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jueves, 1 de octubre de 2020

GERVASIO VILLAREJO ALQUEZAR-MAESTRO DE OBRA PRIMA O ZAPATERO



Cellorigo(La Rioja)


GERVASIO VILLAREJO ALQUEZAR

Nace el 19 de junio de 1.859 en Cellorigo, pueblo de la Rioja llamado el balcón de la Rioja. Así figura en un padrón municipal de Bilbao en los años 1.889. De profesión zapatero, en el año 1889, era viudo y llevaba 20 años viviendo en Bilbao. En la calle Sombrerería, tres- primero, con su hija Clotilde Villarejo Alonso nacido el 12 de marzo de 1880 en Bilbao.


La historia de este pueblo aparece vinculada a la existencia de un castillo defensivo, con la murallas naturales, las crestas rocosas de Peña-Luenga que rodean el pueblo.

El significado de Villarejo, es pueblo o pequeña aldea, dicen los estudiosos de la heráldica que este apellido es originario del Principado de Asturias, con casas solares en Mieres y Lena extendiéndose por distintos lugares de la geografía Toledo, Valencia. Baltasar Villarejo Ramírez fue oficial en Cuenca y perteneció a la Orden de Santiago en 1.708, había nacido en un pueblecito de Toledo llamado Villanueva de Alcardete.

Probaron su nobleza para ejercer cargos ante el Santo Oficio de la Inquisición Baltasar Villarejo Hernáez, natural de San Millán de la Cogolla(La Rioja). En Logroño en 1.807 se casa con Marcela Arteaga y Arenaga natural de Bilbao.

 

Las crestas y el castillo jugaron un papel principal en la lucha contra los musulmanes. La torre fue construida en el siglo VII por los árabes, pronto pasó a manos cristianas con numerosas batallas entre los años 882 y 883, con un príncipe como protagonista llamado Al-Mundir.

Posteriormente la propiedad estas tierras fue de los Condes de Álava, de entre ellos Vela Jiménez. Fernando I dio el castillo al abuelo del Cid llamado Rodrigo Álvarez.

Cellorigo tiene una iglesia llamada San Millán del siglo XV situada en lo más alto del pueblo, en un lugar muy pintoresco.

El pueblo está a ochocientos metros de altura, un mirador natural nos descubre la vista de muchos pueblos de la Rioja y por encima de Peña Luenga en la parte opuesta, se ven las tierras burgalesas de Miranda de Ebro que está a once kilómetros del pueblo, es un rincón bellísimo para contemplar un amanecer o anochecer desde el balcón de la Rioja y sentir el silencio y la quietud del lugar.

En la actualidad solo tiene once habitantes mal contados y bastantes más en verano y fines de semana, carece de bar, médico, hotel y un mal servicio de autobús.

Cuando más habitantes tuvo fue en los año 1.940-50, se llegó a los doscientos habitantes. Este pueblo era cerealista lo que no crea puestos de trabajo. Muchos de sus habitantes, marcharon a Miranda de Ebro, Vitoria o Bilbao como en el caso que nos ocupa.

El padre de Gervasio se llamaba Pedro Bonifacio Villarejo Casado, bautizado en Santo Domingo de la Calzada( Iglesia Santísima Trinidad) un 14 de mayo de 1.815 era hijo legítimo de José Villarejo y Baltasara Casado. La madre de Gervasio se llamaba ....  Alquezar. Es muy posible que Gervasio pasara su niñez en el pueblo de su padre Santo Domingo de la Calzada. La distancia de un pueblo al de su padre es de 31km. 

Desde la Edad Media tuvieron su importancia las tenerías y los curtidores en Miranda de Ebro en todo tipo de trabajos con el cuero.

