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miércoles, 3 de junio de 2020

LA TERTULIA DE PACO, EN EL ARENAL



Paseo del Arenal año 1893
Biblioteca Nacional de Madrid

Entre San Juan y San Pedro,
entre San Pedro y San Juan,
abre su perfumería ,
el tilo del Arenal.

En lo que entonces se llamaban los Arenales de Bilbao, existía un muelle donde se desembarcaba la mercancía que entraba por la ría a Bilbao.
En el año 1700 había varias casas arrendadas, una de ellas pertenecía a la Iglesia de Santiago y a los Hospitales de los Santos Juanes y San Lázaro, en sus bajos había unas lonjas y una renta de pesos por donde pasaba todo el acarreo de la mercancía.
En el año 1712 por real cédula de Felipe V se vende suelo público en el Arenal.

En el año 1843 Lorenzo Tellaeche era atalayero y guardarría en el Arenal.
El servicio de diligencia Bilbao-Burgos tenía su parada en la Plazuela de San Nicolás y su propietario era Andrés Arija.
Había varias paradas más de coches de carruaje, la parada del Teatro Arriaga de Simón de Retana que pide una garita en el puente del Arenal al consistorio para guarecerse en 1899.


Ahora que estamos en el mes de junio y las flores del tilo dan un olor especial, quiero echar la vista atrás y recordar la tertulia de Paco que estaba en el Arenal junto a la iglesia de San Nicolás y frente al tilo del Arenal.
El tilo del Arenal murió con unos ciento treinta años, el día 1 de abril de 1948 a la una y diez minutos de la madrugada, por un viento huracanado, durante años tuvo su polémica, lo querían talar porque estorbaba al desenvolvimiento del tráfico. 
Si damos por bueno que ese árbol se plantó en 1816, nació al término de la francesada y fue testigo de tres guerras civiles, todo lo aguantó impávido, sin duda protegido por el pétreo escudo de la fachada de San Nicolás, segín nos dice Manuel Basas Fernández.
Fue un francés ingeniero agrónomo quién lo plantó. Vivía en Erandio y tenía una escuela de agricultura.

*Era la época en que las locomotoras del tren eran poco conocidas y las diligencias se hallaban en su máximo apogeo.
Frente al famoso tilo del Arenal, tenía Paco una administración de coches.
En ella paraban o partían todas aquellas personas  a quienes la necesidad o el afán de viajar obligaba a tal prueba.*

El protagonista de nuestra historia se llama Francisco Anchústegui Perea y fue bautizado el 2 de junio de 1816 en la iglesia San Nicolás de Bari(Bilbao).
Su padre se llamaba Francisco Anchustegui Laucirica, nació en Berriatua el 25 de enero de 1782, aunque también hay Anchusteguis en Ondárroa. Andrés Achustegui fue alcalde de Ondarroa.
Fue oficial de la Real Maestranza de Oñate y tuvo una posada en Amorebieta, donde nacieron algunos de sus hijos.
Su madre Ysabel Perea Basauri, se casaron el 26 de setiembre de 1813 en San Nicolás de Bari.
Tuvieron varios hijos, nacidos en Amorebieta, Lesmes, Pascual, María Eduvigis y Juana Josefa y Francisco nacieron en Bilbao.
Francisco Anchustegui Perea se casa en San Miguel Arcángel(Vitoria) el 17 de junio de 1844 con María Josefa Apaolaza Aristegui. Al morir su esposa matrimonió con una prima de ella, llamada Juana Apaolaza Arana la boda se celebró el 3 de enero de 1869 en San Nicolás de Bari(Bilbao).
Juana Apaolaza llevaba la fonda de Paco, en el Arenal primer piso, en el número 24. Dos números más allá en esa calle estaba la fonda de la viuda duranguesa doña Sotera, llamada la Vizcaína.



Cuadro de Manuel Losada, donde se ve la diligencia y el tilo del Arenal,
al fondo la tertulia de Paco.

Francisco Anchústegui, maestro de postas el  responsable de las paradas de postas donde se realizan los cambios de caballos  y la asignación de postillones para los correos, viajeros o ganados.
El director general de correos les expedía los correspondientes títulos que debían presentar al alcalde y al administrador principal de correos.
En el año 1848 solicita desde Vitoria la concesión de un espacio en la Plazuela de San Nicolás de Bilbao, para estacionar su carruaje y mejorar la administración de correos.
Del año 1847 a 1862 fue el encargado del correo de Bilbao-Vitoria y Vergara.

En febrero de 1853, a las ocho de la mañana llegó el nuevo gobernador  civil, don Francisco Otazu, con su señora, familia y servidumbre.
Se bajo de la diligencia en la parada del Arenal y subió al despacho del señor Francisco Anchústegui y allí recibió las visitas de sus subalternos. Tomará posesión sustituyendo al señor Arrieta Mascarua.

