El 3 de enero de 1947 debutó en el Liceo de Barcelona, en una reposición de la Gioconda de Amilcare Ponchielli, Mario del Mónaco no estuvo muy afortunado decía la crítica que le faltó homogeneidad y madurez, falto de cualidades líricas e inseguro. Para decir que lo mejor de la obra fue la Danza de las horas, se pueden dar una idea del fracaso que supuso.
Este fue su primer debut en Barcelona que comenzó mal.
El público protestó y Mario le echó la culpa al director Napoleone Annovazi. Era la primera vez que salía de Italia y le produjo una fuerte depresión, dejó de cantar durante seis meses y pasó por una depresión.
Con Aida en el Liceo de Barcelona en 1.948, esta vez triunfó dijo que quería entrar en Barcelona como un torero, porque solo los cantantes de ópera se podían comparar a ellos por su valor. También cantó Carmen, Tosca y la Boheme.
Pero la cosa cambió substancialmente el 6 de noviembre de 1.955 en el Liceo. En el papel de Otello, Mario del Mónaco, Giuseppe Taddei en Yago que estuvo sembrado, un excelente barítono y la soprano Cesy Broggini en el papel de Desdémona.
Espectacular la voz de Mario del Mónaco, llegaba limpia al quinto piso, con un sonido descomunal, sobresalía por encima del coro y de la orquesta, fue una tarde noche mágica.
Las ovaciones y bravos no cesaban, voz timbrada, potente, vibradora y firme en los agudos, además tiene una gran intuición dramática.
Eran la Callas y Mario los que devolvieron a la ópera su importante componente interpretativo.
El 21 de agosto de 1.955 A.B.A.O. publicaba una nota en el prensa donde decía: Como consecuencia del grave incidente ocurrido entre Roberto Rosellini y Mario del Mónaco durante la representación de Otello en la Arena de Verona, se divulgó que el tenor estaba incapacitado para cumplir sus compromisos y que le habían aconsejado someterse a una cura de nervios. El 17 de agosto recibió la A.B.A.O. un telegrama del tenor "Desolato comunicare mía imposibilita participare stagione Bilbao, causa forte esaurimento nervoso......Cordialitá Del Mónaco".
Se habló por teléfono se insistió y a pesar de todo no se pudo modificar la actitud negativa del divo, ni la amable intervención de gentes del gobierno italiano, el agente lírico Lituino Bonardi el más calificado agente lírico.
Para remplazar a del Mónaco en Aida y la Fuerza del Destino se pensó en Corelli o Filipeschi
*Corría el año 1.956 y estaba en peligro de celebrarse el Quinto Festival del A.B.A.O. La situación era desesperada, siguiendo el modelo del Liceo de Barcelona que recibía un subvención del gobierno
italiano, se iniciaron las gestiones para conseguir esa dotación económica proporcional al número de espectáculos que ofrecía.
Mario del Mónaco tenía un vacío en su agenda profesional y le propusieron venir a Bilbao, ya antes había actuado en Madrid y San Sebastián con Otello.
Mario del Mónaco había estado en San Sebastián y había dejado a los donostiarras en el Victoria Eugenia electrizados con su voz varonil, vigorosa y brillante tras un brillante Otello.
Para el año próximo quería volver a España y visitaría nuevamente Bilbao, para cantar Andrea Chenier, Carmen y ¿por qué no? Sansón y Dalila.
Llegó el día 28 de mayo lunes de 1.956 en el Coliseo Albia de Bilbao.
Se reunió con la prensa sus conocidos Sabino Ruiz Jalón el crítico musical y Ángel Viribay, junto a los miembros del A.B.A.O. donde les hace un pequeño resumen de su vida profesional a su paso por España.
La tertulia sigue sin un orden establecido, todos escuchamos la voz dulce, melosa y sabiamente colocada de Mario del Mónaco, el tenor es elocuente hasta en la expresión y en su manera de hablar.
Lo hace como quien canta, un ejercicio continuo de vocalización.
Surge una pregunta aparte de su afición al canto otra afición la fotografía, la cámara la llevo siempre conmigo.
A Cecilio y a Claudio hijo les explica su técnica para una buena fotografía, con valiosos consejos para los fotógrafos.
El presupuesto se había aumentado considerablemente pero la asociación no aumentó los precios, los mismos que para el venidero mes de agosto.
