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domingo, 22 de mayo de 2022

JUAN CARLOS PRADERA SALAZAR, MÁS RÁPIDO QUE SU SOMBRA

Juan Carlos Pradera en el círculo rojo, era de baja estatura, muy moreno, de facciones
muy marcadas y de una complexión física muy fuerte.
Archivo Colegio de los Jesuitas de Bilbao.

*Es uno de los personajes más interesantes del palmarés deportivo
español, hombre clave del automovilismo en las últimas décadas,
uno de los corredores con mejor técnica.*
Parece ser que siempre tenía que demostrar que era el mejor en todo.
Estaba acostumbrado a la tensión, teniendo en todo momento el dominio de la conducción y haciendo lo que intuyes o percibes sin tiempo para pensar, si lo haces bien o mal.



Juan Carlos Pradera Salazar nació el 1 de septiembre de 1946 en la casa de su abuelo Guillermo en la calle Bertendona, era hijo de Gregorio Pradera y de Blanca Salazar. Su padre estaba presenciando una carrera de motos en Deusto, cuando le avisaron que iba a ser padre.
Tenía más hermanos: Guillermo, Gregorio, Blanca, Pili y Conchi, Juan Carlos eran el benjamín de los hermanos.
El niño primero estudió en el Colegio de los Agustinos de la Plaza San José como todos sus hermanos y después en los Jesuitas de Indautxu. Ya destacaba de niño, con tres años fue de Galdácano a Amorebieta en una bicicleta, según cuentan sus padres.
Era un estudiante que solo estaba interesado en la práctica deportiva, su padre le motivó para toda clase de deportes. 
A los quince años su padre le compró una moto Montesa y con ella se fue a Marbella donde tenían casa sus padres.
En febrero de 1966 competía en Reinosa en una prueba de esquí, de los diez y seis inscritos, solo salieron seis porque se había desencadenado una tormenta de viento, agua y granizo. 
La prueba la ganó Juan Carlos Pradera de los G.U.M. y el cuarto quedó Pedro Saiz Vizcaya del Club Deportivo de Bilbao.

Su madre Blanca Salazar Martínez, viuda de Gregorio Pradera murió en Madrid el 24 de mayo de 1989 a los 83 años. Su padre había fallecido el 1 de abril de 1973.



Begoña Inchaurraga y Juan Carlos Pradera, en una comida en el Club Deportivo Bilbao el 30 de noviembre de 1969.
Juan Carlos y Begoña se casaron el 12 de mayo de 1967 y fueron
de viaje de novios a París.
Se casaron muy jóvenes, pero su vida deportiva era incompatible con su matrimonio.
Las cenas de cumpleaños de Juan Carlos eran muy divertidas, invitaba a la gente más variopinta. Begoña se encargaba de preparar
una fiesta fantástica y él llegaba el último de todos, cuando ya estábamos cenando......
Simplemente se sonreía y decía: Estaba entrenando.......


