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lunes, 14 de febrero de 2022

LOS CAMPOS ELÍSEOS DE BILBAO Y OTROS ESPACIOS RECREATIVOS EN EL SIGLO XIX

 
Tranvía urbano de caballos por una calle de Bilbao.
Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril.


*¡Oh! ¡que lazo tan terrible, qué amaño tan artificioso preparado por el demonio para cazar almas es el baile!.
Ovidio llamó a los bailes semillero de todos los vicios, añadiendo que solo se baila, cuando excita a ello la embriaguez o la lujuria.
Cicerón dijo  que el baile es el último de los vicios.
Séneca afirmó que los bailes afeminan y corrompen el corazón.
Que desgracia tan inmensa para las personas que concurren a esas fiestas Satanescas, y que inmensa la suya  y la de los padres que permiten a sus hijos concurrir a esos centros de perdición moral y material, en los que se mata el alma y se extingue la vida del cuerpo, donde tanto se ofende a Dios y tanto gozo se da al demonio.
El baile que se celebra en el Gimnasio donde Cabarró y otros de su calaña insultaron y ofendieron los sentimientos católicos de este pueblo, pasando por el teatro Gayarre que tanto escandalizó el último año, hasta el baile de la más encopetada sociedad, todos más o menos prestan combustible a la hoguera de la voluptuosidad, todos dan su concurso a Lucifer para prender las almas de los que se entregan a las danzas pecaminosas y mundanas, con las cuales se da culto  a la voluptuosa Terpsicore.
Este era un artículo publicado el 14 de febrero de 1888, en el Euskaro titulado El Baile.
Era un periódico integrista, católico, con decidido apoyo a la iglesia y al papa.
Su director se llamaba Benigno de Loyola y tenía la redacción y talleres en la calle Jardines, en la mancheta del periódico ponía: Ad Majoren Dei Gloriam. La publicación se suspendió el 27 de mayo de 1890.*
Sus lemas eran: Viva la España de Santiago, Viva la unidad Católica, Viva el Papa y Guerra sin tregua al liberalismo oportunista.

Los Jardines de los Campos Elíseos
Estaban situados al costado derecho de la casa de Sánchez Guardamino y pegados a ellos la finca de la familia Bergé, por detrás la finca de los Zumelzu y de frente estaba la calle de la Estación, hoy llamada Hurtado de Amezaga. Por detrás de la finca de Zumelzu estaba el arroyo Elguera que dividía Bilbao entre el barrio de Indautxu y Abando.
Un poco más arriba y subiendo por la calle de la Estación, después de la finca de los Bergé estaba la plaza de toros y al otro lado de la plaza de toros la finca de los Zabalburu.

¡Ya se cerraron!
Algunos recuerdos del jardín de los amores.
La clausura o por mejor decir, de la desaparición de los Campos Elíseos, nos ha indignado y nuestra indignación es legítima, es santa, porque se nos arranca violentamente algo que nos pertenece y que tenemos los bilbaínos en la más alta estima.
Los derechos del terrateniente, son cosa deleznable cuando en aquel lugar, siguiendo las enseñanzas de sus padres, añorando la tradición, se buscan con afán mozos y mozas para quererse, para entonar un himno cálido al amor, que es la vida que lo fecunda todo bajo el cielo azul.......
De nada servirá exhumar el recuerdo de lo que significan aquellos venerados jardines para quién allí pasamos las más felices horas de nuestra juventud. Las ansias, los desvelos de generaciones de enamorados, importan muy poco cuando se trata de sanear una renta, de hacer más productivo un inmueble.
Las malas lenguas aseguran que se hará la urbanización de las calles Bertendona, Euskalduna y la Alameda Urquijo.

Los Campos Elíseos no son cosa de ayer. Data de algunos años antes de la última guerra carlista, hace muchos años.
Según  los periódicos de la época se inauguró un domingo cinco de septiembre de 1869, con un columpio para señoras y niñas, modelo parisién único en Bilbao.
También hubo toros en los Campos, de una ganadería del Valle de Orozko, los aficionados a los toros pidieron que se contratase a Sardina(Vicente Landa) para que hiciese la suerte de los pegadores portugueses.
La pequeña plaza de los jardines fue un lugar entrañable para muchos bilbaínos, era donde se divertía la juventud esquivando a los astados, con muchos revolcones y pateos.
Estos jardines fueron una imitación más modesta de los jardines también llamados Campos Elíseos de Barcelona inaugurados el 12 de abril de 1853 y estos a su vez de los franceses y Bilbao los hizo suyos.
El propietario de los terrenos por entonces era don Vicente Orovio, un bilbaíno conocidísimo y un prestigioso caballero.
Los viejos chimbos recuerdan que en el solar existían varios chopos, cuatro perales, una higuera, un romero y algunas otras plantas.
Estaban los terrenos circundados por una tapia sin reboque adosada a la cual había una caseta, que más tarde se convirtió en despacho de billetes.
Esta caseta la lleva en arriendo un cura muy dado a la caza y la utiliza únicamente para guardar la escopeta, su burjaca y algunos cachivaches propios de sus aficiones.
Pedro Ibáñez que es un distinguido profesor de música, fundador de la banda de música La Armonía, que por aquel tiempo era el encanto de los bilbaínos, fue por así decirlo el padre de la criatura.
Pensó y pensó bien que en aquel solar medio abandonado por sus dueños. El señor Orovio le alquiló el solar y el señor Ibáñez le explicó el proyecto que tenía.
Convertirlo en unos amenos jardines, como los que existen en el extranjero y más concretamente en los Campos Elíseos de Paris.
Don Vicente Orovio no tuvo inconveniente y cerró el trato arrendándole el local. La cantidad pactada fue de diez y siete mil reales de vellón anuales.
Sabía Pedro Ibáñez que la prontitud es el alma de los negocios y se dio gran prisa en habilitar los jardines. Se asesoró de unos amigos Ignacio Bringas y Juan Recacoeche, este último le proporcionó las plantas y los árboles.