La representación de Otello constituyó un auténtico éxito, su actuación, sus gestos y el brillo de su mirada, el triunfo fue absoluto.
Giuseppe Valdengo y Regine Crespin no desmerecieron para nada y rayaron a una gran altura.
El entusiasmo del público que llenó el teatro, provocando ovaciones cerradas.
I Puritani, Aida, La Cenerentola, la Boheme, el Trovador, Rigoletto y Lucía fueron otras óperas se programaron en ese quinto festival de 1.956.*
Mario del Mónaco había actuado en Madrid y allí habían ido los directivos del A.B.A.O. para oírle y deleitarse con él, pero también traían otro fin al visitarle en su camerino, la embajada bilbaína le pidió que como no pudo asistir el año anterior a Bilbao por la indisposición que sufrió en en la Arena de Verona en la representación de Carmen.
Consiguieron que firmara un contrato con el A.B.A.O. para una sola representación el día 28 de mayo de 1.956, con la representación de Otello. Con él se reunieon los hombres de la ópera en Bilbao, Gobeo, Amías y Elúa los artífices del contrato que trajeron a Bilbao.
Tenía buena opinión de la A.B.A.O., la consideraba la máxima autoridad lírica en España, su buena fama había trascendido fronteras en opinión del tenor.
Mario del Mónaco siente un cariñó especial por Bilbao, en el año 1.947 representó en el Teatro Ayala la ópera Aida.
Recuerda de Bilbao la compra de un juego de ajedrez de marfil con el que viaja a todas partes, por el que pagué cinco mil pesetas y al regresar a Italia ya me ofrecían cincuenta mil pesetas.
Después de Madrid irá a Lyon pero antes lo hará en Bilbao.
Siente deseos de visitar la Basílica de la Virgen de Begoña con su esposa y la directiva del A.B.A.O. me ha prometido obsequiarme con una medalla de la patrona de Vizcaya. La llevaré conmigo el futuro de mi carrera, también deseo pedir favores especiales para mis dos hijos de once y trece años.
No quiere revelar lo que va ha cobrar, dice que es un contrato privado y se debe mantener en esa esfera. Pero le puedo decir que cobraré menos que por cada una de las tres que tenía contratadas el año pasado por el mes de agosto.
Para el gestor del A.B.A.O. el tenor es una persona sencilla, de grata conversación familiar y además tiene un alto concepto de la afición musical de Bilbao hacia la ópera dijo, con una gran capacidad musical asombrosa.
Mario del Mónaco en el papel de Otello en Bilbao del Dr. Guillermo Videgain |
Uno de los elogiosos telegramas que ha recibido el A.B.A.O. en la reciente representación del London Festival Ballet, es el de Mario del Mónaco felicitándoles por el gran triunfo obtenido por la Asociación de Amigos de la Ópera.
En el año 1.956 Javier Aznar hijo de Eduardo Aznar, les invitó a cenar al London Festival Ballet al hotel Ritz de Madrid y luego a su casa de Las Arenas, Bake-Eder.
En la compañía había una bailarina vizcaína llamada Ana Landa, cofundadora y primera bailarina. Actuaron en el Teatro Arriaga lo organizó el A.B.A.O. los días 7 y 9 de mayo de 1.956.
Mario del Mónaco estaba en New York y recibía los elogios de la prensa, "El tenor de los tenores", en el Metropolitan neoyorquino ha impuesto su indiscutible calidad cantando Otello.
La revista Time Magazine después de su interpretación en Andrea Chenier, le dedica una página entera haciendo resaltar su espléndido triunfo.
*Llegó el 12º Festival 1.963
Las taquillas del Coliseo Albia se abrieron el 1 de agosto con gran expectación, la culpa la tenía Mario del Mónaco que había provocado gran interés, incluidos los melómanos franceses ya desde Burdeos se solicitaron abonos para toda la temporada, el lleno estaba garantizado.
Se habían despachado 1.178 entradas de un aforo de 1.900.
También a Rigoletto le tenían mucho aprecio en Bilbao, con figuras de la talla de Gianni Raimondi, Aldo Protti y Margherite Guglielmi, con Mefistofele un bajo búlgaro exiliado y nacionalizado italiano Raffaele Arié que había debutado en el año 1.946 en la Scala de Milán con L´amore delle tre melarance.
La madre de Raffaele era española y desde niño hablaba en castellano.
Se que el público de Bilbao es muy exigente y que esta ciudad en lo operístico puede compararse con Milán, decía Mario.
