fernando castro y fermín salaverri |
En septiembre del año 1952, cuando Juan Irigoyen y José Ramón Basterra “Aitona” impartían su magisterio en el mundo “pelotazale”, don Juan en “La Gaceta” y “Aitona” en “El Correo”, un joven de 28 años llamado Fernando Castro, ganaba el campeonato mundial de Pala, formando pareja con Fermín Salaverri, en el frontón Urumea de San Sebastián.
Fernando nació el 18 de julio de 1924. De muy niño le oía cantar a su madre esta canción tan popular a principios de siglo: “¡No hay pelotari en el mundo como Txiquito de Abando!”.
Parece ser que se inició en el frontón de Elorrio jugando a mano, pero terminó pasándose a pala, su amor definitivo.
Conquistó numerosas victorias entre las que destaca el Campeonato Vizcaíno de Pala Corta el 8 de febrero de 1948, de pareja con Otxandiano. El 14 de mayo de 1949 se alzó con el título de Subcampeón Nacional de Pala Corta de pareja con Ignacio Guisasola. Siendo pareja con Morales llegó a la semifinal de Pala Corta el 19 de mayo de 1950. Ya en 1951, el 27 de mayo, se hizo, junto a Salaverri, con el campeonato de España. Con el Club Deportivo participó en los Mundiales de Uruguay en 1954 y en los de Francia en 1962.
En los años 60, colaboró con Radio Juventud y con Radio Nacional como comentarista de pelota vasca. Tiempo después pasó a la prensa escrita, en la Gaceta del Norte, donde eran famosos los artículos de pelota de Don Juan Irigoyen, “Porrusalda pelotística”. Parece ser que fue su protector. En el año 1977, pasa a Deia, periódico en el que permanecerá hasta sus últimos días.
Era defensor rabioso de la tradición en el mundo de la pala. En sus “Temas de actualidad”, en Deia, son famosos algunos artículos como “Los enterradores de la pala, tendrán que esperar” o “Daño irreparable”.
En el año 1952, en el frontón del Club Deportivo, Salaverri y él reciben un homenaje, en el que se les hace entrega de un diploma y una medalla, de manos de Don Faustino Díez (Presidente del Club y pelotari). El 4 de octubre de 2007, recibe el premio Bizkaia Kirolak por su dedicación al deporte.
Fallece en Bilbao el 13 de julio de 2008. La siguiente cita podría ser el resumen que compendía su vida:
“Soy un enamorado de la pala y no solo por haber sido un fiel y constante practicante durante muchos años, sino porque la considero la más bella, viril y espectacular especialidad”. Fernando Castro.
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