A los hermanos en la herencia.
A los hijos en la vejez de sus padres
y a los amigos en los tiempos difíciles.*
*Con nostalgia infinita recordamos aquél viejo Bilbao, que ya no volverá, pero hoy ya son otros tiempos y porque gentes como Gregorio San Juan se nos han ido.
¿ Cuantos rostros se apretaban contra los cristales de los escaparates?
Vemos la felicidad, contemplando las tentadoras ofertes, con la pena de no tener el suficiente dinero en el bolsillo, para comprar en la tienda del Perro Chico de don Gregorio San Juan. Aquellos inmensos fondos de bazar, llenos de juguetes y chucherías, los polvos de pica-pica, los cohetes, las copas que nunca se acaban.
Y sin embargo permanece con renovado prestigio y con igual espíritu de honestidad y laboriosidad el comercio del Casco Viejo, que tiene iniciativas e imaginación, que sabe vender, con sonrisas y cada año con grandes mejoras.*
La nueva calle se abrió con la autorización de la Reina Isabel la Católica, en alguna época se conoció por la calle San Miguel o de Larrinaga, porque existió una casa-torre con ese nombre que posteriormente fue derribada.
Se inició la calle rompiendo el Portal de San Miguel, que daba nombre a la Torre de Larrínaga.
Esta calle también contó con la Torre de Recalde, donde vivió el Mariscal Recalde y luego habitó el ministro de la guerra Mazarredo, con Napoleón y antes con Carlos IV. La Torre de Recalde estaba donde hoy está el Hotel Arana.
También fueron vecinos de esa calle los Mezcorta, formidables comerciantes, los Manzanal emparentados con los Jané dedicados al comercio y un gran benefactor de la Casa de Misericordia, los Abaitua, los Meabe, el restaurante el Antiguo, esquina Jardines con Bidebarrieta, en el año 1916 en ese local se instaló Marcos Muñoz, sastre se pasó de la calle Correo al nuevo, un amplio comercio para señora y caballero, con sastrería y camisería.
La farmacia de Armendariz, en Bidebarrieta nueve, fue la sucesora de otra mucho más antigua que se abrió en el año 1871 la del farmacéutico Diego Breñosa Tejada, que se componía de farmacia, rebotica y laboratorio. Era originario de Cantabria y tenía un hermano llamado Rafael que era ingeniero de montes.
EL BAR PACHO
Por empezar por los primeros números, lo haremos con el Bar Pacho, al principio de la calle. A pesar del negocio actual se conserva una gran parte de la decoración interior y exterior y el artesonado.
Un de los primeros en poner funcionando la barra americana.
Sandwichs calientes o mixtos de jamón y queso fundido, los mejores helados, batidos, se trajo a un cubano para los helados y prosperando, prosperando acabó de gerente en la Cafeterías California de Madrid.
Crema de mantecado, de fresa, coco, nata, vainilla.
La maquinaria vino de los Estados Unidos, marca York y el frío se hacía con amoniaco. Dos puertas giratorias una por Bidebarrieta, 1 y la otra por el Arenal.
Aunque Correo era una calle muy comercial, la Lotería Azcarreta se situó junto al Pacho en el Arenal o Boulevard como se llamaba antes.
El chocolate a la española, era sin polvos y el zumo de naranja natural, el chocolate se hervía tres veces.
Era una cafetería muy de señoras, porque allí se sentían protegidas y muy bien atendidas. El Pacho estaba en la misma mano, pegando con el Bazar Médico de la calle Bidebarrieta.
Francisco Salazar Latorre, hijo de Salvador y de Gregoria nacido el 3 de diciembre de 1886 en Antezana de la Rivera (Álava) y fallecido el 31 de mayo de 1972 en Bilbao.
Fue el 1 de mayo de 1925 cuando fundó la cafetería, Francisco Salazar Latorre, el padre de José Luis Salazar y de Francis, con otro socio llamado Amancio Gómez. En el año 1934 se reformó y se amplió con un decorado de roble, ébano y mármol, la primera barra de mostrador de acero inoxidable y los taburetes eran una obra de artesanía, hubo algún cliente que quiso comprar estos al cerrar el negocio.
Pacho conoció el mundo de la hostelería, trabajó en el Boulevard, la Concordia y en la Cafetería del Teatro Arriaga.