Fotos de los Jardines de los Campos Elíseos
Del Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia.







La inauguración de los Campos Elíseos constituyó en Bilbao un acontecimiento, viéndose los jardines concurridísimos.
Fue sin duda un gran acierto de Pedro Ibáñez.
Cuidó los jardines, haciendo muy agradable la estancia en los jardines y los dotó de mucha fronda, construyó una placita de madera para lidiar novillos embolados, para hacer peleas de carneros.
Un espacioso ambigú de estilo chinesco. Un artístico kiosko para la banda de música y un cobertizo donde poder bailar los días lluviosos, trapecios, anillas columpios y un tío-vivo.
La tarde transcurrió placentera y la dios Tepsícora no podía quejarse, cuando terminaba la banda de música empezaba el txistu y el tamboril. Dos bailes públicos se celebraban los domingos y fiestas de guardar, a precios muy reducidos dos reales los caballeros y un real las señoras.
La gente adinerada y de la aristocracia bilbaína también solía concurrir a los Campos, pero entre semana preferentemente los jueves.
¡Cuantas bodas salieron de aquí!, se organizaron festejos de gran nivel, contratando a gimnastas muy notables, vistosos fuegos artificiales, en estos jardines solía actuar Pachico el tamborilero de Bilbao.
Por aquel entonces el acaudalado señor Carlos Plaza, casado con una Zumelzu, dio un baile con invitación a las familias más encopetadas de Bilbao. Fiestas de carácter benéfico de entre las cuales se recuerda la de los señores Real de Asúa. 
Pedro Ibáñez era muy aficionado a la cría del jabalí, tuvo la humorada de soltar en la plaza donde se lidiaban toros embolados, algunos de esos jabalís que pasaban a ser propiedad de quién lograse darles alcance y apoderarse de ellos.
A los pocos años de haberse instalado los jardines, estalló la ultima guerra carlista.
A los carcas les sabía a cuerno quemado que mientras rabiaban por apoderarse de Bilbao, los bilbaínos bailaban despreocupadamente.
Los carlistas han pasado comunicación al empresario del Campos Elíseos, amenazando con hacer fuego desde Larrasquitu, sino suspenden la función que tiene lugar en dichos jardines los días festivos, decía el periodista que los carlistas siempre se han de distinguir por sus instintos sanguinarios.
Un día el señor Ibáñez recibió una misiva con un sello de tinta azul, que le pedía que si quiere evitar desgracias de las cuales solo usted sería responsable, evite los bailes en los Campos Elíseos.
Dios guarde a usted muchos años, Larrasquitu 13 de mayo de 1875, el coronel Barón de Montesquiu, dirigida al señor empresario de los Campos Elíseos.
Habló el dueño con el gobernador civil, entregándole la misiva.
Le preguntó el gobernador ¿que pensáis hacer don Pedro?
Celebrar un baile extraordinario, dijo Ibáñez con entereza.
¡Bravo! exclamó el gobernador! ¡No esperaba menos de usted!
Se celebró el baile anunciado al que asistió el gobernador civil, el alcalde y las más aristocráticas familias de Bilbao.
Los carlistas cumplieron su amenaza, hicieron fuego de fusilería sobre los Campos Elíseos desde sus posiciones de Larrasquitu, pero afortunadamente solo llegaron algunas balas perdidas sin fuerza que guardaron para el recuerdo, sin dejar de bailar.
Fue aquella una soberbia lección de civismo para los carlistas.
Pedro Ibañez Merladet fue profesor de música en Bilbao, también le nombraron músico mayor del tercer Tercio de la División Vascongada el año 1860. Alcalde de su barrio en la calle de la Estación en los años 1880.
Las fiestas de agosto en 1884, fueron las más austeras de la villa, por la difícil situación económica que atravesaba Bilbao y también el fantasma del cólera-morbo que había hecho ya estragos en Tolón y Marsella. 

Personajes bilbaínos del Kurding Club.
Dinamizadores de la vida lúdica y festiva de Bilbao.
María Jesús Cava Mesa, Un paseo por la historia de Bilbao.



