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viernes, 25 de febrero de 2022

DILIGENCIAS, CARRUAJES, CAMINOS REALES

El ayuntamiento a la izquierda y la iglesia de San Antón y el puente, a finales del siglo XIX.
Hacia el año 1890.

Ya en la Edad de Piedra se descubrió que una carga demasiado pesada para sus hombros, podía transportarlo con relativa facilidad mediante una narria, al mismo tiempo que se podía viajar por el agua en un tronco y así se convirtió en una excelente canoa.
Los egipcios transportaban moles de piedra, utilizaban gradas que se deslizaban sobre rodillos.
La rueda fue el invento revolucionario, tanto en su funcionamiento como en su influencia en la economía, haciendo posible el tráfico hasta entonces desconocido.
Pero la rueda necesitaba caminos, en las montañas los caminos no existían. Las bestias de carga vinieron a solucionar este problema, mulos, caballos y bueyes.
La narria,  la silla de manos, el paso lento del camello y más tarde la diligencia de caballos.
La diligencia pudo recorrer los caminos con la fanfarria de sus cascabeles, el jaleo de los collarones de las caballerías hinchadas de solemnidad, el cochero vestido con un levitón y tocado con una chistera.

A cada variación introducida en el arte del carruaje surge una denominación distinta, y así el landeau. si es pequeño se denomina landealet, el milord, si tiene portezuela se llama sociable, si tiene dos ventanas a cada lado se le llama clareas etc....
Así van naciendo nombres más o menos pintorescos, el tílburi, el sulky, la volanta, la calesa, la diabla, la manuela.
El carruaje tipo para los viajes por toda España era la galera o diligencia, armatoste pesadísimo, capaz para una veintena de viajeros y con tres clases de asientos, la berlina, el interior y la rotonda y cupé.
Salvo en casos contadísimos de gente pudiente que podía permitirse desprenderse de seis mil reales, más una onza diaria para gastos de entretenimiento de personal y bestias, que era lo que costaba ir de Madrid a Sevilla en coche o carretela, el resto se veía precisado a viajar en las pesadas diligencias, cuyas dulces emociones enumeraremos más adelante.
Según Mesonero Romanos hacer un viaje a Madrid a Barcelona se llegaba a Zaragoza en el año 1854 a las treinta y cuatro horas de haber emprendido el viaje. Allí se tomaba un descanso de diez horas y otras treinta y cuatro horas a la Ciudad Condal. Es decir tres días y tres noches.
El precio a Zaragoza en berlina era de 220 reales de vellón y a Barcelona 460 en berlina, claro que el horario que arriba hemos señalado era así siempre y siempre que no se saliese una rueda, los caminos en malas condiciones por la lluvia y que alguna cuadrilla de salteadores no saliese al paso de la diligencia, pese a la presencia de dos guardianes con amenazadores trabucos, para salvaguardar la vida y hacienda.
Antiguamente el transporte de las personas de categoría se hacía en sillas movidas a mano por villanos, que si no era más rápido por lo menos resultaba más cómodo. Podemos suponer lo que se tardaría por ejemplo de Bilbao a Madrid.
En la Armería Real de Madrid hay una silla, perteneciente al monarca Carlos V, el cual hacía los viajes en tales vehículos.
La reina de Francia entró en Fontainebleau en una litera en el año 1505, mientras que Enrique IV, lo hacía a su lado a caballo y recorrieron seis leguas al día, este fue el otro gran medio de transporte durante siglos.
Una proeza fue la que realizó el correo encargado de anunciar al rey de Francia, la muerte de su hermano  Carlos IX, recorriendo la distancia que separa París de Varsovia en trece días.
A mediados del siglo XVI se empieza a tener noticia del coche de viaje, no más cómodo que los anteriores vehículos, aunque más veloz y la distancia que recorrían diariamente de unas diez o doce leguas, a costa de los huesos del viajero.
Es interesante la aportación de la marquesa de Sevigné en una carta dirigida a su hija, se felicita de haber recorrido las cien leguas entre Roan y la Bretaña en el coche del duque de Chauines  en ocho días y el dato aportado por Luis XIV al recorrer doscientos noventa kilómetros, de París a Bourges en siete días.
En el siglo XVIII se adelanta algo pero muy poco, surge la silla de posta, no más cómodo pero más ligera, se podía viajar en ellos lo mismo por la noche que de día.
James Beresford, célebre escritor inglés dice que en estos viajes solo se encontraban coches sin ballestas, caballos sin fuerzas, postillones sin humanidad, cocineros sin limpieza, hosteleros sin conciencia, casas sin amigos, preguntas sin respuestas y camas llenas de miseria.
La necesidad de aprovechar el tiempo y la seguridad y amparo por el camino hizo inventar los pesadísimos coches que hacían hasta 125 kilómetros en tres días, pudiendo transportar varios viajeros a la vez.
Las diligencias que hacía el recorrido Madrid a Bilbao tardaban tres días y a una velocidad máxima.
En los viajes no solía faltar la consabida guitarra, al sonido de la cual despertaba el amor, espoleado por los servicios y galanterías tributados a las damas, que no tardaban en confesar su nombre y el objeto del viaje.
No poca paciencia necesitaban los pasajeros para llegar al fin de la jornada, no había más remedio que conformarse con viajar en galera, porque hacerlo de otro modo en coche costaba un dineral y una onza diaria cualquiera que fuese el itinerario.
De Madrid a Sevilla el viaje podía costar un dineral, unos seis mil reales.
Los más modestos se atrevían a cabalgar en un macho con los maragatos, sin temor a las nieves o al calor, ni tampoco al encuentro con los malhechores.
El primer carruaje con capacidad para tres personas, llamado tribus con cinco ventanas, una a cada lado, dos delante y una atrás.
El cochero en un principio iba atrás, cosa peligros pues tenía poca visibilidad.
Más tarde sufre una ampliación y se llama cuartobús con capacidad para cuatro personas y así nace el ómnibus, carruaje con mucha más capacidad de viajeros.


Los Caminos Reales:
Los Caminos Reales de las Postas funcionaron durante los siglos XV-XVI y XVII y se dirigían a Francia.
Los consistorios por donde pasaba el Camino Real, estaban obligados a mantenerlo y arreglarlo, limpiándolo de hierbas, zarzas y troncos de árbol caído.
El llamado Camino  del Señorío pasaba por Arrigorriaga, Miravalles, Llodio, Amurrio, Orduña y desembocaba en Pancorbo, conectaba con el camino de Madrid a Francia.
En el año 1784 la Merindad de Durango y las villas de Ochandiano y Ermua solicitan a la provincia de Álava que prolongue el camino de Urquiola hasta el nuevo camino de postas de Álava.
El Camino Real de Valmaseda en el año 1847 se terminó el camino que unía Valmaseda con Bilbao, el de Marquina al barrio de Iruzubieta. El camino que desde Elorrio iba a Basurto y al puente de Castrejana, se empedró el camino en el mes de julio de 1631.
El camino de Castilla por la vereda de Orduña en 1765, fue el eslabón fundamental de las comunicaciones de Vizcaya con el interior de la península y ese objetivo se logró plenamente en el siglo XVIII.
El camino medieval del Real Camino o Juradero de Gernika, también parte de la ruta del Vino y el Pescado. Tenia su origen en la Edad Media, aunque antes pudo ser un camino romano.
Llegan a Bilbao por Orduña y por el alto de Santo Domingo hasta Larrabezua y juraban en un roble juradero del lugar, llegando hasta Gernika debajo del roble y en el edificio anexo que en tiempos fue la iglesia Santa María La Antigua, para marchar después a la Iglesia de Santa Eufemia de Bermeo donde juraban los Fueros.
Por él se trasladaban los vinos y las uvas desde la Rioja hasta Bermeo principal enclave cuando Gernika todavía no se había fundado. El camino atraviesa Busturia de sur a este, se prolonga en tres tramos primero hasta San Cristóbal, en segundo lugar hasta el camposanto de Axpe y el último lugar la Ermita Santo Cristo de Kurtzio en Axpe, se extiende hasta Sukarrieta(Pedernales) y llega hasta la altura del antiguo Restaurante Ramona.

La Calzada Real a su paso por Galdácano era un camino muy angosto, el trazado unía Durango con Bilbao y el empedrado se remonta a los siglos XVI y XVII.

Puente medieval sobre el río Nervión en Luiando

Luyando fue la milla de oro en el siglo XV, por ese camino discurrían carretas cargadas de lana con destino al puerto de Bilbao y de allí por mar a Flandes. El puente de Otazu sobre el río Nervión, es un puente medieval en el barrio de Otazu de Luyando de mucho tráfico comercial, en aquella época y a lo largo de ese camino las enormes casas que se veían eran almacenes donde guardar la lana, el transporte de la lana se hacía con mulas y bueyes.
La posada nueva se construyó sobre el propio camino y los carros con lana entraban en el edificio.
Por otra parte en 1571 las autoridades se habían encargado de abrir la sierra y el puerto de Saldropo. Las grandes nevadas habían cerrado el camino, impidiendo el paso de Álava hacia Castilla, librando del hambre a Vizcaya.
Antes de 1568 en una Provisión Real se decía que en Vizcaya había más de cien Caminos Reales, doscientos puentes y pontones muchos de ellos de madera.
Desde Ubidea por el camino que desciende al Valle de Arratia por Barazar y el que desde Ochandiano iba a Durango por Urquiola, necesitaba reparación allá por el año 1586 Tenía mucho peligro las cabalgaduras y los carros malamente pasaban.
El Camino Real de Bilbao a Durango, un ramal comunicaba con el camino antiguo a Vitoria, a través de Urquiola y Ochandiano.
El de Bilbao a Pancorbo, era un nuevo camino en el año 1783, con barreras para satisfacer el peaje. Se había planeado por primera vez en el siglos XVI bajo el reinado de Carlos I, el objetivo era comunicar el puerto de Bilbao con Castilla a través de la Peña de Orduña. Tanto Álava como Guipúzcoa y Navarra se negaron, porque consideraron que perjudicaba sus intereses.