*Despues del viaje no solo resultaba tolerable , sino revestido de ciertos encantos.....
Apeábanse los viajeros y después de estirar las piernas y brazos para desentumecer sus molidos huesos, sacudían el polvo de la ropa, entraban a descansar en la administración, mientras se desenganchaban el tiro de mulas y sacaban de la baca los equipajes.
Revuelto en un amable desorden, aparecían maletas de diversas formas y hechuras, bajo un dosel de collarones, bridas y cabezadas.
A la salida y entrada de la diligencia, estaban quienes entraban  a fisgonear, quienes a recibir o despedir al pariente o al amigo y entre todos ellos componían la flor y nata de los bilbaínos de pura raza, la tertulia de Paco.
Por la mañana se quedaban de charla y por la tarde iden de lienzo y si era verano  además de tomar el fresco y aspirar las emanaciones del imponderable tilo del Arenal.
Sacaban las sillas al exterior, arrimándolas a la pared.....
¡Y que pláticas tan sabrosas y que de anécdotas y chistes salían a relucir!...*

La diligencia Unión-Vitoria que tenía el servicio Vitoria a Bilbao, reanuda nuevamente al estar interrumpido por las circunstancias de la guerra. En marzo de 1876, sale todos los días a las ocho de la mañana en uno y otro punto. En Bilbao la parada está en el Arenal de don Francisco Anchústegui.

En el año 1879 el señor Daniel Sterry, dueño de la Cervecería Inglesa en el Arenal 26 pide permiso al consistorio para instalar tres mesas debajo del tilo que está enfrente del establecimiento, para la temporada estival.
En los primeros años de 1800 el paseo del Arenal era un frondoso arbolado, que consolidó terreno ganado a la ría, era un lugar lleno de tilos y plátanos.
Al Arenal se iba para oír misa en San Nicolás, ir al teatro, disfrazarse en carnaval o hacer negocios en el Banco Bilbao.
En el año 1844 había 284 árboles, entre tilos y plátanos.





EL TILO DEL ARENAL
AÑOS 1940
*Si pasamos revista a los tertulianos más conspicuos, recordaremos que nunca faltaban el ocurrente Lucas Ogara, el popular doctor Pepe Caño, el chispeante Argos, indispensable Chomin Barullo, el socarrón Paco Baldró, el exclaustrado Equisuain, los veteranos Luis Echevarría que educó a tres generaciones de bilbaínos y el ex-constructor naval Marcelino Bareño.
Cada cual llevaba un saco de cuentos saladísimos y entretenidos, que los soltaban según las circunstancias, ya al aire libre  o bien bajo techado.
Y luego ¡que polémicas tan luminosas sobre política palpitante.... o sobre gastronomía o tauromaquia!

Era una tertulia sui géneris, que a veces daba tal jaqueca al dueño del establecimiento que ni le dejaban hacer con tranquilidad  sus anotaciones, dentro del cuchitril que le servía de escritorio.
El barullo era especial cuando llegaban los toreros por las corridas de agosto o los estudiantes para las vacaciones de Navidad.
¡Aquello era entonces una jaula de grillos!
Pero el ferrocarril mató la diligencia.*

En abril de 1856 era administrador de las diligencias a Santander, daba servicio de coches a Bilbao- Arteaga y Villaro.
Había un servicio de carruajes desde Bilbao para ir a tomar los baños en Arteaga, costaba diez y seis reales el viaje en el interior y catorce en la banqueta.
En el año 1866 pide al consistorio que le quite un farol en la calle, que le impide la maniobra a sus carruajes de su propiedad.
Los coches de Bilbao a Villasana de Mena y viceversa. Salía de Madrid un tren que llegaba a las nueve de la mañana y en carruaje marchaban al al pueblo burgalés.
En la plazuela de San Nicolás tenía la parada José Arana y Francisco Anchustegui en el Arenal,24 y antes número tres.
En el año 1867 era responsable de los coches correo entre Bilbao y Zumárraga.
En el año 1876 un vapor salía del fondeadero del Arenal con rumbo a Santander y se llamaba "Primero de España".
En febrero de ese año llegan las noticias de Guipuzcoa, ha quedado libre de carlistas. Al saberse la noticia se echaron las campanas al vuelo y en la tertulia de Paco el acontecimiento se celebró con multitud de voladores.
Francisco Anchústegui fue accionista de la Sociedad  del Ferrocarril Central de Vizcaya, de Bilbao a Durango, con dos mil pesetas en acciones.

