En el primer piso de este portal estuvo la tertulia de Donato. Lo que se ve arriba es el antiguo comedor del restaurante Luciano con sus vidrieras, en el número treinta y seis de Barrencalle. |
"Vamos todos, según veo caminito de Bermeo"
Lema de la tertulia de Donato.
Cartas Bilbaínas de 1860
Mi querida Luisa como nos hallamos en plena Cuaresma y las noticias andan ocultas y recogidas y por si esto fuera poco, el tiempo también se ha empeñado en que hagamos penitencia y diariamente nos envía su mejor repertorio de lluvias, vientos y granizos.
Ayer hubo algunos momentos en que la ría se salía de madre, subió hasta el borde de los muelles del Arenal, corriendo sus aguas con impetuosa furia.
Los dueños de los almacenes más próximos a la ría empezaron a tomar medidas, pero gracias a Dios unas cuantas escampadas domaron los ímpetus del maleducado Ibaizabal.
No comprendo porque te interesan ahora las tabernas que existen en nuestras calles ¿Acaso has creido que ando por ellas comprando Rioja, que ahora se vende a 48 cuartos la azumbre?
Pero ya que te preocupas por estas lúgubres ermitas de Baco, te dire alguna de ellas: En la calle la Ronda las de Valerio y Nicolás Ibarra, en Somera la de Menchaca, en Tendería la de Justo Madariaga, en Belosticalle la de Jáuregui , la del Andaluz en Cinturería, la de José Dobaran en el Matadero, la de Rotaeche y Garamendi en Sendeja, en Bilbao la Vieja la de Bartolo, Gabriel Colau y Ferrer.
Estas tabernas podía comprar, vino, chacolí, sidra, cerveza, aceite, jabón, aguardiente, cueros, sebo y pescado fresco.
Yo he oído muchas veces a hombres de todas las edades evocar aquellos carnavales de antes, aquellas fiestas y mi intento ha sido vano cuando he querido localizar en el tiempo el lugar correspondiente a ese antes y ese entonces, que parecen judíos errantes.
Aquellos bohemios, cesantes y alegres, ponían una nota de novedad en el paisaje urbano, son en mi recuerdo la cifra, el símbolo y expresión del Carnaval.
Los sesudos varones de entonces a quienes el tiempo había disfrazado de viejos reflexivos y aburridos, decían que aquello era incomparable con lo que ellos conocieron.
¿Y los bailes?. De los bailes carnavalescos hemos visto como el vendaval de los años barría a las bellas que en nuestra época ponían en los salones las luminarias de sus ojos.
Unas se ajaron baldíamente y otras se transformaron en ese ser adorable y exclusivo de los bailes que es una madre.
Y de eso seamos imparciales no tiene la culpa el Carnaval.
comparsa Saguzar foto del Correo |
En el año 1905 la tertulia estaba en la calle Barrencalle, donde posteriormente estuvo el famoso restaurante de Luciano(Luciano Aguirrebalzategui y su mujer).
Donde Luciano se hizo famoso con el slogan:¡Comaís! ¡ Bebaís! ¡Pagueís!
La tertulia primero se estableció en la misma calle en el número cuarenta donde hoy está Txomin Barullo y luego en el treinta y seis planta baja y primer piso.
En mayo de ese mismo año la tertulia, organiza por la noche una comparsa alusiva a don Quijote y Sancho Panza. Impera el buen humor bilbaíno, a las nueve de la noche salió la cabalgata "Ande Donato", rompen la marcha los tamborileros a los que sigue un molino de viento hecho con muy buen gusto. Iban don Quijote en un blanco rocín, con armadura y casco, llevando lanza larga y escudo, por detrás Sancho Panza montado en un pollino perfectamente caracterizados para regocijo del público en general.
En el Arenal los fuegos artificiales y todos agolpados para ver la parodia, al paso de la comparsa el burro tuvo que ser retirado pues los ciudadanos la tomaron con él, no faltando alguno que con una navaja quiso agredir al caballo y al burro.
