EDUARDO RUBIO IBARGUREN, UN CARRERISTA



EDUARDO RUBIO, foto de estudio
de Indalecio Ojanguren.


Ricardo Antonio Rubio Calzado, nació 8 de mayo de 1870 natural de Cabrillanes comarca de Babia en la provincia de León, se casó en Bilbao en la iglesia San Nicolás de Bari el 28 de octubre de 1897, con María Josefa Ybarguren Arceluz nació en Gipuzkoa /Aizarnazabal el 24 de abril de 1874.
Ricardo tenía su consulta de practicante, en Achuri 38, en el año 1896 y una barbería en Iturribide diez, en el año 1906 quita las vacías de la fachada de la barbería para su posterior cierre.
Le hacen practicante de plantilla de la Casa de Socorro del Centro de Bilbao y pasa a empleado municipal.
Su consulta la cambió de la calle en Artecalle, 29 a Ronda, además de practicante daba masajes. 
Veinte años llevaba de practicante en el Cuarto de Socorro del centro desde 1906.
Eduardo Rubio Ibarguren, nació en Bilbao el 18 de febrero de 1902, la familia marchó a vivir a Ciudad Jardín donde vivió la madre.
De casado residió en Bilbao, en 1940 en la calle Gran Vía,12 y a partir de 1950 en la calle Elcano.
Fueron tres hermanos, dos chicas Piedad 1916, Sofía 1899 y él.




VUELTA CICLISTA A ESPAÑA, EN BILBAO AÑO 1935

LOS CARRERISTAS
Así se llamaban en tiempos pasados, a los que corrían en bicicletas o en las motos, eran como una cosa intermedia entre un corredor de carne y hueso y una figura legendaria.
No es que Eduardo fuese tan viejo, sino que perteneció a aquella época romántica del ciclismo, iniciada con Zumalde y cerrada con Martín Salazar época que se dilató desde 1915 o 1916 hasta 1922.
Llenó el vacío que entre sí dejaron dejaron, los Espinosa, Blanco, Oca, Sorriguieta, Gorostiza por un lado y los Barruetabeña, Sarduy, Gutiérrez, Artaza y Cepeda.
Eduardo Rubio fue el único bilbaíno que pudo defenderse con cierta galladardía frente a la invasión campesina de los ciclistas.
¿Fue  de los seis o siete que batieron en 1924 el record establecido por Lorenzo Oca en 1911?.
La nueva era, la del campesinado se inicia con Barruetabeña, Sarduy, Gutierrez, Artaza y Cepeda, dos de Múgica, uno de Retuerto, otro del alto de Umbe y el quinto de Sopuerta, luego siguieron los Ezquerra y Dermit de Sodupe y Asua, más tarde Mancisidor, Langarica, Loroño y Morales que son de Basauri, Durango, Ochandiano, Larrabezúa y Valmaseda.
Bilbao no nos ha dado pues ningún corredor de mérito desde hace más de un cuarto de siglo.
Nos preguntamos porque Bilbao no ha dado campeones ciclistas, cuando París ciudad mucho mayor  y más viciosa, según es fama los ha dado en todos los tiempos y sigue produciéndolos.
Entre los años 1924 al 26, toda Vizcaya se llenó de bicicletas, el ciclismo de competición es demasiado duro, para gente que no sea aldeana, que no haya comido talo en abundancia, que no haya sorbido leche mantecosa a torrentes y que no se haya bebido los aires puros de nuestros campos de toda la vida.
Si pero como salió en Madrid, un Telmo García, un Carretero o un Barrendero.
¿Desde hace cuanto tiempo en que Bilbao, no ha dado ningún campeón?.

EDUARDO RUBIO, CON LA VELOCETTE, QUE LE
INCAUTARON EN LA GUERRA.