El siete de setiembre de 1.963 debutó el esperado Mario del Mónaco con San Sansón y Dalila, el personaje era perfecto para sus facultades interpretativas de gran tenor dramático, con erotismo carnal y religiosidad. Jean Madeira debutó en Bilbao y estuvo acertadísima, con voz cálida, extenso volumen y color, se movió por el escenario como una actriz consumada.
El festival concluyó con Carmen de Bizet, el don José de Mario del Mónaco no pasó de discreto, algunos altibajos produjeron murmullos de desaprobación entre el público. Pero al final obtuvo sinceros aplausos y aclamaciones entre una asistencia muy asequible y ferviente admiradora.
Se encontró el público con Lydia Marimpietri soprano italiana que estuvo muy convincente y revalidó su triunfo anterior.
Mario del Mónaco cobró por las dos óperas 2.500.000 pesetas, contrato firmado el 18 de mayo de 1.962.
A las ocho de la noche llegaba a Bilbao en coche para hospedarse en el hotel Carlton, acompañado de su esposa, venían de Barcelona conduciendo su esposa.
¡ Que ganas tenía de llegar! le dijo al conserje del hotel, él y su esposa, hablan castellano ella mejor que él.
Vestía una chaqueta de sport azul y pantalón claro, un jersey también azul, una camisa blanca y a modo de corbata un pañuelo de seda anudado al cuello.
Tiene ese toque de elegancia que se da frecuentemente entre los italianos desde el más humilde al más encumbrado.
Mario tiene las sienes plateadas, no representa más de cuarenta años. Está magníficamente conservado, su aspecto es de un galán cinematográfico.
Es un hombre amable y simpático, complaciente para los periodistas.
Su última visita a Bilbao fue el año 1.956 con Otello, todavía recuerda al público de Bilbao, le trató muy bien y por eso he querido volver de nuevo.
Mario del Mónaco suele interpretar unas treinta y cinco obra por año.
AÑO 1.967
A las seis y media de la tarde Mario del Mónaco, el tenor más famoso del mundo bajaba de su coche, un Rolls Royce, tiene otros un Maserati, un Alfa Romeo y un Aston Martin. Se alojó como en anteriores ocasiones en el Hotel Carlton.
A modo de saludo dijo: El viaje ha sido bastante bueno, su esposa Fedora llevó el coche al garaje del hotel. Mario fue saludando uno por uno a los miembros del A.B.A.O. Vestía una camisa de sport y un pantalón claro.
La prensa le concedió media hora para darse una ducha y enseguida estoy con ustedes, el divo siempre tuvo un trato complaciente y cercano con la prensa.
El gran tenor venía de Barcelona y su mujer era la que conducía el coche, lo había embarcado en Nápoles, pasando por Palermo y Génova hasta la Ciudad Condal, la noche la pasó en Lérida.
A unos quince kilómetros de Vitoria tuvieron una ligera avería que se ha reparado mientras comíamos y afortunadamente ya estamos en Bilbao.
Hacía tres años que había estado en Bilbao, después fue lo del accidente que se rompió la pierna por siete sitios y estuvo hospitalizado ocho meses y desde entonces me da miedo el volante y conduce mi mujer.
En Bilbao cantará las óperas Otello y Fedora, dos de sus predilectas. He viajado por los Estados Unidos, Europa, Alemania e Italia.
En Alemania he cantado Otello y Walkiria en alemán con gran éxito.
En la ciudad de Beniamino Gigli en Recanati, me han puesto una placa igual a la suya.
Después de Bilbao dará cuatro recitales en Alemania y después un mes de vacaciones.
Mario del Mónaco tiene tres residencias dos en Italia y una en Suiza y en sus ratos libres pinta.
El tenor cobrara por las dos óperas medio millón de pesetas, sigue siendo el más caro pero a la hora de llenar los teatros es el primero.
El XVI Festival de la Ópera de 1.967 comenzó el 3 de setiembre hasta el día 14.
I Puritani, Manón, Lucia de Lammermoor, la Boheme, Otello con Mario del Mónaco, Linda Vajna, Giuseppe Taddei, Giovanni Gusmeroli.
Fedora con Magda Olivero, Edith Martelli, Mario del Mónaco y Lorenzo Saccomani, Giovani Gusmeroli y Gino Belloni.