*Para información detallada la de el periodista del Correo, Juan Carlos Martínez, fue una entrevista realizada el 5 de marzo de 1989.
Todavía Juan Carlos Pradera no había cumplido los 43 años y nos hace una descripción física de este gran deportista: Tiene cuarenta y dos años dominados en lo alto por una semi-calva y una nariz con dos curvas, hacia arriba y hacia abajo. En los últimos días lluviosos de febrero aparecía bronceado y de un excelente humor, que agudizaba con una risa fuerte, intensa, como sus apretones de manos.*
Hizo sus primeras carreras en bici, recorriendo la fábrica de su padre.
Obsesionado por el deporte, sobre todo por la competición, que le alentó su padre.
Si entró en el colegio de los Jesuitas de Indautxu, fue por lo bien que estaba equipado en todo lo deportivo y las animadas carreras ciclistas, en la primera carrera que disputó quedó el primero, sacándole una vuelta al segundo.
En el colegio simultaneó la bici con el hockey sobre patines y en esta especialidad también destacó.
Su padre le enseñó a conducir a los 13 años y a los 18 compitió con un seiscientos volador, fue cuando sintió el vértigo de la velocidad, terminando con un brazo escayolado y un seiscientos que tuvo que vender.
Fue entonces cuando empezó a sentir interés por las motos, el polvo, el derrapar, subir y bajar era lo suyo. Esto fue durante dos o tres años, quedó el quinto y el séptimo en el campeonato de España.
En el año 1968 era uno de los jóvenes promesas del moto-cross vizcaíno: Pedro Alegría, los dos hermanos Barcelona Juan Ignacio y Martín, Gabino Pérez ya mayorcito, Bruno Martín, la figura estelar era José Ángel Mendívil, que ha ganado un campeonato de España y un subcampeonato. Jesús María y José Ángel Mendívil, forjaron a golpe de rueda la historia de la moto.
Y ahora el más bohemio de todos Juan Carlos Pradera, cuando le pregunta que estudia, dice riendo: ¿Estudiar? Si, si.....económicas, posee un coche, un go-kart, una Bultaco 125 para las carreras de velocidad y una Bultaco Pursang para moto-cross, le queda mucho por aprender y tiene la insolencia de sus 21 años. Llegó a proclamarse campeón de España en 1972 con una moto Triumph 650.
El 17 de junio de 1970, llegaban a Sondika los restos mortales de Santiago Herrero, en un avión desde Londres y dos días después, se celebra el II Motocross, Primavera del Moto Club Bilbaíno.
Juan Carlos Pradera, su mujer Begoña y Santi Herrero volaron a Londres, Pradera allí se compró moto Triumph-Boneville y Santi durante diez días estuvo reconociendo el trazado y entrenando en la isla de Man, un año después, el 10 de junio de 1970 fallecía en dicha prueba la T.T. Isla de Man. Begoña y Santi volvieron en avión a Bilbao y Juan Carlos Pradera lo hizo en barco hasta Francia con su reluciente moto.
Juan Carlos Pradera, cuando Begoña estudiaba en Londres, no tenía inconveniente en coger la avioneta y presentarse en Francia con un mapa de Michelin y luego en Normandía tirar hacia la izquierda y se presentaba en Inglaterra, a veces con mal tiempo o poca visibilidad.
Hay otros que niegan esta versión, que solo fue en una ocasión, volando  con su Cessna, con un equipo de vuelo sin visibilidad hacia Inglaterra.


José Ángel Mendívil y Juan Carlos Pradera, rivales en la moto pero amigos fuera del deporte.

José Ángel Mendívil, cuenta que en un viaje que hicieron a Barcelona, Juan Carlos Pradera conducía un Alfa Romeo y Mendívil le acompañaba. Llevan un remolque con dos motos Bultaco y por la noche perdieron el remolque, las llevaban después de la competición a la casa Bultaco. Se había soltado la bola del enganche y el remolque fue a parar a una cuneta. Llegaron a Barcelona y pusieron anuncios en los periódicos. ¡Haber!  como le cuentas a la casa Bultaco que has perdido dos motos por el camino, por fin aparecieron, las encontró un aldeano en su huerta las dos motos y el remolque y las entregó a la casa Bultaco.
Dice José Ángel Mendívil que era muy profesional y muy seguro en la conducción de motos, además de su carácter franco y alegre, con su irrefrenable buen humor y valentía que le hacía inasequible al desaliento.

En la categoría de Seniors e Inter quedó el noveno con una Bultaco.
El motocross exige profesionalidad y mucha dedicación y a él le gustaba probar todos los deportes y medirse en sus retos. En esta especialidad ganó más de treinta carreras.
En el año 1971 se organiza un circuito de Go-Karts en el Parque de Bilbao. Lo organiza la Real Peña Motorista de Vizcaya, Juan Carlos quedó el segundo, también corrió un socio del club llamado Rafael Brancas.
Dejó el motocross y se metió en las carreras de velocidad, en 1972 obtiene el campeonato de España de resistencia, tras los logros en el Jarama y Montjuich.
Pero todavía hay aficionados que recuerdan en el año 1971, en el Circuito de Somorrostro, la encarnizada disputa entre José Ángel Mendívil y Juan Carlos Pradera, los dos con Bultaco, quedó segundo Pradera a una décima de segundo. Fue un momento muy emocionante de la llegada de los dos rivales, el juez le da la victoria a Mendívil por un cuarto de rueda.
 Con Juan Carlos corrían además de los hermanos Mendívil, Gabino Pérez, Javier Chalbaud, Pradera triunfó en el circuito de San Roque de Artxanda el 25 de mayo de 1969.
La muerte de su amigo Santi Herrero fue un duro golpe para él y le mete el miedo en el cuerpo y se pasa a correr rallys  de coches, que le parecen más seguros. 

