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domingo, 31 de marzo de 2024

ANTONIO SCALA GARIN-EL PLATERO Y DIAMANTISTA DE LA PLAZA NUEVA Y OTROS ITALIANOS.



El Arenal de Bilbao, año 1913 una carga a caballo de la Guardia Civil.
Detrás del caballo blanco, Juan Montes Laburu en su sombrerería.
Del Blog Conciencia y Memoria de Lola Montes Amuriza.


Antonio Scala Garín aunque de familia italiana nació en Bayona, el 4 de octubre de 1804. Su padre se llamaba Bartolomeo Pascual Scala, nacido el año 1767 en Rivoli (Verona) en la región del Piamonte provincia de Turín. Su madre Catalina Garren, aquí le llamaron Garin nació en Orthez, es una pequeña ciudad de los Pirineos Atlánticos (Nueva Aquitania).
Así que tanto Bartolomeo como Catalina se conocieron en Francia y más concretamente en Bayona donde crearon el núcleo familiar.
Los padres de Catalina se llamaban Jean Garrin o Garens y Laurence Labarthe. Los padres de Bartolomé se llamaban Charles Scala y Dominique Perlonghi, los dos eran de Rivoli.



Seis de agosto de 1817, documento por el que se le concede
la residencia en Bilbao y se pide que no sea molestado. 
A Bartolomé Pascual Scala.
Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia.

Pero Bartolomeo o Bartolomé Pascual Scala ya había residido en Bilbao y fue el seis de agosto de 1817, cuando se le concede la residencia a este italiano que entonces era súbdito del emperador de Austria. El encargado de negocios de Austria pidió que pudiera avecindarse en la villa. Pasadas las pruebas de hidalguía y limpieza de sangre, donde se excluye toda sangre judía o mora y otras de su linaje. Registro 213- Hidalguía 2829 del seis de agosto de 1817, aunque es de suponer que ya estaba antes trabajando en Bilbao sin estar legalizada su situación y con problemas con la justicia.
Se acordó que no se le molestase y se le dejase trabajar de maestro zapatero.
Había en Bilbao una colonia de italianos dedicados muchos de ellos al comercio y quizá esto fue lo que impulso a otros compatriotas suyos a establecerse en la villa. Bilbao ya empezaba a ser un puerto importante y de mucha importancia comercial, lo que le hacía atractivo para muchos extranjeros.
Pero a Antonio, según los padrones municipales llegó a Bilbao desde Bayona antes de 1830, para establecerse en la Plaza Nueva dos.
Dice el acervo popular de Bilbao, que su local era un lugar bullanguero y de tertulia.
Donde un chicuelo, un día se atrevió a escribir en las paredes de su establecimiento: No se trabaja de noche, pero tampoco de día.

En el año 1829 un joven residente en Bilbao, llamado José Scala, solicita un permiso para portar armas de caza.
Antonio Scala se casa con María Eladia Lera Sabater, nacida y bautizada en Bilbao el 18 de febrero de 1823 en San Nicolás de Bari, la boda se celebró en la Basílica de Begoña el 20 de junio de 1852.
Antonio y María Eladia tuvieron seis hijos, todos ellos nacidos en Bilbao y bautizados en San Nicolás de Bari, menos María Ascensión bautizada en Santiago en 1864, Pedro 1853, Antonio-Ramón 1858 casado con Magdalena Gainza Azpiazu, Manuel 1863, Eusebio-Juan 1860 casado con Rosa López de la Peña Ychaso, María Eustaquia 1867 casado con Manuel Fernández Mimenza.
Antonio Scala perteneció al Batallón de la Milicia Nacional  de Bilbao, a la Quinta Compañía que lucho defendiendo Bilbao de los carlistas, en la primera guerra en 1834.

En el año 1863, según el Anuario General del Comercio de España,
Antonio Scala figura con un establecimiento abierto en la Plaza Nueva dos. Joyería y Bisutería fina, compostura de toda clase de joyas. Compra oro, plata y toda clase de piedras finas.
Desde 1849, hacia peritaciones e informes periciales de su gremio y valoración de joyas y toda clase de objetos de valor.
Antonio tenía otros hermanos viviendo en Bilbao: José Antonio nacido en Bayona en 1820, casado con Juana Casares Posada nacida en 1832 y fallecida en Rio Janeiro en 1891. Su marido falleció en Buenos Aires el año 1872.
El otro hermano se llamaba Francisco Scala casado con Martina Ángela de Artaza Aguirre que emigraron a Gulina (Navarra).
Juana Scala que casó con Manuel María Arias el 17 de enero de 1842 en San Nicolás de Bari de Bilbao.