Giuseppe Tadei este genovés que nació a tres pasos de la casa de Paganini, canta desde que tenía ocho años y empezó con Gigli, es un barítono muy veterano y que canta de cuarenta a cincuenta funciones al año.
*Los días 19 y 20 de julio actuaba en Bilbao la Compañía de Ballet de la Ópera de Viena, dentro del séptimo Festival de Ballet del A.B.A.O.
A mediados de agosto, la A.B.A.O. ingresaba en la Orden de Isabel la Católica, como reconocimiento y premio a toda su labor cultural y artística.
Para la función de Otello se colocó el cartel de "no hay billetes". Hizo su presentación la soprano Linda Vajna de voz bella y amplia. Pero el público estaba más preocupado por la actuación de los divos y no reconoció la buena actuación de la soprano.
Mario del Mónaco fue creciéndose a medida que avanzaba y concluyó como un gran artista, grandes aplausos entre el público y su nombre fue jaleado por todos los asistentes.
El coro alcanzó en en el primer acto su momento culminante.
Fedora se daba por primera vez en la A.B.A.O. y la expectación quedó fijada en Mario del Mónaco y la magnífica y bella soprano Magda Olivero que estuvo espléndida en su papel.
Mario del Mónaco en mejor forma que en 1.963, no defraudó al público, la soprano tuvo una magnífica interpretación, plena de musicalidad salvo algunas pequeñas deficiencias. El lleno fue impresionante en la sala.
Como solía ser habitual los melómanos bilbaínos se solían trasladar a Oviedo para esta vez escuchar Alfredo Kraus en I Puritani y a Del Mónaco en Otello.
Una vez allí el día 17 de setiembre el tenor italiano recibía la noticia del fallecimiento de su padre.
Con tal motivo el Coro del A.B.A.O. cantó una misa en la catedral de Oviedo y Mario del Mónaco profundamente agradecido por el detalle, le regaló al coro un crucifijo de plata enmarcado que preside la sala de ensayo del coro.
El 23 de setiembre de 1.967 escribió una carta donde decía: Agradezco desde el fondo de mi corazón al Ayuntamiento, Comisión Municipal de Ópera de la ciudad de Oviedo.
A los señores artistas, prensa, radio, orquesta y muy especialmente al coro del A.B.A.O. y su maestro Juan José Larrinaga por la asistencia y actuación en la misa exequial de esta mañana por el alma de mi padre.
Magda Olivero recibió la suma de setenta mil pesetas por la representación de la ópera de Fedora y el pago de avión de los viajes Milán-Bilbao-Ovieda-Milán.*
Entre su mejor discografía siempre está junto a él su compañera y amiga Renata Tebaldi: En Adriana Lecouvreur y la Simoniato, Mefistofele dirigida por Tullio Serafin, La forza del destino con Renata Tebaldi, Simionato y Bastianini dirigida por Francesco Mollinari-Pradelli y el Otello dirigida por Herbert von Karajan.
Andrea Chenier con Renata Tebaldi, Bastianini y la Cossotto. Carmen con Joan Sutherland, Pagliacci con Gabriella Tucci, Manon Lescaut con Renata Tebaldi.
Otra no menos famosa fue la ópera Manon Lescaut dirigida por Francesco Mollinari donde Renata Tebaldi y Mario compartían papeles estelares, la Tebaldi y Bastianini en La forza del destino. De los muchos Otello fueron con Renata Tebaldi y Aldo Protti.
Tanto la Tebaldi como Mario del Mónaco exigían a las orquestas que esté entonada a 440, cosa que no sucedía en Italia y si en los Estados Unidos, para no romperles la voz. Renata se quejaba nosotros los cantantes no somos una cuerda de violín que la estiran y obtienen la entonación que quieren. Era el diapasón la causa, por lo que la Tebaldi actuaba más en América.
Formaron pareja Renata Tebaldi "la voce d´angelo"
con Mario del Monaco allá por los años 1950-1960, cuando Mario firmó contrato con la casa Decca.
Esta pareja era la contraposición a la Callas y Giuseppe Di Stéfano.
Di Stéfano estaba contratado para acudir al festival del A.B.A.O. era la gran atracción en 1.957, donde iba ha representar Payasos y L´Elixir d´Amore, pero el siciliano se puso enfermo y no pudo acudir a la cita. Ya había cantado hace muchos años en Bilbao en sus comienzos.