Esta actividad se remonta al año 1.494, después o al mismo tiempo llegaron los maestros de obra prima que hoy llamamos zapateros. Ellos trazan, cortan y cosen los zapatos, chinelados, botines, borceguíes......


torre de la iglesia de San Millán de Cellorigo




Quizá la proximidad con Miranda de Ebro influyó en su orientación profesional, vino a Bilbao con el oficio aprendido, pues no consta que hiciera el aprendizaje de zapatero en Bilbao.
Entre los años 1.878 y 1.879 Gervasio Villarejo pide que se le exima del servicio militar, porque era el encargado de mantener económicamente a su padre, pobre y sexagenario como lo acredita el certificado adjunto.
Pero antes de quedar al cuidado de su hijo Pedro se casó en (San Pedro) de Vitoria, el 25 de enero de 1.875 con Pía Montalbán Sáenz de Eguilar.
El otro tío de Gervasio se llamaba Braulio y vivía en Vitoria, se casó con Ana Fernández de Arroyabe el 28 de enero de 1.847. Tuvieron tres hijos Deogracias, Prisca y María Cruz nacidos entre 1.849 y 1.856. El tío Braulio murió en Vitoria el 27 de marzo de 1.876.
Agustín Villarejo era hermano de Gervasio y vivía en la calle Cuchilleros, que es una calle de gremios medievales de Vitoria, lo mismo que la calle zapatería. 
Consta su casamiento con Ciriaca López de Garayo González de Viñaspre el 16 de enero de 1.875 en Vitoria.
Tuvieron tres hijos Josefa Pía, Ciriaca y Antonio todos ellos nacidos en la misma ciudad. Agustín murió el 12 de agosto de 1.880 en Vitoria.
En los años 1.870 a 1.874 habías varias fábricas de curtidos, la de José Gutiérrez en Bilbao la Vieja, Mariano P. Urrutia (calle del Cristo y Somera), Alejandro Smidt en Ronda, Tomás Arana en Urazurrutia, Toribio y Juan Bautista Dermit en Iturribide y en la misma calle la de Pedro Landia. Así lo cita Manuel Basas, Economía y Sociedad Bilbaínas en torno al Sitio de 1.874.



la rueda de un antiguo carro de labranza, va
menguando con el paso del tiempo en
una pared de Cellorigo.


El 29 de enero de 1.879 en el Noticiero Bilbaíno se relata una función lírico-dramática con que los socios obsequiaron a su distinguida concurrencia que asiste a su lindo y modesto teatro.
Se representaron tres graciosas piezas que se pusieron en escena, pero Villarejo y Casanova se llevaron los aplausos con la bandurria el primero y el segundo con la guitarra, interpretaron tres preciosas piezas musicales una de ellas compuesta por el señor Villarejo, que tocó muy bien la bandurria.
Francisco Casanova Medina en el año 1.883 era zapatero al igual que Villarejo y había nacido en Sierra Fuentes(Cáceres).
La entidad que representó esta función se llamaba la Estrella Artística y otras como la Fraternidad, San Cecilia, San Martín y Gutemberg esta presidida por Nicolás Madariaga. Estas entidades reunían sumas de dinero a partir de una cotización directa de sus miembros, agrupados por oficios para cubrir los gastos de enfermedad, invalidez o fallecimiento.
Villarejo tenía su zapatería de portal en sus inicios en la calle Esperanza 22 y allí daba lecciones de bandurria y enseñaba bonitas piezas a precios muy arreglados, también enseñaba a tocar un instrumento que es una flauta de llaves llamada Flageolet, muy suave y muy bonito de tocar. Se anunciaban las clases en el Noticiero Bilbaíno en octubre de 1.879.
Un año después en esa calle, donde Gervasio tenía la zapatería, en el quinto piso vivían dos zapateros Félix Bartolomé García, nacido en Burgos 20 de noviembre de 1.846 y Juan Andrés nacido en Burgos el 30 de noviembre de 1.833, así figura en el padrón municipal de 1.880. Gervasio Villarejo emprendía nuevos vuelos en su profesión que le llevarían a la fama en su oficio.