Con grandes esfuerzos consiguió la cabalgata llegar hasta el ayuntamiento.
Como en muchas de estas sociedades, tuvieron sus problemas con los aguaciles, por no respetar los horarios cantando y tocando la guitarra hasta altas horas de la noche.
También organizaban corridas de toros y becerradas, el simpático Penca se propone dar una novillada que llame la atención, de picador de toros Fabián y el simpático tablajero Paco de torero, se proponen poner en práctica todas las suertes del toro desde Pepe-Hillo hasta nuestros días.
En la taberna de Donato se servía bacalao en todas sus modalidades, un día se sentaron Serafín Menchaca, el pintor Paco Iturrino e Indalecio Prieto y pidieron un Villagodio, sinónimo de chuletón de buey según dejó escrito Indalecio Prieto. No entiendo dijo la sirvienta, pon asar tres trozos de solomillo y tráelos a media sangre, porque a media sangre son los toros de Villagodio. Así es como hizo fortuna y se conoció en medio mundo lo de Villagodio, este fue el San Benito del marqués que le acompañó toda su vida.
Serafín Menchaca declaró la guerra santa a Villagodio, negándole el saludo y hablando pestes de él.
Esos no valen sino para el matadero, decía.
Existió una enemistad entre José Echevarría y Bengoa, marqués de Villagodio. Este señor criaba reses bravas para el toreo y aspiraba a que en Bilbao se lidiasen sus toros, la comisión de la plaza de toros de Vista Alegre se negó a ello, solo Miuras, Murube, Romero.....
El marqués despechado construyó una plaza de toros en Indauchu, este gesto fue muy criticado en la villa y fue un fracaso económico.
Desde entonces Serafín Menchaca iba propagando lo del chuletón de buey, que no era sino despreciar la bravura y casta de sus toros.
Serafin Mencha era el jefazo de la Comisión Taurina de Bilbao, empresario taurino y como se decía en la villa el cónsul de Córdoba en Bilbao y asistía a su tertulia en el café de la Concordia, en los bajos de la Sociedad Bilbaína.
fotos de distintas comparsas del archivo del Correo |
Un carro municipal transportaba los pellejos de vino a la Sociedad Recreativa de la Tertulia de Donato, todos los años para la Romería de San Roque.
Por aquellos años Rodrigo Pelaez Ansoleaga era el presidente de la tertulia, se hablaba, se discutía y se bebía vino peleón.
El primero de octubre de 1907 Gobernación ordenaba el cierre de teatros y tabernas que no cumplieran con lo establecido por la ley.
En materia de horarios de cierre y calidad de la bebida, permiso de juego en las tabernas, a fin de evitar que acuda a ella gente maleante con armas prohibidas.
El gobernador civil señor Aresti, ordenó al inspector de vigilancia, llamar a los dueños de las tiendas donde había tertulias quedando todas ellas disueltas.
No querían que en esas tertulias se burlara la ley y que permanecieran abiertas hasta altas horas de la noche como ya venía ocurriendo.
Todo esto originó que los de la tertulia de Donato, se transformaron en una tertulia-científica literaria en la misma calle Barrencalle, treinta y seis primer piso.
El sábado 7 de octubre 1907 se comunica el cierre y el sábado 30 de noviembre del mismo año inauguran su nueva sede en la calle citada.
Acudieron cien invitados a un banquete que duró hasta bien avanzada la noche, todo ello amenizado con una banda de música.
El local era espacioso y los balcones se adornaron con colgaduras y la bandera de la sociedad.
Desde entonces funcionó como un auténtico Txoko con 119 socios y con un buen remanente de tesorería.
Con su gran sentido del humor según decía Aranaz Castellanos y su lema era "Vamos todos, según veo caminito de Bermeo".
Uno de sus propósitos era la gastronomía casera, urgente y satisfactoria.
Una mujer de rostro dulcemente reidor nos brindaba una cariñosa elección de menú: Merluza fritita con "güevo"o "merlusa" con puerritos y todo esto frente a una enorme botella "magnun"de buen vino de Rioja que la colocaban a modo de entremés, desdoblando unas servilletas que más bien parecían sábanas.