En la primavera de 1971, gana la XIII Vuelta Aérea a España en avioneta.
La primera vuelta aérea a España que se organizó fue el año 1931.
El equipo vizcaíno lo integraban Facundo Álvarez y Juan Carlos Pradera, hicieron un recorrido de 3000 km en un Cessna, es el avión de entrenamiento más popular del mundo, es una avioneta monomotor de ala alta, con un motor de 145 HP y con capacidad para cuatro personas.
Se sacó el título de piloto a finales de 1969, con unas quinientas horas de vuelo como piloto comercial de primera, fue en la Escuela de Salamanca.

Compró la avioneta Cessna 172, con su moto Triumph - Boneville.

Muchas historias con la avioneta, el día que partimos a Bruselas.
Primero la revisión y la puesta a punto de la avioneta.
Toño Foraster y Pradera se turnaban llevando la avioneta en vuelo visual. Siempre por debajo de las nubes con la famosa Cessna.
El viaje iba a ser de dos días, pero el clima lo prolongó a una semana.
Él era muy consciente, aunque la gente creía que arriesgaba demasiado. Una de sus virtudes era la sensatez.
No hacía nada si no estaba seguro.
Tiene otra historia muy divertida con José Ignacio Otalora.
Iban de Bilbao a Madrid, pero el radio compás, por perturbaciones y otros errores, les desvió de su ruta y aparecieron en el Moncayo, con los tanques escasos de combustible.
Todo nubes y nubes, al fin un agujero pero no había campas donde poder aterrizar, todo eran picachos y agujas imposible donde aterrizar
y tuvieron que subir otra vez.
El motor no se para, a 195 km por hora y pensando en el leñazo que se iban a dar cuando se pare el motor por falta de combustible.
Decía Carleti: José Ignacio, José Ignacio, ¡nos matamos!, ¡nos matamos!.
El aeropuerto de Pamplona, tenía una cierta visibilidad, era recién construido, pedimos pista no había nadie en la torre de control, por fin tomamos tierra en el extremo de la pista. A la tarde ya se había cerrado el campo. Apareció una Cessna 240, que se pasó de largo y a la tercera pasada pudo aterrizar.
Pasaron la noche en Pamplona y salieron para Madrid, aterrizaron sin ningún problema en Cuatro Vientos, para luego volver a Bilbao sin ninguna novedad digna de reseñar.

En esa época hacía la instrucción militar agotadas las prórrogas, en el campamento militar de San Lamberto (el santo que llevaba la cabeza debajo del brazo), el campamento estaba en Zaragoza y hacían la instrucción y juraban bandera los reclutas o pelusos de aviación, como se les llamaba entonces. Los soldados y reclutas con su elegante uniforme azul y el kepis, nada que ver con los de tierra, y allí coincidí con él . Cantábamos el himno de la aviación todas las mañanas: Alcemos el vuelo sobre el alto cielo, lejos de la tierra..........
Mi recuerdo que tengo de Juan Carlos es maravilloso,  fue mi primer vuelo en avioneta desde Valenzuela (Zaragoza) hasta el aeropuerto militar de Agoncillo (Recajo) en Logroño. Pradera a los mandos de su avioneta, su amigo Cárdenas de copiloto y César Estornés detrás.
Fue mi primer vuelo aéreo, volando bajo y siguiendo todo el curso del río Ebro, muy emocionante y una sensación de dominio y poder en los aires, disfrutando de las bellezas naturales de Aragón y la Rioja con todos sus viñedos.
Aterrizamos en Agoncillo, con nuestro uniforme de reclutas, los oficiales pensaron que aterrizaba alguna autoridad militar, iban a formar a los soldados para nuestro recibimiento y luego vieron que éramos unos simples reclutas.
Pero él cuenta, que haciendo el campamento en San Lamberto, se moría por una buena ducha en algún hotel de Zaragoza y compinchado con un veterano se escondió en el maletero del coche para ir a Zaragoza y a la vuelta el amigo le convenció para que entrase en el campamento en el asiento del copiloto.
En el campamento ya tenían el soplo de que un recluta se había escapado en el maletero del coche, esperaban al coche y lo primero que hicieron fue registrar el maletero y resultó que estaba vacío.
Cuando salieron los destinos a él le tocó San Sebastián ( hay que decir que con enchufe) y a su amigo Cárdenas a Bilbao, estos eran dos de los mejores destinos posibles en la zona norte. Su padre Cárdenas junto con Zubiaga fueron los fundadores del Aéreo Club de Bilbao. Al que escribe este artículo le destinaron al destacamento de Gorramendi (Elizondo) que tampoco estaba nada mal.
En San Sebastián disponía de mucho tiempo libre, para poder hacer los cursillos aeronáuticos y voló la vuelta a España. Vino el ministro a imponer las medallas y le contó que quería ser piloto comercial, le concedieron un permiso para no volver al cuartel y así pudo sacar su licencia de piloto.
Si le llegan a pillar en el portamaletas del coche, se queda sin permisos, licencia o sin cursillos.
En febrero de 1973, Juan Carlos Pradera sobrevuela el Naranjo de Bulnes, en una avioneta pilotada por él. Circunvala el Naranjo, inaccesible en invierno para obtener información de los dos montañeros que se quedaron en un resalte del Naranjo refugiándose del temporal de nieve a pocos metros de la cima, se llamaban Lastra y Arrabal. El equipo de rescate bajó a los dos montañeros, pero Arrabal murió.