Don Eusebio Scala, caballero
bilbaíno que en su adolescencia
presenció la fiesta y paseó en la
Plaza Nueva, en una de sus góndolas
Foto de El Correo.
En diciembre de 1878, Eustaquio Allende Salazar Gacitua le reclama el pago del arrendamiento del negocio de joyería en la Plaza Nueva por un importe de 3.333 reales que le debe, parece que las cosas no le van muy bien en el negocio.
Eusebio hijo de José en el año 1880 era platero y mozo del alistamiento de ese año, paga dos mil pesetas por la redención del servicio militar. También tuvo una mercería en la Gran Vía y un estanco en la calle del Arenal doce.
Rosa López de la Peña Ychaso, la mujer de Eusebio regentó durante muchos años ese estanco en el Arenal que estaba dentro de un portal, junto al café Boulevard hasta el año 1955.

José puede contar como anécdota, un robo en su establecimiento, de alhajas y oro, además de dinero en el año 1863.
El ladrón apodado "El Manzanares" se llamaba Francisco Guasch Fábregas y con esos apellidos sólo podían ser catalán, de Barcelona y sastre de profesión, se dedicaba a trapichear con la compra y venta de joyas.
Fue robo con escalamiento, con un escoplo de hierro.
Tres años después un acto de conciliación en el juzgado José y una señora, sobre la devolución de un medallón con el retrato de la infanta Isabel, para saber quién era realmente el propietario de dicho medallón.
La familia Scala y Eusebio Lecea los dos plateros vivían en la calle Sombrerería donde nunca se vendieron sombreros.




ANUNCIO DEL NOTICIERO BILBAÍNO DEL RESTAURANTE SCALA AÑO 1889.
AÑOS 1889-1890 CON SU PLATO DEL DÍA PISTO A LA BILBAÍNA.
EN EL AÑO 1889 UN ANUNCIO EN EL PERIÓDICO DECÍA: SE NECESITA UN COCINERO
QUE SEPA CUMPLIR BIEN CON SU OBLIGACIÓN, DIRIGIRSE A RESTAURANTE SCALA.

Nos da la impresión que la familia Scala cambió el rumbo de sus negocios y se dedicó a la hostelería. En el año 1887 abre una casa de huéspedes u Hotel Scala en la calle Banco España tres segundo piso, de Bilbao con magníficas y espaciosas habitaciones, trato esmerado y económico.
Dos años años después abre el restaurante de la calle Arenal ocho frente al nuevo teatro, para dar servicio a la gran demanda de clientes.
En el año 1890 ofrecía sus famosos platos del día que se anunciaban en la prensa local, eran bastante variados predominando la carne sobre el pescado, solo el bacalao a la vizcaína y el bacalao a la Bismark. En cuanto a la merluza la ofrecía  en salsa tártara, así como albóndigas de merluza, las angulas de la Isla eran un plato habitual desde mediados de noviembre, lo cual quiere decir que no eran caras peri si abundantes.
Los langostinos en salsa tártara y a la mayonesa, la langosta a la Emperatriz, ¿Langosta en el plato del día?.
Pocas verduras, la menestra a la española, legumbres: la paella o arroz a la valenciana.
En el repertorio de huevos: al caballo, tortilla de escabeche y tortilla de riñones, el pisto manchego y a la bilbaína, salpicón a la andaluza, gelatina trufada, jamón a la zíngara, salchichas a la bretona, boulevans a la financiera y los pastelitos de bechamel.
Solomillo a la moderna, a la duquesa, a la nivernesa con guisantes, al siglo XVI, a la financiera, a la Tayllerand.
Pollos salteados a la portuguesa, en salsa inglesa, a la cazadora, a la holandesa, pollitos a la Merengó, capones en pepitoria o asados con berros, perdices, codornices, calandrias, faisanes, sordas, tordos, zarcetas, malvices, patos y patitos, algo incomprensible que pudiera ser ofertado en el menú del día, hoy.
En los finales del siglo XIX tenían otros competidores. El Continental en Gran Vía seis, en Hurtado Amezaga La Terrasse de gran lujo y confort, en la calle de La Sierra (hoy Buenos Aires) Ajuria y el Señor Martínez, en Ledesma Florencio López........
Más lejos Casa Felipa, Amparo.
Los chimbos y las sordas durante muchos siglos fueron abundantes en Vizcaya, un paraíso natural colmado de materias primas.
La sorda era uno de los grandes manjares de la cocina vizcaína, en los meses invernales.
Los gourmets bilbaínos eran aficionados a las ostras, unos pocos restaurantes selectos como la Prusiana, Scala, San Fernando, venían de la ría de Santoña y de la ría de Treto, pero los de más calidad y selectos eran los de Arcachon y los vendía Madame Blanc, también en la Casa Micaela las ostras blancas y las verdes que eran más baratas.
La Fonda el Telégrafo en la calle Correo 16-2, los Hoteles Vizcaya, Arana y Continental destacaban en los años 1864.
El Hotel Scala en la calle Banco España, fue el primero que exhibió en su fachada un vistoso rótulo publicitario, se inauguró el año 1887 y luego abrió restaurante en la calle Arenal número ocho, primer piso.
El 12 de diciembre 1890, dio una comida para 69 comensales de la Sociedad El Sitio, coincidiendo con su aniversario.
Al año siguiente ya estaba considerado como uno de los mejores de Bilbao, en años posteriores acogía a la mayoría de los forasteros que venían por fiestas a Bilbao, para ver las importantes corridas de toros.
Los Scala abren un nuevo restaurante Scala, en la calle Uribitarte cinco, como taberna- restaurante en el año 1896, pero en el año 1897 la viuda de José Scala traspasa el negocio al morir José Scala.