En el año 1.879 Gervasio abre una zapatería en la Plaza Nueva en el número dos. En 1.876 existía una zapatería en el misma plaza de los Respaldiza.
En 1.881empieza comienza a trabajar en su taller un asilado de la Misericordia, tenían en el centro su propio taller de aprendizaje se llamaba Ignacio Goyarzun.
Instala una fábrica de hormas de zapatos con un motor a gas en la calle de Los Fueros catorce.
El 28 de noviembre de 1.878 Gervasio se casó con María Natividad Alonso Aguirre en la iglesia de San Nicolás de Bilbao y tuvieron cuatro hijos Matilde nacida en 1.880, Elena un año después, Eduardo en 1884 y María del Pilar en 1.887, todos ellos bautizados en la iglesia de San Nicolás de Bilbao. María Natividad murió el 30 de abril de 1.889.
Decía un anuncio de 1.890 la gran zapatería de Gervasio Villarejo, en la Plaza Nueva. El reputado e inteligente maestro don Gervasio Villarejo, tiene el honor de poner en conocimiento de su numerosa clientela y del público en general que habiendo obtenidos grandes resultados, se ha visto obligado a montar dos grandes talleres dedicados al calzado de señora, de todo lujo y el otro para los caballeros.
Con el objeto de competir con los grandes de España y del extranjero, tanto por su economía como por sus inmejorables trabajos.
Ha puesto al frente de los talleres a una maestra, que es la encargada de tomar medidas a domicilio a todos aquellos que lo deseen y gusten honrarle con sus encargos.
Al fallecer su primera esposa se casó el 14 de febrero de 1.891 con Leonarda Larrauri Elesgaray en la iglesia de San Nicolás y tuvo una hija llamada Sara nacida el 19 de noviembre de 1.892.
En los años de 1.889 a 1.890 la familia Villarejo vivían en la calle Sombrerería tres, en el primer piso. Según el padrón de 1.889 llevaba diez y nueve años residiendo en Bilbao.
En ese año Gervasio Villarejo era viudo y vivía con sus dos hijas Matilde y  María Pilar.
En Sombrerería dos tercer piso, vivía el farmacéutico  Félix del Rio García, de Alesanco (La Rioja) nacido el 20 de noviembre de 1.822 y era viudo, en el padrón de 1.889 llevaba residiendo en Bilbao cuarenta años. Vivía con sus hijas María Pilar, Antonia, María Rufina, Cristina Carolina y Josefa, una cocinera, un estudiante y un farmacéutico llamado Eusebio Pérez Estecha que era del mismo pueblo que su patrono. Según nos dice Manuel Basas en el año 1.874 tenía la farmacia en la calle Correo diez y seis. Estuvo casado con doña Eustasia de Larrínaga y Aransolo y tuvieron once hijos. Solo uno de ellos continuó con la tradición farmacéutica. En el cuarto piso de esa casa vivían Emiliano Amann y Palme,nacido en Bilbao el 23 de mayo de 1.822, de profesión comerciante. Su mujer Juana Bulfy nacida en Bilbao el 26 de mayo de 1.829, con sus hijos Enrique el mayor, Ramón, Tomás, Inés y Santiago que era el pequeño, estudiaba en Alemania, con dos sirvientas en la casa.
. 

En el año 1.901 se establece la Sociedad Villarejo y Cia, con la tienda y un rótulo, más el toldo en la calle de la Estufa esquina con el cantón números dos y tres, pero ya a finales de ese año se cambia el nombre de la calle, pasa a llamarse Viuda de Epalza dos.
Doña Casilda Iturrizar había fallecido el 22 de febrero de 1.900 y el consistorio bilbaíno decidió poner su nombre Viuda de Tomás Epalza.