Los festejos populares fueron muy escasos, algunas sesiones de baile en la Plaza Vieja que acabaron a las once de la noche, conciertos en el Kiosko del Arenal, un programa de fuegos artificiales, quemados en la Plaza Oval del Ensanche (hoy llamada Plaza Elíptica).
Los elegantes bailes en la Sociedad Bilbaína, en los Campos Elíseos o en el Salón del Gimnasio, también en el Circo Hipódromo Bell o circo ecuestre por aquellos años se solía instalar en los terrenos de la Gran Vía en un lugar llamado la Plaza de las Acacias, de los señores de Zabálburu.
El café Vizcaya que como dice Manuel Basas con espectáculo es posible que fuera el antecesor del Teatro Vizcaya en la calle de San Francisco, donde se daban conciertos de piano.
Un circo gallístico en Achuri, lo más señorial y distinguido en agosto de 1884 las Regatas del Abra organizadas por el Club Náutico de Bilbao, que había montado en la ría de Bilbao una importante estación de salvamento de náufragos en la ría de Bilbao.
Hay que reseñar la hazaña de un joven, intrépido velocipedista que se vino en bicicleta desde Vitoria a Bilbao en cuatro horas y media.
Once años después del episodio bélico contado el 13 de noviembre de 1886 fallecía el fundador de los Campos Elíseos Pedro Ibáñez.
Su viuda una virtuosa señora continuó la labor de su marido, explotando el negocio con tanto acierto que fue durante algún tiempo el lugar predilecto de la gente de buen humor.
Entre las mejoras introducidas por la viuda del señor Ibáñez, figura el pabellón del tamboril con insistencia reclamado por los adoradores de la clásica purrusalda y el solemne aurresku, que los días lluviosos solían ponerse de agua y barro hechos una verdadera lástima.
Hacia el año 1896, la viuda de Ibáñez se enfermó y los médicos le aconsejaron que evitase quebraderos de cabeza, era precisamente el ocuparse de los Campos Elíseos.
En los carnavales de 1886, la burguesía mercantil de la villa era la que marcaba el tono dentro de su particular escala de valores, para el pueblo pero sin el pueblo. Teatro Gayarre y el Teatro Circo de la Gran Vía, el Teatro Romea dedicó sus funciones a bailables y lo mismo los jardines de los Campos Elíseos.
El Teatro Circo de la Gran Vía dio brillantes funciones circenses y reformó sus instalaciones y dio una temporada de ópera. Se pudo ver a Lucrecia de Borgia de Donizetti y también Rigoletto, Ernani, Faust, Lucia Lamermoor, La Favorita. Lucieron sus voces Natividad Martínez, la Turconi, Elisa de Sanctis, Rubins Blanchard, Lorenzana, Catá, Galliani, Villani y otros.
La juventud de ambos sexos se dispone a honrar el Carnaval, no esperen ustedes ver por las calles más que los consabidos aldeanos, aldeanas o pasiegas y varios mamarrachos sueltos que hacen que se divierten.


Jardines de los Campos Elíseos
Archivo Diputación Foral de Bizkaia


Hay bailes de disfraces en los Campos y en el Teatro Romea, la Sociedad Recreativa Euskalduna en el Arenal con veladas teatrales.
El baile que organiza la Sociedad el Sitio en la calle Jardines,1.
El Salón Baile el Recreo en la Naja trece, el Club Náutico de Bilbao.
La pintoresca Sociedad La Polka en Barrencalle Barrena cinco, donde también se hacían representaciones teatrales, muy en boga por aquel tiempo.
Madame Guisol, la sonámbula que ofreció sus servicios parapsicológicos en su gabinete de la calle San Francisco dos, en horario de mañana y tarde.
De los años que van de 1896 al 98 se traspasó el arrendamiento de los jardines al señor José María Vivancos y la viuda de Pedro Ibañez vivió su vejez con su yerno Luis Baldor y su hija, en un chalet en la calle Particular de Allende.
Desde el año 1898 llevaba el arriendo  de los jardines de los Campos Elíseos José María de Vivancos, pero el negocio estuvo a cargo del conocidísimo impresor Pepe Rojas.
Los terrenos pasaron a ser propiedad de los señores de Chávarri, se los compraron a don Vicente Orovio por 750.000 pesetas, el precio del arrendamiento aumentó empezaron pagando diez y siete mil reales al año y pasó a tres mil duros.
Pepe Rojas dio la primera función el 23 de enero de 1898 y la última función en junio de 1902 y nuestro primer paso fue sanear el ambiente con la presencia de algunas aves exóticas, estas medidas fueron muy del agrado de las jóvenes honestas que allí acudían en busca de un rato de solaz y esparcimiento y volvieron, pues no pocas habían huido de ellos como de la peste.
Instalamos la luz eléctrica y pudimos prolongar el baile hasta las siete y media de la tarde.
Sustituimos la banda de Santa Cecilia por la de Garellano y cobramos sesenta céntimos caballeros y treinta céntimos las señoras.
Se suprimieron los novillos embolados, no nos hacía ninguna gracia que todos los domingos resultase algún herido, con el triste espectáculo de tener que llevarlo a la Casa de Socorro.
¡Que bilbaíno no ha desfilado por los Campos Elíseos, ebrio de amor y de placeres!.
En esta última época en estos jardines se celebraron un "garden party" en honor de los tripulantes de la fragata argentina Presidente Sarmiento y varias fiestas de carácter benéfico.
Además de todo esto algunos banquetes, con motivo de bodas o despedidas, la de Román Uríbarri, José Cruceño y Olegario Allende.
También se reunieron en los jardines, para festejar con un almuerzo los cuarenta y dos amigos constituidos en empresa teatral que organizaron temporadas de ópera.
El señor Vivancos procuró cultivar otros deportes, entre ellos el tiro al blanco, este y otros deportes los cultivaron durante la primavera la créme de la sociedad bilbaína. 


