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miércoles, 20 de julio de 2022

RAMÓN DE LA MAR Y SILVA Y JOSÉ LUIS ELEJOSTE PÉREZ PIONEROS DEL SURF EN BIZKAIA

Atardecer en Ogoño, foto de Txato Etxaniz.
¡OH BENDITAS CORRERÍAS POR ESTOS VALLES Y MONTAÑAS
DONDE SE HICIERON LOS  HUESOS DE NUESTROS PADRES!
¡SANTA COMUNIÓN CON ESTA TIERRA, QUE ES LA MADRE
DE LA CARNE, DE NUESTRO ESPÍRITU! Miguel de Unamuno.



*LA PRIMERA VEZ 
Por Ramón de la Mar
Conocí la playa de Laga , allá por la segunda mitad de los años veinte.
La fecha exacta no la recuerdo, pero si tengo en cambio muy viva la gran impresión que me produjo la vista de la playa cuando, llevado por mi curiosidad, dejé al resto de la cuadrilla en Laida.
Tomé la carretera, subí a Anzoras y un poco más adelante, me asomé al punto en que desde la carretera se contempla la playa, con el formidable cabo de Ogoño telón de fondo.
Por aquellos años, en verano  solía pasar largas temporadas en casa de mi abuela en Amorebieta, donde con otros chicos de mi edad sacábamos a los días el mayor jugo posible.
Salidas al monte, baños en la presa de Jauriberría, partidos de pelota en el pórtico de la iglesia y de cuando en cuando, excursiones a Pedernales para bañarnos en Txatxarramendi o en Laida.
Por cierto, que de estos viajes en el Gernikatxu, así le llamábamos al tren de Amorebieta a Pedernales, tengo el recuerdo que en ocasiones lo tomábamos en marcha, mientras resoplando y con marcha cansina, iba ascendiendo la cuesta de Autzagane, y salían por la chimenea carbones encendidos que con frecuencia originaban aparatosos incendios en los campos próximos.
Cuando después de mi descubrimiento regresé a Laida y me reincorporé al grupo, todo fueron preguntas y más preguntas. Y cuando les conté que había visto una playa preciosa y casi desierta, hubo tres o cuatro que dijeron: En la próxima salida a Pedernales y Laida tenemos que llegar hasta Laga.
Efectivamente, a los pocos días cumplimos el propósito. Y dio comienzo una serie ininterrumpida de excursiones a Laga, que se prolongaron durante aquel verano.
Luego durante el invierno, empezamos a acariciar la idea de pasar, cuando llegase la primavera, unos días en Laga con tienda de campaña y demás "trebejos".
Estábamos a punto de abandonar nuestros planes cuando, de forma casual, nos enteramos de que algunos autobuses de línea de Bilbao-Lekeitio, solían hacer el recorrido por Kanala a Laida, Laga e Ibarrenguelua, para seguir a Lekeitio.
Confirmada la noticia pronto quedó totalmente perfilada la excursión y aprovechando las vacaciones de Semana Santa, otros tres amigos y yo nos lanzamos a la aventura.
Pasamos unos días estupendos y decidimos repetir en verano. Así lo hicimos, pero en esta ocasión con mayor duración, ya que fueron unos veinte días que pasamos en la playa.
En estas dos salidas instalamos el campamento bajo los pinos que todavía se conservan.


Con un grupo de amigos en Laga, el  año 1935.

En una tercera excursión decidimos montar las tiendas (siempre llevamos dos: una como habitación y la otra como almacén) en una pequeña campa encima del rio que desemboca en la parte derecha de la playa.
En la época a que me estoy refiriendo, en la playa no existía más que una pequeña casa, que todavía se conserva junto al Toki Alai. El mismo Toki se construyó más tarde, a comienzos de los años treinta, y luego un chalet del francés en época bastante posterior.*

