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sábado, 22 de febrero de 2025

DON CLAUDIO GALLASTEGUI CENARRUZABEITIA, UN GRANO EN EL TRASERO DEL FRANQUISMO.

DON CLAUDIO GALLASTEGUI, DE MAYOR
"GRAN PERSONA, GRAN CRISTIANO Y GRAN SACERDOTE" 
CON UNA ALTURA DE 1,89 Y CIEN KILOS DE PESO DE JOVEN, SE LE VE
EN ALGUNA EXCURSIÓN EN EL GORBEA O EN URKIOLA CON OTROS JÓVENES DE
SU EDAD, PELO PINCHO, NARIZ AGUILEÑA, DE FACIL SONRISA, OJOS
ESCRUTADORES Y GAFAS DE MIOPE, CARA ORONDA Y UNA GRAN PAPADA,
DE UNA IMPRESIONANTE MORALIDAD, QUE DEJÓ UNA HUELLA IMBORRABLE
A TODO AQUÉL QUE LO CONOCIÓ.
foto de El Correo.

 ESE CADÁVER QUE PLANTASTE EN EL JARDÍN, ¿FLORECERÁ DE NUEVO?
 GABRIEL ARESTI.


El templo de San Antón es representativo de todo la bilbaíno, ¡San Antón! Heráldica de Bilbao y segunda parroquia de la villa.
Don Claudio Gallastegui Cenarruzabeitia, nació en Elorrio en el caserío de Aldapa el 8 de noviembre de 1906.
De niño correteaba por las estradas en busca de algún nido y cuidaba el ganado, las vacas de la familia.
Eran doce hermanos pero la gripe  del 1917-18 se llevó a dos hermanas Juanita y Carmen.
Los Gallastegui- Cenarruzabeitia vivían en el caserío de Aldape, Aldape siete (Elorrio).
Su padre se llamaba Ignacio Gallastegui Aguirrebeitia, nacido en Elorrio el 22 de octubre de 1867. En el censo electoral de 1920, tenía 52 años y era labrador, sabía leer y escribir.
Su madre Teodora Luciana Cenarruzabeitia Basail, "Ama Lutxi" su admirada y querida madre, como la llamaba Claudio, nació en Apatamonasterio- Atxondo el 26 de marzo de 1874.
La pareja se casó en Atxondo el 8 de junio de 1895, para luego ir a vivir a Elorrio donde nacieron sus hijos y donde vivieron todos ellos.
El niño Claudio estudio en los bajos del ayuntamiento donde había una escuela municipal, allí  recibían las primeras  de  letras los párvulos.


AQUI SE PUEDE VER EL PESO Y LA ALTURA DE DON CLAUDIO.

Apenas hablaba castellano, lo que le ocasionó serios problemas al principio de su adolescencia. Como no hacía progresos el maestro le castigaba con la vara disciplinaria.
Sale de la escuela de su pueblo, para ir al Colegio de los Marianistas de Elgueta y con doce años empieza a estudiar en los Jesuitas de Durango.
Por sus dificultades con el castellano sus compañeros de la clase le llaman el PASTOR.
Eran los tiempos como decía el joven Claudio, cuando en Elorrio no se cerraba ninguna puerta, todo se hacía de palabra y la palabra valía como ante un notario.
Para sacar algún dinerillo y costearse sus gastos, cuidaba niños de familias acomodadas, que veraneaban en Elorrio y venían a tomar las aguas en el balneario, de esta forma Claudio practicaba el castellano.
El padre Larrarte le enseña el castellano y el latín.
Un cierto día de adolescente en una incursión a los Intxortas, a los chicos les sorprende una tormenta y un rayo mató a uno de ellos que estaba cobijado debajo de un árbol, esta trágica experiencia le marcó para toda su vida.
Entró llevado de su vocación sacerdotal a Comillas en la Universidad Pontificia, donde estudió Filosofía y Teología y se ordenó sacerdote el 24 de julio de 1931.
Su querida Ama Lutxi ya presentía que su hijo sería sacerdote, al salir de Comillas le dijo un día a Claudio: He oído que esos jesuitas quieren llevarte con ellos, pero ¡Óyeme! primero serás sacerdote y luego lo que tu quieras.
Su primera novia como así la llamaba a su primer destino parroquial fue Payueta y Montoria dos pueblecitos de Álava, del municipio de Peñacerrada.