Eduardo Rubio no solo fue un carrerista sobre dos ruedas, bicicleta y moto, como le conocimos todos, también sobre tres ruedas en "goitikbera" aquellas carreras organizadas por el Club Deportivo donde se lanzaban como centellas por Santo Domingo abajo, al mando de Antxón Bandrés.
Otros deportes nunca le dijeron nada, pero el placer de ceñirse a una curva a velocidad de vértigo, que pocos saben muchos hombres de esos placeres de carretera.
Tenía once o doce años cuando vio caer por un terraplen a unos quince "goitikberistas", unos encima de otros. Hubo contusiones, chichones, magulladuras y algún brazo roto.
Eduardo se dio cuenta que estos accidentes se producen por la impericia, se olvidó de la goitikbera aquello fue en sus días de infancia y no satisfecho con la bicicleta busco mayores emociones en la moto.
Y aquí se encontró plenamente, el primer día hombre y máquina quedaron plenamente compenetrados, formando los dos un todo armónico.
A Eduardo no lo podemos concebirle ya sin su bicicleta y ni a esta sin aquél, ambos se complementan.
Estudiaba para facultativo de minas cuando compró su primera bicicleta en el garaje de Lorenzo Oca y este paso le llevó a la Sociedad Ciclista Bilbaína, de la que fue socio de número.
Se fue por todas las carreteras de Vizcaya, por lo general su compañero era Adolfo Urrutia, que además de buen corredor tocaba aún mejor el piano, corría entonces el año 1918.
En el año 1919 corrió la primera carrera ciclista de su vida, fue organizada por el Club Deportivo, hechas y calculadas para muchos neófitos. El itinerario era bonito Bilbao-Munguía por Enékuri y Artebakarra y luego por Andrakas, Plencia, Umbe, Enékuri y el regreso a Bilbao, con la clasica llegada en la recta del Campo Volantín. Fue Martín Salzar "Txanito" el ganador de esta carrera, pese a correr con una bici prestada quedó en sexto lugar.
Su primera victoria la obtuvo en una Bilbao-Llodio-Bilbao, con llegada en el alto de Miraflores. Salió favorito para esta carrera  Fernando Ibañez "Cables", pero Rubio  y Remigio Loroña se escaparon en el mismo Boquete, a un kilómetro de la salida y no se les volvió a ver.


AÑOS 1920,INDUMENTARIA DE UN CARRERISTA


En el viraje de Llodio, Rubio se hizo destacar y tomó unos metros de ventaja, que fue aumentando paulatinamente y llegó solo a la meta.
Después siguieron otras victorias clásicas de carreras de pueblos, en Ea, San Miguel de Basauri, donde por primera vez se vió a un muchacho gigantón subido a una bicicleta Cesáreo Sarduy.
En esta carrera de Basauri, su compañero de fuga fue "CABLES" Ibáñez que quedó segundo.  La prueba la organizaron dos amantes y experimentados ciclistas del club, Eusebio Soriano y Daniel Oñate.
Ganó en Ortuella, Baracaldo, donde su peor rival fue Txomin Gutierrez. ¡ Que tiempos aquellos, lo que se hacía por ganar una medalla! y los entrenamientos había que madrugar por las mañanas, porque luego había que ir a la oficina.
El Club Deportivo por aquellos años tenía una figura destacada que se llamaba Martín Salazar, Eusebio Soriano, Federico Dapousa, Severino Achúcarro, algunos era ciclistas y otros ciclo-turistas.

Ingresó Eduardo Rubio en el equipo ciclista del Athletic en el año de su fundación 1924. Este equipo tenía el siguiente plantel de buenos ciclistas: Fernando Ibáñez, Adolfo Urrutia, Domingo Gutiérrez, Ángel Errasti, José Arechavaleta y Eduardo Rubio.
Adolfo Urrutia Llona se hizo socio del Club Deportivo en los años 1930. El equipo del Athletic se disolvió en el año 1929, al club ya solo le interesaba el fútbol, lo mismo paso con la sección de montaña.
Acontecimientos importantes, el Tour de France de 1923, ganó Henri Pelissier, seguido de el italiano Bottechia, al año siguiente se anunciaba una Tour 1924. 
En el garaje de Lorenzo Oca, la bicicleta Automoto, la ganadora del año anterior, se vendía en Rodríguez Arias, 23 era el representante para Vizcaya.
En las vitrinas del Athletic se pueden ver aún los trofeos ganados por estos bravos ciclistas, en ruda y leal batalla.
La primera copa fue en la carrera Tolosa a Pamplona y regreso, Rubio quedó el cuarto, pero por equipos ganó el Athletic.
La vuelta a Guipúzcoa, aquella primera carrera sobre 190 km, ganada por Cesáreo Sarduy, también el Athletic se llevó la copa por equipos, esta carrera participó Jaime Janer y Eduardo Rubio.
En el campeonato de Vizcaya ganó Barruetabeña, seguido de Marcelino Loroño y Eduardo Rubio tercero.
También corrió el Campeonato de España, fondo en carretera el 3 de agosto de 1924 con una distancia de cien kilómetros de Bilbao a Elorrio por Enekuri ida y vuelta. Esta carrera la ganó el catalán Juan Bautista Llorens.
La prueba de la Primera Vuelta al País Vasco, allí se codeó con los mejores Henri y Francis Pelissier, algunos pinitos más en su vida de txirrindulari, para luego pasar a presidente de la Sociedad Ciclista Bilbaína y de la bici se pasó definitivamente a la moto.
Como ciclista fue Rubio un corredor inteligente, no poseyendo cualidades de escalador de primera fuerza, tuvo que recurrir al virtuosismo en las curvas, en los descensos para recuperar el terreno perdido.