*En esta tienda comenzó a fraguarse la fama que haría mítica su tienda, ministros , políticos, gente de bien, de pie defectuoso, clérigos, caprichosos que han puesto su pie ante el príncipe de los zapatos para que de sus manos salieran dos gotas encantadas de cuero.*
Trabajábamos con pieles alemanas y con diseños propios, nos complace decir que hemos mantenido a lo largo de casi cinco generaciones la calidad de un producto netamente artesano*.


la tienda de Villarejo junto a San Nicolás
foto del Correo


Don Ramón Vergara el último encargado de la firma Villarejo, sabe que el tiempo va matando lentamente esta pequeña industria, porque no resulta competitiva cuando todo se basa en la mano de obra, en un mundo dominado por la estandarización.
En una vitrinas decimonónicas se exhiben los zapatos-tesoro, en el momento que el cliente cruza el umbral de la tienda, se le toma la medida, el plano del pie. Después se elabora la horma del zapato, por costumbre se elaboran dos hormas por cliente.
Después comienza la elaboración, que se inicia una vez cortada la piel del zapato y es ahora cuando se utiliza una máquina, todo lo que viene después es manual, se corta la suela   y se lo entrega al maestro zapatero quien lo monta , lo cose y lo termina.
Es un oficio que requiere mucha paciencia y ya no quedan jóvenes aprendices.
Don Gervasio Villarejo llevó a una exposición de París su mejor colección y obtuvo un gran éxito a finales del siglo XIX.

En el año 1903 no le permiten construir en unos terreños suyos y se le niega el permiso para construir un chalet, por no ajustarse a las normas urbanísticas. Esa zona de la Casilla estaba sujeta a zona de servidumbre ferroviaria.



Federico Echevarría, el general Primo de Rivera,
a la derecha Gervasio Villarejo.
Foto del Correo


En el año 1.914 Gervasio Villarejo se empadrona en Orduña y se construye un chalet en dicha localidad.
Don Gervasio era agüista como se definía a los que tomaban las aguas medicinales, acudía a las aguas termales de Fuencaliente(Ciudad Real) o en el Balneario de Alzola, también en Barambio en ocasiones acompañado de su hija Sara.
En diciembre de 1.927 el general Miguel Primo de Rivera hace una visita a Bilbao y el motivo de ese viaje es imponer dos medallas del Mérito al Trabajo, una de ellas a Federico Echevarría y la otra a Gervasio Villarejo, dos ciudadanos con sobrados méritos y de una vida dedicada al trabajo, además de empresarios ejemplares.
Al llegar a Bilbao el general se celebró una misa en la capilla privada de don Federico de Moyua, alcalde de Bilbao, con su familia, el general, sus hijos y algunas personas más de su círculo íntimo.
Celebró la misa el párroco de San Vicente Mártir de Abando, señor Domingo Abona.
Abandonaron la casa del alcalde para trasladarse a la fábrica de los Echevarría, por la nueva carretera la subida del Cristo. Allí en el tren de laminación de hierro y aceros finos se había levantado una tribuna, con gallardetes y los colores nacionales.
Asistió un nutrido grupo de personas, se esperaba a Federico Echevarría, Luis, Eugenio y más familiares del homenajeado.
En la tribuna se congregó todo el mundillo, comercial, empresarial y social del Bilbao de aquellos años.
A las doce llegó el coche del general, acompañado del alcalde el señor Moyua y otras personalidades, civiles y militares.
Don Donato Gil empleado de los Echevarría y Bonifacio Quevedo empleado de Villarejo, competían desde la tribuna en vítores a sus respectivos jefes. A don Federico se le impuso la medalla de oro y a don Gervasio Villarejo la de plata.
Villarejo no leyó el discurso por su escasa voz, lo hizo por él virtuoso sacerdote Tomás Gillin Aguirre viejo amigo suyo, alabó la labor del General Primo de Rivera por haber salvado a la patria. Don Federico Echevarría se emocionó y no daba crédito a que un hombre como el general que tenía la labor de regenerar España y salvarla, viniese a ponerle a él la medalla en su pecho y pide que trasmita las gracias a su Majestad Alfonso XIII.
También en ese año el gremio de zapateros le dio un merecido homenaje a don Gervasio en el chacolí de Archanda, asistieron el señor Moyua y el señor Mancheno presidente del gremio de zapateros y otros muchos colegas y después vinieron los brindis y los abrazos.
Una larga vida de trabajo acaba de ser premiada oficialmente en Bilbao. Pero el reconocimiento  oficial del mérito ha venido hace ya mucho tiempo por la opinión pública en su ciudad. En Bilbao es uno de los industriales más estimados y a quién se profesa mucho respeto. Se ha distinguido especialmente en la industria del calzado, a ella ha dedicado años y años además de labrarse una cómoda posición en la sociedad.
Don Gervasio Villarejo no conoció otro tirano en su vida que al trabajo. No es pues de extrañar que al cabo de los años se haya reconocido su trabajo y el poder público le premie su esfuerzo digno y eficaz que tiene tan merecida este industrial bilbaíno.
Don Gervasio Villarejo abrió una sucursal en Madrid, para atender a los clientes de la capital en la calle Caballero de Gracia,40.