La Plaza Elíptica


Los Jesuitas contra los Campos Elíseos:
En todo tiempo la Residencia combatió los Campos Elíseos, sin tregua ni cuartel, conminando a los jóvenes que a ellos acudían con terribles penas de ultratumba.
Esta actitud de los Jesuitas llevó la alarma y el desasosiego a muchos hogares, pues la madres veían a sus hijos condenados irremisiblemente al fuego eterno.
La campaña de los buenos padres arreció allá por el año 1898, el año de nuestras desdichas coloniales.
Por entonces un gran predicador platicaba con sus feligreses desde el púlpito de la Residencia. De pronto se oyó el estampido de un ramillete de cohetes y el jesuita ardiendo en santa cólera exclamó:
¿Que anuncian esos chupinazos? ¿El triunfo de nuestras armas en Cuba? ¡No anuncian que en estos momentos el baile de los Campos Elíseos es un centro de corrupción!.
A partir de aquel día los jesuitas no dieron tregua desde el púlpito, en el confesionario, no se dieron reposo para combatir nuestros queridos jardines.
Pero la juventud alegre y traviesa dio al traste con los bríos de los jesuitas.
Sin embargo consiguieron apartar y alejar a muchas señoritas de clase media.
Viendo que no conseguían nada dirigieron sus tiros a los propietarios del terreno y vino la clausura de los jardines.
El sábado quedó firmada la contrata de las obras que han de realizarse en los Campos Elíseos, obras adjudicadas a Alejo Landaluce por la cantidad de 20.400 pesetas, en un plazo de cuatro meses.
Se hará la prolongación de Alameda Urquijo y la calle Bertendona, que es donde hoy existe el corro grande de los jardines.
Se dio un baile de clausura al que acudió muchísima gente, aparecieron en el corro un grupo de cigarreras, que fueron recibidas con una cariñosa ovación, al señor Fernando Landecho y algunos matrimonios con sus hijos para la despedida.
Hubo chistu y tamboril, una novillada, el repertorio de bailables a cargo de la orquesta de Santa Cecilia y a las ocho y cuarto se entonó una jota y todo el mundo marchó a sus respectivas hogares.


El Ayuntamiento de Abando y después Casa Asilo de los Huérfanos de la Casilla.


Distintas actividades en los Jardines de los Campos Elíseos
Varios vecinos de Bilbao aficionados al toreo y vecinos de buen humor, corrieron un novillo en la plaza de los Jardines.
Picando al bicho, montado en un soberbio burro el siempre célebre Aseu, imitando a los picadores en sus lances, dio varios tumbos y uno de los aficionados mató al novillo con todas las reglas del arte.
Hoy vuelve el vecindario a sus acostumbradas distracciones, el teatro, los Campos Elíseos. ¡Pobre humanidad, que inconsciente camina a su postrero final!.
Se pide a los Campos Elíseos a través  del Noticiero Bilbaíno, el cambio de novillos, pues los existentes saben francés e inglés y hasta conocen a los toreros.
También pide el público que la música varíe algo las piezas, que no se parezca a los organillos que solo tienen un determinado número de tocatas.
Que se hagan unos excusados secantes y un toldo en la pista de baile, poner mayor número de asientos.
Todas estas peticiones son necesarias para seguir contando con el favor del público, el empresario verá si le conviene o no.
En las fiestas de agosto de 1877, con teatro, café cantante, exposición de fieras, monos sabios, tómbolas.
Se quemaron algunas piezas de fuegos artificiales, en los Campos Elíseos de don Paulino Charlen.
Como es mucha la afluencia de gentes durante las fiestas de Bilbao, el establecimiento Balneario de Ascao siete permanecerá abierto desde la salida de los toros hasta las once de la noche.
En las fiestas de Bilbao en los Campos Elíseos, el paseo del Arenal y en el baile del Gimnasio, en general en todas las calles rebosaban de gentes, se quemaron algunas piezas de fuegos artificiales de don Paulino Charlen.
En el año 1878 hubo una romería en los Campos Elíseos en favor de los náufragos con bailes campestres por la tarde y noche, gran partido de pelota en el frontón de la Amistad con afamados campeones del país. También peleas de carneros en los jardines, un eibarrés desafía al dueño de un carnero de Deusto seis mil reales contra dos mil.
En la Sociedad Bilbaína con exquisita galantería ha organizado un baile en sus elegantes salones.
En la Campa de Albia hubo máscaras y jolgorio general.