En octubre de 1877 cayó en Bilbao el premio mayor de lotería, un total de cien mil duros a los señores Moave padre e hijo del comercio de la calle Bidebarrieta, fueron agraciados con un pellizco de diez mil duros, a un panadero francés de la calle Sendeja llamado Santiago Gritton, a un comisionista que se hospedaba en el Hotel Antonia diez mil duros, a los empleados del tranvía Bilbao a Las Arenas y a una joven vendedora de periódicos llamada Escolastica Anchústegui que no sabemos si tiene parentesco con el señor Anchústegui.
La administración de lotería que dio el premio estaba en el Arenal.


No parece que los negocios le fueran mal, construyó una casa de su propiedad en 1881, en la Sendeja número diez y ocho, el arquitecto era Julio Saracibar, también en la calle del Cristo un año después. Ademas de todo esto un nicho de su propiedad en el cementerio de Mallona al lado de la epístola.



CASA DE EL DOCTOR  AGUSTÍN OBIETA,EN LOS BAJOS ESTABA LA
TERTULIA DE PACO ,PLANO DEL AÑO 1886.
ARCHIVO DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA.

Una pequeña biografía de algunos de los tertulianos: El doctor José Gil Caño, fue cirujano militar en la guerra de Independencia y en Bilbao sucedió como cirujano mayor a Juan Ugalde en los Santos Juanes el 7 de setiembre de 1816.
Fue muy humanitario y destacó por su actuación médica en la primera guerra carlista y con ocasión de la epidemia de cólera en Bilbao en 1834. Era muy querido y respetado en Bilbao.
Vivían en la calle Somera,62-2 y estaba casado con Juana Fresno, tenían dos hijos Juan Domingo y José Alejandro, este último fue muy reconocido en Bilbao como médico higienista
José Gil Fresno. José Gil Caño murió en Bilbao el año 1853.

Don Agustín Obieta Aldecoa, nació 12 de julio de 1814 en Bilbao y bautizado once días después en los Santos Juanes,estudió medicina en la Universidad San Carlos de Madrid. Fue concejal del ayuntamiento de la villa y pertenecía a una familia adinerada. Además de la práctica de la medicina en Bilbao, tomo parte activa   en la vida política local. Acudía a las corridas de toros durante las fiestas de Bilbao con levita y chistera.
Se casó con Sinforosa Jado Lallana el 8 de enero de 1842 y  nacida en Bilbao el 19 de julio de 1811, que pertenecía a una distinguida familia de Bilbao.

Domingo Sagarmínaga Zarraga más conocido por "Txomin Barullo", de carácter bromista y bullanguero, con mucho sentido del humor y perejil de todas las salsas en aquellos años, nació  el 3 de mayo de 1830, fue bautizado en la iglesia de los Santos Juanes.
Era un tipo alto y fornido, dirigía la procesión y ¡cómo la dirigía! de levita y provisto de un bastón, como los de tambor mayor, con gran bola y borlas doradas, recorría cien veces la carrera de principio a fin la procesión, dando órdenes, alineando las hachas, haciendo parar, andar.
Todo sudoroso y jadeado, actuaba y dirigía cabalgatas, procesiones, los toros y las fiestas de todas clases.

Sabino Goicoechea Echevarría más conocido por el apodo de "Argos",  periodista y arquitecto. Nació en Bermeo el 31 de diciembre de 1826 y murió en 1901, fundador en 1891 y propietario del periódico El Nervión.

Lucas Ogara Isla, nació en Bilbao y fue bautizado el 18 de octubre de 1818 en los Santos Juanes.
Participó en distintos negocios, socio fundador de la fundición Santa Ana de Bolueta, Sociedad Ogara y Bulfy Martínez dedicada a la compra y venta de toda clase de géneros, un tren minero.

Luis Echevarria y Miguel Zamacois compatieron docencia en Bilbao, se dedicó a la enseñanza mercantil y educó a tres generaciones, nació en Bilbao recibió las aguas bautismales en la iglesia de Santiago el 7 de febrero de 1830.

Marcelino Bareño Muñecas, maestro constructor de barcos de vela, perito de la comandancia de la Marina de Bilbao.
Nació y fue bautizado en Plencia el 1 de junio de 1817, en este antiguo astillero empezó a construir, luego lo hizo en Gijón y Bilbao y durante 37 años fue inspector de Bureau Veritas en Bilbao.
Fue apoderado de Tomás Gana.
Murió con noventa y cinco años en el año 1902.

Lesmes Anchustegui Perea hermano de Paco era en sus orígenes carretero y comerciante junto con Domingo Montagnac. Vivía en el Campo Volantín, Lesmes murió el 1 de noviembre de 1880.
Formó sociedad o fue gerente con un francés llamado Juan Blancou que era maestro de carruajes, todo tipo de carruajes, coches de paseo, simones, diligencias, toda la locomoción de caballos. 
Fue alcalde de barrio de la calle Sendeja y se casó con Antonia Duran Juaristi.