La Chulapona tuvo allí su taberna, en esa casita a la parte de atrás tenía unas bañeras, con agua de mar, caliente y fría para sus clientes.
Por lo demás la playa y su entorno apenas han experimentado variaciones desde entonces, siendo uno de los lugares que mejor se conservan.
*La pequeña edificación existente la ocupaban los meses de verano unos personajes que según decían habían sido los dueños del txacolí de "Tabolas", al que se lo tragó la expansión de Bilbao, por lo que buscó en la playa de Laga una continuidad a su negocio.
Se comentaba que el dueño el invierno lo pasaba en Bilbao en la cama y que vivía con las ganancias del verano, podía parecer algo exagerado, pero eso se decía.
La asistencia de bañistas a la playa era mínima. De Ibarranguelua y de Elantxobe acudían algunos grupos de chicos y chicas y de cuando en cuando, llegaba algún autobús con excursionistas procedentes de Bilbao y otros pueblos de Bizkaia.
Recuerdo que los clubs de fútbol modestos como el Begoña, Fortuna o Atxuritarra acostumbraban a organizar todos los años una excursión que denominaban "vuelta a la costa" y esta tenía como parada obligatoria la playa de Laga, pero no para bañarse, sino para comer donde la "Chulapona".*

Un visitante asiduo de la playa era el doctor Muruetagoyena, decano de la facultad de medicina de Valladolid y natural de Gautegiz de Arteaga, donde pasaba los veranos. Los días de buen tiempo se acercaba a la playa, a la que llegaba "a bordo" de un cochecito de caballos, del que descendía, abría su sombrilla y daba unos paseos por la playa y se volvía al cochecito.
Federico Muruetagoyena Basabe, nació en Gautegiz de Arteaga el 29 de diciembre de 1860 y murió en Valladolid en 1942.
Fue alumno de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Madrid 1880-82.
Fue profesor de patología quirúrgica, titular de la Cátedra de Patología quirúrgica de las Universidades de Granada, Zaragoza y Valladolid.
Haciendo planking en Sopelana año 1942, término ingles que
se traduce hacerse la tabla.


Era hijo de Martín Antonio Murueta Goyena Goitisolo, nacido en Forua el año 1808 y su madre Agustina Basabe Landeta. 
Fue bautizada en Gautegiz de Arteaga el 28 de agosto de 1831, en la Asunción de Nuestra Señora.
Tuvo dos hijos médicos Jaime y Federico.

*Bañistas lo que se dice bañistas, apenas se veían. Y era muy raro poder contar con más de media docena de personas metidas al mismo tiempo en el agua. Y si había un poco de marejada, o cuando salía alguna ola, la playa quedaba totalmente desierta, lo que aprovechábamos para jugar a la pelota o bañarnos a nuestras anchas y coger olas sin más instrumento que nuestros propios brazos y manos.
Componentes del Batallón Lehenago Hil, el del medio de pie
es Ramón de la Mar Silva.

Fue en el año 1934, cuando se unieron a nosotros un grupo de algorteños ( Pereiro, Txano, Ugalde y alguno más). Estos trajeron unas tablas de contrachapeado, curvadas por la parte de adelante, con las que ellos cogían olas en la playa de Ereaga y Arrigúnaga. Pronto aprendimos su manejo e iniciamos algo que con el tiempo se puede ver como un balbuceo del apasionante deporte del surf, que aún tardaría muchos años en aparecer en nuestras costas tal como lo conocemos ahora. ¿Quién nos iba a decir que tras las rudimentarias tablas de poco más de un metro de largo y menos de cuarenta centímetros de ancho, vendrían con el paso del tiempo las actuales y elegantes tablas de surf?.
También recuerdo que nos bañábamos en la zona de la derecha, porque se acababa de ahogar uno de Akorda y nos daba bastante respeto la otra orilla.*