Juan Carlos Pradera, con Facun Álvarez.
Pradera aprendió mucho volando con él.
Foto de Archivo de Canario Azaola.

Estuvo tres meses en una compañía de Aerotaxis y luego fue fichado por una empresa de vuelos charter Euskal Air que quebró en 1992.
La Caja Vital estimó sus pérdidas en 400 millones de pesetas.
Voló con un Boeing 737-400 que era un avión bimotor con una capacidad para 188 pasajeros. Hizo el cursillo para pilotar el Boeing en Seattle y voló con la compañía Air Europa que tenía su sede social en Lluchmayor, fijando su residencia por aquellos años en Palma de Mallorca, lo que le permitió seguir disfrutando de los deportes náuticos. A partir del 11 de septiembre de 2001, las compañías aéreas sufrieron un parón y hubo muchos menos vuelos y dejó la aviación.
A la hora de establecer diferencias, dice Pradera, que conducir un coche por una carretera sinuosa, es tan placentero como difícil, como tocar bien el violín.
Un avión de viajeros es un derroche de coordinación y técnica.
La aplicación de una técnica exacta, es una gozada pues te permite comprobar como obedece a mil kilómetros por hora un cacharro  de cuatro mil millones de pesetas.
Cuando se aburra de llevar turistas, encontrará la fórmula que le paguen por hacer lo que le gusta.



Juan Carlos Pradera y su copiloto en muchas carreras, Ricardo Comyn


En los años 1970 estaba considerado como uno de los mejores pilotos de rallys.
En julio de 1971 participa en el V Rally Internacional Bosch, Memorial Jaime Segovia. Se clasifican por escuderías el Quinos Club de Bilbao y la escudería del Club Deportivo de Bilbao.
Los primeros Alberto Ruiz-Ruiz Giménez y Muñoz, segundos Reverter-Vázquez y terceros Pradera-Olazabal con un Ford 2300, cuartos Del Olmo y Juan Manuel Casas del Club Deportivo Bilbao.
Pradera tuvo que hacer un gran alarde de conducción, con ese voluminoso vehículo, un auténtico armario.
En la Subida Arrate de marzo de 1972 Juan Carlos corrió con con el Ford 20 MRS quedó el noveno y nuestro socio Luis M. del Olmo con un Alpine el séptimo. El ganador con un Porche 903, que era un modelo de ese año fue Juan Kutz.
Diciembre de 1972, Juan Kutz con un fórmula-2 March fue el vencedor de la segunda Subida a Zollo, Juan Carlos Pradera queda el segundo con su Seat 124-1600. Pradera le sacó a su vehículo el máximo rendimiento.
Tercero en el campeonato de España en 1973, subcampeón en 1974, cuarto en el año 1975 y de Europa en gran turismo.