coche de la misma marca y modelo Elcar
fabricado en Indiana(Usa)


A mediados de setiembre de 1.929 Villarejo es nombrado concejal suplente del ayuntamiento de Orduña. Tenía un coche marca Elcar fabricado en Indiana(USA), de fabricación muy pequeña y quedan muy pocos entre los coleccionistas.
En octubre de 1.932 en el Santuario de María Santísima de la Antigua de Orduña a los acordes del órgano del maestro Zubizarreta, se casó la bellísima señorita Ángeles Villarejo con don Santiago Arocena contratista de obras y otros negocios.
A la boda asistió mucha gente, toda Orduña los Villarejo en esa ciudad son muy queridos y apreciados, gozando de muchas simpatías.
Ella iba del brazo de Teodoro  Arocena padrino tío del novio, él con la madrina Leonarda Larrauri madre de la novia. Fue un espléndido banquete en el hotel Torrontegui de Bilbao.
Teodoro Arocena era dentista y candidato a diputado provincial por Durango en el año 1.905.
María de los Ángeles Villarejo y Larrauri falleció el 9 de marzo de 1.964. Su hermanastra Matilde Villarejo Alonso estaba casada con Gabino Herrán y Vergara y falleció el 8 de febrero de 1.922.


Antiguos zapatos de Villarejo


El 8 de junio de 1.935 ante el notario Celestino María del Arenal, se forma la Sociedad Villarejo Limitada, son socios fundadores Gervasio Villarejo, Ángeles Villarejo, Santiago Arocena y Bonifacio Quevedo(antiguo empleado de la casa).
Para la fabricación y venta de calzado, duración indefinida y con un capital social de 300.000 pesetas.
Lo último que sabemos de Gervasio Villarejo y su familia vienen de París en el año 1.936, se pierde el rastro de ellos y a la fecha de hoy no hemos conseguido saber la fecha de su fallecimiento, que creemos que fue fuera de España.
factura de Villarejo, año 1.950, cliente Gabriel Gobeo
foto de Todocolección

ANTIGUOS EMPLEADOS
Daniel Mogrovejo, habitual contertulio de los Martes Poéticos del Café Boulevard de Bilbao, fue antiguo trabajador de Villarejo.
En esa casa se confeccionaba calzado tanto para señora como para caballero. El establecimiento llegó a tener hasta cincuenta y tres operarios.
Del oficial hormero y su ayudante al futuro calzado pasaba a la sección del patronaje, cortado de la piel y luego a la sala de guarnecedores que eran los encargados de colocar los vivos, hacen los pespuntes con las máquinas de coser después el tramo final al maestro zapatero. En todo este proceso se tardan 25 horas.
El personal de la casa fue envejeciendo y Daniel entró en el año 1.946, era un joven contaba con solo diez y ocho años.
Caballeros, señoras, familias enteras pasaron por allí incluso generaciones completas, la alta alcurnia y la burguesía de Bilbao y Neguri, también del extranjero, vistieron sus pies con armonía, gracia y estilo.
Llevar ese calzado además de la calidad suponía un signo externo de riqueza que debía ser exhibido.
Los zapatos más caros los de cocodrilo, piel de avestruz que era más blanda y fácil de trabajar, tortuga, serpiente procedente de Venezuela, el lagarto, el vacuno, el box-calf, la cabra o tafilete.
Una casa de Barcelona les proveía de tafilete, su dueño era un curtidor polaco.
Zapatos de gran fantasía para señoras y señoritas en tela de encaje, tacón alto y fino, botines con cordones.
Los hombres eran más discretos y clásicos, zapatos negros o marrones y los más dandys y atrevidos en amarillo.