FACTURA DE 1872 DE EUSEBIO LECEA, LA VISITA DE
AMADEO DESABOYA A BILBAO AGOSTO DE 1872.
Del Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia.

EL VECINO DE JOSÉ:
Eusebio Lecea Echebarria nació y fue bautizado en Basauri el 14 de agosto de 1815, estaba casado con Francisca Estrada Foscada. Era comerciante platero, de joven luchó en el Batallón de Auxiliares de Bilbao en el año 1834 contra el carlismo.
Tenía su comercio entre las calles Cinturería y Portal de Zamudio y en el Arenal, 22. Parece ser que empezó antes de 1863, en la calle La Cruz, 11 y el anuncio comercial decía: "Ensayador de oro y plata, fiel contraste, joyería, platería, diamantes y bisutería fina".
Una de sus ocupaciones y obligaciones con el consistorio bilbaíno fue la de "Fiel Contraste Municipal" que era una especie de inspector mercantil. Al morir Eusebio en 1892, la viuda pide una pensión de viudedad, pero solo le dan una ayuda de mil pesetas.
Eusebio fundó con su hijo una sociedad Eusebio Lecea e Hijo.


FUE FAMOSA EN BILBAO LA IMPRENTA DE NICOLÁS
DELMAS, QUE TRABAJO PARA DISTINTOS ESTAMENTOS
OFICIALES DE BIZKAIA, AÑO 1840.
Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia.

LOS OTROS ITALIANOS EN BILBAO:
Pedro Antonio Lera Molinara nacido en Palanzo (Italia) en el lago Como, casó con María Juana Sabater Morales el 17 de enero de 1816 en San Nicolás de Bari de Bilbao.
Tuvieron cinco hijos: Petra 1816, Pedro 1821, María Eladia 1823, Francisco Juan 1817 y José Antonio 1835, todos ellos bautizados en San Nicolás de Bari, menos Petra que lo fue en Santiago de Bilbao.
María Juana Sabater Morales, nació en Deusto y fue bautizada en San Pedro Apóstol el 24 de noviembre de 1816.
Pedro en el año 1812 reside en Bilbao y solicita que se le conceda la exención del servicio militar, por ser extranjero e hijo de viuda sexagenaria.
Se somete a un expediente de genealogía e hidalguía a Pedro Antonio Lera Molinara Cotsa Braga. Registro 203 y genealogía 2603, estos expedientes solían durar de dos a tres años y eran costosos.

Nicolás Delmazzo Bassiniani, era librero e impresor y había nacido en Roccavione, un pueblo de 2885 habitantes en la región del Piamonte de Italia, en Bilbao vivía en la calle Correo cinco en el año 1825 y tardó tres años en la acreditación de genealogía y limpieza de sangre, para avecindarse en la villa. Figura su abuelo Nicolás nacido el 25 de agosto de 1719, su padre Juan Bautista el 11 de diciembre de 1755 y por fin el librero e impresor Nicolás Dalmazzo nacido el 21 de agosto de 1787.
Se casó con María Sagasti el 21 de julio de 1841 y eran los padres de Juan Eustaquio Delmas (castellanizado el apellido).