EDUARDO RUBIO A LA ESPERA SOBRE UNA NORTON

Siempre tuvo en la carrera una noción clara de su verdadera situación y aprovechó sus recursos, a veces inferiores, hasta las últimas posibilidades para nivelar fuerzas con sus rivales, era hombre hábil y arriesgado en los descensos, al estilo de Barruetabeña, del que no se separó de su rueda.
El año mejor de Rubio, fue en el año 1924, después de un invierno entre nieves en Abejar y Quintanar de la Sierra, haciendo un estudio topográfico para el proyecto del ferrocarril.
Estudio facultativo de minas y fábricas metalúrgicas, haciendo muchos trabajos de topografía.
En 1927 es presidente de la Sociedad Ciclista Bilbaína y dos años después se federo, en la Vasca de Alpinismo representando al Athletic Club que tenía una sección de montaña por aquellos años.

Un buen día Eduardo se compró una moto Rudge de tres caballos, mas tarde una Indian de dos, una A.J.S. de cinco y una Velocette de tres y medio.


Ibañez, Errazti y Rubio, del equipo Athletic
Club de Bilbao con su presidente Irezabal.

Pero su primera subida a Castrejana en moto, la hizo con una Francis Barnet 175c.c., con la que obtuvo su primera victoria, la primera de su vida.
Sus mejores carreras las corrio en la cuesta del Cristo en Bilbao, el campeonato de la Peña Motorista de Vizcaya y el Campeonato de España.
Este campeonato fue con participación internacional, se corrió en 1931 sobre el circuito de Getxo-Berango, quedó a solo un segundo del ganador el francés Lafont, venciendo a otros como Boulanger, Naudon, Clermont, Bejarano, Moxó, Arteche y Douglas.



DORSAL QUINCE EDUARFO RUBIO, CURIOSOS Y MIRONES.

En el año 1930 banquete de homenaje a Luis Martín Lafont, merecido homenaje al presidente de la Peña Motorista de Vizcaya, en el Hotel Torrontegui, el 13 de septiembre de 1930, una cena a las nueve de la noche.
La Cuesta del Cristo, en la calle de ese nombre subía hasta la fábrica de Echevarría, toda un clásico tenía el récord Eduardo Rubio con una moto de 350 c.c. velocette en un minuto y 14 segundos.

Durante esos años y posteriores eran una constante las carreras a Madrid ida y vuelta, lo mismo en moto que en coche.
Fue Alejandro Arteche el que en 1930 empleó en moto 5horas y 32 minutos. Al año siguiente lo hizo en 4horas 52 minutos y Eduardo Rubio lo bajó a 4horas y 42 minutos.
Rubio corrió en una Norton de 300 c.c., Bejarano en una Douglas 500 c.c., Alejandro Arteche en una O.K.S. 250 c.c., José María Urquijo en una Velocette 350 c.c.
En abril de 1931 organiza una la Peña Motorista de Vizcaya,
Juan Palacios gano la copa de plata, el segundo Juan Luis Urquijo medalla de oro y el tercero Eduardo Rubio medalla de plata, esta prueba de regularidad se hizo en moto.
Abre sus puertas el nuevo Club Deportivo Bilbao, en la calle Alameda de Recalde, con unas amplias instalaciones deportivas y sus secciones de deporte bien nutridas y organizadas.
En la comisión de motorismo estaba lo más selecto del momento: Martín Lafont, Eduardo Lastagaray, Sarasua, Juan Palacios, Alejandro Arteche, José María Laka, Eduardo Rubio, Luis Oujo, Luis Bejarano, que podía salir mal con este plantel de motoristas lo mejor, de lo mejor.