Era Carnaval del año 1908, desde el amanecer el cielo se disfrazó de negro, los montes blancos y chorreaba agua por todas partes. Hasta la temperatura se disfrazó de diciembre.
La nieve, la lluvia y el granizo se sucedieron todo el día, pero no se arredró el público que ocupaba toda la Gran-Vía con su numeroso grupo de máscaras como no se recuerda de otros años, ahora viene el desfile de la banda de música de Santa Cecilia, la gente va desfilando hasta la Plaza Nueva formando un paseo animadísimo y se derrochó mucho confeti.
Paso a presentarse la mascarada de "Ande Donato"y la banda de música se prestó a recibir a los de Donato que estaba en los soportales de la plaza nueva.
Los alegres socios de esta tertulia dieron la nota formando parejas de aldeanos y aldeanas, unas cuarenta parejas clasicamente vestidas, detrás las autoridades municipales,los aguaciles y tamborileros. A las parejas de aldeanos no les faltaba un detalle, eran dignas de admiración, iban en pareja cogidos de la mano y en franca algarabía. Recorrían calles y plazas con una careta de cartón y una descomunal nariz, a estos disfraces surgieron otros más grotescos que ridiculizaban a los políticos de turno.
La corporación local vestía a la antigua usanza empleando los característicos chuzo o varas de lanza.
Hay que decir que durante varios días los socios de Donato recorrieron los pueblos de Arratia, revolviendo cielo y tierra hasta encontrar lo que buscaban.
Acertadísimas las caretas y las pelucas de los alcaldes, médicos y demás funcionarios.
Los de Donato cantaron varios couplets escritos y cantados con mucha gracia, bailados al son del tamboril.
El alcalde impidió que las parejas bailaran a lo "agarrao".
Luego por la tarde en el Teatro Campos Elíseos enorme concurrencia, los que bailaban en la Casilla más que bailar nadaban.
El 16 de agosto de 1908 la tertulia de Donato celebra la fiesta de San Roke, es una romería organizada por la comisión de festejos del consistorio bilbaíno.
En la ermita de San Roke cantó el orfeón de la tertulia de Donato.
Después del aurresku, hicieron su aparición los gigantes y cabezudos de los chicos de Donato, ante la hilaridad general de todos los asistentes.
En una choza levantada para esa ocasión comieron unos cincuenta comensales. Después de terminar el festejo se dirigieron todos a Bentabarri para terminar con la fiesta.
Las coplas de los de Donato decían así:
Año pasao l´alcate
cobransa te quisió.
Por eso de erri-tarras,
ninguno te vinió.
Patxo de Sorguinsulo
que te llegó a venir.
pero scladoriak
seguir que te seguir.
Este año l´alcate
ya te ha permitiro
por eso de chori-erri
ya t´hemos veniro.
Ene disir y todos
t´amos querido ver
dejar vacas y pronto
t´echamos a correr.
Un parol erredondo
en el metá, metá
con Sagusar pintao
t´está en el portal
arriba el elegansia.
Donato nos dijo
Pencas en abundancia
no faltará el humor.
calle Jardines dos aquí estuvo la tertulia de Sagusar. |
LA TERTULIA DE SAGUSAR
Esta comparsa nació allá por el año 1907, se reunían en la taberna del Porrón en la calle Belosticalle.
En el Porrón tenían los Sagurzales un cuartito con cuatro camas, por si les pillaba el perro de la Alhóndiga.
Dicen que causas políticas propiciaron la escisión de Donato, fundándose luego el Sagusar en la calle Jardínes dos en un piso alto.
Indalecio Prieto trabajaba en la redacción del periódico la Voz de Vizcaya y coincidía con los socios del Sagusar.
Era una tertulia de despensa y bodega, con salón y sala de billares, incluso tenían equipo de fútbol.
En aquellos años los socios eran gente de humor y de buena posición económica, aunque no como la de los señoritos del Kurding Club.