Estaba casado con Sabina Hortigüela Fernández de Retana, que murió el 25 de septiembre de 1936 (falleció durante la guerra civil, en un bombardeo de la aviación alemana en Bilbao) y tuvieron cuatro hijos: María Luisa, Francisco, José Luis y Sabina.
Como disponían de teléfono, recogían los recados a los taxistas que tenían la parada en el Teatro Arriaga.
José Luis Salazar llevaba la cafetería del Pacho y Francis Salazar era el encargado del Florida en la calle Gran-Vía junto a Radio Ortega. Los dos eran hijos de Francisco Salazar Latorre. José era dibujante y taurófilo vitalicio.
Francis nació el 23 de septiembre de 1916 en Bilbao y se casó con Annemarie Rückauer Schätzle que nació el 14 de agosto de 1930. Francis falleció el 7 de febrero de 2007, tuvo una hija y cinco hijos.
Eran los clásicos cafés de época, que ya en los años 1960 habían quedado obsoletos, con mucho personal, clientes a punto de expirar su último a días, cortinones de terciopelo, puertas giratorias, mesas de mármol, dorados, limpiabotas, el cubilete con los dados, olor al cuero de los asientos y al sidol de los cromados, la cera de la madera de mesas y taburetes.
Después de comer de cuatro a cinco la tertulia, señores mayores que se tiraban horas tomando solo un café, más tarde las señoras que venían a merendar, estas hacían más gasto tomaban café, te, pastas o pasteles, formaban grupo y eran asiduas y fieles al café de su confianza.
Aquellas ventanas que daban a la calle, por donde se veía trascurrir el tiempo y a las gentes, donde no existían los agobios y la angustia no nos atenazaba.
A la entrada de los urinarios había un cartel que llamaba la atención, ¡Abróchense antes de salir!. Decía el periodista y escritor César González Ruano que los españoles siempre salen de los urinarios, subiéndose la cremallera. Con aquellos urinarios ingleses, envolventes muy grandes de loza blanquísima.
Por las mañanas los desayunos, aunque no se desayunaba tanto fuera de casa como ahora, a la hora del aperitivo, el vermut, los vinos finos, ajerezados, dulces, los pinchos carecían de la variedad de la actualidad, huevo duro, mayonesa, gamba, aceituna. Los sandwich empezaban a ponerse de moda, el plato de aceitunas era algo muy habitual.
Jorge José Luis Salazar Hortigüela nació 23 de abril de 1919 en Bilbao.
José Luis Salazar fue el primer presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo y Antón Lope el de Muebles Lope era vicepresidente, en el año 1971. Falleció el 1 de agosto de 1998.
Decían que era un café de "gente bien", cuando el público salía del Teatro Arriaga era obligado tomarse un café.
Pero Vicente Cerezo, un cliente habitual de ese café durante muchos años, con motivo del cierra hace una reseña en el Correo el 1 de noviembre de 1979: El Pacho empezó siendo un pequeño establecimiento, en forma de abanico, dentro de su pequeñez se encontraban bebidas muy caras y exóticas.
Luego se anexionaron las lonjas próximas en la calle Bidebarrieta y tomó aires de gran establecimiento.
Con mesas de madera noble, por allí pasaron a merendar toda la clase media de Bilbao.
La exquisitez del trato y los empleados igual, cortados al patrón de sus dueños. Sus dos hijos más jóvenes completaban el maravilloso trío, al que se unió aquel mocetón yerno y cuñado, modelos todos ellos de corrección, amabilidad y caballerosidad.
Todos somos humanos y nos gusta que nos traten bien, entrar en el bar y pedir un especial Pacho, con un relleno de Vergara, no era solo merendar. Sus barman verdaderamente insuperables.
Han pasado muchos años, desde mis 17 o 18 años, ya he cumplido 77 años y expreso mi gratitud hacia aquellos que de una forma u otra nos hicieron amable la vida y grato el vivir, a los tres y a su yerno quiero dedicar estas líneas de homenaje y recuerdo.
Pero el café se cerró en el año 1979, pero Lola Axpe la vieja lotera ambulante sigue sentada en una silla frente al bar, fue testigo de los tranvías que se detenían junto al Pacho, punto de parada de los coches de caballos. Muchos años antes la madre de Lola vendía periódicos en el mismo lugar que su hija.