La silueta de Ogoño, frente al anchuroso mar Cantábrico, en el cual la isla de Izaro pone su perfil. 
En agosto de 1933, reunión campista en la playa de Laga, la playa solitaria junto a la rocosa la nota verde de Izaro, sobre el azulado elemento.
La organiza la sección de montaña del Club Deportivo Bilbao, para la segunda reunión de campistas en Laga, que se haya un tanto alejada de las corrientes domingueras, que invaden nuestras próximas playas.
Laga ocupa una situación ideal, tiene agua fresquísima y una grata sombra que proporciona el bosque de pinos.
Cuenta con un pequeño restaurante donde el más comodón de los campistas, puede comer y cenar sin necesidad de llevar el condumio y los utensilios de casa.
El campista puede disfrutar de unos días espléndidos de brisa marina a la sombra y baños de mar y broncearse.
Las tiendas de campañas han sido tomadas por asalto, tienen nombres: Sorguiña, Nere Leza, Diana, Bachi, Ariñema, Sopeña......
Los excursionistas salen el sábado  a la tarde en el tren de Atxuri y los autobuses a las 5,15 de la tarde hasta Pedernales, los campistas pasan en el gasolino hasta Laida y de allí a Laga andando.
Una camioneta transporta las tiendas de campaña, luego misa en Ibarranguelua que es un paseo de 3km desde Laga, excursiones por Ogoño, San Pedro Atxerre, un baño general y comida campestre.
La cena por la noche y café en la tienda general, con acompañamiento de música y a las once silencio absoluto.
Fue a primeros de agosto de 1936, la última excursión del club, excursión familiar de la comisión de montaña. En un autocar magnífico de 32 plazas, a las seis de la tarde salida para Gernika y visita a la Casa de Juntas y al Árbol de Gernika, luego a Bilbao, precio por persona seis pesetas comida a parte.


Ramón de la Mar Silva, estudio dos cursos de derecho en la Universidad de DEUSTO
cursos 1928-29 y 1929-30 y en los años que van de 1941 al 43 curso de perfeccionamiento
para bancarios, Archivo de la Universidad de Deusto.
La foto es del curso 1941-43 su promoción en aquellos años.




Ramón de la Mar Silva
RAMÓN DE LA MAR Y SILVA
Nació en Bilbao el 6 de mayo de 1912, estudió en el Colegio de los Jesuitas de Bilbao. Como muchos alumnos de la Compañía de Jesús, acudía a los Luises de Bilbao en la calle Padre Lojendio, era una organización juvenil y con el componente y el ideario religioso.
Disponían de un club social, con mesa de billar, un piano y poco más, pero habían formado un grupo de montaña llamado Aldatz Gora. Eran chicos de su edad aproximada y algunos de ellos destacaron como mendizales: Alberto Abós, José María Yohn, José María Anzola, Paco Aostri, Pedro Odiega, Jesús Quintanal............
De estos muchachos, muchos fueron socios del Club Deportivo de Bilbao, como fue el caso de Ramón de la Mar, que ingresó en el club en el año 1931 cuando se inauguró el nuevo edificio de Alameda de Rekalde, fue en abril de ese mes. Entonces vivía en la calle Alameda Rekalde, 46 cuarto piso. 
Ramón de la Mar fue un habitual veraneante, se le podía ver por los pueblos y montes circundante a Urdaibai y más concretamente en la playa de Laida, con su pantalón corto, visera para tapar el cogote y makila, de pequeña estatura, moreno y con bigote, algunos le apodaban "el Coronel".
Venía de recorrer todos los montes de Bizkaia, publicados en la colección de Temas Vizcaínos de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao: El macizo del Gorbea, Montes Centrales de Bizkaia, Montes Costeros de Bizkaia, Montes Mugalaris de Bizkaia, la Peñas del Duranguesado, Sollube, Oiz, Ganekogorta y Kolitxa, él había estado en todos y los conocía todos. Ramón fue amigo de Andrés Espinosa, el montañero solitario de Amorebieta.
Estudio derecho en la Universidad de Deusto y los exámenes en Valladolid, la guerra le pilló con veinticuatro años en el frente del Gorbea y de allí paso al Penal del Dueso, donde paso dos años de cárcel. Según la información facilitada por la Fundación Sabino Arana, perteneció al batallón de gudaris Lehenago Hil ostentó el rango de sargento. En los año 1980 cobró la correspondiente pensión por los años servidos durante la guerra civil.
Entro a trabajar en el Banco Vizcaya y durante años fue ascendiendo puestos, hasta llegar a director de sucursal, en Gijón en el año 1950.
Se casó con Luisa Iturraspe.
Ramón continuó con las excursiones montañeras casí hasta los 92 años y acudiendo a Laida y Laga, era un bañista habitual y su persona no pasaba desapercibida entre las gentes.
Juan Ramón de la Mar Silva, falleció el 27 de abril de 2009 con 97 años, ya era viudo de Luisa Iturraspe. Sus hijos Marí Asun, José Ramón, Miguel, Gabriel y Andrés.
En Sopelana, en el año 1942, Ramón de la Mar con las amigas