A finales de los 70 y principios de los 80, vino la crisis del petróleo y una recesión industrial a nivel mundial, las empresas se quedaron anticuadas y el precio del barril de petróleo se disparó.
Dejó las carreras de coches momentáneamente, para dedicarse a los negocios de joyería, puso tres tiendas, una en Bilbao, otra en Las Arenas y la última en Marbella.
Trapicheaba con los más variados negocios, vendía casas y compraba todo lo que tenía precio.
En 1985 regresa al mundo de los rallys y queda subcampeón de España, para empezar no está nada mal.
Se queja de la falta de respaldo económico y admira a los catalanes porque siempre tienen patrocinadores.
El París-Dakar es una de sus obsesiones, pero el respaldo económico es fundamental.
Parece ser que los comienzos de Juan Carlos Pradera en el automovilismo no fueron muy afortunados. Unos meses después de su primera experiencia en el Rally Vasco-Navarro, sufre un accidente en la Subida a la Bien Aparecida, con lo que se aparta del automovilismo, entre otras razones porque su padre estaba cansado de tantos percances y decide cortarle el suministro económico, que fue cuando vendió el seiscientos y le compró a Mendívil una moto de motocross, en esta especialidad corrió más de 125 pruebas.
Tuvo la ocasión de comprarse un coche con historia un Ford Taunus 20 MRS, que había corrido el Rally de Londres a Sidney.
Dos años estuvo recorriendo Pradera, todas las pruebas en España con su viejo coche Ford. Después Juan Carlos adquirió un coche que en esos momentos estaba de moda, un Seat 124 de 1600 centímetros cúbicos, preparado por Juncosa, todo modificado.
Con él realizó una campaña que se inicia en 1973, ganando el Rally Costa del Sol, en dura pugna con los pilotos oficiales de la Seat, clasificándose en tercer lugar en el Campeonato de España de Rallys.
Estos éxitos le valieron ingresar al año siguiente en la escudería de Seat, como piloto oficial, corría con Ricardo Comyn de copiloto.
El Rally de las Rías Bajas del mismo año, quedó tercero y se codeó con los Porche y el corría con un Seat 124. El campeonato de Europa de Rallys, XXI Rally de España quedó el tercero con un Seat.
El Rallye de Fallas, el VIII de Firestone, el XI Criterium de Luis de Baviera, el IV Criterium de la Rioja EL 8 y 9 de junio, el VII Rallye de Orense, en todos estas competiciones hizo un buen papel y siempre de copiloto a Comyn.
Año 1974, 25 al 27 de Octubre Campeonato Automovilístico de España, primero Antonio Zanini y segundo Juan Carlos Pradera.
El Rally de los Quinientos Km nocturnos de Alicante el 11 y 12 de mayo 1974, donde quedó el tercero con un Seat 1430-1800.
Llegó a encabezar el Campeonato de Europa y de España de pilotos, perdiendo en el último momento el Campeonato de España de Rallyes, por problemas con el departamento de competición de la firma automovilística, por lo que se proclamó sub-campeón de España.
En ese año el 9 y 10 de noviembre en el XVI Rallye 2000 virajes, quedó el tercero con Comyn.
El X Rallye de Cataluña, el 23 y 24 de noviembre de 1974. 
En el Rallye Costa del Sol el 7 y 8 de diciembre, quedó el cuarto con Bascaran, con un Seat 1430-1800. 
En el año 1974 y en sucesivos años, sus directos rivales eran Marc Etchebers, Antonio Zanini, Salvador Canellas y Julio Gargallo.

En 1975 le contrata Fasa-Renault como piloto oficial, quedando tercero en los Campeonatos de España de Rallyes  y campeón de Europa de circuitos de gran turismo. Su nuevo vehículo es un Alpine 1800, su nuevo copiloto se llama Juan Pelisco es bueno y tiene mucha experiencia.
El Alpine 1800 de 170 CV, es muy manejable y ligero y resulta muy competitivo. El director de competición de Renault se llama Fernando Villamil.
En ese año con emoción a raudales y numeroso público gana la Subida a Zaldiarán.
La subida al Vivero en ese año, con un trazado de 4500 metros, Pradera ganó la prueba con su Alpine 1800.
Su marcha de la casa Seat obedece a unas diferencias con el director de carrera Pérez Vargas, no coincidíamos en nuestras opiniones.
En el año 1976 Fasa-Renault cierra el departamento de competición, por lo que Pradera corre en privado con un Alpine 1800, patrocinado por Nicanor Pérez. Con este coche se clasifica en tercer lugar en el Rallye de Polonia, sexto en el Rallye de San Marino.
En el año 1978 tiene un grave accidente en el Rallye Sachs, con rotura de columna que le aparta de la competición hasta mediados de 1979. En 1980 vuelve por segunda vez al lugar del accidente al Sachs. Queda segundo con Pradera- Bascaran y primero Etchebers-Amorena, con un Por9che 911.
Siente un poco de amargura por no haber conseguido ser el primero, por ese espíritu tan competitivo que tiene.
Tuvo sus diferencias con Antoni Zanini(El Intocable) y le culpa de su fracaso en el año 1974, al no poder ganar el Campeonato de España porque le penalizaron.
Pese a la victoria de Marc Etchebers, en el Rally de la Costa del Sol puntuable para el Campeonato de España, era Juan Carlos Pradera el que iba a la cabeza del campeonato con 481 puntos, seguido de Antonio Zanini. Pradera tenía ordenes de no atacar a Zanini como ya ocurrió en otras pruebas. 
En los años 1980, corrió con un Peugeot 205 GTI, en el Rally Villa de Bilbao de 133 km salida y llegada a Bilbao donde quedó el segundo en el año 1985.
Durante la Expo de Sevilla en abril de 1992, en esa ciudad tuvo un negocio de alquiler de coches, con dos Rolls Royce para bodas y otros acontecimientos sociales.
Se compró un Austin-Healey descapotable.
En el año 1986 en el Rally celebrado en Sierra Morena, lo gana Juan Carlos Pradera, con el mismo coche.