DON CLAUDIO, EN SAN ANTÓN CON OTRO CURA.

En noviembre de 1932 es nombrado capellán del Sanatorio de Gorliz en la playa de Astondo. Allí estaban hospitalizados los niños aquejados de tuberculosis, que era un mal general en Bizkaia a principios del siglo XX sobre todo en la margen izquierda de la ría.
La gran balconada corrida de cara al mar, donde sacaban las camas de hierro con los niños para que tomen los baños de sol y de yodo.
Los niños con raquitismo, mal de Pott, secuelas de polio y de la columna.
Allí estuvo durante seis años y fue nombrado  Coadjutor de Gorliz.
Cuando entraron los italianos, los niños ya habían sido evacuados para salir al extranjero.
El 1 de mayo de 1938 al morir el anterior párroco Enrique Ledesma, toma posesión de la parroquia de San Antón don Claudio.
Un domingo en medio de un centenar escaso de oyentes, en una misa mayor, los feligreses se quedaron sorprendidos de la voz de trueno del nuevo párroco, de aquél gigante que lo era de tamaño y de corazón.
La parroquia de San Antón por aquellos años era un foco de pobreza, la zona de Atxuri, Bilbao la Vieja, Urazurrutia, la Peña.......
Sus sermones hacía daño a las gentes de misa diario y el estómago lleno.
Por eso se acumularon tantas denuncias y multas, pero no pagó ninguna ni fue castigado por ello.
Le llamaba algún obispo, Don Claudio, Don Claudio, no me cree usted más problemas.
Era un hombre de voz espléndida y con dotes de oratoria, que llenaba los salones del Sanatorio de Gorliz, nunca empleó el micrófono o el altavoz con su voz se bastaba.
Una vez aposentado en la parroquia de San Antón, como eran conocidos los métodos en aquellos años para nombrar a los curas, se pensó que sería un cura sumiso, pero todo lo contrario.
Se convirtió en el cura que defendió a los marginados, a los pobres, a los hambrientos, los encarcelados y a todos aquellos que tenían problemas con la justicia.
Se convirtió en un cura peligroso y le fueron cayendo multas, denuncias y amenazas.
Contaba con unos siete mil feligreses y a la catequesis acudían quinientos niños.
Hasta sesenta y dos multas pendientes, las recurría, pedía prorrogas, cuando vino el rey a Bilbao le perdonó todas.
Fue el gran evangelizador de Bizkaia, predico la caridad, la reconciliación y la defensa de los pobres, los que no creían a él lo recibían.


DON CLAUDIO VISTO POR K-TOÑO FRADE-PADRE.
CUANDO DON CLAUDIO SE HACE CARGO DE LA PARROQUIA,
ESTABA LLENO DE ENERGÍA E ILUSIÓN, DE EL JOVEN QUE
CREE QUE TODO LO PUEDE LOGRAR, PERO LA REALIDAD ES
DISTINTA A NUESTROS DESEOS, QUIZÁS PUDO HACER MÁS COSAS,
PORQUE NUNCA SE ESTÁ SATISFECHO. CUANDO UNO ESTÁ MAYOR
Y SE ENCUENTRA ENFERMO, VE CON DOLOR LOS VACÍOS DE LA VIDA.
POR UNAS COSAS Y OTRAS SON MUCHOS LOS MOMENTOS QUE
DESAPROVECHAMOS EN LA VIDA, EN CONJUNTO NO ESTOY SATISFECHO.

SU FICHA POLÍTICA:
Tengo el honor de remitir a usted ficha informativa que obra en poder de esta alcaldía, referente al capellán de ese establecimiento Don Claudio Gallastegui Cenarruzabeitia.
El capellán del Sanatorio Marítimo de Gorliz, se deduce que es un sacerdote de ejemplarísima conducta, dedicado a su sagrada misión al que se considera indispensable, dadas las excelentes cualidades que reúne, de un valor personal extraordinario, muy celoso de su ministerio, orador brillante, trabajador incansable y muy amante de los niños que tiene encomendados.
El sello nacionalista que se le atribuye, queda esclarecido con las declaraciones de personas que lo tratan , demostrando que es amante de su tierra y sus costumbres, por lo que ha tenido que ser fácil tener una confusión y tomarlo por nacionalista en lugar de regionalista.
A mayor abundamiento hay que decir que la persona que manifestó que era nacionalista, no merece crédito para emitir un juicio político.
Los restantes consultados que pasaron, informaron que siempre fue partidario del Movimiento Nacional.
En los últimos días del dominio rojo le he oído expresarse en sentido netamente español.
Ha sido lector de periódicos Tradicionalistas en la parroquia anterior.
Este informe se produjo estando de capellán del Sanatorio de Gorliz. 