Cuando el Arenal parecía la Puerta del Sol de Madrid y el Hotel Arana estaba en pleno apogeo. Hotel Residencia Arana, fundada por Modesto Arana en el año 1905, junto con su esposa Antonia Hormaechea.
Van ha poner un comercio "La Meca de los Pantalones", la lotera todavía no lo sabe y pregunta al periodista, con toda curiosidad por el nuevo proyecto: Una tienda de pantalones, ¡pues vaya mierda!, ¡ojala pusieran un puticlub!, por lo menos vendería lotería.
La relojería de Santiago Soupene, calle Arenal esquina con Bidebarrieta año 1892. Aquí después estuvo el Café de Pacho, Archivo Diputación Foral de Bizkaia. |
JOYERÍAS-RELOJERÍAS
*La tradición de la platería y la joyería bilbaína viene de varios siglos atrás, en una villa mercantil y artesanal, asentamiento de la burguesía amiga del buen vivir y de la ostentación social propias de su rango económico, aunque dentro de un cierto puritanismo de costumbres internas y externas. Tanto en el adorno personal en especial las bilbaínas pertenecientes a dicha clase, favorecieron la aparición y proliferación de los artesanos de los metales y piedras preciosas, así como el comercio de joyas y objetos decorativos en los hogares.
Los talleres, obradores y tiendas de platería proliferaron por todo el Casco Viejo de Bilbao.*
El Platero Serrano, de Bidebarrieta tres, vendía cubiertos, servicio de mesa, orfebrería, medallas y premios.
Domingo Legarreta Picaza, Bidebarrieta uno, relojería.
Y otros en calles próximas, Juan Fernández Monje, más conocido por Monje, Galo Ampudia vendía y compraba oro tenía la tienda en la calle Correo esquina con Sombrerería, Lucas Abásolo relojería en la calle Lotería 8 y 9, Luis Anduiza taller, joyería en Correo nueve y fábrica. Alfredo Álvarez- Relojería Suiza en Tendería, 15 con taller propio.
Santiago Soupene Tarous, tenía su joyería dando a dos calles, Arenal y Bidebarieta el mismo local que ocupó el Pacho, en el año 1892, relojería y joyería. También tenía otra joyería en la calle del Víctor.
Estaba casado con María Pilar Padró Echavarría y tuvieron un hijo, llamado Francisco, nacido en 1890 en Bilbao.
Quizás un hermano llamado José Soupene y dice la prensa de la época de origen francés, sufrió un atraco en su joyería de la calle Cinturería, por un valor de 70000 pesetas, José además de joyero era óptico, relojero, platero.
Romualdo Ballué, era un relojero nacido en Reus el 17 de abril de 1849, su esposa se llamaba Valentina Martínez Uralde. En el padrón de 1889 vive en la calle Bidebarrieta, 12 con su esposa, cinco hijos y dos sirvientas. Pone un reloj en la fachada de su establecimiento en el año 1886 de Bidebarrieta doce en los bajos.
Arturo Navarro Allue, inteligente y famoso relojero, que tiene la relojería en la calle Bidebarrieta trece, esquina con la calle Loteria.
Conocido como literato y que demuestra ser un gran poeta.
Tuvo otras dos tiendas una en la calle Correo y otra en Tendería cuarenta y seis. Precios muy económicos y mucha publicidad era su arma comercial.
Donde estaba el reloj de la fachada de la calle Bidebarrieta, pertenecía a un negocio llamado Tilbury Joyeros, este negocio vio la luz el 5 de agosto de 1919, luego pasó a manos de Francisco Giron y Carlos Copel, se inician como relojeros, mayoristas y reparación de relojes, el reloj de la fachada lleva el nombre de Giron y el negocio en 1928 acabó llamándose Giron y Cia en el año 1928.
Ocuparon un piso de esa calle y una planta baja de Bidebarrieta once frente al Bazar Médico, finalmente acabó en manos de Javier y Ricardo Valenca, los nuevos responsables de negocio de joyería, relojería fina y la especialidad brillantería.