Todos sus componentes eran gente de profesión liberal, todos sabían solfeo y varios de ellos tenían estudios musicales, sus fechas de actuación eran agosto y los carnavales.
El profesor musical se llamaba Domingo Ortiz "Chone" y su madre se llamaba Pepita, famosa saldista, venta, compra, también prestaba dinero en Bilbao la Vieja.
Organizaban novillada taurinas y tenían su localidad en la solana del cinco en Vista-Alegre.
En homenaje a sus mujeres todos los años organizaban una excursión a la fuente de Iturrigorri y ellos cumplían con su deber de beber un solo vaso de agua y ofrecer una botella a las mujeres.
En ese piso se celebraron bailes durante los carnavales y ensayaban canciones llenas de ingenio y de buen humor.
En el Sagusar hubo destacados presidentes como Santiago Alda Jubera,personalidad nacionalista, Rodrigo Peláez Ansoleaga, pintor y dibujante, hijo de un arquitecto.
A este señor lo apodaron Penca por el pedazo de nariz que tenía. Penca tenía por costumbre prensar sobre el papel el culo de un vaso húmedo de vino marcaba documentos a manera de sello oficial.
Otros socios curiosos de esta sociedad eran el general Vistillas, Tranquilo, Febo, Cizaña, Caradura, Chatarra, Pika, Mamoteo, Peru Errotako era feo y bizco, fue socio honorario de la sociedad y era un bilbaíno tan puro que nunca había estado en el Ensanche de Bilbao, hazaña de la que presumía.
Todos ellos tenían el humor por bandera, organizaban cenas a base de porrusalda, bacalao o angulitas al pil-pil o macarrones de postre, regado todo ellos con Marqués de Riscal y las consabidas canturreadas con el café y dar buena cuenta de la licorería de Abaitua en Bidebarrieta, con Quitapistas, Anisados, Rhon escarchado, Tarragona y así bien entonados se ajustaban las alas de murciélagos en tela y de varillas, imitando el aullido de los murciélagos asustando a los gautxoris de las Siete Calles.
Solo Dios sabe los comestibles y el vino que consumieron entonces los socios del Sagusar y lo que gozó el pueblo sincera y honestamente con aquellas expansiones que tanto recordaban las felicidades patriarcales de aquél Bilbao antiguo.
Ese piso años después lo ocupó el Club Deportivo Fortuna de fútbol.
La Tertulia Taurina también pasó a esa misma casa en la calle Jardines, antes esa tertulia se reunía en el Café Brillante de Hilario Ambrona en la calle Estación cuatro.
Este café se abrió en el año 1885 en los terrenos de la Concordia, con veladores en la acera. La Tertulia Taurina marchó del café a un sitio más amplio y más cómodo para ellos en setiembre de 1911.
carnavales en Bilbao 1911 revista Novedades del archivo La Sociedad Bilbaína |
Las primeras comparsas de las que se sabe su nombre: La Bilbaína, la Moderna, los Pescadores, los Contemporáneos, los de Ultramar, los Patriotas, los Badulaques, los Zapateros y los ambulantes, los Pierrots y la Bohemia.
Las tertulias afectadas en Bilbao eran: La Sirena de Bilbao la Vieja,29. La Delicia calle Ribera letra A. El Azar en La Esperanza treinta. En Barrencalle había cuatro la de Donato, la Artística Recreativa en el número nueve, la de Chene, Julián.
La Cultural en la calle Libertad siete y posteriormente en 1909 la Begoñesa en Zabalbide y La Goleta, el Garrotín y el Porrón.
La Bilbaína, la Moderna, el Azar, don Benito, el Águila o Capotín todas ellas salían en carnaval disfrazados de aldeanos o artesanos hasta el año 1936 en que se prohibió la fiesta del carnaval.