SUS PRIMERAS DENUNCIAS:
Dijo desde el púlpito en cierta ocasión, que había sido denunciado y tenía la certeza que estaba entre sus oyentes, pero menos mal que las autoridades son mucho más inteligentes y añadió:
Les invito a que visiten la calle.....el piso..... y podrán ver como yo, bajo una sucia sábana, siete niños desnudos tiritando de frío.
Esta mañana ha venido una chica a la que se padre había violado, dormían todos en la misma cama.
Y ya aquella voz no se podía callar, Don Claudio, Don Claudio no me cree usted más problemas.
El que fuera el primer obispo de Bilbao Casimiro Morcillo(el obispo embutido, le llamaban), obispo adicto al régimen franquista.
Le llamó a capítulo, con él estaba el Delegado de Prensa y Propaganda del régimen, este le echó una bronca y vomitó una catarata de insultos y don Claudio aguantaba impávido, después del rapapolvo se contuvo y le dijo: No vaya a pensar que yo soy un anticlerical, tengo un hermano sacerdote y una tía monja.
Eso no me vale, cortó don Claudio yo tengo en Elorrio al mejor ebanista del pueblo mi hermano Patxi, pero yo en mi vida he clavado un solo clavo.
Y sonó una carcajada sonora del obispo Morcillo.
Denuncias como la de una feligresa conspicua, presionando para que apartase de la catequesis por ser acusado de separatista, la denunciante le dijo, no se olvide de quién es mi hermano.
Don Claudio, no por cierto bien se ve que la hermana ha agotado el talento de la familia. 
En otra ocasión salía un borracho de una tasca de la calle Somera y le dijo a don Claudio que tenía la culpa de la guerra de las Malvinas y le señalaba a él.
Yo no se que tengo que ver con la guerra de las Malvinas, pero tú el mal vino que llevas es cosa tuya.



DON CLAUDIO, VISTO POR K-TOÑO FRADE, PADRE.
NO ES POR ECHAR LAS CULPAS AQUÉL RÉGIMEN, 
PERO HABÍA COSAS A MI ALRREDEDOR POR LAS
QUE NO PODÍA ESTAR CALLADO Y CREO QUE ESTO
ERA DEBIDO A QUE ESTABA CONFORMADO POR UN
CRITERIO CRISTIANO, DIOS ME CONCEDIÓ SEGUIR LA
LÍNEA RECTA, SIN MIEDO A LOS CASTIGOS, NI A LAS 
SESENTA Y DOS MULTAS POR PREDICAR, ADEMÁS DE
ALGUNAS ÓRDENES GUBERNATIVAS DE DESTIERRO.


En mayo de 1947 intento gubernativo para desterrar a don Claudio Gallastegui, párroco de San Antón recibió la orden verbal de destierro a 300 km de Bilbao.
El cura se presenta ante el arcipreste el señor Abona, quién le dijo con cierto socarronería que él no sabía nada de semejante orden.
Acudió ante el obispo de la diócesis, que le respondió en parecidos términos.
Ante lo cual don Claudio pidió permiso para ir hasta Roma, el obispo le pidió que desistiera de tal propósito, pues se podía arreglar todo sin armar escándalo.
Todo este asunto partió de las autoridades franquistas, a raíz de un sermón que dijo que en la España franquista no pasaba del 16% el porcentaje de católicos practicantes, excepto en el País Vasco cumplen el precepto pascual el 60% de la población.
Pera además de esta afirmación, dijo que no podían pasar por católicos cuantos blasonan de serlo y luego iban en mangas  de camisa y enseñando el vello de sus antebrazos, aludiendo a los falangistas.

Del 20 al 21 de marzo de 1955, un gran incendio se inició en la sacristía y a punto estuvo de destruir todo el templo, años después las graves inundaciones de 1983.
Cuando el Papa autorizó las lenguas vernáculas, el hizo la primera misa en euskera en enero de 1965. Contra el parecer del obispo.
Le impusieron una multa de 37.000 pesetas, por oficiar una misa en el año 1968 por Txabi Etxebarrieta con una foto de él, el etarra que murió asesinado en un enfrentamiento con la guardia civil.
Fueron innumerables las veces que se tuvo que presentar en la comisaria de policia por las variadas denuncias hacia su persona.