Juan Carlos Pradera se casó con Begoña Inchaurraga y tuvieron tres hijos, Irama, Carlos y Diego y se separaron en el año 1987.
El padre de Begoña, se llamaba Félix Inchaurraga Ipiña y su madre Eloisa Martín, era importador de carbón y mayorista en Bilbao. Preparaban los carbones y cokes para luego servir a las grandes industrias siderometalúrgicas. Félix Inchaurraga murió un 13 de marzo de 1982 con 83 años.
Juan Carlos se casó por segunda vez y de esa pareja tuvo un hijo, llamado Gonzalo Pradera Lería.

Juan Carlos Pradera y José Luis Elejoste, recordando momentos felices.


JUAN CARLOS PRADERA Y EL SURF
La información procede de un socio del Club Deportivo de Bilbao, llamado Javi Amezaga y se titula "Orígenes del Surf en Bizkaia". Es un artículo que escribió y que forma parte del libro sobre la historia del Surf vizcaíno.
Un vasco Ignacio Arana fue el primero en tomar contacto con el surfing. En el año 1911 llegó a Hawai como Cónsul de España.
Durante su estancia en dichas islas, Ignacio Arana, a este diplomático alavés de 31 años, el surf se le cruzó en su vida.
El surf en esos momentos atravesaba una mala racha, era un deporte milenario, pero duramente censurado por los misioneros porque les distraía de sus trabajos y obligaciones.
En la playa de Waikiki allí resurgió el surf a comienzos del siglo XX. Fueron los surfistas los que atrajeron a Ignacio a que probara de la fruta prohibida y quedó enganchado y decidió incluir dos gigantescas tablas de madera "Koa Wood" y un libro de la historia del surf, entre los enseres de su valija  a su regreso de Honolulu en 1914. Tal vez pensaba continuar con la práctica de su gran pasión por las playas de Bizkaia o Gipuzkoa durante los meses estivales.
A su regreso construyó una casa en Maeztu(Álava) donde guardó sus tablas y el libro. No sabemos si probó las tablas entre 1914 y 1918, ya que falleció en aquel año a los 38 años en Liverpool, en su nuevo destino consular, falleció a resultas de la llamada "gripe española".
Las tablas sirvieron de leña para combatir los rigores del invierno durante la guerra civil, pero el libro se conserva en la biblioteca familiar.
Los californianos Dick Zanuck y Peter Viertel llegaron a Biarritz en 1956 con motivo del rodaje de la película "Fiesta", Zanuck productor de películas y surfista experimentado.
Dick tuvo que marchar precipitadamente a California y la tabla se quedó entre el material de rodaje.
Peter entró por primera vez en el agua, sin tener ni idea de surfear así que la tabla acabó estrellada contra las rocas, Peter se la entregó al manitas George Henneboute para su reparación. Tras la reparación 
Viertel y Henneboute se lanzaron a conquistar la costa vasca francesa.
Joel de Rosnay se juntó con Barland y ambos crearon la primera marca de tablas en serie de Europa: "Barland and Rott".

En Euskadi el surf se introdujo de forma individual, los primeros en surfear en nuestras playas no formaron grupo ni asociación alguna, ni siquiera se conocían. Llegaron al surf por diversas razones.
Iñaki Arteche construyó una tabla y él y su hermano fueron los primeros en surfear las aguas de la Concha de San Sebastián, seguramente en 1964.
Un verano más tarde José Luis Elejoste adquirió una Barland Rot que aún se conserva. Juan Carlos Pradera conoció en Pamplona, en Sanfermines a un grupo de surfistas de Biarritz que le invitaron a pasar unos días en su casa. Tras su estancia en Biarritz, regresó a Getxo con una tabla Barland/ Rott bajo el brazo.
Juan Carlos Pradera que probó todo tipo de deportes, no se resistió a este, quiso medirse y saber si era bueno en esa modalidad deportiva.
Gros, Zarautz, Bakio, Sopelana, la ola de Mundaka.