    PEDRO ANTONIO LERA
31 DE ENERO DE 1826, DOCUMENTO DONDE SE HACE
CONSTAR SU HIDALGUÍA Y NOBLEZA DE SANGRE.
Archivo Diputación Foral de Bizkaia



Pedro Antonio Lera Molinara era italiano, nacido en Palanzo que es un pequeño y bello pueblo a orillas del lago Como.
En el año 1812 ya residía en Bilbao y solicita que se le conceda la exención militar por ser extranjero e hijo de viuda sexagenaria.
Se somete a un expediente de Genealogía e Hidalguía y Limpieza de Sangre, donde consta su nombre completo Pedro Antonio Lera Molinara Coza Braga. El expediente registro 203 y genealogía 2603 de fecha 19 de julio de 1828.
María Juana Sabater Morales, nació en Deusto 24 de noviembre de 1792, era la mujer de Pedro Antonio.
María Juana Sabater Morales y Pedro Antonio Lera se casan el 17 de enero de 1816 en San Nicolás de Bari de Bilbao.
Los padres de Pedro Antonio eran vecinos de Palanzo y se llamaban Andrés Lera y Rosa Molinara,
La mujer de Antonio Scala, María Eladia Lera Sabater, es hija de Pedro Antonio y María Juana Sabater.
Pedro Antonio es comerciante, en el año 1834 con la primera guerra carlista pide que se le indemnice por la incautación de género por los carlistas.
Fue maestro guarnicionero y acabó suministrando armas, paños a los miqueletes. En el año 1841 participó en la sublevación, conflicto entre moderados y progresistas, una pugna al a favor y contra Isabel.
Le imponen una multa por considerarlo alemán, cuando él es de la Lombardía Austriaca, pide que se le rebaje la multa.
Pedro Antonio Lera vivió en Begoña donde poseía un caserío llamado Gorostiaga, en el barrio Matalobos.



LA CASA REFORMADA DE ULPIANO CAREAGA, PLATERO DIAMANTISTA Y DE ÁNGEL URALDE AÑO 1886.
QUE ESTABA EN EL PORTAL DE ZAMUDIO CASA NÚMERO DOS.
Del Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia.

LOS MASINO
Pedro Masino Chambeta casado con María Lera Coza y un hijo llamado Juan.
En febrero de 1804 María estaba viuda de Pedro y se había producido la quiebra del negocio familiar.
A su hijo Juan se le juzga por incumplimiento con su compromiso matrimonial, con una joven llamada Francisca Lorenzo Anchustegui y se da a la fuga en 1799. Se debió arreglar la cosa con dinero, porque poco después en el año 1801, Juan le reclama a su padre, unas herramientas de relojería que trajo de Ginebra y una cierta cantidad de dinero.
La joven agraviada Francisca se casó el 21 de mayo de 1800 con Agustín Yzaguirre Larrea, en la iglesia de San Nicolás de Bari de Bilbao.

Pedro estaba casado con María Lera Coza, emparentada con Maria Eladia Lera Sabater, otro hermano de Pedro llamado Antonio se casó con una hermana de su cuñada, se llamaba Natalia Lera Choza.
Antonio Masino de origen italiano en el año 1815 le dieron un plazo de sesenta días o la expulsión del Señorío de Vizcaya, sino acreditaba su genealogía y limpieza de sangre.
Se debió resolver favorablemente este trámite, pues años después figuraba en el censo de comerciantes de 1819, de la villa de Bilbao.



Año 1872, la platería y diamantista de ULPIANO CAREAGA.
Archivo Diputación Foral de Bizkaia.

Nos quedan algunos pocos plateros, por detallar los que estaban establecidos en el Casco Viejo de Bilbao del siglo XIX.
Se llamaba Ulpiano de Careaga Arrugaeta, tenía su tienda en la calle Cinturería uno, esquina con el Portal de Zamudio. Fue bautizado el 4 de abril de 1819 en San Antón y murió 14 de abril de 1895.
Sus padres se llamaban Liborio Careaga Ostolaza y Mari Carmen Arrugaeta Estellarte
Vendía joyería y bisutería de toda clase de oro y duble, compra oro, plata, pedrería fina.
Era perito en diamantes y platero en procesos civiles y hombre de fortuna, en Abando poseía caserías llamadas la de Recalde y Betolaza y alquila los terrenos para la extracción de mineral de hierro en 1873.
La explotaba Sloane Richards y se llamaba mina Eva.
Esta mina estaba en Iturrigorri y en 1888 acuerda la explotación con Eduardo Aznar de la Sota y Ramón de la Sota y Llano.