En el año 1970, se celebró una misa oficiada por don Claudio, quién pronunció un recuerdo necrológico lleno de objetividad y valentía, en el décimo aniversario de la muerte de el Lehendakari José Antonio Aguirre y Lecube, la iglesia estuvo llena de simpatizantes.

Don Claudio tenía una gracia especial para engarzar la palabra sagrada con la vida cotidiana. Con una categoría de orador indiscutible y era reclamado en toda Bizkaia, no había iglesia o ermita que no hubiera registrado en alguna ocasión su presencia.
En los funerales, ponía llorando a moco tendido a todo el mundo, aún sin conocer al difunto, en cierta ocasión hizo llorar hasta a los empleados de la funeraria, que sacaron el pañuelo para secarse las lágrimas


A DON CLAUDIO LE TOCÓ UN VIAJE A CANARIAS, QUE SORTEABA
LA CAJA DE AHORROS MUNICIPAL DE BILBAO.

Cientos de ejercicios espirituales y también a los novios, terminando con aquella frase: ¡Y ahora hacer manitas a los portales!.
La parroquia era de las más humildes de la villa, vivió una dificil etapa de postguerra, de hambre y miseria y cuando denunciaba estas situaciones le tachaban de "separatista".
Tenía un nutrido grupo de gitanos que poblaban en aquel entonces en el paseo de los Caños y las minas. San Antón abarrotado de gitanos, oyendo enfervorizados el verso de don Claudio: "Jesucristo nació como vosotros sin sábanas para taparse.
Solía decir: Antes que sacerdote, antes de que me bautizaran nací vasco, solamente vasco. ¿Qué tiene de extraordinario que sufra con mi pueblo y lo defienda con todo mi corazón y con mi vida?.
Fundó una revista para niños en euskera Kili Kili, un grupo de danzas Bizi Nai o el laureado Orfeón San Antón.
Con el organista Arturo Intxausti alumbraron pequeñas maravillas como el villancico Polit ederra o el himno a la Amatxu de Begoña, Begoñako Andra Mari, Bizkaiko zaindari.
Varios libros publicados y muchas poesías, sencillas poesías donde canta a Elorrio y a Euskal Herría. 
Era un hombre con un gran sentido del humor y muy socarrón, con salidas humorísticas.
Un curita extremeño muy pequeñito llamado Landajo, que había sido monaguillo en San Antón. Su ilusión era que le visitara don Claudio  su pueblo. Llegó el día, montaron en un seiscientos con don Gabriel otro cura pequeñito y otro largo y flaco, hubo que montar atrás a don Claudio, como se pudo para que estirara las piernas pues el viaje era largo.
El cura pequeñito, Landajo salió a recibirles en el pueblo con todos sus feligreses, primero salió don Gabriel y luego don Juan y por fin salió don Claudio, al verles la cara de asombro de los feligreses y señalando a los otros curas "Estos son de muestra y señalándose así mismo dijo y este es el de verdad, el cura de verdad" y que razón tenía.

Seis de la mañana de un domingo, la misa montañera todos los mendizales al terminar la ceremonia dispuestos para coger el tranvía de Arratia o el tren en la estación de Atxuri y comenzar su jornada montañera. Don Claudio tenía una consideración especial para con ellos, les dejaba salir antes para no perder su medio de locomoción.
En aquellos años, cuando estaba mal visto que las mujeres fueran al monte con pantalones, don Claudio hacía la vista gorda en ese aspecto.
En otras iglesias, las mujeres entraban con faldas sobre los pantalones para quitárselos a la salida, la comodidad ante todo para la práctica deportiva. Estaba muy arraigada la creencia de que por usar pantalones la mujer pierde su feminidad, aún en la práctica deportiva.