Durante la Cuaresma se cierra al público los Campos Elíseos.
Sabino Goicoechea Echevarría(Argos) escribe en el Noticiero Bilbaíno y el luego en el Nervión sus artículos llamados Pasavolantes de tono costumbrista sobre Bilbao y también sobre los Campos Elíseos. 
Sabino Goicoechea nació en Bilbao 1829-1901, era arquitecto y fundó el periódico Nervión.
"Todo el mundo se echa a la calle, salga el sol por Antequera o por Begoña, que para el caso es lo mismo.
Hoy se arma la gorda, estos los más valientes se van a los Campos Elíseos a conquistar odaliscas".
"A la caída de la tarde, cuando el sol se ponga tras la cumbre del Serantes, todos los campistas, tranveistas, chacolinistas y papistas se reunirán en los arcos de la Plaza Nueva y de allí cada mochuelo a su olivo.
En la Navidad de 1888, estas eran las diversiones públicas que se podían ver, en el Teatro Gayarre con sus funciones completas que generalmente solían ser comedias o juguetes cómicos como los llamaban y zarzuelas. En los entreactos se rifan turrón o botellas de vino, con cada entrada iba el número de la rifa.
En el Teatro Circo de la Gran Vía, domingo gran baile de tres de la tarde a ocho de la noche. Caballeros cuatro reales señoras gratis.
El Circo Gallístico de la Gran Vía, con grandes peleas de gallos.
Una afición muy de moda por aquellos años, donde corría el dinero de las apuestas.
Café Cayo con grandes conciertos de cante, baile y toque de guitarra, de ocho a doce de la noche, el cuadro lo forman seis personas, Don Paco el Sevillano era personaje principal en todas las actuaciones....
Además del cuadro flamenco había números de agilidad, fuerza, pasatiempos cómicos.
El dueño se llamaba Cayo Márquez Fernández y lo abrió en el año 1881 en la Plazuela de los Tres Pilares de Bilbao la Vieja.

Salón Teatro Romea, gran baile de máscaras el domingo desde las once a las cuatro de la madrugada, amenizado por la acreditada orquesta del profesor José Arilla.
En los Jardines de los Campos Elíseos, función desde las tres de la tarde hasta el anochecer, con la asistencia de la banda de música del regimiento de Garellano. Se correrán bravos novillos.

El 7 de agosto de 1902 se inaugura el Teatro Campos Elíseos.
Los señores Urizar y Vivancos levantaron el edificio, con 340 butacas, 18 plateas, 21 palcos, 387 asientos de anfiteatro y 174 de paraíso.
Se puso en escena los Galeotes de los Hermanos Álvarez Quintero, en los carnavales se celebraron bailes nocturnos durante tres días, se retiraron las butacas para hacer una gran pista de baile y el domingo piñata.
Se representó Bodas de Sangre el 15 de setiembre de 1933 y en febrero de 1928 debutó Carlos Gardel durante seis días de gran éxito.



José Lazurtegui, auxiliar
de la sexta compañía, con
el equipo de guerra.
El Café de Lazurtegui:
En el año 1868 el café organiza un baile de piñata, destinado a los náufragos de Ondarroa y Bermeo.
Los conciertos musicales en el café, donde la juventud acude a los conciertos del profesor Enrique Romans, en este café hay una tertulia donde acuden conocidos y distinguidos bilbaínos.
En mayo de 1875 el acreditado café de Lazurtegui en la plaza Nueva, esta condecorado estos días con las elegantes capas que lucían el domingo los jóvenes aficionados que lidiaran unos toretes. Adornan el salón con caprichosas banderillas y una magnífica cabeza de toro de la ganadería de Miura llamado Senagero, que en las corridas de 1870 dejó en el redondel de la plaza tirados once caballos.
En la tabaquería Habana del Arenal, están expuestas las elegantes moñas que ostentaran los bichos, obra de unas señoritas.
En octubre de 1876 la autoridad civil ha prohibido verbalmente al dueño del café Lazurtegui que se interpreten en su establecimiento Zortzicos y Aires Vascos, lo que ha motivado serias protestas.
Fue el 11 de diciembre de 1877 en el café Lazurtegui, cuando se encontraron José María Iparraguirre y Nicolás Ledesma, se pudieron ver después de tres años de separación. El encuentro conmovió a todos a los allí presentes. El maestro Ledesma se sentó al piano invitando a Iparraguirre a que cantara y entonó algunas de sus admirables composiciones, una de ellas el Rosario en Familia.
La cantaban sus hijos todas las noches antes de acostarse en Buenos Aires.
El dueño del café Lazurtegui se llamaba José Domingo Lazurtegui Moja, bautizado el 7 de septiembre de 1830 en San Nicolás de Bari y estaba casado con Inés Yarza Echaniz el 1 de diciembre de 1853.
José Lazurtegui fue auxiliar en el sexta compañía, combatiendo durante el sitio carlista de 1874.
Vivía en la calle Ronda,2-4º de Bilbao, de profesión comerciante y tenía tres hijos.
En esa compañía fue cabo, entre otros como Luis Bayo, Bernardino Ercilla y Sabino Goicoechea. El capitán se llamaba Guillermo Celayaran, Severino Achúcarro era alférez y Aniceto Achúcarro voluntario, José falleció el 12 de abril de 1900.
Sus sobrinos se llamaban José y Enrique Lazurtegui Barua, nacido este en Bilbao el 8 de abril de 1851 y casado con Teresa Uría Ondabarrena, en San Antón el seis de noviembre de 1880 en San Antón.
Tanto Enrique como su hermano José y  el tío de estos, compartían una afición en común, los toros. José se casó con Yldefonsa Barrio Marcaida en 1879. 
Se organizó una corrida de toros para los náufragos vascongados el día doce del mes de mayo de 1878. Eran los pescadores vascos que murieron en un temporal del 20 de abril de ese año.
Las ganaderías eran de aquí, de Frutos Gabancho Pagazaurtundua, Tomás Echevarría, Bartolomé de Ugariza, Pedro Meaza Manzárraga y algunos más, todos ellos de Orozco.
Los caballeros rejoneadores se llamaban Fernando Landecho, apadrinado por Mario Adán de Yarza, Mariano Ciria lo apadrinaba el Marqués de Barambio, espadas los hermanos José y Enrique Lazurtegui.
El espectáculo fue el 12 de mayo de 1878 a las tres y media de la tarde.
En ese año además de los conciertos  y espectáculos musicales de los Campos Elíseos, que eran de lo más chic se contrató a la banda del Regimiento de Zamora y la silla valía doce reales sin abono.
En la Sociedad Lazurtegui de la Plaza Nueva se daban conciertos selectos y de pago, como el del pianista Cleto Zavala y el guitarrista seño Romans, un violinista llamado Clemente Ibargüen guipuzcoano.
En el Instituto Vizcaíno, un concierto de piano la señora Pilar Fernández de la Mora, discípula de don Lope de Alaña y Miguel Unceta, la entrada costaba 20 reales.
En las elecciones municipales de 1889 José Lazurtegui Burua se presentó a las elecciones, la candidatura era de doce los llamados "Fueristas" de entre todos ellos Mario Adán de Yarza, Cornelio Mocoroa...... En esas elecciones salió elegido alcalde, el marqués de Casa Torre José María de Lizana y Hormaza.
A primeros de año de 1881 el señor José Lazurtegui abre un nuevo café con billar, en la localidad de Gallarta. Era un hombre con experiencia en estos negocios hosteleros y el público y los periódicos locales le dan la bienvenida y le desean prosperidad con su nueva clientela.
El café ocupa una casa nueva frente a la iglesia en su plazuela, en una buena situación, algo retirada de la carretera donde siempre está llena de lodo. Todo el mobiliario, mesa de billar, alumbrado y servicio, no dejan nada que desear destacando el buen gusto y delicadeza del señor Lazurtegui.