MÁS COMERCIOS
El estanco de Bidebarrieta, pegando al hotel Arana, en el año 1878 cuando termina el comercio libre del tabaco y se crea el Monopolio del Tabaco, a este estanco se le nombro local autorizado para la venta de toda clase de labores de tabaco.
Cuando la venta era libre los consumidores elegían las hojas de tabaco, en un taller de la Ribera y elaboraban los cigarros a su gusto.
La mercancía venía de las colonias en barco y se descargaba en los muelles de la villa.
Fue el 18 de junio de 1878, Justa Cabezas Ojanguren era una experta cigarrera que comenzó con su despacho de tabaco.
Le sucedió su sobrina en 1920, llamada Milagros Hurtado Ojanguren.
Un cliente habitual del estanco era Indalecio Prieto y un día se quejó la estanquera, que la venta de timbres del estado tenía que ser continuada, desde las seis de la mañana a las doce de la noche y no les daba tiempo ni para comer, del político consiguió que les rebajasen una hora para su descanso.
A la sobrina le sucedió otra mujer, Angélica Amaya Hurtado Arrieta hasta el año 2007, para luego pasar a un pariente próximo el titular del estanco en la actualidad.
La farmacia de Diego Breñosa Tejada año 1871. Archivo Diputación Foral de Bizkaia. |
La farmacia de Armendariz, en Bidebarrieta nueve, fue la sucesora de otra mucho más antigua que se abrió en el año 1871 la del farmacéutico Diego Breñosa Tejada, que se componía de farmacia, rebotica y laboratorio. Era originario de Cantabria y tenía un hermano llamado Rafael que era ingeniero de montes.
Muchos años antes fue famosa en la calle Bidebarrieta, la posada de mayor antigüedad en Bilbao, la Posada del Sol Dorado allá por los primeros años del siglo XVI. Hacía esquina con el Paseo del Arenal y Bidebarrieta.En el año 1775 Teófilo Guiard relata que un escritor asturiano hace una descripción de dicha posada, muy bien acondicionada para la época, con todos los servicios, con juegos de azar y una mesa de billar.
Isidro Andreu, abrió el Bazar Médico en Bidebarrieta número doce,
allá por el año 1897. Local contiguo al Bar Pacho y un día compró en Alemania, al hombre de las tripas para prácticas de medicina, que se convirtió en el símbolo de ese comercio.
Isidro Andreu Alegret, nació en Port de Armentera (Tarragona) el día 1 de noviembre de 1863 y según el padrón de 1910 llegó a Bilbao hacia el año 1896.
Vivieron en la calle Sendeja en el número seis, se casó con Fermina Sánchez Marqués, que había nacido en un pueblo de Toledo, llamado Santa Cruz de Zarza y la fecha de nacimiento que obra en nuestro poder es del 23 de junio de 1860.
En ese año se crea una sociedad llamada Andreu y Galilea.
Vendían material ortopédico, bragueros, medias, sillas de ruedas, mesas quirúrgicas. Los inscriptos en el padrón municipal de pobres, recibían el material quirúrgico necesario gratis, luego lo pagaba el consistorio.
Ya en el siglo XX, la sociedad se llamó Andreu y Lamana Sociedad en Comandita.
El hombre de las tripas se hizo famoso en Bilbao, Isidro Andreu lo compró en uno de sus viajes Alemania, fue a por material médico. Allí lo usaban para las prácticas de la medicina, algunos médicos de Bilbao, iniciaron sus prácticas en anatomía con este hombre. Llegó a ser uno de los seis símbolos del Casco Viejo de Bilbao.
El pinto Arrue pintó un cuadro en el que se veía al hombre de las tripas y un aldeano que viendo aquello decía: ¡ Ene, igual que el serdo!.
El éxito le sonrió y abrió una sucursal de lo mismo en la calle Correo al principio de la misma, para abastecer todas las necesidades médicas.
Coincidiendo con el 75 aniversario del Bazar Médico, la viuda organizó una exposición en la que la figura principal fue el hombre de las tripas.
La hija de Isidro, siguió en el negocio Begoña Andreu Rodamilans, en 1983 era la titular del negocio.
En algunos médicos, se les despertó el estudio de la medicina viendo a este hombre, la curiosidad y miedo de los niños, también de las personas mayores.
Rosa Rodamilans Isanta era la viuda de Isidro Andreu, la segunda mujer que murió a los 85 años, el 13 de enero de 1979.