Mario del Mónaco y el Dr. Guillermo Videgain padre, uno de los fundadores del A.B.A.O. en los salones de la Sociedad Bilbaína. foto del Dr. Guillermo Videgain. |
LOS COMIENZOS DE MARIO DEL MÓNACO:
El 27 de julio de 1.915 venía al mundo en Florencia Mario, en el seno de una familia acomodada y amante de la música.
Un día de mayo cuando cantaba el niño en la iglesia, su padre vio que su hijo prometía.
Pero el padre le exigió que antes de cantar tenía que tener una cierta cultura, Mario se diplomó en pintura y escultura.
Encontró en su madre la comprensión y el estímulo en su afición al canto desde muy pequeño, ella tenía una hermosa voz de soprano.
Por asuntos familiares y de negocios pasaron unos años en Trípoli y luego se instalaron en la pequeña ciudad de Pesaro .
Estudio en el Conservatorio Rossini de esa ciudad, donde algún tiempo después conoció a Renata Tebaldi más joven que él.
Estudiaba piano, teoría, armonía e historia de la música. Prefería cualquier juego infantil a las lecciones musicales tan tediosas, huía sin saberlo de ser un niño prodigio y hubiera dado cualquier cosa por que se rompieran las cuerdas del piano donde tenía que ensayar.
En Pesaro tuvo a dos profesores el maestro Raffaelli y Arturo Melocchi su primer profesor de canto.
Pero pasado el tiempo le fue cogiendo el gusto a los estudios y a los trece años hacía el debut en una obra de Jules Massenet, titulada El idilio de Narciso y esto le ayudó a seguir la carrera de canto.
Dice que el mismo se educó la voz oyendo discos gramofónicos de Caruso, Gigli y Miguel Fleta.
Sirvió en el ejército italiano cerca de seis años, lo que frenó sus aspiraciones y su carrera artística, cantaba esporádicamente.
Tullio Serafin el director de orquesta, le aconsejó que se inscribiera en la Escuela de Ópera de Roma, donde ganó la plaza en 1.935 y en esta ciudad conoció a Rina Filippini con la que se casó en 1.941, en ese año debutó en el mes de enero
profesionalmente en el Nuovo de Milán cantando Madama Butterfly, alternando la milicia con el canto llegó el final de la guerra y pudo dedicarse de lleno a su profesión.
Debutó en la Scala de Milán en 1.946 Andrea Chenier y en la Arena de Verona "Aida" en 1.947.
En el año 1.949 cantó en el Teatro Colón de Buenos Aires, era Calaf en la ópera de Turandot
Viajó a los Estados Unidos y actuó en el Metropolitan en 1.950 y en San Francisco.
Volvió año y medio después al Metropolitan para cantar Aida, Il Trovatore, Cavallería Rusticana, Otello, Lucia Lammermoor, donde triunfó con toda rotundidad.
Mario era de complexión fuerte, con gran caja torácica, medía 1,74 m., si el papel se lo permitía usaba calzas, el color del pelo era marrón oscuro y ojos marrones.
Tenía una personalidad exuberante y arrolladora, con una voz de gran volumen y extensión y un hermosísimo timbre, casi de barítono.
Mario del Mónaco representó la ópera Otello más de cuatrocientas veces, pero fue Francesco Tamagno el que primero la representó el 5 de febrero de 1.887 como violinista de la orquesta estaba Arturo Toscanini que luego sería director, pero a lo largo de la historia hubo otros muchos tenores que la interpretaron:
Plácido Domingo
Jon Wickers, el tenor heroico canadiense.
Ramón Vinay, cantante chileno.
Giovani Martinelli, de la misma época que Gigli.
Giuseppe Borgati, tenor dramático italiano especialista en Andrea Chénier.
Antonio Paoli, tenor puertorriqueño conocido como el tenor de los tenores.
Giovanni Zenatello, nacido en Verona, tenor dramático de primer orden.
Renato Zanelli tenor-barítono chileno.
Enrico Caruso, estaba estudiando la partitura cuando le sobrevino la muerte en el año 1.921.
James Mc Cracken tenor dramático estadounidense, caudalosa voz y oscura más de barítono.
Los Mónaco eran dos hermanos el mayor Mario y Marcello, maestro de tenores y profesor de canto, también escribía poemas.
No necesitaba el dinero para vivir y era un maestro muy selectivo escogía solo a los que tenían talento.
Mario y él estudiaron con el maestro Arturo Melocchi.