EN LOS JARDINES DE ALBIA, BEJARANO, OUJO, MARTÍN LAFONT, EDUARDO RUBIO
EN EL CENTRO


En los año 1930 despliega una gran actividad en toda clase de deportes, comisario del parque de Outboard las carreras en esas zapatillas a motor que se desplazaban por la ría a gran velocidad.
En el año 1934 entra en la comisión de nieve del Club Deportivo, con Antonio Ferrer, Antonio Córdoba, Juan Orovio, Eduardo Rubio, Fernando Mújica.....
Año 1934, en la entonces llamada Costa Esmeralda en Cantabria (Laredo) por toda esa zona se hacían carreras de regularidad en moto, con un promedio de 40 a 50 km hora, en ellas participaban Eduardo Lastagaray, Francisco Ybarra, Tomás Zubiría, Eduardo Rubio, José María Picaza y Martín Lafont y otros.




EN EL VELÓDROMO DE BILBAO, ese señor bien trajeado, con zapatos
a color y sombrero puede ser Jacinto Miquelarena era un dandy.


La Sociedad Ciclista Bilbaína, distinguía a los ciclistas "los routiers" de los ciclo- turistas, años después llamados "globeros".
Hizo de árbitro muchas veces para la sociedad, Eduardo sienta muy bien en toda manifestación ciclista, es un aficionado constante con una decidida vocación deportiva. En la Vuelta Ciclista al País Vasco de 1929 actuo de comisario de la carrera.
También el Club Deportivo, organiza pruebas ciclistas en septiembre de 1931 un campeonato, con varios equipos de ciclistas con nombres "chuscos" y humorísticos.
El equipo Bugatti, que lo componían Ignacio Batarrita, Luis Serrano y Rufo Rodríguez.
Los Tortugas, Lino Verdejo, Juan Alonso, Santiago Brouard.
Los Lechugas Ricardo Buerger, Estaban Marfaón, Juan José Labarga.
Luego estaban los individuales, como Benjamón Azcona, Juan Zumalde, Marcelino Basabe, Marcelino Ibáñez, Antonio Ferrer y mi padre Cesáreo Estornés. Estas competiciones ciclistas se celebraba por Bilbao y sus alrrededores. La nueva sede del club ya estaba en la calle Alameda Recalde, desde abril de 1931.

Llegó la guerra civil y en noviembre de 1936, hay una requisa general de coches y motos a todos los particulares.
La Velocette matrícula M. 40962 de Eduardo Rubio y otras muchas motos: Douglas, Ariel, Norton, B.S.A., A.J.S., New Imperial.
Todas estas motos son entregadas en le garaje oficial en ese momento el Rag.

