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miércoles, 13 de abril de 2022

GABRIEL ORTIZ "ROMPECASCOS" UNA CABEZA AL SERVICIO DE UNA CAUSA.

 

Rompecascos, haciendo honor a su apodo. ¡Pa los pollos!

Este título tan ocurrente y apropiado, se le ocurrió al
periodista y amigo Antxón Urrosola y yo lo hago mío, con su permiso. Pero también le podemos añadir otro: "El seguidor más fiel que ha tenido el Athletic". 
Gabriel Ortíz Lopez nació el 6 de marzo de 1920 en el barrio de la Cruz, fue un proyecto de casas baratas que surgió en las Calzadas de Mallona en el año 1909 y se hizo a través de la Fundación Católica de Escuelas y Patronato de Obreros de San Vicente Paúl, se hizo para aunar la familia, la moral y la religión.
Su padre se llamaba Benigno Ortíz Echaniz, nacido en Villaescusa(Burgos) un 21 de mayo de 1881.
Su madre se llamaba Bárbara López Cuesta, nacida en Cereceda(Burgos) el 4 de diciembre de 1889 y de profesión sus labores.
El padre era policía municipal de Bilbao, en el año 1907 como suplente y años después de segunda clase. Tiene varios aumentos de salario en 1918 por años de servicio y el añ0 1927 por familia numerosa.
En el año 1935 Benigno estaba en la reserva como soldado y con licencia absoluta.
En 1937 es readmitido en su puesto, después de la entrada en Bilbao de las tropas de Franco, en los años que van del 37 al 41 pide un aumento de sueldo y la jubilación. Se le concede una pensión pasiva del 75% del salario activo regulador.
El matrimonio tenían varios hijos, Gabriel, Purificación y Concepción y dos hijos más de los que desconocemos su nombre.

Rompecascos en sus inicios.

En 1934  a los catorce años, Gabriel Ortiz se escapa de casa para ir a Madrid en un camión de pescado para ver la final de copa con el Athletic. Volvió con los jugadores del Erandio, haciendo una parada en Haro hasta que se acabó el vino, al llegar a su casa el padre le arreó una somanta hasta que se cansó de darle. No le importó la paliza porque su equipo había ganado y desde entonces nunca faltó a un partido del Athletic.
Empezó a trabajar a los once años, se levantaba a las seis de la mañana para el reparto de la Gaceta del Norte y cuando terminaba, tenía que ir a la escuela.
Con los diez y ocho años cumplidos, tuvo que incorporarse a filas, todavía no había terminado la guerra civil pero no se libró de la metralla y un tiro le atraviesa el costado. De vuelta a la normalidad comenzó a trabajar en Talleres de Luchana y luego en la Fábrica Municipal de Gas, de donde salió ya jubilado.
Enrique Guzmán presidente del Athletic lo convirtió en socio honorario y hasta Franco llegó a comentar al presidente que era el mejor jugador del Athletic.
En el año 1942 realizó algún combate de boxeo amateur, en los pesos semi-medios pero su paso por ese deporte fue sin pena ni gloria.
El 16 de mayo de 1948 se casa con Margarita Ochoa de Aspuru Martínez, a principios de los años 1960 fueron a vivir a la Cooperativa Nueva Aurora en el número dos, son casas para obreros y están entre las calles Monte Aldamiz y termina en la Via Vieja de Lezama. Tuvieron una hija llamada María Jesús.