A finales de febrero de 1908 en el café Olimpia volvió a reunirse la comisión organizadora de los festejos del carnaval en la Gran-Vía y hay un tribunal que otorga los premios, esta el aytuntamiento, la asociación de estudiantes de Manuel Velasco, la Federación Atlética y por la tertulia de Donato Joaquín Amilivia y Martín Garrastazu.
La tertulia de Donato ofrece un hermoso busto de un negro, que ha sido expuesto en los escaparates de la Gran Vía 2, la tienda de García y Larrucea, era una mercería y quincalla donde se vendía de todo.
Se ensayaba música con piano, violín y flauta, estaba muy cerca del cantón de Barrencalle que da a la calle la Torre y muy cerca de allí se había asentado la Coral de Bilbao.
No pocas noches asistían asistían el Pintor Guinea, Luna Novicio y uno de los Benlliure y por proximidad muchos cantantes de la Coral.
Algunas de esas canciones populares permanecen en el acervo del pueblo de Bilbao, como esta:
¡Ene que risas hisimos
al pasar por la Sendeja!
Chalos y toido nos hiso
desde el balcón una vieja.
¡Calléis arlotes! gritaba
desde el río un angulero,
¡Mocordo! le contestamos
y venemos pansia el pueblo
multa nos quiso tirar,
el mamarro de sereno
y escapando le dijimos,
¡No tiene usté mal recuerdo!.
De la ronda de Barragarris, compuesta por Juan José Moronati Laucirica.
Así cantaba la comparsa Saguzar
Es a mi modo de ver,
género de contrabando
todo lo que viene usando
hoy en día la mujer.
Su cabeza suele ser
tienda de peluquería,
pues se pone cada día
tres arrobas de crepé.
Estribillo: En tirabuzones, cintas y
en mil orquillas,
las redecillas y el madejón.
Luego por la noche si se les mira
no hay cuatro pelos al natural,
por eso no tiene nada de extraño,
porque lo falso
les gusta más.
La comparsa La Palma
Todo nos parece poco
aunque de eso nada se hable,
porque el lujo en nuestra villa
raya en lo intolerable,
igual hombres que mujeres.
A la última boda van
y todos nos preguntamos
como se arreglarán.
Algunas con sus vestidos
van llamando la atención,
pero el estómago llevan
hueco como una acordeón.
Con gastar portamonedas
y vestirse de levita
no se puede distinguir
criadas de señoritas.
Van a pasear de noche
a la calle Correo,
y el domingo al baile
de los Campos Elíseos.
Hacen pensar si mis padres
viven de los interese
o sin salir de esta villa
pelean con los ingleses.
DON VALENTÍN HEREDIA Y LA CALLE SAN FRANCISCO
De las calles de Bilbao la más popular es la de San Francisco.
Las habrá más típicas, de más abolengo, pero tan populosa como ella no hay ninguna, mejor entonada con el clasismo local de la villa.
Complemento con la calle está la taberna de Valentín Heredia, heredera actual de cuantos establecimientos en tiempos pasados.
Hace años, muchos años lo que hoy es el flamante bar, apenas si era un bochinche de menor cuantía, conocido por la tienda de Juanillo, que ocupaba justamente la quinta parte de lo que hoy ocupa.
Pero seguía teniendo su importancia mercantil, en casa Juanillo todos los días se despachaba al copeo cántara y media de aguardiente.
Otra de sus célebres mercancías eran las famosas tajadas de bacalao, amén de variados artículos, las patatas, alubias, cajas de betún, ajos........
Se llamaba Juan Ochoa y vivía encima de la taberna en el primer piso, era muy conocido por la policía municipal por infringir continuamente el horario de cierre del local, fuera de horas.
Multas de dos, cinco y diez pesetas, por uso indebido del agua municipal para uso industrial, construir una chabola en el patio para uso de cocina del restaurante, por dejar suelto en la calle una perra en celo de su propiedad, por disparar cohetes sin permiso municipal.
Juanillo era todo un campeón de las infracciones municipales durante todos los años que estuvo en la calle San Francisco.
Juan Ochoa Cuellar se da de baja en 1907/1908 y se traslada a Las Cortes doce donde abre una taberna.