Dibujo de la Biblioteca Nacional de Madrid(España)


LA PRIMERA VENTA-POSADA EN BILBAO, de la que se tiene noticia.
En el año 1545 mediante una Carta Ejecutoria por el Juez Mayor de Vizcaya a favor de la villa de Bilbao, en el pleito que promovió ante el Corregidor de Vizcaya contra García de Castrejana sobre la propiedad de una casa sita en un lugar llamado Castrejana y sus pertenecidos. Que fue construida para mesón y venta, por Pedro de Castrejana y su hijo García en terreno de la villa de Bilbao, mediante un acuerdo con esta se establece la restitución de dicha casa a la villa de Bilbao tras el pago de la cantidad en que sea tasada.
En el año 1700 la casa y venta de Castrejana y sus pertenecidos, un fiador pone 150 ducados de vellón y la alquila, de 1701 a 1705.
El fiador se llama Domingo Zornoza y los arrendatarios Mateo Gorostiza de Abando y Pedro Larrea de Güeñes.
En otra escritura de arriendo de el año 1720, el fiador es Pedro Lacabex con 1375 reales de vellón y el arrendatario Tomás Murga.
Juan Ventura Uriarte poderhabiente y administrador de los mayorazgos de José Orobio Recalde, Marqués de Paredes, vecino y Regidor Perpétuo de Ágreda y de Toledo. En el año 1724 contra Tomás Murga ventero en la venta de Castrejana por destrozos en trescientos cajidos y sustracción de ciento cincuenta, talas en diversos árboles en los seles Biagorta y Abisa propiedad de del Marqués de Paredes. El primero estaba en Arrigorriaga y el segundo en Alonsótegui, de ellos se recogía carbón cocido y leña. En el año 1830 su dueño se llamaba Celestino Ortiz de la Riva.
En el año 1744 eran venteros en Castrejana Teresa Tapia y Francisco Escauriaza, pero no pagaron los diezmos del trigo, maíz, habas, nueces y castañas que había recolectado en el año 1742, les piden doscientos noventa reales.
En el año 1783 se cita que el Camino Real de Bilbao a Valmaseda, que va del barrio de Ibaizabal a la casa-venta de Castrejana. 
En el año 1849 hay una venta nueva en Castrejana, Prudencia y Dolores Zárraga Murga hermanas contra Francisco Zárraga sobre el desahucio de la venta que ocupa en arrendamiento.
Eran hijas de Juan José Zárraga Echevarría y de Gervasia Murga Quintana.
Las hermanas eras descendientes de otro arrendador de la cita venta en el año 1720, Tomás Murga. Francisco Zárraga era hijo de José Zárraga Escauriaza.
Las hermanas Zárraga piden al consistorio bilbaíno que en la caseta del cadenero del Camino Real, que no se permita la venta de vino, aguardiente, tabaco y otros artículos de consumo en su caseta pero el ayuntamiento desestima la solicitud, en el año 1858 le comunican a Antonio Menchaca marido de Prudencia Zárraga que hacen caso de su petición.
Hay rematantes del cobro de sisas sobre el vino que se consume en la venta de Castrejana a lo largo de todo el siglo XIX.

Carruaje por alguna carretera de Bizkaia, principios del siglo XX
Foto de Txato Etxaniz

Entre 1825 y 1826 se construyó el camino que unía Bilbao y Bermeo a través de Munguía y de aquí un ramal que conducía hasta Durango.
La Real Vereda desde Orduña hasta Pancorbo que data de 1796.
En el año 1826 una nueva vía Bilbao a Vitoria pasando por Orozco ascendiendo por Altube.
El Camino Real desde la venta de Bolto (Burceña) y desde el puente de Castrejana a Bilbao en el año 1807.
La Torre de Burceña del siglo XV, su solar se convirtió en convento los Mercedarios de Burceña y la capilla de San Antonio en 1875.
En el año 1828 Andrés Avelino Arteaga Palafox Carvajal y Manrique de Lara, Marqués de Valmediano es el propietario de la casa torre de Burceña, la tenía arrendada sus tierras y pertenecidos (barrio de Vitoricha), en el año 1877 los señores Ybarra Hermanos son los propietarios.
También existió la casa torre de Urquizaga (en el barrio de Vitoricha) en al año 1841.


El maestro de postas, era el encargado de recibir, distribuir las cartas que se le confiaban. Mantener el servicio de los caballos y su alimentación, así como de los lugares de abastecimiento y descanso. Este oficio lo fundó el rey  Carlos I el 28 de agosto de 1528.
El mayoral gobernaba el tiro de mulas o de caballos, el postillón era el mozo que iba a caballo delante guiando y dirigiendo el tiro de caballos.

"Cuando nuestro viajero llegó a la villa en el año 1822, ya era noche cerrada y se le prohibió al coche el acceso a las calles, parando como de costumbre en la casa de postas, fuera del recinto urbano junto a San Antón.
Bramsen se instaló en la posada de San Nicolás, en la esquina de la calle Ascao.
Salió de San Juan de Luz, Irún, Tolosa y Durango en diligencia a Bilbao por el camino de Orduña, tras pasar unos días en Bilbao marchó a Miranda de Ebro y Vitoria."
Un francés llamado Mr. de la Paté, tenía en la calle Correo una agencia de alquiler de coches y mulas, la principal de la villa
En el año 1799 Francisco Javier Manzano y Juan Ignacio Ugarte, eran maestros de postas y conductores de la correspondencia de Vizcaya.
José Salcedo maestro de postas y arrendatario de la valija de Bilbao, tiene el despacho en el barrio de Achuri y Lucas Escribano es el administrador de correos de la villa Bilbao en el años 1807.
El famoso Francisco Anchustegui, maestro de postas solicita que pueda estacionar en la plazuela de San Nicolás, para su correo y mejorar el servicio de la Administración de Correos. En el año 1848 era el personaje de La Tertulia de Paco, en el Arenal.


Plaza de Toros de Indautxu año 1909, con coches de carruaje esperando
El dueño de la plaza era José de Echevarría y Bengoa, marqués de Villagodio.



En el año 1822 en un bando de don Lorenzo Antonio Vedia, jefe superior político de Vizcaya, prohibía el tránsito por el Señorío de Vizcaya de ningún carro cuyas ruedas no tengan la llanta de tres pulgadas con clavo embutido podrán circular, los que lleven la rueda estrecha o clavazón prominente serán multado.

La diligencia dibujada por Leandro Fernández de Moratín
en esta diligencia viajó en el año 1793, por Inglaterra(ABC).


















En el siglo XVII, el carro es bastante pobre con ruedas de llanta muy ancha, para no hundirse en la tierra.
Con la revolución industrial se perfeccionó las formas de carruajes, suspensión, ruedas, capacidad y comodidad.
La diligencia señaló un avance positivo en los sistemas de locomoción. Cánovas del Castillo que cuando vino por primera vez a Madrid en 1845, no podía costearse el lujo de viajar en diligencia, utilizó lo que entonces se llamaban "mensajerías aceleradas" y tardó once días largos desde Andalucía a Madrid .Leandro Fernández Moratín, cuyas andanzas por Europa son bien conocidas, la Revolución Francesa le sorprendió en pleno París. Tuvo ocasión de ver la primera diligencia en Inglaterra el año 1793.
Existían en Madrid algunas de estas mensajerías, hacían por ejemplo Valencia y su carrera el viaje duraba seis días, lo mismo que a Extremadura y Segovia.
En el año 1845 en Bilbao existía la Mensajería Acelerada de Poyales, encargada de los carruajes de Bilbao a Madrid en galeras que era un carro de tracción de sangre de gran tamaño, suspendido en sopandas de cuero, con una puerta trasera y asientos como para seis u ocho personas. Las sopandas eran unas correas anchas y gruesas para suspender la caja de los coches antiguos.
Hasta el año 1852 los viajes y la vía más rápida era la fluvial, se hacían en carroza que no era más que simples lanchones hacia Portugalete o Santurce arrastrados a la sirga.
Los viajes al borde del mar, aún no se había construido la carretera hacia Portugalete y en la otra orilla todo se reducía a un camino de sirga que a su paso se convertía en un sitio estrecho, pero abierto entre los arenales de Lamiaco y Las Arenas que las aguas cubrían con marea alta.
Estas carrozas solían transportar alguna mercancía de Bilbao a Portugalete o Santurce, aceite, azúcar, una pipa de aguardiente.
También se usaba la carroza convertida en lancha, para entrada y salida de los barcos fondeados en el Abra.
En el año 1812 un viaje en lancha de Portugalete a Santoña costaba doscientos setenta reales y de Bilbao trescientos reales, de Bilbao a Portugalete treinta reales.


Dibujo de la Biblioteca Nacional de Madrid(España)

En el año 1844 había una carroza llamada la Vizcaína su patrón se llamaba Francisco Rigueza, en el año 1863 José Moñiz timonel de una carroza cayó a la ría y se ahogó.
En los periódicos locales en diciembre de 1860 decían: Ya empezamos a disfrutar de las ventajas del ferrocarril del norte. La diligencia de Madrid(Victoria) hace ya sus viajes en treinta y cuatro horas desde la Corte hasta Bilbao. En cambio el correo sigue llegando a nuestra villa con doce horas de retraso del tiempo que tarda la diligencia, es una vergüenza que las diligencias de una empresa particular tarden tanto.
En el año 1864 las dos leguas de Bilbao a Santurce podían ser cubiertas por cómodos y elegantes ómnibus por cuatro o cinco reales y lo mismo a Las Arenas y Algorta.
En junio de 1858 un periódico de Bilbao anunciaba el representante de una compañía francesa, que se viene a establecer en las cercanías de Bilbao un servicio de locomoción de sangre, dijimos que arrastrarían tres o cuatro coches a la vez y que andarían tres y media leguas por hora. Esto no es así los coches ómnibus llevaran de cincuenta a sesenta asientos tirados por dos caballos, haciendo la marcha de tres y media a cinco leguas la hora.
Un coche de este tipo se verá muy pronto por Portugalete.
La diligencia entre Bayona y Bilbao, salen de la mañana de San Sebastián a las cuatro de la mañana y llegan regularmente a las dos y media de la tarde.
Se nos ha asegurado que no solamente castigan a los caballos de la forma más severa, hay ocasiones que corren peligro de volcar.
En el año 1858 la diligencia de Bilbao a Guernica sube los precios.
De Bilbao a Bermeo en berlina cuarenta reales a Mundaca treinta y seis reales, a Guernica veintiocho.
En el interior de Bilbao a Bermeo veinticuatro reales, a Mundaca veinte y a Guernica diez y ocho.
La Mundaquesa, en el año 1862 así se llama el servicio de diligencias entre Bilbao y Mundaca, saliendo de Bilbao a las doce del mediodía y de Mundaca a las cinco de la mañana y tiene la parada en el Parador de Marcos.
En el año 1875 en Artecalle ,15 donde I. Aguirre y Cia lo mismo despachaba garbanzo superior de Salamanca a precios muy arreglados, que servía de despacho de billetes para la diligencia de Zumárraga los días impares. De Bilbao a Zumárraga costaba de 28  a 33 reales sin equipaje. El equipaje a razón de cuatro reales la arroba.