Para amar a Bizkaia, hay que comenzar por conocerla.
*He visitado lugares que tenía casi olvidados y  rincones a los que no me había asomado, porque con ellos han aumentado mis conocimientos sobre Bizkaia y también el cariño que por ella siempre he sentido, que ha ido aumentando con el correr de los años.* Ramón de la Mar.

Canción escrita por el poeta portugués, Eugenio de Andrade a su paso por Laga en el año 1960.
En tu hombro respiro, 
hermosos son los barcos, 
alto, estrecho.
Feliz tu cara en la mía.
¡Que luz en tu pecho!
En tu hombro respiro,
bellas son las arenas,
cervatillos de verano.
Feliz mi cara en la tuya,
¡ Oh tan azul el mar en tu mano!.
Durante dos semanas viviré junto al mar.


Juan Carlos Pradera y José Luis Elejoste, charlando de sus cosa y de pasados tiempos.
Foto Centro de Investigación de la Historia del Surf.



JOSÉ LUIS ELEJOSTE PÉREZ
En Bizkaia, Sopelana es el centro del Surf en los años sesenta y José Luis Elejoste la figura primordial. El consiguió una Barland después de décadas de búsqueda de una tabla de surf, a través de Biarritz.
Hasta el año cuarenta (1940) conoció la playa de las Arenas, donde no había olas y andaba mucho en una embarcación a remos.
Fue la familia a veranear a Zarautz, cuando él tenía quince años.
Allí si había olas y empezó a tomar contacto con ellas.
Allí cogía a las olas a pecho, la modalidad llamada planking, era una tabla de madera contrachapeada con un reborde al frente.
En esa playa había dos individuos que lo hacían muy bien, uno de ellos era Ángel Berazadi. 
Ángel nació en 1918 en Zarautz y en su juventud practicó el planking y el surf, fue gerente de varias empresas y simpatizante del PNV, fue asesinado por ETA el 8 de abril de 1976.
José Luis se traslada a vivir Algorta, donde había muchas menos olas, antes había vivido en Bilbao.
Vi en casa de mi cuñado, al poco de casarse una tabla de esas, él ya era mayor y no la utilizaba, así que empecé a utilizarla yo.
Me entrené a coger olas con la tabla de planking, era una tabla que mi cuñado la había fabricado antes de la guerra.
Esta modalidad aquí desconocida era muy conocida en la Argentina, en un número de la revista Reader´s Digest salió esa tabla y lo llamaban Aquaplano.
También andábamos en piragua, pero yo pensaba en el surf y en la tabla. En el cine Actualidades en el año 1937 vi un documental sobre el Pacífico, aparecía gente cogiendo olas de pie, cuando yo lo vi tenía doce años. José Luis nació en el año 1925 en Bilbao, era una familia numerosa, él era el pequeño, Celestino, Agustín, Antonio, Carmen, María Ángeles, Juan María y Félix. Su padre se llamaba Agustín Elejoste Astarbe nacido en Durango en 1883 y su madre Cecilia Pérez Arisqueta, se casaron el 16 de julio del año 1913. En la iglesia de San Vicente Mártir de Abando, ante el altar de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la que eran devotos. Después un espléndido banquete en el Hotel Torrontegui y de luna de miel viajaron al extranjero.
Agustín Elejoste, fue miembro del PNV de Bilbao y vocal de la Junta Municipal del PNV de Getxo y contribuyó con dinero a los gastos electorales de su partido y en el año 1936 fue vocal de la Sociedad Bilbaína.
Agustín Elejoste Artabe murió el 1 de abril de 1967 con 79 años.
Su hermano José fue médico durante 45 años en Santurce, un médico muy querido y apreciado por el pueblo.
Su hermana Pilar Elejoste, se casó con el pintor Valentín Zubiaurre el 12 de octubre de 1942.


