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martes, 31 de diciembre de 2024

CARTA A UN MONTAÑERO, QUE FALLECIÓ EN LOS PICOS DE EUROPA

ANTONIO JAVIER FALLECIÓ EL SEIS DE SEPTIEMBRE DE 1981.


Se llamaba Antonio Javier Matarrubia Calvo, su padre José Matarrubia Ríos, su madre María Calvo Ramos. 
Antonio Javier pertenecía a la Escuela Cántabra de Alta Montaña de Escalada y al Club Alpino Tajahierro, falleció a los veinte años víctima de un accidente en los Picos de Europa.

Su padre escribió una carte el 10 de septiembre de 1981, en el periódico Alerta de Santander.
CARTA A UN MONTAÑERO
Como descargo de conciencia para mi, pero también como una justificación a los montañeros y de orientación para los que no comprenden estas cosas, José Matarrubia padre de el montañero muerto el domingo en los Picos de Europa, nos remite esta "carta a un montañero".

Hijo querido:
Muchos se preguntan que sacan en limpio los montañeros tras tanto riesgo y esfuerzo.
A esa pregunta yo contesto con el silencio porque no entenderían la respuesta.
Yo si os comprendo perfectamente. Pero esto antes no lo podía declarar abiertamente, porque hubiera sido fomentar una pasión ya fuerte y hoy me sentiría culpable.
Ahora que todo se ha consumado, si te lo puedo decir.
A muy pocos escoge el Señor, a los santos locos de caridad, a los místicos, locos de amor y a unos pocos poetas verdaderos.
Y los montañeros sois poetas verdaderos, a vuestro modo. Poetas a lo sublime.
No podéis estar a ras de tierra, tu no dabas importancia al dinero y despreciabas los convencionalismos, la rutina y la hipocresía del mundo y lo dabas todo.
Como no tenías dinero que dar, dabas tu sangre que vale mil veces más que el dinero. Y siempre que podías te ibas a tus montañas.
Veo en tu diario que a veces detenías tus pasos para escuchar el silencio. El silencio augusto y sobrecogedor de tus cumbres.
Te imagino en las noches serenas, tendido en tu saco, sintiendo bajo tu cuerpo las fuerzas telúricas sordas y constantes de la montaña y viendo sobre tu cabeza los millones de estrellas, en esa explosión cósmica que hace al hombre sentirse empequeñecido ante la obra del Creador.
Te veo también cuando habías alcanzado una cumbre antes del amanecer, contemplando los picos lejanos recortándose sobre el cielo topacio de la alborada y a medida que el sol iba iluminando las primeras cumbres dilatarse tu clara mirada, mientras en silencio desde el fondo de tu ser, abarcándolo todo, elevabas un salmo de admiración y alabanza al Altísimo.
Esos momentos sublimes, valen más que años enteros de vida a ras de tierra.
Y tu viviste plenamente muchos de esos momentos inefables.
Cuando te despediste de mamá, le acariciaste la mejilla sonriendo mientras le decías que no se preocupase, que iba a ser la última vez.
Y así fue. El Señor le llamó "Ven Antonio, ven impaciente de alturas. Yo te llevaré de la mano a ver otras montañas cuya belleza no te puedes imaginar".
Nos dejaste muy pronto, porque veinte años es casi no haber empezado a vivir; pero bien se que tu corta vida ha sido más pura, más intensa y profunda que muchas vidas de las llamadas brillantes, aunque durasen ochenta años, vidas que en tu opinión, no habrían hecho más que dar vueltas y vueltas en un agujero, aunque la gente a ese agujero le llama palacio.
La vía que Juan Carlos y tu iniciasteis, otros montañero la continuaran. Seguirán cayendo montañeros pero otros ocuparán su puesto.
Veo que en tu diario recoges un pensamiento "Si lloras porque has perdido el sol, tus lágrimas no te dejaran ver las estrellas".
Si hijo mío, también nosotros te hemos perdido, pero nos secamos las lágrimas para mirar a lo alto, porque sobre los picos que tanto amaste, se acaba de encender un nuevo lucero.
TU PADRE.
El padre José Matarrubia Ríos murió el 29 de agosto del 2019 a los 97 años.
Su mujer María Calvo Ramos y sus hijos José Ignacio, María Eloísa, María del Mar, Margarita Emma y Antonio Javier fallecido.




CON NIEBLA UN BUITRE SOBREVUELA EL PICO URRIELLU,
Foto de Juan Arechaga.


 

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