Este es un recorte del periódico el Correo, donde se le
a Juan Carlos Pradera con su padre hacia el año 1971.

Biarritz era un pequeño puerto de pescadores de ballenas, hoy es un lugar de veraneo saturado de turistas, los meses de julio y agosto.
El surf es el deporte que puede practicarse casi todos los meses del año. En Biarritz los mejores rizos se realizan cuando finaliza la temporada estival. Fue introducido en sus playas a finales de la década de los 50, por Peter Viertel (escritor y guionista estadounidense de origen judío-alemán), el marido de la actriz Deborah Kerr. Viertel murió en Marbella el 4 de noviembre de 2007 a los 86 años.
En Biarritz caló pronto esta práctica deportiva, creándose varios clubes y organizándose numerosas competiciones. Hoy en día este deporte es una de las banderas promocionales de Biarritz.
Se asentó en las playas cántabras, para llegar a Gipuzkoa y más concretamente a Zarautz, donde se creó un núcleo surfero, el primero de España.
Se celebró un campeonato el trofeo Biescas en 1968 en Zarautz, en el que participaron Jorge Imbert, Santi Zaldúa, Jaime Prado, Oscar Mesanza, Iñigo Iraola.

En el año 1972 en Bizkaia solo había 200 surfistas federados y tres clubes: El Club Surf Sopelana, el CS de Bakio y el Mardanus que radica también en Sopelana.
En ese año una tabla costaba de dos mil a diez mil pesetas y desde el principio fue una buena herramienta para el rescate y salvamento en las playas.
Distintas competiciones de surf en Bakio a través de los años, Mitxel Verdes, Txema Goyenechea, Andoni Amuzita, Oscar Mesanza, Rocío Soloaga, Gonzalo Gandarias, Gorka Zarraonaindía, hasta llegar a Eneko Acero, el de Algorta que se convierte en el primer surfistas vasco que pasó al campo profesional, firmando contrato con la casa Rusty, especialista en material deportivo, participando en torneos por todo el mundo, en noviembre de 1994.
Gonzalo Gandarias y José Otero son los fabricantes de las tablas que se usan aquí, la madera quedó atrás, ahora son de espuma de poliuretano con un refuerzo de fibra de vidrio, pesan unos cuatro kilos y miden 1,20 metros, su precio oscila entre las 25 y 30.000 pesetas.

Carleti, en el Arenal de Bilbao sonriente y satisfecho.
Este Ford Taunus tiene su historia, la casa Ford en Alemania lo preparó
para correr el Rally Londres- Sidney, lo compró un cubano llamado
Pancho y este a su vez se lo vendió a Juan Carlos Pradera.



LOS AUSTRALIANOS VIENEN A MUNDAKA
Ya se habla de ello en octubre de 1975, vemos a dos australianos en la barra de Mundaka practicar surf. Mari Lourdes la de el bar del Puerto, nos dice que es frecuente verlos, también a bilbaínos .
Los extranjeros que vienen a Mundaka lo practican todo el año, pero principalmente en otoño y primavera, sin no hay buen oleaje marchan a Bakio o Sopelana.
Cuando el veraneante bilbaíno marcha, llegan los australianos, sudafricanos, europeos, con sus furgonetas con ansias de coger olas.
En la arboleda que va a Txorrokopunta se agolpan las furgonetas, siempre queda un sitio para el siguiente.
Por la noche cuando las cervezas comienzan a pesar y los ojos se ponen vidriosos, los surfistas regresan a sus furgonetas para dormir y alguno se perderá por las estrechas y encantadas calles de Mundaka.
Los surfistas en Mundaka se han convertido en algo habitual, al principio los lugareños se mostraban algo reacios, pero han sabido respetar y hacerse respetar y se respira un buen ambiente.
Los pescadores observan asombrados a esos extranjeros de rubia melena como se manejan con las olas y los jubilados se sientan en la Atalaya para verlos en sus evoluciones.
Con la llegada del frío algunos irán al sur en busca del sol y otros venderán sus pertenencias a precios ridículos para volver a sus casas.
El dinero se acaba y es la hora de volver a casa.