En Islares año 1966, su mujer e hijos y encima del coche la tabla

José Luis tenía 18 años cuando ingresó como socio en el Club Deportivo de Bilbao y dice que por aquellos años solo jugaba a la pelota o andar en patines, algunos años después formó un grupo de pelotaris en el frontón de Landatxueta, donde jugaban a pala, tal como hemos narrado en la entrada anterior.
Estudió Peritaje Mercantil en la Escuela de Comercio, también fue Agente Inmobiliario y Delegado del Banco Hipotecario en Bilbao.
José Luis pidió alguno de sus amigos marinos que le trajeran una tabla cuando navegaban por el Pacífico.


Los acantilados de Sopelana, foto de la guía Repsol

En el año 1944 el Readers Digest, cita el nombre de un club de surf en Hawai y otro en California. Como ninguno de mis amigos no me traían la tabla, decidí dirigirme a esos clubes, contándoles que me atraía el surf y que necesitaba información, pero ninguno me contestó. Así que continuó con el planking, con la tabla de su cuñado
causó furor viéndole coger olas en Sopelana, frecuentaba normalmente Larrabasterra, Peñatxuri y Ereaga. 
Estaba el solo y tenía todas las olas para él, en la playa tenía cola para dejar la tabla.
Le rompieron la tabla en el año 1952 y tuvo que fabricarse tres tablas de 1,30 por 33 cm de planking, en el 55 compre un coche que era la única manera de llevar la tabla hasta la playa.
En el año 1957, alguien me dijo que en Biarritz habían visto tablas de Surf, escribí a distintos sitios pero no conseguí nada, un día de excursión a Biarritz con mis suegros, vi pasar un coche con unas tablas encima, al pasar por el alto de la carretera vio a ocho o nueve que estaban haciendo surf, tuve que bajar hasta la playa que estaba a cuarenta metros desde el alto de la carretera.
Ahora ya sabía que existían y quién las hacía.
En 1965 conocí a Jesús Fiochi en Islares y en 1968 cuando se hizo la primera prueba de surf en Zarautz, fue entre gente de Santander, algún francés, guipuzcoanos y vizcaínos.


José Luis Elejoste de joven
Aquel mismo año se empezaron a ver las primeras tablas reformadas de unos dos metros treinta, más ligeras y maniobrables.
José Luis tenía 39 años cuando compró la primera tabla en el año 1964, Juan Carlos Pradera empezó en 1965, vino de Francia aprendido con una tabla y en 1966 Undabarrena, así que estábamos los tres en Bizkaia.
Pradera enseguida lo dejó, decía que era un deporte muy bonito, pero tenía que depender de muchas cosas, del viento, de la marea, las olas y eso ya no le gustaba y se pasó al motocross.
Poco después empezaron Susaeta, Escauriza y otros muchos y también gente de Bakio.
En 1965, los vizcaínos Raul Dourdil, Juan Antépara, Jokin Zurruza y Txema Elexpuru cogieron las primeras olas en Bakio.
*No era fácil coger la tabla y dar el saltito y ponerse de pie sobre la tabla *y me dije si otros lo hacen yo también*. Me costó todo un verano coger la ola y eso en tabla grande. Nadie se ponía de pie y los que lo intentaban se daban una buena costalada. La primera ola que cogí fue en Larrabasterra, delante de la roca rosa. ¡La que se montó en la playa!. La gente nunca había visto coger olas con tabla y fueron cinco o seis olas perfectas.
La mejor ola era la que rompía frente al aparcamiento de la playa de Labasterra, se cogía un poco después subiendo la marea y ya en marea alta, la mejor Peñatxuri, una ola preciosa y con mucha salida.
En Ereaga por la zona de los bloques, por ahí solía hacer planking, una masa de agua salía con fuerza. En Plencia cogí olas larguísimas por los años 64 al 67, en ese año José Luis tenía 42 años y los nuevos surfistas le veían como a su padre.
En el verano de 1965 se anunciaba un pantalón para los caballeros, era un pantalón muy corto y ajustado, de cintura baja, con adornitos en la cintura y en el bajo cuadros escoceses o rayas, el último grito para practicar el surf.
En mayo de 1972 José Luis Elejoste, Patricio Morenes y Raul Dourdil, rescataron del agua a siete personas, amenazadas por la resaca en Plencia.

