las uvas peladas. A continuación se retira el foie gras y las berenjenas que se depositan en una bandeja. Añadiendo a la sartén Maicena previamente disuelta en agua fría, dejando dar un hervor hasta que ligue.
Mientras cortar los hígados a lo ancho en dos partes iguales de igual peso.
Colocar en cada uno  de los cuatro platos media berenjena, encima medio hígado, cubrir con la parte proporcional de la salsa. En los años 1980 este plato para cuatro personas costaba tres mil ochocientas pesetas.



FIN
Ana Vega Pérez artículo del 5 de octubre de 209 El Correo.
Antonio Fernandez Casado, Posadas, hoteles, Restaurantes y chacolís de Bilbao((BBK).
José Garzón por su valiosa documentación.
A Felipe y Amparo Colavidas por su ayuda desinteresada.
La Hemeroteca del Correo.
Liburuklik.
Deia 26 de noviembre 1982.
Bilbao, marzo 2010 Una vida de cocinera en Deusto.
Bilbao, diciembre 2015 Carmelo Gorrotxategi un ejemplo eterno.
El Correo 2 de febrero de 1968.
ABC la gran cocina de la costa vasca, de Zenón año 1975
Los caprichos de la Michelín española 1970 de Nestor Luján.
ABC 20 de setiembre 1970 de Savarín, el Colavidas de Bilbao.