Sus hijos María Luisa, Isidro María, Pedro María, María Begoña.
Y en el en fatídico año de 1983, la riada anegó todo Bilbao, lo peor acaeció en el Casco Viejo de Bilbao, el hombre de las tripas salió arrastrado por la riada hacia no se sabe donde. Aparecieron algunos trozos de su cuerpo el corazón y el hígado, pero un cliente anónimo se ofreció para reconstruirlo desinteresadamente y otra vez le tenemos en el escaparate como la figura estelar.
El Gran Carpentier de la tienda de sombreros Gorostiaga, el Caballo Blanco de Laburu, el Cabezón de las boinas de Villodas, sin olvidar en esa calle la imponente casa azul donde vivió el almirante Mazarredo en el siglo XVI, entre la calle Jardines y Mazarredo.
Hubo otro negocio en los años 1930, en la Gran Vía, donde hoy está Cortefiel se llamaba Madame X- Fracsa, era una sociedad catalana y no sabemos si tenía alguna participación la familia Andreu. Allí se vendía de todo desde material médico y auxiliar, gomas, guantes de todo tipo, mangueras, medias para varices, material deportivo de pesca submarina, juguetes, hasta preservativos. Vendía productos íntimos para la higiene femenina, todo lo íntimo de aquella época, cuando todavía no se conocían los tampax, compresas, el desodorante y otros artilugios femeninos de igual índole. Madame X era todo un sistema de higiene femenina, al servicio de la mujer, tenía su página femenina en el periódico. Se pasó de los trapos durante la menstruación a los tampax y las compresas. El logo de una enfermera con su capa y su cofia hacía propaganda de la empresa.
Isidro Andreu Alegret falleció el 24 de diciembre de 1930.
La continuadora del negocio, María Begoña Andreu Rodamilans, viuda de Juan Rodríguez Márquez murió el 3 de marzo de 2009 a los 83 años.
TIENDAS:
No nos podemos olvidar de la antigua droguería de Somonte, en Bidebarrieta doce que fue fundada en 1860.
Justo Somonte, era el boticario de Deusto en el año 1835 y lleva una cesta a Bilbao con artículos de droguería, previa autorización de los celadores.
La droguería tenía un gran surtido con amplias secciones, droguería, perfumería, higiene, aguas minerales, pintura artística, enseres de laboratorio, productos químicos y farmacéuticos, artículos para la industria y la sección de fotografía.
En el año 1879 la droguería figura como Viuda de J.M. Somonte y Hermano en Bidebarrieta cinco. A principios del siglo XX, su dueño y propietario era Tomás Zubiría, en la calle Bidebarrieta doce, un bajo y el piso de arriba. Desde antes del siglo XX, los números de las casas fueron variando, hasta el siglo XX se empezó a contar los primeros números a partir de la ría.
Su actual propietario Ramiro Canivell fabricante y vendedor de grasas y aceites, tiene toda clase de secciones, droguería perfumería, higiene, aguas minerales, pintura artística, enseres de laboratorio, productos químicos y farmacéuticos, para la industria y la fotografía.
Cándido Benito Mares Landa, era natural de Durango y fue bautizado el 3 de octubre de 1876, vivió en Bidebarrieta cuatro.
El comercio estaba en el número catorce, esquina con la calle del Perro, su fuerte era la lencería fina, los equipos de novias, canastillas y camisería.
Tuvo alguna entente comercial con Amalia Echevarrieta y que yo sepa su hijo siguió con el negocio y luego su nieto hasta desaparecer el apellido en el comercio de Bilbao.
Don Sixto Lamana Castejón, tenía su camisería en esa calle, con gran surtido de artículos de invierno para caballeros, corbatas de seda tres por 2,50 pesetas, camisas a medida. Esta tienda se fundó en el año 1883 en la calle Bidebarrieta dos, luego sus descendientes abrieron cinco comercios mas en el Casco Viejo y en otros puntos de Bilbao y proximidades.
Don Sixto estaba casado con Celestina Gárate y Landaida, fallecida el 24 de abril de 1939 a los sesenta y ocho años, sus hijos Manuel, Sixto, María Ángeles y Luis. Don Sixto Lamana Castejón murió el 7 de febrero de 1934 a los 73 años.