El padre de Marcos Herrera Montero, fue zapatero remendón en Viandar de la Vera(Cáceres).
Marcos marchó de su pueblo y a los once años se puso al servicio de un zapatero, ganando un real al día haciendo recados y hacer cabos, soportar las primeras regañinas.
Llevaba en la cabeza ser zapatero, un zapatero capaz de calzar al rey, pocos años después Marcos y su hermano Vicente aparecen en Bilbao, traían consigo unos cuantos cachivaches y buscaban un lugar donde cobijarse.
En el año 1.899 se lo incluye en el alistamiento del servicio militar en Bilbao y se pide información a su pueblo. Dos años después en el año 1.901 Vicente, eran hijos de Marcos Herrera y su madre Felipa Montero, marcos fue bautizado el 26 de abril de 1.881.
El chaval se colocó con un oficial  y ganaba una peseta diaria, tenía diez y seis años y le dijo a su madre que iba hacer unos zapatos, su más grande aspiración era trabajar con Villarejo que era entonces el más famoso zapatero de España, que vivía muy cerca de él a unos cuantos metros, por eso se trasladó a Bilbao.
Villarejo siempre le decía lo mismo, ante su insistencia ¡Tengo suficientes obreros!.
Pero surgió una oportunidad la exposición de París, Villarejo pensó en la medalla de oro y necesitaba más obreros y fue a Francia a buscarlos trajo los mejores.
Villarejo le envió una misiva "Ha ganado la oportunidad de convertirse en una persona tan conocida como yo, quiero que trabaje conmigo, los obreros franceses y también algunos italianos deslumbraron a los españoles ¡Que herramientas! ¡Que velocidad! y que pericia.
Marcos Herrera luchaba desde la mañana hasta la noche y cuando los extranjeros se marcharon ocupó su puesto.
Los dos hermanos Herrera abandonaron Bilbao y volvieron a Madrid, pusieron un taller y enseguida llamaron la atención de las gentes por lo artesanal de sus creaciones.
Dos chicas muy guapas que vivían en la Castellana le encargaron unos zapatos de tisú y plata. Marcos se dio cuenta de que a pesar de poseer el título le quedaban muchas cosas por aprender, por ejemplo la fabricación de hormas y el corte, hizo las maletas y marchó a París.
Consiguió un trabajo en una casa de la Rue Saint-Honoré donde aprendió hacer hormas y cortar.
Vivía en la estrechez absoluta, en un cuartucho alquilado y por las noches se helaba el agua de mi palangana.
Cierta mañana de 1.909 Marcos embarcó para Londres y después de un año de perfeccionamiento en la capital londinense marcha a Bruselas y allí conoció a un condiscípulo que trabajo como él con Villarejo y en Bruselas se había hecho rico.
Marcos volvió a Madrid con los suyos, los transeúntes madrileños que pasaban por la travesía de Cádiz, entre Carretas y la Victoria vivieron el escaparate de un zapatero que se anunciaba en tres idiomas, castellano, inglés y francés.
Cierto día aparecieron por su tienda el duque de Bailen y el marqués de los Trujillos y estos se llevaron la buena impresión a la corte real, tanto al rey como a la reina y corrió la voz entre los cortesanos y aristócratas.
Una doncella de la reina Victoria Eugenia se presentó en su taller: Mi señora le espera mañana a las cinco de la tarde en la corte de palacio, para tomar medidas para unos zapatos.
Entró por la plaza de la Armería y allí dentro la condujeron ante su majestad, le dijo la reina: Marcos me va usted hacer unos zapatos  que no me molesten. La reina tenía los pies muy pequeñitos y gordezuelos como un garbanzo.
Le hizo los zapatos y le cobró 75 pesetas, quedó tan contenta que le encargó para todos sus hijos.
Visitaba con asiduidad el palacio real y el rey le decía: Hola Marcos ¿vienes a probar?.
El rey le daba muchas muestras de afecto, pero nunca le encargaba nada, porque sus zapatos se los hacía Villarejo. Pero el rey le mandaba muchos clientes a su nueva dirección Núñez de Arce.
Marcos esbozaba una sonrisa y decía que Villarejo no le cobraba al rey los zapatos.
Herrera se convirtió en un zapatero ilustre, conoció los pies más bonitos de esa época para él fueron los de la Pavlova y los más grandes los del embajador alemán en Madrid que calzaba unos 45.
A una nuera de Juan March unos zapatos le costaron mil doscientas pesetas, eran de piel de cocodrilo.
Vino la guerra y huyeron sus clientes y las sucursales de San Sebastián y Barcelona cerraron, su hermano Vicente murió, también su segunda mujer dejándole una hija.
Ya viudo se fue a vivir a casa de una de sus hijas, sin pulso en los dedos pero asombrosamente joven vuelve a la profesión de su padre zapatero remendón.
¡Que tiempos don Marcos! y ahora remendando zapatos, entró una muchacha con el encargo de su señora:¡ Que se de usted prisa! y no sea tan caro.
Marcos pasó la mirada a su alrededor, vio diplomas, medallas y un certificado del rey Alfonso XIII nombrándole Zapatero de Cámara.