De este excelente deportista, se cuentan sus desafíos con las motos, queda el imborrable recuerdo de aquel Bilbao- Madrid- Bilbao, con las disputas entre Alejandro Arteche, Luis Oujo y él.
Había en Bilbao un periodista crítico de motos, muy simpático y bullanguero, pero también muy amigo de armar líos y rivalidades, porque sabía que en las aguas revueltas, había noticias interesantes para escribir sus artículos.
Se habló de que Alejandro Arteche iba a Madrid en moto y dijo Alejandro: Si viene algún otro, le zumbaremos. 
El periodista corrió a dar la noticia a la Peña Motorista de Vizcaya.
¿A que hora sale Arteche para Madrid? pregunto Oujo.
Me han dicho que a las cinco, saldra desde el alto de Miraflores.
Voy a preparar la moto dijo Oujo, yo también iría si tuviese una moto más potente dijo Rubio.
Al día siguiente en el sitio señalado le estaban esperando Rubio y Oujo, con sendas motos muy potentes de 500c.c., además del cronista de marras de cronometrador, para que les esperase a la entrada de Madrid para controlar los tiempos.
Al ver a todo la gente allí arremolinada para ver la salida del desafío.
Arteche volviéndose a los periodistas dijo ¡ Hoy habrá sangre en la carretera!.
Fueron a todos zumbar por el puerto de Orduña, Oujo se adelantó casi desde la salida. Rubio se puso en cabeza desde Berberana, donde fue pasado a su vez por Arteche con una moto de cuatro velocidades que era una maravilla, Rubio percibió a su espalda el ruido de la moto de Oujo ¿Arteche? preguntó y Rubio le hizo una seña de que iba por delante.
Oujo salió zumbando, Rubio no tuvo suerte con su máquina, era la menos rápida de las tres, pero continuó hacia delante.
En Pancorbo percibió un ruido de motor, creyendo que era un turista aunque molesto porque le pasase, pero cuando se puso a su lado resultó ser el mismísimo Alejandro Arteche.
¿De donde salía ese hombre?
Más tarde se supo la estratagema el gran Alejandro, se escondió en un trigal, sabiendo el temperamento de Oujo sabía que no dejaría de zumbarle, hasta romper la máquina y sucedió eso mismo.
Llegó a Madrid Arteche ganó el desafío, pero Rubio se presentó en la capital con un tiempo excelente 4 horas y 42 minutos. Decidió regresar a Bilbao para establecer el record de ida y vuelta.
Quiso hacer lo mismo Arteche pero rompió la cadena, regresó a Bilbao pero mucho más tarde.
Siguió Eduardo Rubio dibujando curvas con la moto, después de las bicis, goitikberas y ahora le ha dado por el ski.
La Sía, Canfranc o Peñalara son los lugares donde ahora dibuja curvas lejos de los acantilados, con los socios del Club Deportivo al que pertenece y el club siente el orgullo de tener a este insigne deportista entre sus filas. Los Rubio eran cuatro hermanos, Sofía, Piedad, Ricardo y Eduardo.
Eduardo se casó con Aurora Egurbide y tuvieron tres hijos, Blanca, Aurora y Eduardo.
Eduardo Rubio Ibarguren, falleció el diez de febrero de 1973 con los setenta años. Su esquela decía Ilustrísimo Señor, de la Junta de Obras del Puerto. Había trabajado toda su vida como técnico del puerto y dragando la ría.


DE IZQUIERDA A DERECHA, EDUARDO RUBIO HIJO, MANENE, EUSE MELERO
Y ZARRAGA.........

A Eduardo padre le salió un hijo fino, se llamaba Eduardo Rubio Egurbide, en lo deportivo siguió los pasos de su padre.
Fue socio del club desde 1964, se inició en el baloncesto, tenía y tiene moto a su edad y la maneja con soltura, pero sobre todo jugaba muy bien a pala, con un nivel muy bueno disputaba con los mejores en la  categoría amateur.
Hay un partido memorable en el Frontón Landatxueta a paleta argentina Eduardo de zaguero y Zarraga, contra una pareja de franceses muy buenos, los hermanos Bareits.
En el club su pareja de siempre, era Gorostiaga quedaron campeones de pala de Bizkaia en la categoría amateur. Otros dos pelotaris destacados del club, fueron José Mari Arroita y Juantxu Bilbao.
En verano jugaba en el Tenis de Castro Urdiales, también practicó la vela por las calas de Menorca con su velero en los veranos.
Fue un destacado melómano, dio un concierto con una selección de las más célebres arias, acompañado por un pianista, canto destacando por su perfecta afinación y finalizó cantando a capella un tango. Este acto se celebro en el Centro de Reproducciones Artísticas de Bilbao.
Publicó en internet Los Pensamientos de un aldeano, que viene a ser un compendio de moral positiva.
Terminó la carrera de económicas y antes de que el padre le mandase trabajar, cogió una desvencijada y vieja Vespa recorriendo con ella toda Europa, de arriba a bajo.
Eduardo hijo se jubiló de director financiero de IDOM.







FIN
VIZCAYA DEPORTIVA, 50 AÑOS DE CAMPEONES
HEMEROTECA EL CORREO.
ARCHIVO DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA.
HEMEROTECA EUSKARIANA.
ARCHIVO CLUB DEPORTIVO DE BILBAO.

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