PERCANCE EN EL CORREO DE CASTILLA
El dos de diciembre de 1862 llegó a Bilbao el correo de Castilla, a las once y media de la mañana con un retraso de diez horas. Las causas de este percance no es conocida en todos sus detalles. Eran las diez y media de la noche y el correo caminaba dando tumbos por la cuesta de Ubidea, cerca del alto de Barazar, cuando a consecuencia de un enorme bache abierto en la vía, el carruaje dio un tremendo vuelco. Inmediatamente se tomaron cuantas precauciones se creyeron oportunas para remediar el mal. El conductor Rafael de Santiago, maltratado a consecuencia del golpe y a quién fue forzoso sacar del coche, por uno de los ventanillos agarrándole de las piernas, fue acto seguido y a pesar de su estado llevado a la venta de Barazar a buscar un carro en el que trasladaron los equipajes de los viajeros y la correspondencia. En el ínterin un mayoral corrió de inmediato al pueblo de Ubidea para buscar dos parejas de bueyes para dar vuelta al coche y lo consiguió con notable esfuerzo. Diez eran las personas que venían en el coche de las cuales seis no se determinaron a seguir el viaje y quedaron en la venta indicada. Afortunadamente no hay que lamentar desgracias, si exceptuamos la herida en la cabeza y rasguños en las manos que sufrió el comandante de carabineros que viene destinado a nuestra provincia y la fuerte costalada del anciano conductor Rafael de Santiago. Este probo y honrado funcionario que quiso al principio montar a caballo y apresurar el viaje con el objeto de entregar la correspondencia a tiempo en Bilbao para evitar el atraso, pero su estado no se lo permitía.
Rafael es una persona apreciada y conocida en la villa y diremos algunas palabras laudatorias sobre su persona, para que se le premie cumpliendo un justo acto de justicia.
Desde el año 1833 cuando comenzó nuestra guerra civil y que felizmente terminó con el Abrazo de Vergara, prestó servicios como conductor llevando el correo de Bilbao a Santander con todo el peligro que esto supone, sirviendo en más de una ocasión de blanco de fuego de los carlistas que le asestaban sus tiros desde la orillas del Nervión. Veinte años después sigue Rafael corriendo de Bilbao a Vitoria, sin que haya perdido su pundonor, generosidad y trabajo.
Rafael Santiago no tiene ninguna remuneración del estado, porque la línea que él lleva, es de segunda categoría.
Hoy cuenta setenta años cumplidos y es merecedor de un retiro como el asignado a los conductores de primera clase, con el que pueda vivir tranquilo los breves años que le restan de vida, después de muchos años dedicados al trabajo.
En el año 1870 solicita una pensión o donativo, Rafael Santiago Ortega por los servicios que prestó como miliciano.
Pero el 31 de diciembre de 1870 falleció y su funeral se ofició en los Santos Juanes de Bilbao, estuvo casado con María Estéfana Sangroniz Reus, la ceremonia se celebró el 25 de marzo de 1835 en Begoña.

NOTICIAS
Varias novedades en el año 1864 los coches a Castro Urdiales salen a las seis de la mañana, desde el  Arenal frente al teatro.
De Castro a Bilbao lo hacen a las cinco y media de la mañana, estos servicios el primero es de Andrés Fernández y el segundo de Julián Baranda.
En agosto de ese año diligencia a Bilbao parte a las cinco de la mañana todos los días, con quince asientos. Los billetes en el Boulevart, 16 junto a la Tabaquería Habana. En berlina 25 reales, en interior o cupé 20 reales.

UN NUEVO ESTABLECIMIENTO DE COCHES DILIGENCIA
Por Real Cédula en San Ildefonso el 16 de setiembre de 1787 se concede el privilegio exclusivo por nueve años. A don Carlos Bertazzoni, Tesorero del Real del Real Canal de Manzanares, para un nuevo establecimiento de Coches Diligencia desde Madrid a Bayona.
Y que con el tiempo pueda establecerse por las carreras de las principales ciudades de España.
Se concede al citado señor bajo las siguientes condiciones:
1º Se harán ocho coches de bastante capacidad para seis personas y se compraran las mulas necesarias para llevar a todas las paradas desde Madrid a Bayona que serán de cinco  a seis leguas, según se tenga más conveniente.
2º Estos coches se numeraran a satisfacción del alcalde de cuartel, para saber los mayorales, zagales y pasajeros que van y vienen llevando un libro como está arreglado  y en observancia con los alquiladores de coches. En estos coches no se podrán poner armas reales y en su lugar se puede poner el título de la diligencia o el apellido de Bertazzoni.
3º Para hacer este establecimiento y adquirir los fondos necesarios para la compra de coches y de mulas, provisiones de paja y cebada, alquiler de las cuadras y demás aperos, como también el pago de sueldos de dependientes de la dirección y otros criados subalternos, se formará una compañía compuesta de vasallos míos, cuyo nombre será Compañía de Coches de Diligencias, el cual se pondrá en todos los impresos y guías que llevaran los conductores de cada coche, con el nombre el número, nombre de personas que ocupen y su destino.
El acopio de coches, mulas y demás será necesario hacerlo en el reino.
4º Todos los lunes y jueves de cada semana saldrán dos coches con seis personas desde Madrid a Bayona y otro desde Bayona a Madrid.
Que harán la carrera en seis días a excepción de los meses de diciembre, enero y febrero, que por el tiempo son pocos los que se ponen en camino por la mala estación y por esto se despachará un solo coche por semana que será el lunes, pero siempre que haya viajantes del interés de la compañía y hacerlos marchar a todos.
5º A las personas que transitaran en estos coches no se les permitirá consigo más que un pequeño talego con solo ropa de noche y su peso no ha de exceder de doce libras. Las maletas, baúles y valijas comprenden la clase de bultos grandes, deberían pagar un real de vellón por cada libra de lo que pesara las citadas maletas, también pueden ser cofres, cajones y fardos u otra cualquier cosa que los viajeros crean conveniente llevar.
6º  Cuando no se llene el número de asientos de Madrid a Bayona, se franquearan para Valladolid, Burgos y demás ciudades, villas y lugares grandes hasta Bayona, pagando por ello la proporción que está establecida en la tarifa.
Madrid a Valladolid 192 reales. A Burgos 324 reales, Briviesca 366 reales, Miranda de Ebro 420 reales, Vitoria 450 reales, Mondragón 492 reales, Tolosa 546 reales y Bayona 600 reales.
Estará bien servido el público, tanto por la comodidad de los coches cuanto por el precio, que es tan equitativo como el que se paga en las colleras, calesas y demás carruajes.
Advirtiendo a los viajeros que no tienen que sufrir los viajeros las impertinencias que padecen aquellos, por no respetar las horas, por salir cuando se les antoja y hacer las jornadas que les acomoda.
En esta diligencia estarán fijos las paradas de llegada y salida.
En todas las ciudades y villas, lugares por donde pase la diligencia a la llegada del coche se manifestará si hay o no asiento vacante.
Para evitar los perjuicios con la detención en la Aduana de Vitoria que podrían ocasionarle a la diligencia, si se les hiciese descargar los cofres y maletas de los transeúntes, deteniéndolos hasta la mañana siguiente se pasará orden a la Administración del Director, que servirá de recibo a cada viajero, para que no ofrezcan dudas a la hora de salida de los coches.
Si por casualidad se encontrase en el cofre o maleta de algún viajero género de contrabando, no se hará responsable a la Diligencia los procedimientos judiciales los sufrirá el pasajero, con los caleseros o con el que fuese culpable.
En caso de no tener suficientes viajeros a la compañía le será permitido transportar todo tipo de género de Madrid a Bilbao, Santander, San Sebastián y Bayona.
Tienen que prestar a la diligencia a su paso, casas para apostar los tiros, de mulas y la paja y la cebada necesarias pagando su importe a precios corrientes.
A la compañía se le concede el Privilegio Real por nueve años para que continúe el servicio de Madrid a Bayona, sin que por ningún motivo se le impida el desarrollo de su profesión con el objeto de que pueda resarcirse de sus desembolsos, pero en caso de que por una gran carestía subiese el precio de la cebada o quiebras insoportables, podrá la compañía apartarse y cesar en este negocio al fin de los dos primeros años de contrato, avisándolo a las autoridades con tres meses de antelación.

La Diligencia fue la reina y señora durante más de un siglo. Su aparición se consideró como un adelanto asombroso.
¡ Que prodigio de rapidez y que vértigo el que producía a su paso, con el estrépito de sus hierros. de sus cristales y de sus cascabeles.
Larra no reprimía su admiración, considerándola como uno de los más indiscutibles signos del progreso. "Sin diligencias ni navíos, la libertad estaría todavía probablemente enterrada en los Estados Unidos".
"Por fin suena el agudo rechinido del látigo. la mole inmensa se conmueve, estremeciendo el empedrado.

Decía Mesonero Romanos: Ciérrense las puertas, silba el látigo, rodando la inmensa mole sale del patio, haciendo temblar el pavimento.

La diligencia señaló un avance positivo en los sistemas de locomoción. Cánovas del Castillo que cuando vino por primera vez a Madrid en 1845, no podía costearse el lujo de viajar en diligencia, utilizó lo que entonces se llamaban "mensajerías aceleradas" y tardó once días largos desde Andalucía a Madrid. 

Leandro Fernández Moratín, cuyas andanzas por Europa son bien conocidas, la Revolución Francesa le sorprendió en pleno París. Tuvo ocasión de ver la primera diligencia en Inglaterra el año 1793.

A su lápiz pertenece un dibujo del vehículo y lo describe así: De Londres a Southampton hay 75 millas o las 25 leguas nuestras, se andan en doce horas en el coche público y el costo es de poco más de cincuenta reales. El carruaje en el que yo fui tenía tenía ocho ruedas, se entraba por una puertecilla por detrás y cabían diez y seis personas, colocándose en dos filas laterales, uno enfrente de otro, también algunos podían ir en el techo del coche. El carruaje era tirado por seis caballos, que se mudaban cada cuatro leguas.
Muchos madrileños recuerdan todavía aquellas últimas diligencias viejas y desvencijadas que partían de las posadas de la Cava Baja y de la calle Toledo y las que entraban en Madrid por los Cuatro Caminos.