factura de Gervasio Villarejo, cliente el Marqués de Triano
foto de Todocolección


La moda inglesa había llegado a Bilbao de la mano del comercio en los viejos bergantines y vapores de fin de siglo.

Zapateros ilustres como Villarejo se instalaron en el Arenal bilbaíno, como réplica de Lobb, el botero real de Londres que todavía hoy vende zapatos hechos a mano, al principio en Edimburgo. Pero hay una estirpe Lobbs. John Hunter Lobb no se quita el faldón de cuero para recibirnos. Es un hombre de aire aristócrata, un gentleman con algo de menestral. La firma Lobb reluce en la famosa tienda taller en el número 9 de la calle St. Jame´s.

La última vez que estuve en Villarejo, lo encontré repleto de todo. Todavía está allí junto a San Nicolás, los archivos de plantillas de ilustres bilbaínos. Allí estaba la huella de nuestros pasos perdidos.

Creo que Villarejo(en todo caso un encargado, no un miembro de la saga sigue trabajando incógnitamente en un piso de Bilbao.

La tradición se repliega en Bilbao, me dicen que el marques de Yurreta que es muy de Villarejo, le sigue encargando zapatos.

Saralegui fue un importante sombreros en la calle Bidebarrieta que como Villarejo desapareció. Pero Bilbao perdió la horma de su zapato al cerrar la tienda de Villarejo de Viuda de Epalza definitivamente en el año 1.983.


FIN


Dokuklik

Archivo Diputación Foral de Bizkaia

El Correo, Bilbao pierde la horma de su zapato 21/1/1983 de Antxon Urrosolo.

El zapatero de los reyes de España, El Correo año 1954 de Gomez Figueroa.

La moda bilbaína de 1900 de Enrique Ybarra, el Correo.

El Noticiario Bilbaíno y el Pueblo Vasco diciembre de 1.927.

La casa Villarejo 12/3/1.997, El Correo.

Biblioteca Nacional de Madrid.








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