En una cena, después de un rally  Antonio Zanini (excompañero del equipo Seat) le dijo a Carleti, yo mañana me voy a entrenar para el rally de Monte Carlo, luego al San Remo, después al rally de Portugal........ y Juan Carlos Pradera con una sonrisa le contestó: Me alegro Antonio!! pero para mi, es un poco turre. Yo mañana tengo que volar con la compañía al Caribe y allí aprovecho para hacer windsurf, simplemente disfruto de la vida.

Cuenta su hermano Guillermo que solo la práctica deportiva le interesaba, que era consejero de la fábrica Pradera y no acudía a las reuniones de empresa.
Un mañana con buen tiempo subieron a Orduña, Juan Carlos y su hermano Guillermo, él para hacer parapente y tirarse desde Orduña, cuando les comunicaron que acaba de despeñarse uno en Orduña, practicando la misma suerte que él, pero esa desgracia no hizo mella en él.
Juan Carlos sufrió un accidente, cuando se tiraba de los acantilados de Sopelana en ala delta, saltó y quiso cambiar el rumbo para caer en la playa y se dio un buen susto con el cuerpo completamente magullado.
A Juan Carlos Pradera le diagnosticaron un mieloma(leucemia) con 67 años, fue tratado convenientemente y a los pocos meses como un chaval o eso se creía él, dio la Vuelta a España en un catamarán que había comprado en Les Sables d´Olonne en el 2003, con él llegaron a Bilbao y además un curso de capacitación para la navegación, iban de Baleares a Canarias y al revés, contratando viajes.
Un amigo le llevó el catamarán que había comprado Carleti, cruzando el Atlántico hasta el Caribe tenía 48 pies, allí pensaba reunirse con él. Juan Carlos fue en avión, en el año 2013. 
Estaba en tratamiento de quimio y tenía pendiente un nuevo  trasplante de médula que lo aplazó.
El catamarán en el Caribe lo alquilaba y él era el capitán.

Irama Pradera Inchaurraga, hija mayor de Juan Carlos Pradera.

Ocho o diez días antes de su muerte iba a Sopelana con una bicicleta eléctrica coger olas. A pesar de su enfermedad seguía con la práctica deportiva diaria.
En uno de esos días, le confesó a su hermano Guillermo, que haciendo surf en Sopelana, una ola le había llevado contra las rocas y sintió la falta de fuerzas como para salir airoso del trance.
A pesar de la enfermedad, aún así tuvo el valor de echarse al agua con la tabla y  hacía planes de futuro para cambiar de tabla.
Vivía entre Marbella, la casa de su hermano Guillermo y la de Bilbao con su hermano Goyo.

A primeros de septiembre de 2015 se empezó a sentir muy mal, sus hermanos no pensaron en un desenlace tan rápido, el día uno de septiembre cumplía años. 
Lo llevaron a Cruces y todo se precipitó, el 10 de septiembre de 2015 moría, acaba de cumplir los 69 años y tenía por realizar muchos planes de futuro. La leucemia pudo más que sus ganas de vivir.

Juan Carlos Pradera, en su catamarán en el Caribe, poco antes de morir.

A Juan Carlos Pradera el domingo 11 de septiembre 2016 se le hizo un homenaje póstumo y una exposición de coches clásicos de rally, fue en la Plaza de la Iglesia de Plencia. Lo organizaba la Plentzia Classic y el ayuntamiento de esa localidad y otros que se sumaron al homenaje.

Cada nuevo deporte era un reto para él, que lo tenía que afrontar y demostrarse así mismo que era capaz de superarlo, para luego pasar a
otro. Jugaba al paddel, hockey sobre patines, hacía Windsurf en Tarifa, todo cuanto se propuso lo realizó. 
Vivió en el deporte hasta en los últimos momentos de su vida, practicando el Kitesurf, una tabla y una cometa de tracción, el paddle Surf con una tabla remando sobre el agua y siempre pensando en nuevos retos deportivos. 
En la práctica de cualquier deporte lo hacía con pasión y transmitía esa pasión a los que tenía a su alrededor.
Juan Carlos Pradera, era un trotamundos, de vida deportiva desordenada, aguerrido, muy fuerte, entregó toda su vida al deporte, pero sobre todo era un espíritu libre que no se doblegó ante nada, solo ante la muerte.


FIN

Hemeroteca del Correo.
Guillermo Pradera Salazar.
Comentarios en Facebook, de Fran Zubi.
Guillermo Pradera Escauriaza, Jaime Smith.
José Ángel Mendívil.
José Ignacio Otalora.
Toño Foraster.
Dedicado a todos sus hijos: Irama, Carlos, Diego y Gonzalo.

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