Coche de caballos
Archivo Ignacio Altube Garay

En el Señorío de Vizcaya en 1831 había poste de piedra o pilastras, indicadores de los caminos en los cruces, con sus cadenas que cerraban el paso, con portazgos para franquear el paso.
Pero antes fueron los miliarios romanos, luego los leguarios que indicaban las distancias entre un punto y otro, una legua aproximadamente 5,400 km y luego vinieron los mojones hasta nuestros días.
 A julio de 1859, servicios de coches entre Bilbao y los puntos que se señalan:
A Madrid por Vitoria, servicio diario a las 7 de la mañana.
A Burgos por Valmaseda y Valladolid.
A Vitoria silla correo a las diez de la noche.
A Vergara en silla correo, a las once de la noche.
A Lequeitio a las tres de la mañana, servicio alterno.
A Castro servicio diario a las dos de la tarde.
A Guernica, Mundaca, Bermeo, servicio diario a las once de la noche.
A Cestona, once de la noche.
A Carranza, cinco de la mañana.
A Villaro, tres de la tarde.
A Orduña, a la una de la tarde.
A Marquina, Motrico, Elorrio, Durango a las seis de la mañana.
A Bayona por Vergara servicio diario, a las tres de la tarde.
A Bayona por Azpeitia, a las diez de la noche.
A Portugalete servicio diario, a las dos y medio de la tarde.
Algunos de estos viajes tenían un servicio alterno.
En el año 1862 existía una compañía llamada Diligencias del Norte y Mediodía de España, en el Arenal número seis. Con viajes a Bayona por Durango, Elgoibar, Azpeitia, Cestona y San Sebastián.
A Bayona por Elorrio, Vergara, Tolosa y Lasarte.
Deva por Ermua, Éibar, Alzola y Mendaro.
Santander por Sodupe, Zalla, Balmaseda, Carranza y Ramales.
Ea y Elanchove por Zornoza y Guernica.
Tienen cómodos y elegantes carruajes que se alquilan para viajes particulares y paseos.
Una diligencia de trece asientos, sale a las seis de la mañana, tocando Zornoza, Durango, baños de Zaldivar, Ermua, Eíbar, Elgoibar, Azcoitia, Azpeitia y baños de Cestona, con ruta a San Sebastián y Bayona. Este coche tiene su administración en la Tabaquería Habana, en el Boulevard de Bilbao en el año 1863.
En el año 1857 el servicio de diligencias de Bilbao a Madrid lleva suspendido varios días. Todo esto es debido al mal estado de los caminos de allende del Ebro, por causa de los malos tiempos.
Esto supone enormes perjuicios que padecen los viajeros sin saber que hacer.
En ese mismo año la llamada partida del Hierro, asaltaron el cuatro de enero una diligencia del norte, en las inmediaciones de Pancorbo.
Como es natural los pasajeros se asustaron, pero el jefe de los bandoleros se apresuró a calmarlos, solo querían cambiar dos caballos que traían cansados por otros dos de la diligencia.
Los viajeros al llegar a la venta más próxima se encontraron con un buen almuerzo que habían dispuesto los malhechores para ellos.
Un año después unos asaltadores de diligencias, en la diligencia de Burgos a Bilbao, fue sorprendida por seis hombres en un pueblecito llamado Gamonal. Sabían los malhechores llevaban una cantidad importante de dinero. Pararon el coche y se apoderaron de siete mil duros, la guardia civil detuvo a los asaltantes y recuperaron el dinero.


En el año 1857 la diligencia que hacía de Bilbao a Plencia y viceversa se llamaba, La Veloz Plenciana y salía desde el Campo Volantín, los martes, jueves y sábados.
Expendían los billetes en casa de Bartolomé Gorordo en Sendeja,21 de Bilbao. En ese mismo año existía una policía de tráfico, para las medidas que se tomaran para las entradas y salidas de vehículos, dentro de la población y en las calles que ya se hayan ya adoquinadas.
Según nuestras noticias todo carruaje de cualquier clase que venga de Achuri y penetre en la villa, seguirá sin interrupción por la línea de la Plaza Vieja, Ribera, Arenal sin torcerse hacia la calle de Ronda.
Los carruajes marcharan al paso y los contraventores con de cinco a quince días de arresto.

El tránsito de carruajes ganado y caballerías en Bilbao
Los motores de sangre convivían en las cuadras con el ganado vacuno y no muy lejos del centro de Bilbao, donde estaba la vida urbana. Hoy todavía se puede ver algunos edificios en el Casco Viejo de Bilbao, alguna entrada de caballería y patios que en su día fueron cuadras.
La autoridad municipal vigilaba para que el alumbrado de las cuadras se hiciera con luces encerradas en faroles protegidos por una armadura de hierro, con el objeto de evitar la combustión de la paja.
Se requería un permiso municipal para tener caballerías y otros animales. Estaban obligados a extraer el estiércol cada quince días, desde las once de la noche hasta las siete de la mañana en invierno y de doce a cinco en verano.
Año 1894, archivo Miguel Martín Zurimendi.

Los coches y caballerías no podían ser limpiados en la calle, tenían sus horas para ello.
El que corriera por las calles y plazas, será castigado con toda severidad, siendo la multa inicial de 2,50 pesetas.
Las caballerías tienen que ir embridadas, los conductores no debían abandonar el pescante del carruaje y debían de ir con un farol y encendido desde que luciera el encendido público de la villa.
Frente a toda pareja de bueyes o recua de caballería debía de ir su conductor. Por el paseo del Arenal no se podía atravesar con ganado, caballerías o carruajes.
En el año 1880 ya funcionaban por Bilbao algunos tranvías urbanos tirados por caballos siguiendo las líneas de railes, había empezado a circular el tranvía que iba a Las Arenas, sin olvidar la estación del ferrocarril de Abando, pero buena parte de los vizcaínos utilizaban el servicio de coches y diligencias, sus despachos estuvieron emplazados mayoritariamente en el Arenal y en la Ribera cerca del teatro.
Tales coches y diligencias no podían permanecer frente a dichas oficinas durante solo la primera hora de llegada y otra hora antes de la salida, bajo multa de medio duro.
La calle de la Ribera en 1880 era el espacio urbano de más circulación, a pesar del estrangulamiento al costado de la antigua casa consistorial, dejando un estrecho paso de entrada y salida hacia Zabalbide, Achuri o el puente de San Antón. Tampoco podían entrar a la villa cargas superiores de trescientas arrobas.
Una serie de establecimientos bilbaínos se dedicaban  al alquiler de carruajes, corrientes o de lujo como: Ómnibus, berlinas, carretelas, tílburis, gondoletas, bretes americanas, charabanes, clarens etc....
Para viajes particulares o paseos, para ir a Lamiaco podía pasar para alquilar en la famosa Tienda de Paco, en el Arenal esquina con los Fueros y por 17,50 reales don Hilario Manzarbeitia (de la Bota de Oro) le llevaba a Lamiaco.
En la calle Ronda estaba Martín Bravo, en la calle Jardínes Víctor Guimón, en Bidebarrieta la agencia Cendoya, Basabe y Cía.
Como complemento a este tipo de viajes estaban las tiendas de los guarnicioneros(arneses, monturas, cinchas, correas....) Gregorio López en los Fueros, Eduardo Calleja en Ascao y Juan Giménez en la calle Estación.


Año 1895, archivo Miguel Martín Zurimendi

Un cochero famoso en Bilbao aquellos años se llamaba Félix Manzarbeitia Olabarría, Juan Blancou maestro conductor de coches y vecino de Bilbao le construye un ómnibus de doce asientos.
La sociedad a la que representaba Manzarbeitia se llamaba, Empresa de Locomoción la Mundaquesa y le costó 2.750 pesetas en el año 1879.
Tres años antes reclama que se le pague quinientos reales, por dos caballerías que avisaron desde Zornoza hacia Bilbao la salida del rey a la villa.
Su mujer se llamaba Elisa Gómez Echegaray y se casaron el 9 de julio de 1881 en Begoña.
En el año 1880 Félix Manzarbeitia tiene la línea de coches de Bilbao a Santurce y despacha billetes en la zapatería la Bota de Oro, en el Arenal.
Los caballos se compraban en Francia y se mantenían en activo y pasado un tiempo se vendían a las plazas de toros, como los caballos no llevaban peto eran despanzurrados con gran facilidad.
Las diligencias sin cambio de tiro podían recorrer unos 40 km al día, a Madrid se podía tardar horas en llegar.
La diligencia de Bilbao con Durango se tardaba tres horas y su costo del viaje era de diez y seis a veinte reales, entre los años 1864-67.
Un ómnibus llamado la Paloma, salía de la iglesia de San Nicolás con destino a Las Arenas.


Julián Altube
Julián Altube Orobengoa, nacido en Guesalibar(Mondragón) en 1843 y fallecido en Bilbao 1918.
Nació en diciembre de 1843 en San Águeda-Guesalibar, perteneciente al municipio de Mondragón, aunque se crio en Aramaio.
Era el hijo primogénito Santos Altube Lizarralde(Oñate 1817- Bilbao 1884) y de Marina Orobengoa Elorza(Aramaio 1817- Bilbao 1905).
Julián Altube se casó en Bilbao el 12 de febrero de 1873, en plena guerra carlista con Guillerma Vicuña Legórburu, nacida en Oñate en junio de 1848. Es probable que se establecieran en Bilbao acogidos por los miembros de la familia Vicuña, que entonces residían en Portugalete y luego en Bilbao. Casi con total seguridad sufrieron el último Sitio de Bilbao el 21 de febrero al 2 de mayo de 1874.
Julián se dedico al alquiler de coches de caballos, llegando con los años a ser uno de los referentes en su sector.
Julián ya consta como alquilador de coches en el libro de la Iglesia de Santiago. En la inscripción del matrimonio el 12 de febrero de 1873 de José Julián Altube y Guillerma García de Vicuña.
Fue uno de los grandes en su sector en Bilbao. En la obra de Alejandro de la Sota Aburto, titulada Divagaciones de un Transeúnte, publicada en el Bilbao el año 1920. "Nos decían que las grandes cocheras, como Altube y Guimón, no podían cumplir todas las órdenes cuando la gente pedía tantas berlinas y mylords.
Vivió y tuvo sus cocheras en la calle Esperanza y en la Estufa, la actual Viuda de Epalza.
Fue alcalde de barrio de la calle Esperanza, posteriormente se trasladó a la calle Colón de Larreategui. Tenemos noticias de que adquirió también vehículos de motor para su industria de los inicios del siglo XX.
También nos consta que la familia Altube tuvo establecimiento abierto al público en la Alameda Recalde dos, con la razón social "Sociedad Altube y Luco".
Fue uno de los fundadores de la Tertulia de Paco, sita en el Arenal en frente del famoso Tilo. Vocal del Ayuntamiento de Bilbao como consta en el nomenclator del ayuntamiento en 1912.
En mi blog se puede leer una entrada de "La Tertulia de Paco".
Tuvo cinco hijos que llegaron a la edad adulta y todos nacidos en Bilbao, Julián en 1873, María en 1875, Leandro en 1877, Manuela en 1879 y Julia en 1884.
Julián Altube falleció el 7 de octubre de 1918 en plena epidemia de gripe. Se publicaron varias notas necrológicas en el Noticiero Bilbaíno y la Gaceta del Norte.  
A la avanzada edad de 71 años falleció en Bilbao, el conocido y acreditado industrial don Julián Altube. Muy estimado por su excelente carácter y su muerte será muy sentida en Bilbao.
Entre los asistentes al funeral se encontraban Felipe Alonso Celada el que fue alcalde de Bilbao, Ramón Vicuña Epalza político del partido Nacionalista Vasco y Miguel Loredo Vicuña primo del anterior y su abogado.
Según algunos testimonios tenía por clientes a las familias más pudientes de Bilbao y como curiosidad los Altube proporcionaron los elegantes coches fúnebres tirados por imponentes caballos para los funerales más principales del Bilbao de su época.