En el año 1910 la taberna de Juanillo pasa a nombre Santiago Castro.
El actual propietario estuvo en su día detrás del mostrador y hace más de veinte años poco más o menos que forma parte de la familia del antiguo dueño de la casa.
Hombre decidido, emprendedor y entusiasta de sus negocios, comprendió que había que salirse de la rutina, si quería salir de la clase modesta a la que pertenecía y empezó a introducir reformas.
Logró convertir el panteón en palacio, el chiscón se ha transformado en un lujoso establecimiento y las copas de aguardiente mañaneras de hace treinta años han dejado paso al vermut, con lo que algo han salido ganando las costumbres.
Y no digo nada más porque antes se bebían de cinco a ocho por la mañana, veinticuatro litros de aguardiente ahora se trasiegan una media igual de aperitivos, lo que no dice mucho a favor de la civilización.
Pero la verdadera hora del trasiego en casa Heredia comienza a las seis y media de la tarde.
Unos con otros todos los días se despachan en ese tiempo tres pellejos de vino al chiquiteo..
No es caso excepcional en algunos casos recientes se han despachado hasta siete pellejos y medio.
Lo que da de beber Valentín en su casa y fuera de ella y más allá de Bilbao, son cabalmente quince mil cántaras mensuales del rico mosto que salen cada día de los almacenes de la Alhóndiga donde don Valentín es mayorista de vinos.
La fisonomía inconfundible de la casa de Valentín se ofrece en toda su genialidad a las ocho de la noche.
Un compacto grupo de hombres a pie firme, se consagran al culto a Baco, entre chacotas y comentarios, burlas, ellos se deleitan bebiendo vino peleón.
Se renueva con frecuencia la parroquia deambulante, pero quedan allí imperturbables los parroquianos de buena ley, tal vez los más fieles a la tradición. Los que no se alteran por nada y parecen cumplir con un rito, sagrado, inmutable.
Tal fuerza tiene para ellos pasarse dos a tres horas cada noche en el mismo sitio, en igual mesa, en idéntico estado de serenidad en medio de la borrasca.
A la par que las Siete Calles fueron perdiendo su valor costumbrista de las cosas de Bilbao, los viejos catadores del buen vino se han pasado a la casa de Valentín y las sociedades que formaban el Progreso y Sagusar y algunas otras de memoria feliz dieron en ir a ella como casa propia.
Arrastraron a otros inteligentes parroquianos.
Tipos célebres, parroquianos famosos los hubo y los hay siempre en esta taberna de la calle San Francisco y de los que se recuerdan hazañas imborrables en estas lides, el flautista Jodra, Botines el torero, Posadas, el Zurdo, Culio, Balbuena y Verduras y ultimamente Pitarque.
En la prensa bilbaína del 11 de octubre de 1909 se daba la siguiente noticia: Ayer a la noche en un establecimiento de la calle San Francisco, un individuo llamado Lucio Vicario(Alias Botines) el cual entusiasmado por sus últimos éxitos en el mundo del toreo, empezó a decir que no había en el mundo mejor torero que él.
Estos desplantes no gustaron nada a dos individuos, Fernando Arana y Valentí Heredia que después de pitorrearse de él cuanto les dió la gana. Lo tiraron en una mesa y le cortaron el apéndice cabelludo a pesar de las protestas del lesionado, ya que era un instrumento con el que se ganaba la vida. Los esquiladores han sido denunciados al juzgado.
Los amigos y admiradores del aviador Francisco Coterillo deseando testimoniar su admiración, le dan un banquete en la casa de Valentín Heredia en mayo de 1915.
En abril de 1917 la colonia alavesa celebra la fiesta de San Prudencio que tiene su casa social en Jardines diez.
Con gaiteros, banda de música, los tamborileros tocan la alegre diana, con misa en San Vicente.
La comida se celebra en los Campos Elíseos, servida por el socio de Valentín Heredia con el consiguiente menú:
Aperitivos variados, Paella, Revuelto con Perrechicos, Bacalao a la vizcaína, pollo asado, postres, mantecado de vainilla, pastas y frutas, vino de la Rioja alavesa, café, coñac y habanos.