El 29 de junio de 1981, don Claudio celebra los cincuenta años de sacerdocio, en el Seminario de Derio y como él decía: Misa-mesa y sobremesa. Hay que decir que don Claudio era un hombre de un gran saque, famoso por su apetito.
En los año 70-80 las modistillas todavía celebran su día de fiesta, Santa Lucia oyendo una misa en San Antón con don Claudio de oficiante.
Ya han pasado de el chocolate con churros y el baile en la Casilla, por allí pasaron casi todas las chicas de Bilbao, solían acudir los soldados de Garellano, ahora es el vermut y el bingo lo que mola. Todas ellas ahora tienen más de cuarenta años, salen contentas y agarradas del brazo de la iglesia de San Antón, porque celebran su día.
Recuerdan cuando eran jóvenes, eran aprendizas y después de la misa su chocolate con churros por la parte vieja de Bilbao.
Por la tarde al son de los Altavoces de Moreno, bailaban en Basauri o en la Casilla, hoy estas modistillas están todas casadas.
Nosotros en ese día éramos felices y reíamos y reíamos sin parar, algún chico creía que íbamos borrachas y no necesitábamos fumarnos un porro o un whisky como las chavalas de ahora.
Algunas modistillas llevan más de treinta años asistiendo a la misa de don Claudio en San Antón, y todas trabajan en la costura para los comercios próximos del Casco Viejo.
Esas chicas el día de su patrona, estrenaban abrigo nuevo y después un chocolate con churros, que buena forma de empezar el día o de terminar una merienda, que gran invento.
Don Claudio les decía a las modistillas que al novio se le hace esperar un poco, había que hacerse de valer.
A estas modistillas Santa Lucía les debe conservar muy bien la vista, pues ninguna usa gafas, años enhebrando la aguja y tirar del hilo amorosamente.
Hoy ya no quedan modistillas, ni academias de costura y en la Casilla ya no hay baile, pero sin embargo don Claudio el párroco de San Antón sigue ahí.
Por Santa Lucia les dirige la palabra, en su templo en la misa de once cada trece de diciembre y así durante muchos años.


Dice Jon Juaristi, que un domingo a las once de la mañana, la única misa era en euskera.
El templo rebosaba de tenderos del Casco Viejo y de estudiantes de bachiller que acaban de descubrir el nacionalismo.
Era una época de catacumbas, nacida por la desconfianza, todos los fieles nacionalistas de Bilbao en la nave de la iglesia no muy amplia.
No había más Euskadi que San Antón y don Claudio era su profeta, junto a la puerta una inscripción borrosa que recordaba la instauración del culto al Sagrado Corazón "Reinaré en España".
Don Claudio celebró el funeral por el alma de un estudiante de Ciencias Económicas de 23 años llamado Txabi Etxebarrieta Ortiz, antiguo alumno de Escolapios.
Txabi era un muchacho escritor, estudiante aventajado, lector de Unamuno y militante de ETA. 
Fue abatido a tiros por la Guardia Civil un 8 de junio, horas después que el mismo acabara con la vida de otro joven gallego José Pardines, en un control de tráfico cercano a Billabona.
A la salida del funeral se organizó una espontánea manifestación, la policía cargó contra ellos y la disolvió sin mayor problema.
No los había reunido el euskera, ni la comunión eucarística, fue la primera sangre derramada de dos jóvenes.
La comunidad de fieles que acudió a dar el último adiós a Etxebarrieta, se tranformó al salir del templo en la comunidad vasco- nacionalista que daba su aprobación a la muerte de José Pardines.

Don Claudio lleva muchos años de cura párroco en San Antón, ha sufrido varios ataques al corazón, pero no quita el cigarro, dice que no traga. También es un hombre al que le gusta comer y disfruta en la mesa.
Todas las tarde en el Botxo, toma un café con leche con unos amigos en una cafetería de su confianza. Lo tengo prohibido, pero aquí no me ven los médicos, los curas tenemos que dar buen ejemplo.
En agosto de 1978 le dieron un concierto homenaje, con la orquesta Sinfónica de Bilbao, no era partidario de ellos, decía que un "Homenaje, es un funeral en vida".
En ese mismo año la Iglesia de San Antón se la declara monumento histórico artístico, algunos pensaban que le iban hacer a él.

El 30 de agosto de 1979 a las 13,40 moría de un infarto de miocardio, el periodista Adolfo Echevarría( el hermano de Camarón). Allí se personó don Claudio, como feligrés de su parroquia que era el difunto.
Al ver el cadáver en la cama, le dijo a la mujer: Un infarto bah, yo he tenido siete y por eso no se muere uno.
Ese comentario a la viuda del difunto en ese momento, a Josefina le dolió mucho, le supo muy mal, poca delicadeza e impropia del momento, pero hoy muchos años después recordando el comentario, le hizo gracia la ocurrencia de ese cura grandón y ocurrente, con su socarronería de aldeano, ancho y de tripa prominente.