Coche de caballos hacia 1915
Archivo Ignacio Altube Garay


Multas a los carruajes
A un vecino de Bilbao se le impone una multa por no llevar el farol encendido, lo mismo le ocurrió a Manuel Sota Llano en el año 1880, también por exceso de velocidad, conducción imprudente y circular por sitios prohibidos.
Había un servicio de ómnibus en el año 1885 que iba desde Achuri hasta el ensanche.
Existió un picadero, Gran Escuela de Equitación y Picadero donde se doma y amaestra todo tipo de caballos, en el Campo Volantín ocho, estaba abierto con un amplio horario y tres días a la semana se daba clases solo a señoras.

En el año 1883, Miguel Atristain era el concesionario del tranvía urbano de Bilbao. Se le autoriza a construir dos apeaderos de 40 metros, uno en el Arenal y en un ramal de empalme de la calle Príncipe a Uribitarte.

Alquiler de carruajes a principios del siglo XX en Bilbao:
Cecilio Bugedo, en Fernández del Campo.
Antonio Ajuria, en Sierra,19.
Julián Altube, Esperanza,16.
Santiago Arocena, Arenal,10.
Víctor Guimón, Jardines,10.
Félix Manzarbeitia, Esperanza,10.
Juan Marín, Achuri,28.
Guerra y Compañía, Fernández del Campo.


FIN



Félix Muguruza, el Correo 11 de febrero de 2017.
González Echegaray, Tal día como hoy el Correo 21 de junio de 1961.
Txato Etxaniz.
Carreteras Vizcaínas de Imanol Villa, el Correo.
De la diligencia al Bizkaibus de Miguel Martín Zurimendi.
Mi agradecimiento a Ignacio Altube Garay.
Heraldo de Madrid, Fidel Prado. Como viajaban nuestros abuelos, De la silla de posta a la diligencia.
Galeras y Postas, la Esfera 23 de enero de 1915.
Archivo Diputación Foral de Bizkaia.
Dokouklik.
Hemeroteca del El Correo.

lunes, 14 de febrero de 2022

LOS CAMPOS ELÍSEOS DE BILBAO Y OTROS ESPACIOS RECREATIVOS EN EL SIGLO XIX

 
Tranvía urbano de caballos por una calle de Bilbao.
Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril.


*¡Oh! ¡que lazo tan terrible, qué amaño tan artificioso preparado por el demonio para cazar almas es el baile!.
Ovidio llamó a los bailes semillero de todos los vicios, añadiendo que solo se baila, cuando excita a ello la embriaguez o la lujuria.
Cicerón dijo  que el baile es el último de los vicios.
Séneca afirmó que los bailes afeminan y corrompen el corazón.
Que desgracia tan inmensa para las personas que concurren a esas fiestas Satanescas, y que inmensa la suya  y la de los padres que permiten a sus hijos concurrir a esos centros de perdición moral y material, en los que se mata el alma y se extingue la vida del cuerpo, donde tanto se ofende a Dios y tanto gozo se da al demonio.
El baile que se celebra en el Gimnasio donde Cabarró y otros de su calaña insultaron y ofendieron los sentimientos católicos de este pueblo, pasando por el teatro Gayarre que tanto escandalizó el último año, hasta el baile de la más encopetada sociedad, todos más o menos prestan combustible a la hoguera de la voluptuosidad, todos dan su concurso a Lucifer para prender las almas de los que se entregan a las danzas pecaminosas y mundanas, con las cuales se da culto  a la voluptuosa Terpsicore.
Este era un artículo publicado el 14 de febrero de 1888, en el Euskaro titulado El Baile.
Era un periódico integrista, católico, con decidido apoyo a la iglesia y al papa.
Su director se llamaba Benigno de Loyola y tenía la redacción y talleres en la calle Jardines, en la mancheta del periódico ponía: Ad Majoren Dei Gloriam. La publicación se suspendió el 27 de mayo de 1890.*
Sus lemas eran: Viva la España de Santiago, Viva la unidad Católica, Viva el Papa y Guerra sin tregua al liberalismo oportunista.

Los Jardines de los Campos Elíseos
Estaban situados al costado derecho de la casa de Sánchez Guardamino y pegados a ellos la finca de la familia Bergé, por detrás la finca de los Zumelzu y de frente estaba la calle de la Estación, hoy llamada Hurtado de Amezaga. Por detrás de la finca de Zumelzu estaba el arroyo Elguera que dividía Bilbao entre el barrio de Indautxu y Abando.
Un poco más arriba y subiendo por la calle de la Estación, después de la finca de los Bergé estaba la plaza de toros y al otro lado de la plaza de toros la finca de los Zabalburu.

¡Ya se cerraron!
Algunos recuerdos del jardín de los amores.
La clausura o por mejor decir, de la desaparición de los Campos Elíseos, nos ha indignado y nuestra indignación es legítima, es santa, porque se nos arranca violentamente algo que nos pertenece y que tenemos los bilbaínos en la más alta estima.
Los derechos del terrateniente, son cosa deleznable cuando en aquel lugar, siguiendo las enseñanzas de sus padres, añorando la tradición, se buscan con afán mozos y mozas para quererse, para entonar un himno cálido al amor, que es la vida que lo fecunda todo bajo el cielo azul.......
De nada servirá exhumar el recuerdo de lo que significan aquellos venerados jardines para quién allí pasamos las más felices horas de nuestra juventud. Las ansias, los desvelos de generaciones de enamorados, importan muy poco cuando se trata de sanear una renta, de hacer más productivo un inmueble.
Las malas lenguas aseguran que se hará la urbanización de las calles Bertendona, Euskalduna y la Alameda Urquijo.

Los Campos Elíseos no son cosa de ayer. Data de algunos años antes de la última guerra carlista, hace muchos años.
Según  los periódicos de la época se inauguró un domingo cinco de septiembre de 1869, con un columpio para señoras y niñas, modelo parisién único en Bilbao.
También hubo toros en los Campos, de una ganadería del Valle de Orozko, los aficionados a los toros pidieron que se contratase a Sardina(Vicente Landa) para que hiciese la suerte de los pegadores portugueses.
La pequeña plaza de los jardines fue un lugar entrañable para muchos bilbaínos, era donde se divertía la juventud esquivando a los astados, con muchos revolcones y pateos.
Estos jardines fueron una imitación más modesta de los jardines también llamados Campos Elíseos de Barcelona inaugurados el 12 de abril de 1853 y estos a su vez de los franceses y Bilbao los hizo suyos.
El propietario de los terrenos por entonces era don Vicente Orovio, un bilbaíno conocidísimo y un prestigioso caballero.
Los viejos chimbos recuerdan que en el solar existían varios chopos, cuatro perales, una higuera, un romero y algunas otras plantas.
Estaban los terrenos circundados por una tapia sin reboque adosada a la cual había una caseta, que más tarde se convirtió en despacho de billetes.
Esta caseta la lleva en arriendo un cura muy dado a la caza y la utiliza únicamente para guardar la escopeta, su burjaca y algunos cachivaches propios de sus aficiones.
Pedro Ibáñez que es un distinguido profesor de música, fundador de la banda de música La Armonía, que por aquel tiempo era el encanto de los bilbaínos, fue por así decirlo el padre de la criatura.
Pensó y pensó bien que en aquel solar medio abandonado por sus dueños. El señor Orovio le alquiló el solar y el señor Ibáñez le explicó el proyecto que tenía.
Convertirlo en unos amenos jardines, como los que existen en el extranjero y más concretamente en los Campos Elíseos de Paris.
Don Vicente Orovio no tuvo inconveniente y cerró el trato arrendándole el local. La cantidad pactada fue de diez y siete mil reales de vellón anuales.
Sabía Pedro Ibáñez que la prontitud es el alma de los negocios y se dio gran prisa en habilitar los jardines. Se asesoró de unos amigos Ignacio Bringas y Juan Recacoeche, este último le proporcionó las plantas y los árboles.






Fotos de los Jardines de los Campos Elíseos
Del Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia.







La inauguración de los Campos Elíseos constituyó en Bilbao un acontecimiento, viéndose los jardines concurridísimos.
Fue sin duda un gran acierto de Pedro Ibáñez.
Cuidó los jardines, haciendo muy agradable la estancia en los jardines y los dotó de mucha fronda, construyó una placita de madera para lidiar novillos embolados, para hacer peleas de carneros.
Un espacioso ambigú de estilo chinesco. Un artístico kiosko para la banda de música y un cobertizo donde poder bailar los días lluviosos, trapecios, anillas columpios y un tío-vivo.
La tarde transcurrió placentera y la dios Tepsícora no podía quejarse, cuando terminaba la banda de música empezaba el txistu y el tamboril. Dos bailes públicos se celebraban los domingos y fiestas de guardar, a precios muy reducidos dos reales los caballeros y un real las señoras.
La gente adinerada y de la aristocracia bilbaína también solía concurrir a los Campos, pero entre semana preferentemente los jueves.
¡Cuantas bodas salieron de aquí!, se organizaron festejos de gran nivel, contratando a gimnastas muy notables, vistosos fuegos artificiales, en estos jardines solía actuar Pachico el tamborilero de Bilbao.
Por aquel entonces el acaudalado señor Carlos Plaza, casado con una Zumelzu, dio un baile con invitación a las familias más encopetadas de Bilbao. Fiestas de carácter benéfico de entre las cuales se recuerda la de los señores Real de Asúa. 
Pedro Ibáñez era muy aficionado a la cría del jabalí, tuvo la humorada de soltar en la plaza donde se lidiaban toros embolados, algunos de esos jabalís que pasaban a ser propiedad de quién lograse darles alcance y apoderarse de ellos.
A los pocos años de haberse instalado los jardines, estalló la ultima guerra carlista.
A los carcas les sabía a cuerno quemado que mientras rabiaban por apoderarse de Bilbao, los bilbaínos bailaban despreocupadamente.
Los carlistas han pasado comunicación al empresario del Campos Elíseos, amenazando con hacer fuego desde Larrasquitu, sino suspenden la función que tiene lugar en dichos jardines los días festivos, decía el periodista que los carlistas siempre se han de distinguir por sus instintos sanguinarios.
Un día el señor Ibáñez recibió una misiva con un sello de tinta azul, que le pedía que si quiere evitar desgracias de las cuales solo usted sería responsable, evite los bailes en los Campos Elíseos.
Dios guarde a usted muchos años, Larrasquitu 13 de mayo de 1875, el coronel Barón de Montesquiu, dirigida al señor empresario de los Campos Elíseos.
Habló el dueño con el gobernador civil, entregándole la misiva.
Le preguntó el gobernador ¿que pensáis hacer don Pedro?
Celebrar un baile extraordinario, dijo Ibáñez con entereza.
¡Bravo! exclamó el gobernador! ¡No esperaba menos de usted!
Se celebró el baile anunciado al que asistió el gobernador civil, el alcalde y las más aristocráticas familias de Bilbao.
Los carlistas cumplieron su amenaza, hicieron fuego de fusilería sobre los Campos Elíseos desde sus posiciones de Larrasquitu, pero afortunadamente solo llegaron algunas balas perdidas sin fuerza que guardaron para el recuerdo, sin dejar de bailar.
Fue aquella una soberbia lección de civismo para los carlistas.
Pedro Ibañez Merladet fue profesor de música en Bilbao, también le nombraron músico mayor del tercer Tercio de la División Vascongada el año 1860. Alcalde de su barrio en la calle de la Estación en los años 1880.
Las fiestas de agosto en 1884, fueron las más austeras de la villa, por la difícil situación económica que atravesaba Bilbao y también el fantasma del cólera-morbo que había hecho ya estragos en Tolón y Marsella. 