Las sombrererías de Murgoitio, Saralegui y Angulo-Borobio.
La carnicería de don Francisco Lara, que acudía a las ceremonias religiosas en la Iglesia de Santiago, con traje y bombín.
La Horchatería de Azuara, horchata de chufas en verano, en invierno café con leche y grandes vasos de leche.
Compaginaba esto con la venta de esteras y alfombras de cáñamo y esparto y felpudos.
Por eso algunos chiqueros bilbaínos cuando pasaban por la calle Bidebarrieta decían "haber cogido un buen felpudo", pero no era donde Azuara.
LA LICORERÍA ABAITUA
Esta Casa de Licores Abaitua, fundada fundada en 1830, es la más veterana de la calle Bidebarrieta, estuvo en el número catorce de esa calle y muchos años después en la calle Ercilla número treinta y tres.
Parece que fue una Sociedad de los Hermanos Abaitua, vendían en sus primeros años alcohol y petróleo, productos de consumo de los bilbaínos hasta desaparecer en el año 1973.
Su historia dice así:
Tenía más de un siglo cuando desapareció, de los más veteranos y clásicos del Casco Viejo, la tienda de vinos y licores Abaitua.
Cerró para dar paso a una sucursal bancaria.
En un cuadro de Arrue ponían estas estrofas de la desaparecida tienda.
En la tienda de Bidebarrieta
Hase más de un siento de años,
en la asera del derecho,
pa Santiago según vemos,
fundaron una bodega.
En Bilbao unos bilbaínos,
te vendían allí corchos
licores y aseites sanos,
buen gusto, buen color,
buena medida y barato.
Por eso estaba el bodega
barrotado de parroquianos,
de Bilbao muchos, de fuera
otros y la mar de aldeanos,
de entonces acá hubo guerras,
terremotos y siclones,
rayos, truenos y sentellas.
Hambre, sé, revoluciones,
se hundió el imperio francés,
reventó la carlistada,
se puso el mundo al drevés.
Y Abaitua como si nada
y allí sigue la bodega
y ahora parece un palacio,
en la asera del derecha,
pa Santiago según vamos.
La guerra de Vietnam, podía haber añadido
a toda esta lista de los desastres.
Son los versos de Klin-Klon y en lo pictórico José Arrue Valle, nacido en Bilbao el 1 de septiembre de 1885. Es un pintor de lo rural y urbano de todo lo vasco, de lo más entrañable y la esencia de lo vasco.
La Bodega Abaitua edito un calendario para regalar a los clientes, con los autores citados.
En Bilbao se vendía a granel todo tipo de licores hasta casi a mediados del siglo XX.
Chichiparra, Tarragona, Chilibran, Anisado, Caramanchela, Ron Escarchao, Quitapistas, era un aguardiente mañanero que daba entusiasmo laboral, una copita y ya daba ánimo para trabajar, lo que luego se popularizo con algo parecido pero con café, el carajillo.
La Viña de Ramiro que hizo popular el vino blanco de Cariñena
En el Aragonés de la calle San Francisco, vendía vino de Aragón, era un vino recio, para acompañarlo con las sardinas gallegas.
A las sardinas gallegas se las golpeaba para quitar las escamas, que venían envueltas en papel de estraza.
En las fechas de Navidad, la Alhóndiga Municipal, no daba abasto a servir vino de Rioja, en pellejos y garrafones.
De las Bodegas Bilbaínas, Cune, Bodegas Palacios, Riscal, Franco Española.
Pero los bilbaínos se iban a surtir en Abaitua y a Uralde en Carnicería Vieja, eran licorerías con toneles alineados hasta el fondo de la tienda, unos sobre otros, anís, coñac, vino de celebrar.
La Peña Sagusar que estaba en la calle Jardines, la presidía Rodrigo Peláez Ansoleaga apodado "Penca" por su voluminosa nariz, este era un excelente dibujante y pintor.
Antes se llamaba la Tertulia de Donato en el año 1904 y estaba en Barrencalle Barrena treinta y tres. De aquí le echan por no pagar la renta.
Era conocido de los municipales por las continua multas, tocar la guitarra y el tamboril a deshoras, por escándalo público, estaba exento del servicio municipal por ser hijo de Auxiliar.