Vista de la Cervecera de La Salve, desde arriba en las vías del tren

Los jardines del Olimpo
Hubo otros lugares de recreo como este que ahora vamos a relatar.
Fue la víspera de San Juan el 23 de junio de 1893, se inauguró en Bilbao un nuevo lugar de recreo y esparcimiento con el nombre del Olimpo, situado sobre la campa de la Salve, en la falda de las estribaciones de Archanda (Artasamina) un lugar ajardinado al que consideraron un nuevo Campos Elíseos.
El día de la inauguración, hubo música y verbena, con alumbrado eléctrico, con un restaurante y cocinero francés. La entrada era de diez céntimos con derecho a pasaje gratis desde Uribitarte a la Salve.
En el año 1893 Juan Landaburu y Saturnino Manville eran los arrendatarios de los jardines, en el año 1896 se cerró y dio de baja definitivamente el restaurante.
Pero el Olimpo no duró mucho tiempo, quizás no cuajó la iniciativa.
Tenía Archanda sus zonas recreativas, el Casino, la pista de patinaje, con el funicular posteriormente o parajes tan divertidos como Gazteleku en Uribarri.
El peñón de la Salve sobre la campa del mismo nombre, en el recodo de la ría donde los marinos divisaban el Santuario de Begoña y rezaban la Salve. Emergía un peñón o peñascal donde algunos propietarios como Enrique Luis Gana y Suárez edificaron construcciones para su descanso y recreo.
Lo hizo entre el año 1892-93 con planos del arquitecto municipal Edesio Garamendi donde levantó una preciosa vivienda en forma de ático y al mismo tiempo se le ocurrió explanar otras partes del terreno para cubrirlos de jardines y miradores sobre la ría, con diversión para los jóvenes, música, bailes, servicio de refrescos y restaurante, al que bautizo con el nombre de la morada de los dioses
helénicos "El Olimpo".
El abuelo de Enrique se llamaba se llamaba Tomás Gana, que fue comandante de la Milicia Nacional Voluntaria en Bilbao.
Se casó con Prudencia Manzárraga. Tomás fue comerciante, marino, alcalde segundo de Bilbao y alférez de navío. Murió en Bayona en el años 1842.
Saturnino Gana Manzárraga nació el 11 de diciembre de 1810, fue presidente de la Sociedad Bilbaína de 1866 a 1875.
Se casó con María Salomé Suárez Burgoa, tuvieron un hijo llamado Enrique Gana Suárez nacido el 27 de setiembre de 1842, estudió en París la carrera de ingeniero civil y se casó dos veces primero con Jesusa Azcárate y en segundas nupcias con Justa Petra Casas.
Al casarse con María Jesús Olimpia de Azcárate, su padre les regaló la casa de la Estufa número seis que era del abuelo Tomás Gana.
En recuerdo de su mujer le puso al jardín el nombre de Olimpo, se volvió a casar con una cubana llamada Justa Casas, fue un hombre dedicado a los negocios participó en la fundación de vidriera de Lamiaco, el proyecto del funicular sobre las cataratas del Niágara.
Saturnino Manville Araluce y Juan Landáburu fueron los socios que arrendaron el Olimpo.
Juan Landáburu era contratista de obras y maestro pintor, se dedicaba a pintar las fachadas de muchas casas de Bilbao.
Saturnino Manville Araluce nacido 9 de octubre de 1854 en Bilbao, era hijo de Juan Aquiles Manville Duplan, de profesión marmolista y con domicilio en la calle Sendeja. Casado en Begoña el 9 de julio de 1849 con Bibiana Araluce Jiménez.
Saturnino era tabernero, también tuvo una tienda de alimentación y bebidas en el Campo Volantín dos y un almacén al mayor y al por menor en la Sendeja doce.