Personajes bilbaínos del Kurding Club.
Dinamizadores de la vida lúdica y festiva de Bilbao.
María Jesús Cava Mesa, Un paseo por la historia de Bilbao.



Los festejos populares fueron muy escasos, algunas sesiones de baile en la Plaza Vieja que acabaron a las once de la noche, conciertos en el Kiosko del Arenal, un programa de fuegos artificiales, quemados en la Plaza Oval del Ensanche (hoy llamada Plaza Elíptica).
Los elegantes bailes en la Sociedad Bilbaína, en los Campos Elíseos o en el Salón del Gimnasio, también en el Circo Hipódromo Bell o circo ecuestre por aquellos años se solía instalar en los terrenos de la Gran Vía en un lugar llamado la Plaza de las Acacias, de los señores de Zabálburu.
El café Vizcaya que como dice Manuel Basas con espectáculo es posible que fuera el antecesor del Teatro Vizcaya en la calle de San Francisco, donde se daban conciertos de piano.
Un circo gallístico en Achuri, lo más señorial y distinguido en agosto de 1884 las Regatas del Abra organizadas por el Club Náutico de Bilbao, que había montado en la ría de Bilbao una importante estación de salvamento de náufragos en la ría de Bilbao.
Hay que reseñar la hazaña de un joven, intrépido velocipedista que se vino en bicicleta desde Vitoria a Bilbao en cuatro horas y media.
Once años después del episodio bélico contado el 13 de noviembre de 1886 fallecía el fundador de los Campos Elíseos Pedro Ibáñez.
Su viuda una virtuosa señora continuó la labor de su marido, explotando el negocio con tanto acierto que fue durante algún tiempo el lugar predilecto de la gente de buen humor.
Entre las mejoras introducidas por la viuda del señor Ibáñez, figura el pabellón del tamboril con insistencia reclamado por los adoradores de la clásica purrusalda y el solemne aurresku, que los días lluviosos solían ponerse de agua y barro hechos una verdadera lástima.
Hacia el año 1896, la viuda de Ibáñez se enfermó y los médicos le aconsejaron que evitase quebraderos de cabeza, era precisamente el ocuparse de los Campos Elíseos.
En los carnavales de 1886, la burguesía mercantil de la villa era la que marcaba el tono dentro de su particular escala de valores, para el pueblo pero sin el pueblo. Teatro Gayarre y el Teatro Circo de la Gran Vía, el Teatro Romea dedicó sus funciones a bailables y lo mismo los jardines de los Campos Elíseos.
El Teatro Circo de la Gran Vía dio brillantes funciones circenses y reformó sus instalaciones y dio una temporada de ópera. Se pudo ver a Lucrecia de Borgia de Donizetti y también Rigoletto, Ernani, Faust, Lucia Lamermoor, La Favorita. Lucieron sus voces Natividad Martínez, la Turconi, Elisa de Sanctis, Rubins Blanchard, Lorenzana, Catá, Galliani, Villani y otros.
La juventud de ambos sexos se dispone a honrar el Carnaval, no esperen ustedes ver por las calles más que los consabidos aldeanos, aldeanas o pasiegas y varios mamarrachos sueltos que hacen que se divierten.


Jardines de los Campos Elíseos
Archivo Diputación Foral de Bizkaia


Hay bailes de disfraces en los Campos y en el Teatro Romea, la Sociedad Recreativa Euskalduna en el Arenal con veladas teatrales.
El baile que organiza la Sociedad el Sitio en la calle Jardines,1.
El Salón Baile el Recreo en la Naja trece, el Club Náutico de Bilbao.
La pintoresca Sociedad La Polka en Barrencalle Barrena cinco, donde también se hacían representaciones teatrales, muy en boga por aquel tiempo.
Madame Guisol, la sonámbula que ofreció sus servicios parapsicológicos en su gabinete de la calle San Francisco dos, en horario de mañana y tarde.
De los años que van de 1896 al 98 se traspasó el arrendamiento de los jardines al señor José María Vivancos y la viuda de Pedro Ibañez vivió su vejez con su yerno Luis Baldor y su hija, en un chalet en la calle Particular de Allende.
Desde el año 1898 llevaba el arriendo  de los jardines de los Campos Elíseos José María de Vivancos, pero el negocio estuvo a cargo del conocidísimo impresor Pepe Rojas.
Los terrenos pasaron a ser propiedad de los señores de Chávarri, se los compraron a don Vicente Orovio por 750.000 pesetas, el precio del arrendamiento aumentó empezaron pagando diez y siete mil reales al año y pasó a tres mil duros.
Pepe Rojas dio la primera función el 23 de enero de 1898 y la última función en junio de 1902 y nuestro primer paso fue sanear el ambiente con la presencia de algunas aves exóticas, estas medidas fueron muy del agrado de las jóvenes honestas que allí acudían en busca de un rato de solaz y esparcimiento y volvieron, pues no pocas habían huido de ellos como de la peste.
Instalamos la luz eléctrica y pudimos prolongar el baile hasta las siete y media de la tarde.
Sustituimos la banda de Santa Cecilia por la de Garellano y cobramos sesenta céntimos caballeros y treinta céntimos las señoras.
Se suprimieron los novillos embolados, no nos hacía ninguna gracia que todos los domingos resultase algún herido, con el triste espectáculo de tener que llevarlo a la Casa de Socorro.
¡Que bilbaíno no ha desfilado por los Campos Elíseos, ebrio de amor y de placeres!.
En esta última época en estos jardines se celebraron un "garden party" en honor de los tripulantes de la fragata argentina Presidente Sarmiento y varias fiestas de carácter benéfico.
Además de todo esto algunos banquetes, con motivo de bodas o despedidas, la de Román Uríbarri, José Cruceño y Olegario Allende.
También se reunieron en los jardines, para festejar con un almuerzo los cuarenta y dos amigos constituidos en empresa teatral que organizaron temporadas de ópera.
El señor Vivancos procuró cultivar otros deportes, entre ellos el tiro al blanco, este y otros deportes los cultivaron durante la primavera la créme de la sociedad bilbaína. 


La Plaza Elíptica


Los Jesuitas contra los Campos Elíseos:
En todo tiempo la Residencia combatió los Campos Elíseos, sin tregua ni cuartel, conminando a los jóvenes que a ellos acudían con terribles penas de ultratumba.
Esta actitud de los Jesuitas llevó la alarma y el desasosiego a muchos hogares, pues la madres veían a sus hijos condenados irremisiblemente al fuego eterno.
La campaña de los buenos padres arreció allá por el año 1898, el año de nuestras desdichas coloniales.
Por entonces un gran predicador platicaba con sus feligreses desde el púlpito de la Residencia. De pronto se oyó el estampido de un ramillete de cohetes y el jesuita ardiendo en santa cólera exclamó:
¿Que anuncian esos chupinazos? ¿El triunfo de nuestras armas en Cuba? ¡No anuncian que en estos momentos el baile de los Campos Elíseos es un centro de corrupción!.
A partir de aquel día los jesuitas no dieron tregua desde el púlpito, en el confesionario, no se dieron reposo para combatir nuestros queridos jardines.
Pero la juventud alegre y traviesa dio al traste con los bríos de los jesuitas.
Sin embargo consiguieron apartar y alejar a muchas señoritas de clase media.
Viendo que no conseguían nada dirigieron sus tiros a los propietarios del terreno y vino la clausura de los jardines.
El sábado quedó firmada la contrata de las obras que han de realizarse en los Campos Elíseos, obras adjudicadas a Alejo Landaluce por la cantidad de 20.400 pesetas, en un plazo de cuatro meses.
Se hará la prolongación de Alameda Urquijo y la calle Bertendona, que es donde hoy existe el corro grande de los jardines.
Se dio un baile de clausura al que acudió muchísima gente, aparecieron en el corro un grupo de cigarreras, que fueron recibidas con una cariñosa ovación, al señor Fernando Landecho y algunos matrimonios con sus hijos para la despedida.
Hubo chistu y tamboril, una novillada, el repertorio de bailables a cargo de la orquesta de Santa Cecilia y a las ocho y cuarto se entonó una jota y todo el mundo marchó a sus respectivas hogares.


El Ayuntamiento de Abando y después Casa Asilo de los Huérfanos de la Casilla.


Distintas actividades en los Jardines de los Campos Elíseos
Varios vecinos de Bilbao aficionados al toreo y vecinos de buen humor, corrieron un novillo en la plaza de los Jardines.
Picando al bicho, montado en un soberbio burro el siempre célebre Aseu, imitando a los picadores en sus lances, dio varios tumbos y uno de los aficionados mató al novillo con todas las reglas del arte.
Hoy vuelve el vecindario a sus acostumbradas distracciones, el teatro, los Campos Elíseos. ¡Pobre humanidad, que inconsciente camina a su postrero final!.
Se pide a los Campos Elíseos a través  del Noticiero Bilbaíno, el cambio de novillos, pues los existentes saben francés e inglés y hasta conocen a los toreros.
También pide el público que la música varíe algo las piezas, que no se parezca a los organillos que solo tienen un determinado número de tocatas.
Que se hagan unos excusados secantes y un toldo en la pista de baile, poner mayor número de asientos.
Todas estas peticiones son necesarias para seguir contando con el favor del público, el empresario verá si le conviene o no.
En las fiestas de agosto de 1877, con teatro, café cantante, exposición de fieras, monos sabios, tómbolas.
Se quemaron algunas piezas de fuegos artificiales, en los Campos Elíseos de don Paulino Charlen.
Como es mucha la afluencia de gentes durante las fiestas de Bilbao, el establecimiento Balneario de Ascao siete permanecerá abierto desde la salida de los toros hasta las once de la noche.
En las fiestas de Bilbao en los Campos Elíseos, el paseo del Arenal y en el baile del Gimnasio, en general en todas las calles rebosaban de gentes, se quemaron algunas piezas de fuegos artificiales de don Paulino Charlen.
En el año 1878 hubo una romería en los Campos Elíseos en favor de los náufragos con bailes campestres por la tarde y noche, gran partido de pelota en el frontón de la Amistad con afamados campeones del país. También peleas de carneros en los jardines, un eibarrés desafía al dueño de un carnero de Deusto seis mil reales contra dos mil.
En la Sociedad Bilbaína con exquisita galantería ha organizado un baile en sus elegantes salones.
En la Campa de Albia hubo máscaras y jolgorio general.