José Luis Elejoste con su hija Ana en el año 1962


En el verano de 1975 ya había 72 socorristas provistos de tablas de surf y en el año 1992 había censados cinco mil socorristas en todo Bizkaia y en esos años hubo enfrentamientos entre los surfistas y los bañistas para acotar el espacio de cada uno.
Nunca he nadé tanto como en aquella época, perdías la tabla y tenías que nadar trescientos metros para recuperarla, todavía no se amarraba la tabla, nos metíamos al agua casi a pelo, con un jersey de lana muy ajustado y una bolsa de plástico, más tarde empezamos a utilizar los trajes de los submarinistas, muy pesados e incómodos para remar. Y llegaron los primeros trajes de surf más livianos y cómodos.
En los años que van de 1964 a 1968 tuvieron problemas con los socorristas  y los alcaldes de la zona. No les dejaban entrar en el agua cuando había olas. Pero en mayo de 1968 Undabarrena y José Luis Elejoste rescataron del agua de Azkorri a un hombre, era un sacerdote de Algorta. Fue un rescate difícil y sonado se comentó mucho y esa circunstancia les favoreció.
José Luis escribió una carta al señor Azpiri, entonces presidente de la Federación de Salvamento y Socorrismo, exponiéndole todos los detalles y desde entonces se incorporaron tablas de surf en los puestos de socorro y les dejaron entrar en el agua con olas. Vieron las ventajas de tener socorristas surfistas todos los meses del año.
Al principio yo fui el núcleo y el eje, tenía coche, la primera tabla, íbamos a Laredo, Islares, se ampliaron las amistades, coches, surfistas y como se ha dicho él era el más viejo y el padre de todos ellos.
Yo ya era el viejo Elejoste, para los Arsuaga, Susaeta, Juan Cañiz, Aróstegui, los Gandarias, Escauriaza y demás compañía.
Así hasta que llegó la edad en que tuve que dejarlos, para dedicarme a otras cosas, como la familia y vivir esos bellos recuerdos, que solo son suyos y que le acompañaran para siempre.
José Luis Elejoste se casó el 29 de abril de 1959, con Ana María Mendiguren González Cabada, la ceremonia nupcial fue en la Basílica de Begoña y el banquete se celebró en el Hotel Torrontegui, los novios visitaron distintas capitales del país y también del  extranjero. 
Lo suyo fue el trabajo, el deporte y la familia, fue un enamorado de la pala, de la playa, del mar, cabalgaba las olas a pecho, en piragua, planking o tablón.
Tuvieron tres hijos, Ana María, Agustín, José Ramón.
José Luis era un personaje lleno de energía positiva, capaz de madrugar para surfear, antes de ir a trabajar y de jugar a pala en el Club Deportivo, antes de comer y luego volver al despacho.
Un ritmo de vida que cambió con el grave atropello que sufrió su hijo, José Ramón a los once años, el pequeño. Entonces su preocupación fue su recuperación y sus cuidados.

José Luis vivió en Getxo, mirando al mar como a él le gustaba, su casa era una atalaya con unas vistas privilegiadas sobre Ereaga y el Abra y allí falleció el 9 de marzo de 2020 a los 95 años.
Para su hijo Agustín Elejoste.



FIN




WIPEOUT, Surf Mag Joserra de la Mar.
Fotos facilitadas por Joserra de la Mar.
La Hemeroteca del Correo.
Txato Etxaniz.
Liburuklik.
Archivo Club Deportivo Bilbao.
Dr. Juan Gondra Rezola.
Fanzine Sifón número tres.




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