El Café Concierto de la Ribera
Daba funciones los sábados y domingos de zarzuelas, zarzuelas cómicas y sainetes cómicos. La primera noticia de este café la tenemos en octubre de 1876, estaba en la calle de la Ribera tres.
En un extenso artículo del Noticiero Bilbaíno del 26 de abril de 1877 se habla de este café: Barcelona es la puerta por donde entran a España la mayor parte de las novedades extranjeras, ni aún llegan a Madrid sin hacer primero escala allí.
No se recibieron nada bien en Madrid y costaron aclimatarse en la capital estos cafés.
Fue en otoño de el año anterior cuando se abrió en Bilbao, desde que se abrió ninguna noche ha dejado de estar lleno a pesar de pagarse la entrada.
Empezó con zarzuelitas con un estrecho tablado y una reducida orquesta, el público llenaba el café  para oír a cuatro humildes actores, para representar en condiciones escénicas que nos remontan a los tiempos de Cervantes.
El adorno del teatro era una manta vieja tirada por dos cordeles de una parte a otra que hacía de vestuario, detrás los músicos estaban cantando sin guitarra algún romance antiguo.
Después se construyó un lindo y capaz escenario con los suficientes juegos de decoraciones y vestuarios decentes y desahogados, con un cuadro de artistas de ambos sexos.
Al principio no había noche en que hubiera de expulsar del local algún borracho o majadero, falto del hábito de concurrir a estos espectáculos. Pero pasados los días se pudo envidiar al Café Concierto de Bilbao por su compostura y docilidad que da constantemente el público que concurre a él.
El señor Sigüenza  ha tenido el buen sentido de excluir de este modesto escenario todas las asquerosidades morales que se han producido en todos los teatros y teatruchos de Madrid durante los últimos años de desenfreno bufo y canallesco.
Tenía el Café Concierto un grave inconveniente de localidad para los que asistían al local.
Para evitarlo los dueños señores Velasco y Opitz hacen una reforma muy importante y acertada, que es dividir el local en tres secciones, cuyos precios de entrada son un real, real y medio y dos reales, designándolos con los nombres de entrada general, mesas preferentes y lunetas. Estas secciones están independientes separadas unas de otras, por verjas de madera y las lunetas son cómodas y decentes.
Las lunetas están forradas de sarga encarnada, están numeradas con más amplitud y comodidad que las de nuestro teatro municipal.
La concurrencia a esta sección se compone de personas de ambos sexos y es tan decente como la que se ve en otros teatros.
El señor Sigüenza es el director de escena, la tiple señora Gastón esposa del maestro compositor señor Gracia que declama bien y como cantante aventaja en voz, método y sentimiento a muchos que figuran en primera línea de la lírica española.
La contralto señora a Masi y el tenor señor Martínez su esposo. Esta señora estuvo en la compañía de los Jardines del Retiro de Madrid, joven de gran belleza y gracia personal por sus facultades como actriz.
El señor Laborda pertenece al cuadro de la compañía con la que abrió el Café Teatro, es un infatigable actor cómico siempre haciendo uso de sus buenas cualidades.
José Opitz Melzer se casó con Camila Alujar Eguía y tuvieron cinco hijos, vivió en Bilbao hasta el año 1879, para luego marchar a vivir a Portugalete.
El socio de Opitz era don Francisco Velasco Gamboa, eran los dueños y anteriormente habían sido comerciantes cafeteros. 
En el año 1879 se produce un embargo contra esos señores por un importe de 1550 reales, bebidas, coñac, manzanilla etc...
Por esos años José Zamacois tenía abierto al público su gimnasio higiénico y ortopédico al público en la calle Ronda,23 dando clases desde las 8 de la mañana y de 8 a 9 por la noche, también daba lecciones de montar en Velocípedo.
En el baile del Gimnasio la actuación del joven José Zamacois, hizo las delicias del público que asistió a dicho baile, con ejercicios difíciles y arriesgados que ejecutó sobre un trapecio.
El precio que se paga por la entrada, bien merece la pena para ver al joven Zamacois.
Aquí hubo un gimnasio de los señores Francisco y Paulino Charlen su hijo.
El proyecto de dicho gimnasio con las últimas novedades de París era del año 1872, tuvo poco éxito y luego vino la guerra civil y el negocio se cerró. El gimnasio estaba frente al convento de la Concepción, en el sitio de la Cantera.
En vida de Paulino se alquiló el gimnasio en el año 1878 a Domingo Blanco y en el 1880 a Fermín Ugarte Orueta, fueron los empresarios que explotaron el negocio y entonces se llamaba Salón de Baile el Gimnasio, se daban funciones los festivos y las vísperas.
En el baile del Gimnasio daban meriendas y cenas a precios arreglados, venían de la famosa fondista el Amparo.
Al morir Paulino Charlen el 20 de mayo de 1883, su viuda Felipa Quintana, alquila el gimnasio como salón de teatro y bailes, el gimnasio tuvo más éxito como salón de baile que como gimnasio.
En el año 1883 recibe el nombre de Teatro Romea, el señor Camilo Vidal arrendó el negocio, en el año 1885, Bilbao estaba sin teatro y fue la oportunidad de este señor.
La primera temporada fue el 5 de abril de 1885 con una zarzuela cómica, aunque también se daban bailes, gimnasio y después teatro y terminó en la Casa del Pueblo del PSOE.