Durante la Cuaresma se cierra al público los Campos Elíseos.
Sabino Goicoechea Echevarría(Argos) escribe en el Noticiero Bilbaíno y el luego en el Nervión sus artículos llamados Pasavolantes de tono costumbrista sobre Bilbao y también sobre los Campos Elíseos. 
Sabino Goicoechea nació en Bilbao 1829-1901, era arquitecto y fundó el periódico Nervión.
"Todo el mundo se echa a la calle, salga el sol por Antequera o por Begoña, que para el caso es lo mismo.
Hoy se arma la gorda, estos los más valientes se van a los Campos Elíseos a conquistar odaliscas".
"A la caída de la tarde, cuando el sol se ponga tras la cumbre del Serantes, todos los campistas, tranveistas, chacolinistas y papistas se reunirán en los arcos de la Plaza Nueva y de allí cada mochuelo a su olivo.
En la Navidad de 1888, estas eran las diversiones públicas que se podían ver, en el Teatro Gayarre con sus funciones completas que generalmente solían ser comedias o juguetes cómicos como los llamaban y zarzuelas. En los entreactos se rifan turrón o botellas de vino, con cada entrada iba el número de la rifa.
En el Teatro Circo de la Gran Vía, domingo gran baile de tres de la tarde a ocho de la noche. Caballeros cuatro reales señoras gratis.
El Circo Gallístico de la Gran Vía, con grandes peleas de gallos.
Una afición muy de moda por aquellos años, donde corría el dinero de las apuestas.
Café Cayo con grandes conciertos de cante, baile y toque de guitarra, de ocho a doce de la noche, el cuadro lo forman seis personas, Don Paco el Sevillano era personaje principal en todas las actuaciones....
Además del cuadro flamenco había números de agilidad, fuerza, pasatiempos cómicos.
El dueño se llamaba Cayo Márquez Fernández y lo abrió en el año 1881 en la Plazuela de los Tres Pilares de Bilbao la Vieja.

Salón Teatro Romea, gran baile de máscaras el domingo desde las once a las cuatro de la madrugada, amenizado por la acreditada orquesta del profesor José Arilla.
En los Jardines de los Campos Elíseos, función desde las tres de la tarde hasta el anochecer, con la asistencia de la banda de música del regimiento de Garellano. Se correrán bravos novillos.

El 7 de agosto de 1902 se inaugura el Teatro Campos Elíseos.
Los señores Urizar y Vivancos levantaron el edificio, con 340 butacas, 18 plateas, 21 palcos, 387 asientos de anfiteatro y 174 de paraíso.
Se puso en escena los Galeotes de los Hermanos Álvarez Quintero, en los carnavales se celebraron bailes nocturnos durante tres días, se retiraron las butacas para hacer una gran pista de baile y el domingo piñata.
Se representó Bodas de Sangre el 15 de setiembre de 1933 y en febrero de 1928 debutó Carlos Gardel durante seis días de gran éxito.



José Lazurtegui, auxiliar
de la sexta compañía, con
el equipo de guerra.
El Café de Lazurtegui:
En el año 1868 el café organiza un baile de piñata, destinado a los náufragos de Ondarroa y Bermeo.
Los conciertos musicales en el café, donde la juventud acude a los conciertos del profesor Enrique Romans, en este café hay una tertulia donde acuden conocidos y distinguidos bilbaínos.
En mayo de 1875 el acreditado café de Lazurtegui en la plaza Nueva, esta condecorado estos días con las elegantes capas que lucían el domingo los jóvenes aficionados que lidiaran unos toretes. Adornan el salón con caprichosas banderillas y una magnífica cabeza de toro de la ganadería de Miura llamado Senagero, que en las corridas de 1870 dejó en el redondel de la plaza tirados once caballos.
En la tabaquería Habana del Arenal, están expuestas las elegantes moñas que ostentaran los bichos, obra de unas señoritas.
En octubre de 1876 la autoridad civil ha prohibido verbalmente al dueño del café Lazurtegui que se interpreten en su establecimiento Zortzicos y Aires Vascos, lo que ha motivado serias protestas.
Fue el 11 de diciembre de 1877 en el café Lazurtegui, cuando se encontraron José María Iparraguirre y Nicolás Ledesma, se pudieron ver después de tres años de separación. El encuentro conmovió a todos a los allí presentes. El maestro Ledesma se sentó al piano invitando a Iparraguirre a que cantara y entonó algunas de sus admirables composiciones, una de ellas el Rosario en Familia.
La cantaban sus hijos todas las noches antes de acostarse en Buenos Aires.
El dueño del café Lazurtegui se llamaba José Domingo Lazurtegui Moja, bautizado el 7 de septiembre de 1830 en San Nicolás de Bari y estaba casado con Inés Yarza Echaniz el 1 de diciembre de 1853.
José Lazurtegui fue auxiliar en el sexta compañía, combatiendo durante el sitio carlista de 1874.
Vivía en la calle Ronda,2-4º de Bilbao, de profesión comerciante y tenía tres hijos.
En esa compañía fue cabo, entre otros como Luis Bayo, Bernardino Ercilla y Sabino Goicoechea. El capitán se llamaba Guillermo Celayaran, Severino Achúcarro era alférez y Aniceto Achúcarro voluntario, José falleció el 12 de abril de 1900.
Sus sobrinos se llamaban José y Enrique Lazurtegui Barua, nacido este en Bilbao el 8 de abril de 1851 y casado con Teresa Uría Ondabarrena, en San Antón el seis de noviembre de 1880 en San Antón.
Tanto Enrique como su hermano José y  el tío de estos, compartían una afición en común, los toros. José se casó con Yldefonsa Barrio Marcaida en 1879. 
Se organizó una corrida de toros para los náufragos vascongados el día doce del mes de mayo de 1878. Eran los pescadores vascos que murieron en un temporal del 20 de abril de ese año.
Las ganaderías eran de aquí, de Frutos Gabancho Pagazaurtundua, Tomás Echevarría, Bartolomé de Ugariza, Pedro Meaza Manzárraga y algunos más, todos ellos de Orozco.
Los caballeros rejoneadores se llamaban Fernando Landecho, apadrinado por Mario Adán de Yarza, Mariano Ciria lo apadrinaba el Marqués de Barambio, espadas los hermanos José y Enrique Lazurtegui.
El espectáculo fue el 12 de mayo de 1878 a las tres y media de la tarde.
En ese año además de los conciertos  y espectáculos musicales de los Campos Elíseos, que eran de lo más chic se contrató a la banda del Regimiento de Zamora y la silla valía doce reales sin abono.
En la Sociedad Lazurtegui de la Plaza Nueva se daban conciertos selectos y de pago, como el del pianista Cleto Zavala y el guitarrista seño Romans, un violinista llamado Clemente Ibargüen guipuzcoano.
En el Instituto Vizcaíno, un concierto de piano la señora Pilar Fernández de la Mora, discípula de don Lope de Alaña y Miguel Unceta, la entrada costaba 20 reales.
En las elecciones municipales de 1889 José Lazurtegui Burua se presentó a las elecciones, la candidatura era de doce los llamados "Fueristas" de entre todos ellos Mario Adán de Yarza, Cornelio Mocoroa...... En esas elecciones salió elegido alcalde, el marqués de Casa Torre José María de Lizana y Hormaza.
A primeros de año de 1881 el señor José Lazurtegui abre un nuevo café con billar, en la localidad de Gallarta. Era un hombre con experiencia en estos negocios hosteleros y el público y los periódicos locales le dan la bienvenida y le desean prosperidad con su nueva clientela.
El café ocupa una casa nueva frente a la iglesia en su plazuela, en una buena situación, algo retirada de la carretera donde siempre está llena de lodo. Todo el mobiliario, mesa de billar, alumbrado y servicio, no dejan nada que desear destacando el buen gusto y delicadeza del señor Lazurtegui.

Vista de la Cervecera de La Salve, desde arriba en las vías del tren

Los jardines del Olimpo
Hubo otros lugares de recreo como este que ahora vamos a relatar.
Fue la víspera de San Juan el 23 de junio de 1893, se inauguró en Bilbao un nuevo lugar de recreo y esparcimiento con el nombre del Olimpo, situado sobre la campa de la Salve, en la falda de las estribaciones de Archanda (Artasamina) un lugar ajardinado al que consideraron un nuevo Campos Elíseos.
El día de la inauguración, hubo música y verbena, con alumbrado eléctrico, con un restaurante y cocinero francés. La entrada era de diez céntimos con derecho a pasaje gratis desde Uribitarte a la Salve.
En el año 1893 Juan Landaburu y Saturnino Manville eran los arrendatarios de los jardines, en el año 1896 se cerró y dio de baja definitivamente el restaurante.
Pero el Olimpo no duró mucho tiempo, quizás no cuajó la iniciativa.
Tenía Archanda sus zonas recreativas, el Casino, la pista de patinaje, con el funicular posteriormente o parajes tan divertidos como Gazteleku en Uribarri.
El peñón de la Salve sobre la campa del mismo nombre, en el recodo de la ría donde los marinos divisaban el Santuario de Begoña y rezaban la Salve. Emergía un peñón o peñascal donde algunos propietarios como Enrique Luis Gana y Suárez edificaron construcciones para su descanso y recreo.
Lo hizo entre el año 1892-93 con planos del arquitecto municipal Edesio Garamendi donde levantó una preciosa vivienda en forma de ático y al mismo tiempo se le ocurrió explanar otras partes del terreno para cubrirlos de jardines y miradores sobre la ría, con diversión para los jóvenes, música, bailes, servicio de refrescos y restaurante, al que bautizo con el nombre de la morada de los dioses
helénicos "El Olimpo".
El abuelo de Enrique se llamaba se llamaba Tomás Gana, que fue comandante de la Milicia Nacional Voluntaria en Bilbao.
Se casó con Prudencia Manzárraga. Tomás fue comerciante, marino, alcalde segundo de Bilbao y alférez de navío. Murió en Bayona en el años 1842.
Saturnino Gana Manzárraga nació el 11 de diciembre de 1810, fue presidente de la Sociedad Bilbaína de 1866 a 1875.
Se casó con María Salomé Suárez Burgoa, tuvieron un hijo llamado Enrique Gana Suárez nacido el 27 de setiembre de 1842, estudió en París la carrera de ingeniero civil y se casó dos veces primero con Jesusa Azcárate y en segundas nupcias con Justa Petra Casas.
Al casarse con María Jesús Olimpia de Azcárate, su padre les regaló la casa de la Estufa número seis que era del abuelo Tomás Gana.
En recuerdo de su mujer le puso al jardín el nombre de Olimpo, se volvió a casar con una cubana llamada Justa Casas, fue un hombre dedicado a los negocios participó en la fundación de vidriera de Lamiaco, el proyecto del funicular sobre las cataratas del Niágara.
Saturnino Manville Araluce y Juan Landáburu fueron los socios que arrendaron el Olimpo.
Juan Landáburu era contratista de obras y maestro pintor, se dedicaba a pintar las fachadas de muchas casas de Bilbao.
Saturnino Manville Araluce nacido 9 de octubre de 1854 en Bilbao, era hijo de Juan Aquiles Manville Duplan, de profesión marmolista y con domicilio en la calle Sendeja. Casado en Begoña el 9 de julio de 1849 con Bibiana Araluce Jiménez.
Saturnino era tabernero, también tuvo una tienda de alimentación y bebidas en el Campo Volantín dos y un almacén al mayor y al por menor en la Sendeja doce.