Lucas Abásolo Ocerin, tenía relojería y óptica en la calle Lotería tres.
Fue bautizado en Zeanuri el 18 de octubre de 1807, sus padres se llamaban José Abásolo Gortazar y Teresa Ocerin Soloeta.
Se casó María Juana Yraurgui Olibares el 7 de febrero de 1829 en Zeanuri. Murió el 27 de septiembre de 1854 en el pueblo donde nació. Fueron sus hijos los continuadores del negocio hasta nuestros días


Anuncio del Noticiero Bilbaíno año 1889.
ESTA JOYERÍA PERTENECIÓ A CONSTANTINO PAGANO, ALIAS EL ITALIANO,
NACIDO EN GÉNOVA, DE PROFESIÓN PLATERO.
FUE ACUSADO JUNTO DIONISIO GARCÍA FRAILE, DE CAMBIAR EL DIAMANTE 
DE UNA SEÑORA QUE LLEVÓ LA SORTIJA PARA TASAR POR UN DIAMANTE FALSO.
EN EL AÑO 1880, SU COMPINCHE DIONISIO GARCÍA ESTABA ACUSADO DE VARIOS ROBOS. EN EL AÑO 1894 EMILIO PAGANO ESTABA FUERA DE BILBAO Y EL AYUNTAMIENTO LE RECLAMO AL COBRO EL RECIBO DEL AGUA DEL ESTABLECIMIENTO.

Indalecio Uralde Oleaga, bautizado en San Antón el 1 de mayo de 1830, fue el iniciador del negocio, tambien artífice platero, perito tasador y cabo de barrio de la calle Tendería, en el número treinta y uno tenía la joyeria. 
Su hijo Ramón Uralde Naberan, bautizado en los Santos Juanes el 15 de diciembre de 1851, repara el órgano de la iglesia de Santiago, cuando era organista Juan de Amezu.
Su madre se llamaba Basil Naberan Laurado.
A la fecha de hoy, sigue existiendo esta joyería a la entrada de la calle Tendería desde el Portal de Zamudio y lleva el mismo nombre Uralde.


FERNANDO MONJE
Foto de El Correo

CUATRO GENERACIONES DE JOYEROS
Decía Manuel Basas que la tradición de la platería y la joyería viene de varios siglos atrás, en la villa mercantil y artesanal de Bilbao, fue con el asentamiento de la burguesía en la villa.
Amiga del buen vivir, pero dentro de puritanismo y las costumbres morigeradas de los bilbaínos.
Esto hizo que proliferasen los artesanos de estos metales y las piedras preciosas, también adornos artesanales de uso hogareño.
Juan Fernández Monje Otaduy en el año 1891 se estableció en Bilbao en la calle Cinturería dos, era de origen vitoriano.
Un veterano de ese oficio en Bilbao era Eusebio Lecea Echevarría y su hijo, Galo Ampudia, Villodas, Alfredo Álvarez, Uralde con varias generaciones.
Juan Fernández Monje Otaduy se casó María Luisa Abrisqueta Artadi y tuvieron dos hijos, uno de ellos falleció prematuramente y el otro Fernando fue el continuador de la dinastía, bautizado el 31 de mayo de 1881.
El apellido Monje lo relegan al tercero en los documentos oficiales de la época.
Fernando compró el local contiguo al suyo en la calle Cinturería, que era propiedad del francés José Soupene, de oficio relojero, óptico, platero y joyero.
Fernando murió al final de la guerra civil, en 1939 y en su vida profesional tuvo relación con la Bolsa de Diamantes de Amberes.




FIN

Guía Histórica de Fondas de Bilbao, Antonio Fernández Casado.
Hemeroteca de EL CORREO.
DOKUKLK
Archivo Diputación Foral de Bizkaia.
Los menús del día de hace cien años de Manuel Basas, EL CORREO.
Cuatro generaciones de joyeros, de Manuel Basas, EL CORREO.

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