El teatro Gayarre, en la calle Prim, fue inaugurado en noviembre de 1885 lleva el nombre
en homenaje al gran tenor navarro. Estaba en la parte trasera del Instituto Vizcaíno haciendo entrada
en la calle Iturribide.
En sus últimos años de existencia daban películas en sesión continua desde las tres de la tarde
los domingos, todas las películas de Joselito y Sarita Montiel pasaron por allí.

El primer dueño del teatro Gayarre se llamó Louis E. Dotesio, famoso comerciante en Bilbao vendía pianos de todo tipo y tamaño, instrumentos musicales y también un gran surtido de partituras de piano.
Se inauguró el 4 de noviembre de 1885, con una opereta cómica, con representaciones de zarzuela, verso, comedia.
En el año 1888 hubo una temporada de ópera con una compañía italiana y al año siguiente quince representaciones de ópera: Fausto, Rigoletto, I Puritani, la Sonámbula........
En el año 1888 los empresarios del teatro eran dos, Urizar y Dotesio y también explotaban el Teatro Circo de la Gran Vía, con artistas ecuestres. 
Se celebró un concierto extraordinario a cargo del pianista Francis Plante, actuó como solista y con acompañamiento de la orquesta dirigida por el maestro García.
Regatas internacionales a cargo del Club Náutico de Bilbao, este club se fundó en el barrio 1880.

Justas quejas en Abando, 17 de enero de 1881.
Lo que pasa en ciertas partes de la zona anexionada de Abando es verdaderamente vergonzoso, llamamos la atención a nuestra digna y celosa corporación municipal que sin duda debe ignorarlo.
Hasta en las aldeas más pobres de Vizcaya se tiene cuidado de empedrar más o menos groseramente los puntos por donde la gente tiene que atravesar, algún camino carretero o de herradura. Pero en Bilbao es otra cosa, el que quiera convencerse no tiene más que ir por el camino que conduce a la Perla y a los antiguos astilleros de la vega de Abando, con un notable movimiento de carros.
Este es un camino que conduce a los almacenes de la Diputación y a los de los señores Hijos de Gurtubay, también los almacenes de maderas del astillero de la Salve y la fábrica de tejas y ladrillos del señor Busquet estaba en el camino que baja a la ría junto al astillero de los Arana(en el término llamado La Perla), porque por aquí pasan todos o casi todos los materiales de las edificaciones del Ensanche, el vecino jaro de Arana es un cenagal cuando caen cuatro gotas.
Las cuatrocientas personas que viven en la Perla, en los astilleros o almacenes tienen que atravesarlo diariamente y no a pie enjuto como los israelitas por el mar Rojo, sino con barro hasta las orejas.
Urge adoquinar la calle Espartero al camino de los astilleros y la calle de la Perla reparar o remplazar el adoquinado de cuando Abando era Abando, junto a la cordelería del señor Agustín Guinea no reparado desde entonces. La cordelería se llamada Sociedad de Cordelería y Cáñamo y ya existía en el año 1801.
A los vecinos de Abando en 1871 les ofrecían mundos maravillosos.
Cuando se anexionaron a Bilbao, todos se preguntan si no han cometido algún lamentable error y en lugar de anexionarlo a la culta y rica villa de Bilbao, se los habrá anexionado algún miserable villorio de Castilla.


FIN


Carlos Bacigalupe, el Teatro Campos Elíseos 7 de agosto de 1987, el Correo.
Los carnavales interiores de la villa Manuel Basas 9 de febrero 1986, el Correo.
8000 pesetas presupuesto para las fiestas de agosto de Manuel Basas, el Correo 17 de agosto de 1986.
Las austeras fiestas de agosto de 1884, Manuel Basas 12 de agosto de 1984, el Correo.
Cuando los Campos Elíseos de Abando fueron un coso taurino, Manuel Basas 7 de diciembre de 1969 el Correo.
Ya se cerraron 4 de marzo de 1912, el Liberal.
Liburukik
El Café Concierto. 26 de abril de 1877 el Noticiero Bilbaíno.
Los Bailes, el Eúskaro 14 de febrero de 1888.
Toros, teatro y otras diversiones en las fiestas de la villa 1878 de Manuel Basas, el Correo 24 de agosto de 1978.
Café de Lazurtegui donde canto Iparraguirre, Carlos Bacigalupe el Correo.
Un marqués alcalde de Bilbao, Manuel Basas el Correo 7 de enero 1990.




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