Pasan los años y ya no quedan más carruajes que los de Santander y algunos pueblos de la provincia......
Desapareció todo el tráfago y bullicio del viajero mundo, como desapareció de entre nosotros el bueno de Paco Anchustegui el 9 de setiembre de 1892.
Don Celestino Sagarmínaga en representación de la tertulia de Paco, pide permiso al consistorio el año 1900, para ampliar el local en la calle del Arenal entablar y techos.

En julio de 1920 se dio un concierto en el kiosko del Arenal, con la banda de música municipal que ejecutaron la obra del inolvidable bilbaino Emiliano de Arriaga, titulada Bilbainescas con reminiscencias a la tertulia de Paco y los amigos del Bilbao viejo, que recogían dinero y hacían obras de caridad. La última de estas obras de caridad que se conocen fue en 1928, se entregaron 480 pesetas para el Colegio de Sordomudos y Ciegos de Vizcaya.

Don Fernando Landecho en marzo de 1923 asistió al funeral del famoso profesor de gimnasia Felipe Serrate, en representación de la tertulia de Paco.



Al fondo a la derecha el tilo del Arenal, foto del periódico
El Correo
*Pero los más conspicuos siguieron acudiendo a la querencia de la tertulia y allí se sentaban un si es no es, mustios y cariacontecidos .
Pero tuvieron una idea feliz y salvadora, al cerrar la administración de coches se hicieron cargo del local, formando una sociedad limitada y a esta sociedad tuvieron la feliz ocurrencia de llamarla la Tertulia de Paco, rindiendo homenaje al difunto administrador.
Se arregló el cuchitril de Paco, se empapelaron las paredes, se hizo una banqueta corrida de pana roja, se dio un buen fregado al suelo.
Sin más ambages ni rodeos, ni mesas, ni bibliotecas, ni reglamentos, cada socio tiene un llavín y entra y sale cuando quiere, sale al paseo, coloca su silla en la acera, enciende o apaga el gas y tan contento.
Son cuarenta socios, baraja completa, pagan allí mismo la modesta cuota y uno de ellos hace de cajero.
Este a su vez paga el arrendamiento, luz, limpieza........
Con el tiempo han ido desapareciendo algunos de ellos.
Pero aún queda un lucido núcleo empezando  por su presidente honorario y vitalicio, el respetable doctor Agustín María Obieta, propietario de la casa y decano, predilecto médico de Bilbao.
La tertulia de Paco, no puede ser más típica ni tener más sabor local.
Sus miembros son libres felices e independientes.
Pocos pero bien avenidos y dado el carácter y la fisonomía franca y jovial de este centro de reunión, debían colocar en su dintel un letrero, que contraste con el que pusiera Dante, a las puertas de aquel centro de chamusquina:
"LOS QUE ENTRÁIS AQUÍ RENUNCIAD PARA SIEMPRE A LA TRISTEZA".

Se extinguió lo típico,
va a desaparecer
la tertulia de Paco,
cerrado el parlamento
no funciona el senado,
ya que quiten el tilo
nadie va ha contemplarlo. 12 de diciembre de 1927.

El Noticiero Bilbaíno daba la noticia el 7 de enero de 1928,
la Tertulia de Paco va ha desaparecer la noticia corrió de sopetón, se nos va para no volver.
Era el recordatorio permanente de los tiempos consagrados en el altar de la tradición, la Tertulia de Paco era su relicario.
Sus socios respetables convecinos nuestros, no vivían  luego de traspasar la sencilla puerta acristalada de la tertulia, más que para el recuerdo del Bilbao de antaño, para la adoración de aquella hacendosa burguesía sietecallera, que ellos con el oro de sus empresas  y el caudal de sus iniciativas, tocaron de galas regias, llevándola en triunfal paseo a bañarse en las corrientes del Asua y el Cadagua y sacándola del valle encajonado para pasar revista a sus antiguos dominios desde las cumbres de Archanda y de Santa Marina, incorporadas también al patrimonio de la hacendosa burguesía de las Siete Calles.
La tertulia de Paco se va, despidámosla con afecto que se merece y con la veneración a sus beneméritos socios ya fallecidos, lleva la firma de Chimbito.
Don Gregorio de la Revilla Ingunza fue también presidente de la Tertulia de Paco

UNA DILIGENCIA DE ÉPOCA EN VIGO


FIN



*La pastelería y otras narraciones bilbaínas de Emiliano de Arriaga.
*Vuelos cortos de Emiliano de Arriaga.
Doctor Juan Gondra Rezola.
Hemeroteca Nacional de Madrid.
Liburuklik.
Archivo Diputación Foral de Bizkaia.
Ignacio Altube Garay.
Economía y sociedad bilbainas en torno al Siitio de 1874.


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