DON CLAUDIO EN EL SANATORIO DE GORLIZ POCO ANTES DE MORIR.
                 EN AGOSTO DE 1983, LOS COMERCIANTES DEL CASCO VIEJO DE BILBAO,
                 LE HACEN LA ENTREGA DE UN TXIKITO DE ORO A DON CLAUDIO.
                 LE DA VERGÜENZA CUANDO LE DICEN QUE SOLO EL ATHLETIC Y EL TIENEN
                 ESA DISTINCIÓN, EL SIEMPRE HUYE DE LOS HALAGOS.
                 A SUS 76 AÑOS YA ESTABA SENTADO EN UNA SILLA DE RUEDAS, POR UNA 
                 DOLOROSA ENFERMEDAD, PERO ÉL NO PIERDE LA SONRISA.





EN EL ENTIERRO DE DON CLAUDIO, EN LA IGLESIA DE SAN ANTÓN, BONI
TOCA EL TXISTU Y SENTADO SE LE PUEDE VER AL LEHENDAKARI ARDANZA
Y EL FÉRETRO CONTENIENDO LOS RESTOS DE DON CLAUDIO.


Don Claudio Gallastegui murió el 28 de enero de 1988, al día siguiente se celebró un multitudinario funeral en la iglesia de San Antón. Abarrotaban la iglesia, con gentes hasta en la puerta de entrada.
Fue el día señalado el 28 de enero de 1988, a las tres menos cuarto de la tarde, se extinguió su vida en el Sanatorio de Gorliz.
El funeral comenzó a las 7,30 de la tarde el funeral fue concelebrado por cien sacerdotes en euskera y castellano. Presidía la ceremonia el obispo de la Diócesis Luis María Larrea, allí se le vio también a José Antonio Ardanza el Lehendakari, amigo y nacido en su mismo pueblo, su mujer Gloria Urteaga, el Lehendakari (zaharra) Jesús María Leizaola y muchas y variadas personalidades de la política, la cultura y la vida social.
Por expreso deseo de don Claudio su cuerpo fue enterrado en Derio en el panteón del Obispado.
Pero antes su cuerpo quedo expuesto para ser visitado en la capilla de San Roque de la Iglesia de San Antón, por allí pasaron sus feligreses y muchos otros bilbaínos que sentían un cariño y simpatía muy especial por él.
El obispo José María Uriarte dijo algunas palabras sobre él:
Claudio fue un hombre de una gran talla humana, tanto física como moral.
Un creyente de cuerpo entero, que reunía cualidades contradictorias.
Poseía una gran ternura y una inmensa firmeza.
Un amor a lo suyo y un afecto para todo lo grande.
Noble y bueno que hubiera en este mundo.
Era un arraigado a su tierra y una mirada abierta al cielo.
En junio de 1988 la Asociación Cultural Goi-Zubi abre una suscripción popular para el busto de don Claudio, para instalarlo en el pórtico de la Iglesia de San Antón.
Su hermano Patxi Gallastegui, el mejor ebanista de Elorrio muere el 26 de septiembre de 1981 a los 73 años, el dueño de Maderas Gallastegui.




Tengo grandes dolores,
vida en angustia,
pero grande provecho para el alma.
Mi ofrenda diaria
es por el Santo Padre.
Por nuestros misioneros,
en favor de la juventud.
En súplica por la paz,
por los trabajadores en paro
para que alcancen el trabajo.
Por Euskal Herría,
por todos los vascos.
Por los pecadores de todo el mundo.
Por la Iglesia, lo que más amo.
Guarda Señor a la Iglesia de San Antón, hermosa única, a los ancianos de ella, a los niños, a los jóvenes. En paz y en amor y a sus sacerdotes, religiosas y cristianos, mantenlos siempre todos los días con valor.
Recibid un saludo ferviente y un estrecho abrazo, día y noche, os quiero a todos.
Don Claudio Gallastegui desde su retiro, antes de morir.


FIN
Archivo Diputación Foral de Bizkaia.
Fundación Sabino Arana.
Hemeroteca de el Correo.
Ya quisieran tener las chicas de hoy, la alegría de nuestras modistillas
de los viejos tiempos, 14 de diciembre de 1979 Antxón Urrosolo.
Euskariana. 
Don Claudio el cura de San Antón, Anastasio Olabarría, Editor Martín de Retana.

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