Rompecascos, su bota de vino y Antonio Ordoñez

Gabriel Ortiz y su afición a los toros:
Gabriel Ortiz López, por la gracia de Dios, Bilbaíno, del Athletic y aficionado a los toros. Gabi para los amigos y Rompecascos para los desconocidos.
No le gusta a su familia y tampoco a él, pero hay que acatar la popularidad.
Se puede decir que en Vista Alegre hice mi primera comunión. He asistido a todas las corridas de toros, hasta a la de noveles. He toreado alguna vez, aunque con mucho miedo.
Al principio echaba la bota de vino con los colores rojiblancos a la arena del ruedo, sin cuerda. Fue con Manolete cuando la lancé con una larga cuerda, es un vino extraordinario, regalo de un vinatero famoso.
Paco Camino era el de el trago más largo, se extasiaba y también Julio Aparicio......
Era la misma bota desde el año 1945, Jaime Ostos era otro de sus preferidos pidió el carnet de socio del Athletic, Antonio Ordoñez no aceptó la bota de vino, ese día estaba nervioso porque no le concedieron las dos orejas. Pero Gabriel lo sintió, tiene la espinita clavada en el medio de su corazón.
Su mayor emoción fue cuando Manolete  en el año 1945 besó la bandera del Athletic, después de que los rojiblancos ganaran por tres goles a cero al Valencia.
Otros viejos amigos Tomás Campuzano, Paquirri, Paco Camino
Y de Miguel Dominguín dice que nunca le echaba la bota de vino porque era anti-athletico. Me lo presentaron un día en el aeropuerto y cuando fui a saludarlo retiró su mano y escupió en el suelo y yo entonces le eché un juramento fuerte y esta fue la última vez que toreó en Bilbao.
Tiene una gran colección de fotos de toreros, todos los que venían a la Semana Grande. Los toros, "toree quién toree siempre tiene emoción".
No iría América ni por millones de dólares, ni a ningún sitio, me sacan de Bilbao y me muero en un mes.
Manolete es su mejor torero, de todos los tiempos, los toreros que ya le conocen le regalan las orejas conseguidas en la faena.
El Cordobés le regaló una y ya antes de llegar a casa ya había tenido llamadas interesándose por ella.
Me ha emocionado "el corte de coleta" de Manolo Chacarte, lloré como un niño.
Gabriel Ortiz en un gesto muy bilbaíno, subastó su bota, con el fin de recaudar fondos para la Santa Casa de la Misericordia.

Rompescascos descubrió de muy joven su particular capacidad para aguantar los golpes que fuesen sobre su cabeza. En cierta ocasión que se encontraba en Las Cortes y un marinero noruego le rompió una botella de Anís del Mono en la testa.
Ante la sorpresa del nórdico se quedó "tan fresco" y le devolvió el favor con un golpe que dejó K.O. al marino.
Yo vivía en el barrio de La Cruz pero era socio del Solocoeche y solía acudir a sus partidos y me pareció que estaría bien aplicarlo al Athletic, con otros bilbaínos lo ensayamos y en Chamartín resonó por primera vez.

Rompecascos disertando

Rompecascos recorrió la península de punta a punta, de norte a sur, de este a oeste. No se ha perdido un partido en San Mamés, ni una final de copa. Ha dedicado parte de su vida a ser un hincha. Celebraba las victorias por todo lo alto, cenaba con los jugadores y directivos, cambiaba días de vacaciones por días de partido, hacía viajes de más de doce horas para ver a los jugadores de su Athletic.
Su mejor recuerdo un partido que el Athletic jugó en Budapest, fuimos 312 aficionados, no existió entre nosotros clases sociales, fue extraordinario y nos trataron a cuerpo de rey.
Todos le conocen y todos le saludan, al popular Gabriel.

*A Rompecascos le han delegado sagrada misión que en su día encomendaron a Moisés, el insigne masticador de Farias, pantagruélico, rabeseliano y grandullón. Él conducirá al pueblo rojiblanco, "como si fuese el pueblo judío", para cruzar la Puerta del Sol, convertida en Mar Rojo, camino de la Tierra Prometida, el Estadio Santiago Bernabéu para mayor gloria de los moradores del Olimpo y de los seguidores del Athletic de Bilbao.*
Quienes le conocieron decían que Gabriel Ortiz era "muy bochero", pero también de Uríbarri, abría las bajadas a Bilbao con la gente de su barrio. Eran un gran fumador de Farias, con frecuencia superaba los veinte diarios.
En diciembre de 1965, muere su padre Benigno Ortiz a los 85 años.