Marcello fue maestro de Amadeo Zambon, Gianfranco Cecchele, Angelo Mori.......
Solo trabajaba con voces masculinas y adoraba las de Caruso, Gigli, Di Stefano. Vivió una vida entre la música y la poesías, tuvo una hija llamada Donella.
También Mario del Mónaco, ayudó y recomendó a su hermano para que le diese clases al tenor Nicola Martinucci.
Mario se cruzó en su camino y la vida le cambió.
Martinucci de no ser así seguiría en la forja de hierro de su familia en Tarento.
La forja de mis padres estaba frente al hotel donde se hospedaba Mario del Mónaco y todos los días le veía su habitual paseo junto al mar, mi familia me animó acercarme a él y después de oírme cantar una romanza me mandó a estudiar con su hermano Marcello a Treviso. Mi fortuna fue encontrar a ese gran tenor que cambio mi vida.
Martinucci en setiembre del año 1.967 canto para el A.B.A.O. en el papel de Radamés en Aida y hoy en día es una de las más prestigiosas voces del panorama operístico.
El papel de Radamés Mario lo interpretó a lo largo de su vida profesional 377 veces.
ALGUNAS ANÉCDOTAS RELACIONADAS
CON MARIO DEL MÓNACO
Un entonces joven bilbaíno llamado José Antonio Solano, era un melómano consumado y se desplazaba para seguir sus conciertos por cualquier lugar del mundo, sus dos ídolos eran Alfredo Kraus y Mario del Mónaco.
El bueno de José con algún otro melómano de Bilbao, se fue a verle en un Otello en el patio del Palazzo Ducale de Venecia, Mario del Mónaco "echó el teatro abajo", con una actuación electrizante.
Pues según lo cuenta él, sacó a hombros a Mario del Mónaco del escenario como si fuera un torero y lo paseó por la "piazzeta"veneciana entre el clamor de los espectadores.
Transcurridos unos años publicó un libro titulado: Divos de Ópera en Bilbao, cincuenta conversaciones 1.975-1996.
El 20 de diciembre de 1.953 el ABC publicó una noticia:Una enferma grave ve cumplido su deseo.
Era una muchacha norteamericana de veinticuatro años ciega, ha llorado silenciosamente en un palco de la Scala de Milán, mientras el tenor Mario del Mónaco cantaba para ella.
Se llamaba Irene Mayer, de Gaithenburg(Maryland), ha venido a Italia con el dinero reunido por sus conciudadanos.
Irene sufre diabetes complicada con dificultades de circulación de la sangre, habrá de sufrir la amputación de las dos piernas.
El año pasado escuchó al tenor por la radio, cuando este actuó en la Ópera de Nueva York y escribió al tenor expresándole su admiración y la tristeza que le causaba el no poder verle nunca más, Del Mónaco le envió varios discos.
Después los médicos le dijeron a Irene que había que amputarle las dos piernas y ella manifestó que estaría más preparada para la operación si pudiera oír cantar a Del Mónaco en el teatro.
Sus conciudadanos reunieron el dinero para que Irene fuese a Italia donde el tenor actuaba.
Anoche Irene vestida de blanco escuchó una de sus mejores actuaciones de Del Mónaco, en la ópera La Wally y la esposa del tenor invitó a la muchacha a cenar en su casa.
La señorita Meyer estará en el Instituto de Ciegos de esta ciudad durante un mes y será invitada a cualquier ópera de la Scala de Milán que desee asistir hasta que regrese a los Estados Unidos.
Del Mónaco no se explicaba porque no cantaba Carlo Bergonzi en el MET de New York, ¡No me quieren! dijo Bergonzi y Mario del Mónaca le cedió dos de sus representaciones para que triunfara y así lo hizo.
Las gentes del A.B.A.O. en su afán de dar óperas, trataron de localizar a Mario del Mónaco que ya entonces era una figura. Tuvimos una larga conversación con sus padres, quienes mostraban con orgullo en su casa una foto de su hijo haciendo de Otello, ópera que entonces comenzaba a cantar.
Decía Katia Ricciarelli. que Mario del Mónaco tenía la voz verdadera para cantar Otello y sobre todo en lo referente a su color de voz.
Plácido Domingo aún reconociendo que no tiene el verdadero color para esa ópera, lo hace como un gran artista, maravilloso por su interpretación y cantando siempre con inteligencia.
Dice Franco Bordoni que Del Mónaco ha sido el último gran Otello.