El Café Concierto de la Ribera
Daba funciones los sábados y domingos de zarzuelas, zarzuelas cómicas y sainetes cómicos. La primera noticia de este café la tenemos en octubre de 1876, estaba en la calle de la Ribera tres.
En un extenso artículo del Noticiero Bilbaíno del 26 de abril de 1877 se habla de este café: Barcelona es la puerta por donde entran a España la mayor parte de las novedades extranjeras, ni aún llegan a Madrid sin hacer primero escala allí.
No se recibieron nada bien en Madrid y costaron aclimatarse en la capital estos cafés.
Fue en otoño de el año anterior cuando se abrió en Bilbao, desde que se abrió ninguna noche ha dejado de estar lleno a pesar de pagarse la entrada.
Empezó con zarzuelitas con un estrecho tablado y una reducida orquesta, el público llenaba el café  para oír a cuatro humildes actores, para representar en condiciones escénicas que nos remontan a los tiempos de Cervantes.
El adorno del teatro era una manta vieja tirada por dos cordeles de una parte a otra que hacía de vestuario, detrás los músicos estaban cantando sin guitarra algún romance antiguo.
Después se construyó un lindo y capaz escenario con los suficientes juegos de decoraciones y vestuarios decentes y desahogados, con un cuadro de artistas de ambos sexos.
Al principio no había noche en que hubiera de expulsar del local algún borracho o majadero, falto del hábito de concurrir a estos espectáculos. Pero pasados los días se pudo envidiar al Café Concierto de Bilbao por su compostura y docilidad que da constantemente el público que concurre a él.
El señor Sigüenza  ha tenido el buen sentido de excluir de este modesto escenario todas las asquerosidades morales que se han producido en todos los teatros y teatruchos de Madrid durante los últimos años de desenfreno bufo y canallesco.
Tenía el Café Concierto un grave inconveniente de localidad para los que asistían al local.
Para evitarlo los dueños señores Velasco y Opitz hacen una reforma muy importante y acertada, que es dividir el local en tres secciones, cuyos precios de entrada son un real, real y medio y dos reales, designándolos con los nombres de entrada general, mesas preferentes y lunetas. Estas secciones están independientes separadas unas de otras, por verjas de madera y las lunetas son cómodas y decentes.
Las lunetas están forradas de sarga encarnada, están numeradas con más amplitud y comodidad que las de nuestro teatro municipal.
La concurrencia a esta sección se compone de personas de ambos sexos y es tan decente como la que se ve en otros teatros.
El señor Sigüenza es el director de escena, la tiple señora Gastón esposa del maestro compositor señor Gracia que declama bien y como cantante aventaja en voz, método y sentimiento a muchos que figuran en primera línea de la lírica española.
La contralto señora a Masi y el tenor señor Martínez su esposo. Esta señora estuvo en la compañía de los Jardines del Retiro de Madrid, joven de gran belleza y gracia personal por sus facultades como actriz.
El señor Laborda pertenece al cuadro de la compañía con la que abrió el Café Teatro, es un infatigable actor cómico siempre haciendo uso de sus buenas cualidades.
José Opitz Melzer se casó con Camila Alujar Eguía y tuvieron cinco hijos, vivió en Bilbao hasta el año 1879, para luego marchar a vivir a Portugalete.
El socio de Opitz era don Francisco Velasco Gamboa, eran los dueños y anteriormente habían sido comerciantes cafeteros. 
En el año 1879 se produce un embargo contra esos señores por un importe de 1550 reales, bebidas, coñac, manzanilla etc...
Por esos años José Zamacois tenía abierto al público su gimnasio higiénico y ortopédico al público en la calle Ronda,23 dando clases desde las 8 de la mañana y de 8 a 9 por la noche, también daba lecciones de montar en Velocípedo.
En el baile del Gimnasio la actuación del joven José Zamacois, hizo las delicias del público que asistió a dicho baile, con ejercicios difíciles y arriesgados que ejecutó sobre un trapecio.
El precio que se paga por la entrada, bien merece la pena para ver al joven Zamacois.
Aquí hubo un gimnasio de los señores Francisco y Paulino Charlen su hijo.
El proyecto de dicho gimnasio con las últimas novedades de París era del año 1872, tuvo poco éxito y luego vino la guerra civil y el negocio se cerró. El gimnasio estaba frente al convento de la Concepción, en el sitio de la Cantera.
En vida de Paulino se alquiló el gimnasio en el año 1878 a Domingo Blanco y en el 1880 a Fermín Ugarte Orueta, fueron los empresarios que explotaron el negocio y entonces se llamaba Salón de Baile el Gimnasio, se daban funciones los festivos y las vísperas.
En el baile del Gimnasio daban meriendas y cenas a precios arreglados, venían de la famosa fondista el Amparo.
Al morir Paulino Charlen el 20 de mayo de 1883, su viuda Felipa Quintana, alquila el gimnasio como salón de teatro y bailes, el gimnasio tuvo más éxito como salón de baile que como gimnasio.
En el año 1883 recibe el nombre de Teatro Romea, el señor Camilo Vidal arrendó el negocio, en el año 1885, Bilbao estaba sin teatro y fue la oportunidad de este señor.
La primera temporada fue el 5 de abril de 1885 con una zarzuela cómica, aunque también se daban bailes, gimnasio y después teatro y terminó en la Casa del Pueblo del PSOE.

El teatro Gayarre, en la calle Prim, fue inaugurado en noviembre de 1885 lleva el nombre
en homenaje al gran tenor navarro. Estaba en la parte trasera del Instituto Vizcaíno haciendo entrada
en la calle Iturribide.
En sus últimos años de existencia daban películas en sesión continua desde las tres de la tarde
los domingos, todas las películas de Joselito y Sarita Montiel pasaron por allí.

El primer dueño del teatro Gayarre se llamó Louis E. Dotesio, famoso comerciante en Bilbao vendía pianos de todo tipo y tamaño, instrumentos musicales y también un gran surtido de partituras de piano.
Se inauguró el 4 de noviembre de 1885, con una opereta cómica, con representaciones de zarzuela, verso, comedia.
En el año 1888 hubo una temporada de ópera con una compañía italiana y al año siguiente quince representaciones de ópera: Fausto, Rigoletto, I Puritani, la Sonámbula........
En el año 1888 los empresarios del teatro eran dos, Urizar y Dotesio y también explotaban el Teatro Circo de la Gran Vía, con artistas ecuestres. 
Se celebró un concierto extraordinario a cargo del pianista Francis Plante, actuó como solista y con acompañamiento de la orquesta dirigida por el maestro García.
Regatas internacionales a cargo del Club Náutico de Bilbao, este club se fundó en el barrio 1880.

Justas quejas en Abando, 17 de enero de 1881.
Lo que pasa en ciertas partes de la zona anexionada de Abando es verdaderamente vergonzoso, llamamos la atención a nuestra digna y celosa corporación municipal que sin duda debe ignorarlo.
Hasta en las aldeas más pobres de Vizcaya se tiene cuidado de empedrar más o menos groseramente los puntos por donde la gente tiene que atravesar, algún camino carretero o de herradura. Pero en Bilbao es otra cosa, el que quiera convencerse no tiene más que ir por el camino que conduce a la Perla y a los antiguos astilleros de la vega de Abando, con un notable movimiento de carros.
Este es un camino que conduce a los almacenes de la Diputación y a los de los señores Hijos de Gurtubay, también los almacenes de maderas del astillero de la Salve y la fábrica de tejas y ladrillos del señor Busquet estaba en el camino que baja a la ría junto al astillero de los Arana(en el término llamado La Perla), porque por aquí pasan todos o casi todos los materiales de las edificaciones del Ensanche, el vecino jaro de Arana es un cenagal cuando caen cuatro gotas.
Las cuatrocientas personas que viven en la Perla, en los astilleros o almacenes tienen que atravesarlo diariamente y no a pie enjuto como los israelitas por el mar Rojo, sino con barro hasta las orejas.
Urge adoquinar la calle Espartero al camino de los astilleros y la calle de la Perla reparar o remplazar el adoquinado de cuando Abando era Abando, junto a la cordelería del señor Agustín Guinea no reparado desde entonces. La cordelería se llamada Sociedad de Cordelería y Cáñamo y ya existía en el año 1801.
A los vecinos de Abando en 1871 les ofrecían mundos maravillosos.
Cuando se anexionaron a Bilbao, todos se preguntan si no han cometido algún lamentable error y en lugar de anexionarlo a la culta y rica villa de Bilbao, se los habrá anexionado algún miserable villorio de Castilla.


FIN


Carlos Bacigalupe, el Teatro Campos Elíseos 7 de agosto de 1987, el Correo.
Los carnavales interiores de la villa Manuel Basas 9 de febrero 1986, el Correo.
8000 pesetas presupuesto para las fiestas de agosto de Manuel Basas, el Correo 17 de agosto de 1986.
Las austeras fiestas de agosto de 1884, Manuel Basas 12 de agosto de 1984, el Correo.
Cuando los Campos Elíseos de Abando fueron un coso taurino, Manuel Basas 7 de diciembre de 1969 el Correo.
Ya se cerraron 4 de marzo de 1912, el Liberal.
Liburukik
El Café Concierto. 26 de abril de 1877 el Noticiero Bilbaíno.
Los Bailes, el Eúskaro 14 de febrero de 1888.
Toros, teatro y otras diversiones en las fiestas de la villa 1878 de Manuel Basas, el Correo 24 de agosto de 1978.
Café de Lazurtegui donde canto Iparraguirre, Carlos Bacigalupe el Correo.
Un marqués alcalde de Bilbao, Manuel Basas el Correo 7 de enero 1990.