La euforia de Rompecascos

*Desde entonces no se cuantas botellas han caído rotas, de Savin, Soberano, Martini, gaseosa La Pitusa y hasta de Anís del Mono, que ha hecho polvo en su maltrecha boina.
El que ha sido jaranero, bravucón, boxeador, el guapo de Uríbarri, Presidente de Acción Católica del barrio, para que el Señor le perdone todos sus desmanes, solo se enorgullece de haber pisado las calles de Madrid, jugándose a la pelota a botellazo limpio, por once chicos en calzón corto y maillot rojiblanco.*
Rompecascos popularizó una letrilla, adaptada de canciones populares.
Un inglés se fue a Madrid
a presenciar la final, 
a mitad de partido,
ya se quería marchar.
Y dijo:
Valen más los vascos perdiendo,
con su cara riendo
y su humor natural
que todos......
Con su traca final.

Rompecascos de más joven con Ordoñez, en la plaza de toros

Ahora tiene 67 años, no prueba el vino, desde hace seis meses, ha sufrido dos embolias en los últimos meses y sufría una parálisis de medio cuerpo y no podía hablar. Por beber demasiado dice él y ahora no puedo cantar, va poco al campo por su delicada salud y porque ya no puede celebrar los triunfos como antes, a veces lloraba cuando en casa oía los partidos del Athletic por la radio. 
Sale poco de casa, por las tardes se acerca al txoko a jugar una partida de cartas al chinchón y espera ver por televisión la mayoría de los partidos del Athletic este invierno, porque sino juega el Athletic no le interesa el fútbol.
La última botella se la rompió en la cabeza en el año 1984, para festejar la victoria del Athletic contra el Barcelona por uno a cero, el 5 de mayo de 1984. Las gradas eran un clamor rojiblanco.

Tras casarse con Margari Ochoa de Aizpuru Martínez de Gereño, vivió en un  chalet de Uribarri residencia de los suegros. "Ni los vecinos sabían que era mi marido"
" No puedo decir muchas cosas de Gabi" "Era un cascabel en casa ajena" "En cuanto tenía cuatro duros, se los gastaba en una mariscada con sus amigos".
Le conocí en fiestas de Begoña, se acercó y mi amigo y yo creímos que nos pedía baile. ¡Pero lo que quería que le dejáramos pasar por el medio. Siempre bromista, nunca detallista. "Íbamos a bailar a Gazte-Leku y me dejaba sola y se convertía en el centro de atención del baile".
La familia le recuerda sobre todo por sus ausencias, algunas en fechas imperdonables.
Ocho días permaneció moribundo en el Hospital y Margari no se movía de su lado. "No sabes con que cara me miraba, como si me piediera perdón por todo.
Falleció el 23 de febrero de 1990, fue un fugitivo del hogar, no fue un buen marido, ni un buen padre. Pero fue parte del alma del Bilbao y figura principal. Las exequias fúnebres fueron en San Miguel Arcángel de Ciudad Jardín de Bilbao.
La suya fue una cabeza al servicio de una causa. La causa aún permanece, pero lamentablemente la cabeza se ha perdido.
Descanse en paz Gabriel Ortiz, a quien recordaremos siempre con la nuca siempre dispuesta al homenaje y el corazón partido en rayas rojas y blancas.
En mayo de 2001 en la fiestas de Zorroza, se le entrega a título póstumo un premio al que ha sido el mejor embajador del Athletic.


Rompecascos convaleciente

FIN

Este artículo es principalmente, la recopilación de algunos artículos tales como:
Rompecascos, una cabeza al servicio de una causa de Antxón Urrosolo.
La botella de Rompecascos, de Jon Uriarte.
Me sacan de Bilbao y muero en un mes, de Ignacio Irizar.
Rompecascos y cinco mil más, de Antxón Urrosolo.
Gabriel Ortiz, alias Rompecascos, de María Pilar Luengo.
Mundo Deportivo. 
Todos y algunos más de la hemeroteca del Correo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

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