Solían hacer las cenas en el club, a base de porrusalda, bacalao o angulitas al pil-pil y macarrones(dulce) de postre.
Todo ello regado con buen vino de Marqués de Riscal, después de la canturriada daban buena cuenta de los licores que habían comprado en Abaitua y todos bien entonados se ajustaban las alas de murciélago que se habían construido para darse al anochecer un garbeo por las Siete Calles.
En esa licorería se podía comprar Chichiparra o Balarrasa, Ujujú o Hilobala, que era todo ello igual pero con distintos nombres, un aguardiente según decían para matar el histérico, si lo tomaban en ayunas lo acompañaban con un trozo de pan moreno.
Tarragona era un vino blanco suave. el ron escarchado, caramanchela y el chilibran que era un licor exquisito, elaborado con brandy, café, nueces, canela, azúcar, tenía unos veinte grados y era originario de Cuba.
KLIN-KLON Y LA CASA ABAITUA
En el año 1911, en uno de sus entremeses alude otra vez a la licorería.
¡ Ay Gervasia a nuestra edad!
Prosesiones y migilias,
son para matar la salud,
errason tienes Dionisia
yo también ando muy mal,
con el histérico chica.
¿Tú también?.
A mi difunto Lorenzo cuando vivía,
cuantas veces le dije,
Lorenso vete al boticario,
este ardor como se quita,
los boticarios no saben,
mujer más que tonterías.
Yo conozco un remedio.
Tomar....... fuera enseguida,
¿Algún emplasto o así?.
¿Qué emplasto o así?.
Cógete ahora mismo un corcho
y una botella limpia,
dale a la chica seis reales,
que ha Bilbao vaiga enseguida
y allí en la tienda de Abaitua
que le den un buen "quitapistas",
por las mañanas un trago
y con eso se quita.
Existía por aquellos años un despacho de vinos del Excelentísimo Sr. Marqués de Riscal, era de Miguel Hormaechea en Bidebarrieta, 23 una botella de la cosecha 1883 de ese vino se vendía 2,50 pesetas.
Don Luis San Gregorio, de el Perro Chico. Caricatura de K-Toño Frade, El Correo. |
Dice Carlos San Gregorio Sánchez que su padre era francés y tenía un bazar en Bayona, se llamaba Dupla.
Pero él nació en Segovia, aunque el año es más confuso, en los distintos padrones municipales de Bilbao figuran años distintos, uno de ellos es el 5 de abril de 1850 y se estableció en Bilbao poco antes del segundo sitio de Bilbao en 1874.
Don Carlos dominaba cinco idiomas, se casó con Margarita Estrade López hacia 1880, en Bilbao. En la Iglesia de los Santos Juanes donde paraban las diligencias del norte a caballo. Aunque este servicio era menos seguro e incómodo y se tardaba más, existía un comercio fluvial, muy fluido con Bayona con barcos con toda clase de mercancía y de vuelta a Bilbao, de mercancía y pasajeros, más rápido y seguro, ya en 1831 existía ese servicio marino.
*Manuel Basas
Sabemos que en el año 1879 Gregorio abre al público su primer bazar que estaba en Ascao esquina con la Plaza de los Auxiliares.
En el año 1881 se traslada a una vieja casa de la calle Particular del Banco Bilbao (Los Fueros), pero se derriba para la ampliación del Banco Bilbao de la Plaza de San Nicolás.
En el año 1883 se traslada a la calle Correo, una de las más comerciales del Casco Viejo, años después allí se estableció Calzados Muro que también tenía zapaterías en San Francisco y en la Gran Vía.
Nuevo traslado en el año 1884, esta vez en la misma calle, haciendo esquina con Sombrerería donde luego se estableció Francisco Larracoechea. Larracoechea tenía la entrada por la calle Sombrerería y vendía géneros de punto, camisería y lencería en el año 1894 y a principios del siglo XX abrió por la calle Correo.
En el año 1888 una discusión con el dueño del local comercial, el señor Linares y se mudó de sitio.
En el año 1891 y de una forma un tanto profesional pasó a un tiempo, donde estuvo el Colegio de Luis Cámara, en la calle el Correo frente a Lanas Alondra. Luis Cámara era profesor de instrucción primaria en 1855 y puso un colegio en la calle Correo,22 donde se instaló don Gregorio. En el almacén de la calle Correo se le incendió, perdiendo todas las existencias.