En diciembre de 1924 Valentín Heredia donó a los soldados bilbaínos de la guerra de África, donó setenta y dos medias botellas de vino de Medoc a modo de aguinaldo del soldado.
Durante la huelga general del 17, una pareja de la Guardia Civil a caballo se metió en en el bar y hubo quién no paró de correr hasta Castrejana y es que la calle San Francisco fue especialmente conflictiva por los numerosos afiliados al partido socialista que vivían en esas calles y además la sede del PSOE-UGT en San Francisco, la huelga general de 1917, la de 24 horas en 1916, la gran huelga minera de 1890 que fue el comienzo del movimiento obrero en Bizkaia.
En esa calle se sentía la conflictividad social, Valentín Heredia fiaba a los huelguistas, bien para que no le cerraran el establecimiento o por solidaridad con ellos.
Mesas de mármol y repiqueteo de fichas del dominó, hay una tertulia en casa de Heredia que está formada por el propio dueño que a las siete de la tarde deja su escritorio juntándose con Esteban Feijoo, Sotero Barreras y Pérez mas conocido por el Explica, la voz en el cine de las películas mudas.
Cenan juntos todas las noches después de las nueve ya no queda un solo cliente, porque ya no se despecha un solo chiquito ni por caridad.
En casa de Valentín Heredia se despachan miles de vasos de vino, pero no se oye nada desagradable, no se ve a ningún patoso.
En tiempos posteriores un cliente observó como las figuras de los jugadores del Athletic que se podían ver erguidos en el bar, los lunes si perdían el partido aparecían tumbados.
¡Salud caballeros de la venerable orden del chiquiteo!.
La taberna de Valentín Heredia |
VALENTIN HEREDIA MENDIETA
Nació el 15 de febrero de 1880 en Lanciego(Álava), era hijo de Fernando Ruiz Heredia Tejada, se casó con Faustina Mendieta Menchaca y al fallecer esta en 1873, se casó con una hermana Nemesia Mendieta que eran gente de condición humilde, tuvieron cinco hijos Agustín, Juan, Estefanía, Norberto y Valentín.
Su hermanastro Agustín muere en Bilbao en 1892.
En el año 1890 llega a Bilbao y empieza como aprendiz en la tienda de Juanillo, años después se haría cargo del negocio de manos Francisca Zalabarría su suegra, le cede la titularidad del negocio en la calle San Francisco setenta y cinco que está catalogado como restaurante de tercera categoría. Vasos típicos de chiquiteo y las jarras, los pellejos de vino entrando y saliendo con ese olor especial a pez, vinacha y la piel del pellejo.
Valentín fue prosperando y se convirtió en mayorista de vino en la Alhóndiga de Bilbao, con los Amorrotu, Linaza, Arrate, Zamalloa..... con sus vagones con su nombre transportando el vino de otros puntos de España y un camión para el reparto.
Valentín se casó con Rosa Martínez Zalaberría y vieron en frente de la taberna en San Francisco,44 junto al cine Vizcaya y tuvieron tres hijos Julia, Esteban y Serafín.
Valentín Heredia murió el 21 de octubre de 1962 su director espiritual se llamaba José Escauriaza, su mujer ya había fallecido.
FIN
Ebrios de arte y vid, el Kurding Club de Bilbao de Javier González Durana.
La tertulia, una bilbaína y simpática simpática institución, Carlos Bacigalupe, periódico Bilbao.
Cuando los bilbaínos auténticos tenían a gala no pisar el Ensanche, Carlos Bacigalupe, periódico Bilbao.
De mi vida, Indalecio Prieto.
K-Toño Frade, padre y K-Toño hijo.
Hemeroteca del Correo.
Archivo Diputación Foral de Bizkaia.
Hemeroteca Nacional de Madrid.
Docuklik.
Valentin Heredia..... mi bisabuelo ;-)
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