Ángeles Gulín, tuve la gran suerte y oportunidad de cantar con Mario, en la verdiana Stiffelio, fue para mi una grandísima experiencia.
Era absolutamente ideal como persona y no he conocido a un artista tan humilde, asistía a los ensayos con absoluta puntualidad.
Un día yo llegué con medio hora de adelanto para hacer mis ejercicios vocales y él ya estaba allí.
Era un hombre muy serio, al llegar se presentó y desde el primer momento me trató como a una colega de su mismo nivel artístico.
Pero al propio tiempo era un hombre arrogante, pero lo era con quienes debía adoptar esa posición.
Tengo con él una bonita amistad que ha quedado cimentada con el paso del tiempo.
Viorica Cortez
Cantó con él Sansón y Dalila, en lo vocal y escénico, como colega es algo único.
Son pocas las veces que uso estas calificaciones, puesto que son muy pocos los artistas de autentica excepción.
Raina kabaivanska
Llegó mi debut en el Coven Garden, lo hice el año 1.962 cantando la Desdemona en el Otello, teniendo de compañeros. a Mario del Mónaco y a Tito Gobbi.
Del Mónaco le he adorado como cantante. Tenía una voz verdaderamente excepcional, una voz que no existe hoy en día.
Tuvo un gesto muy gentil, que le honra y dice mucho de su persona, después de cantar Otello con él llamó a la dirección de la Scala de Milán, para manifestarles que era una persona de mucho talento y que siempre me tuvieran presente, cosa que muy pocos colegas lo hacen.
Nunzio Todisco
Para mi Caruso es el primero y por encima de todos, hoy por hoy no puedo decir que exista alguno como él. El último fue Mario del Mónaco.
A mi me gusta la voz fuerte Caruso, Del Mónaco, Corelli, Björling, los otros son géneros de voces que no me acaban nunca de llenar.
Giuseppe Giacomini
Intenté aprender con el hermano de Mario, que se llamaba Marcello, pero no me entendí bien con él.
He tratado de estudiar con uno y con otro hasta que me percaté que mi mejor profesor era yo.
Sherrill Milnes
No tuve la ocasión de escucharla en directo, mi mujer vivía en Roma en aquella época, Mario del Mónaco, Giusepe Di Stefano, Renata Tebaldi, María Callas, Ettore Bastianini..... acudía muy a menudo a escuchar a la Ópera de Roma de aquellos grandes artistas.
Pero mi mujer y sus amigas coincidían que Bastianini era en escena lo más cercano al símbolo del sexo. Debía tener muy buena presencia y las mujeres quedaban enloquecidas con él. La voz era de una belleza tal que rayaba para ellas en lo sexual.
En 1.973 Mario del Mónaco se retiró de la escena y se fue a vivir en una gran villa de la región veneciana, en Mestre a las puertas de Venecia. Estaba casado con Rina Fedora Filippini, ella también era cantante con quien tuvo dos hijos Claudio y Giancarlo, este último director del Teatro de Kassel.
En sus últimos años se dedicó a la enseñanza y a su villa acudían muchos jóvenes cantantes que procedían de todo el mundo.
Murió el 16 de octubre de 1.982 y antes de morir pidió ser amortajado con su traje de Otello.
Una estatua en la que aparece vestido de Otello se puede ver desde 2.011 en la Piazza Borsa, Treviso(Italia).
Franco Corelli acudió a llevar el féretro de su amigo y Renata Tebaldi se desmayo al acudir a la capilla ardiente exclamando, ¡Mario!, ¡Mario!, como si ella fuera la Floria Tosca, ese papel que ella tantas veces había representado.
La mujer de Mario del Mónaco murió el año 1.991 y está enterrada junto a su esposo, en el mismo panteón del cementerio de Pesaro.
Aquí reposan los restos del genial Mario del Mónaco junto con su esposa, en el cementerio de Pesaro. |
Dedicado a todos aquellos que aman la lírica.
FIN
*A.B.A.O. cincuenta años de historia de 1.953-2003 de Carlos Bacigalupe.
Hemeroteca del Correo.
Divos de ópera en Bilbao, cincuenta conversaciones 1.975-1.996 de José Antonio Solano.
A garganta abierta ABC de Julio Bravo15 de febrero de 2.021.
Mario del Mónaco una fuerza de la naturaleza de Carlos G. Abeledo 27 de julio de 2.015.
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