Y ya en el año 1893 se instala definitivamente en la calle Bidebarrieta tres, al lado de su tienda salían las diligencias de caballos hacia Santander y desde el muelle de la Sendeja, un remolcador llamado El Siglo, que en quince horas les dejaba en la capital cántabra.
En el año 1898 don Gregorio sufrió un robo, unas alhajas fueron sustraídas de su almacén.
El Gran Bazar de la Villa de París, popularmente conocido El Perro-chico
Carlos San Gregorio murió en Bilbao el 24 de mayo de 1929.
Tuvo cuatro hijos María Luisa bautizada en 1883, Luis en 1885 el sucesor del negocio, Isabel en 1887 y por último Pedro en 1892 y todos ellos bautizados en San Nicolás de Bari de Bilbao.
Su mujer Margarita Estrade López murió el 10 de enero de 1947.
Gregorio tenía una hermana llamada Isabel que vivía en la calle Pelota uno.
Don Carlos en un viaje a París, trajo a Bilbao una linterna mágica, con varias placas de cristal. Colocó una gran pantalla en uno de los ventanales de la entreplanta y desde el interior lanzó sobre ella las imágenes, aprovechando las sombras del atardecer.
El espectáculo siempre era el mismo, solo variaba el orden de proyección, uno que bailaba, unos payasos.
En Bilbao la linterna mágica fue famosa, se proyectó en 1896 por las fiestas de Bilbao en la plaza Elíptica. En fecha posterior un concierto, baile e iluminación en la Sociedad Bilbaína y en el Ensanche, funciones del teatro y circo, además de la linterna mágica y ya a principios del siglo XX en los Jardines de los Campos Elíseos, bandas de música, linterna mágica y otras sorpresas.
El Perro Chico fue la meta de los sueños y anhelos infantiles de muchos niños de Bilbao, también sus primeros juguetes.
La nariz postiza, el bigote, la careta, el gorro de papel, serpentinas, confeti, los polvos de pica-pica.
Siempre cuidó mucho la presentación de su escaparate, exponiendo una maquete del Puente Colgante que su contemplación tenía muy entretenidos a los bilbaínos.
Decía la publicidad que para comprar al gusto juguetes económicos hay que ir al Perro Chico.
Y es que el nombre se lo dieron los bilbaínos, lo del Perro Chico, todos los precios terminaban en los cinco céntimos.
Don Gregorio tuvo una sucursal en Santander que no prosperó, se llamada el Paraíso de los Niños.
Pero tuvo sus antecesores en Bilbao, los Almacenes Alemanes, el Gran Bazar de los Estados Unidos, en la calle del Víctor cuatro.
La propaganda decía: Cien mil artículos, platería, joyería, bisutería, perfumería y óptica.
Los Almacenes de el Bazar Bilbaíno, en Portal de Zamudio esquina Tendería en 1885, vendía camas inglesas, loza, porcelana, cristalería, espejos, lampistería y camas a plazos. Solo los almacenes de Amann resistieron los embates del tiempo y continuaron abiertos al público en Bilbao durante muchos años.
Luis San Gregorio murió como los viejos capitanes, sin abandonar el barco que fue su vida, antes de hundirse.
Don Luis recuerda el paso de muchos clientes famosos y encopetados de la época, decía: Aquí donde estamos atendí a José Antonio Aguirre, el Lehendakari. La calle Bidebarrieta era el paseo de "las modistillas" que acudían para ver las famosas proyecciones de la linterna mágica de don Gregorio.
El sucesor de Gregorio, su hijo Luis San Gregorio Estrade murió el 28 de febrero de 1980 a los 94 años, su esposa se llamaba María Ana de la Encarnación Rotger Aparicio y también estuvo vinculada a otro bazar en la calle del Víctor quizás el Gran Bazar de los Estados Unidos.
FIN
*Manuel Basas
Archivo Diputación Foral de Bizkaia
Hemeroteca de el Correo.
K- Toño Frade, El piar de un chimbo y estampas bilbaínas.
Alberto López Echevarrieta, El misterio del sótano de la calle Bibebarrieta.
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