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martes, 23 de noviembre de 2010

INUNDACIONES-HISTORIA DE LOS "AGUADUCHOS" EN VIZCAYA

La Naja en 1858-Biblioteca Nacional de Madrid
El día 5 de Noviembre,en otro más de los artículos englobados bajo el título genérico de "Lo pasado en Vizcaya" se hace referencia al tema que tanto impacto ha causado en España por lo tocante a Murcia,con el subtitulo "Inundaciones".

Al mismo tiempo que los bilbaínos nos condolemos profundamente del inmenso infortunio que por causa de las inundaciones, experimentan las provincias del Sureste de España.Damos gracias a Dios porque nos vemos libres de calamidades análogos,muy frecuentes en nuestra Villa hasta tiempos bastante cercanos al nuestro.Los aguaduchos,como a las grandes avenidas se llama,no sabemos porqué,pues el diminutivo era lo que menos les convenía,son la gran calamidad más frecuente y desastrosa que suena en los anales de Bilbao.
Todavía nos asombramos al ver una raya y leer una inscripción que en la subida del Puente Colgante de la Rivera nos indica la increíble elevación que alcanzaron las aguas en el terrible día 20 de Mayo del primer año de este siglo.
En otras comarcas es causa principal de las inundaciones la gran extensión que recorren los rios.Aquí no los favorece esta circunstancia,porque la cordillera pirenaica cantábrica donde tienen su origen los de más largo trayecto,apenas distan diez leguas del mar,pero en cambio en las marismas,o sea en la extensión a donde las aguas del mar alcanzan en las mareas,el encuentro con la fluvial agrava notablemente el estrago de las avenidas,impidiendo el curso de los rios y haciéndolos desbordar furiosamente.Este encuentro era el que en Bilbao,a la que la pleamar alcanza,hacía temibles los aguaduchos.

Papeles viejos que hemos visto dicen que en la terrible avenida del 22 de Setiembre de 1523,las mareas del equinocio de otoño fueron tan asombrosamente vivas que en el rio de Somorrostro,habiendo destruido la avenida  todas las presas,alcanzó la marea del día hasta Ballibian,concejo de Galdames,cosa que parece increible,pues este punto no bajará de cincuenta pies sobre el nivel del mar,cuyas mareas vivas no pasan del puente de Santelices.Este fenómeno debió ser lo que más contribuyó en Bilbao a que aquella avenida fuese aquí las más terrible de que hay memoria.



Grabado antiguo de Bilbao,Biblioteca Nacional de Madrid
A poco de fundarse la Villa en 1300,se empezó a conservar memoria de las grandes calamidades que la afligían.Así es que tenemos noticias,muchas veces circunstanciada,desde 1380,de las principales avenidas experimentadas en Bilbao.He aquí una nota de ellas:
15 de Abril de 1380,causó grandes estragos en toda Vizcaya y particularmente en Bilbao y sus cercanías,donde se llevó el puente de la Villa y cuantos molinos y ferrerías había en Galdácano y Arrigorriaga de abajo.
15 de Abril de 1402,para calcular lo copioso y por tanto lo terrible de esta avenida,basta saber que el agua se llevó el puente de Castrejana,que era de tanta luz como el del actual y arrastró el puente.
29 de Abril de 1408,la avenida derribó la mitad del puente y la Rentería de Bilbao.
27 de Junio de 1440:derribó el puente de Bilbao cuyo arco principal se acabó de cerrar el 14 de Setiembre del año siguiente.
El día 22 de Julio de 1447,gran avenida que causó grandes estragos en Durango y Bilbao,cuyas calles se inundaron hasta gran altura.
El día 2 de Setiembre de 1481,otra gran avenida.
En el año 1552 se llevó muelles y rampas en la Plaza Vieja de Bilbao,que se había construido en 1402.
El día 14 de Setiembre de 1553,la avenida derribó el arco menor del puente de Bilbao y entre los fenómenos a que dió lugar,fue el haber arrastrado la casa de Pedro de Muxica,dejándola íntegra en Albia,en un terreno:con cuyo dueño tuvo pleito el de Muxica,creyéndose dueño del nuevo solar.El comendador Alonsótegui cantó en 39 octavas reales esta catástrofe.
23 de Mayo y 29 de Setiembre de 1581,grandes avenidas
22 de Setiembre de 1593,a esta avenida llaman los historiadores "gran diluvio".Los vecinos de Bilbao salieron de sus casas con el agua a la cintura y subieron a refugiarse en el Santuario de Begoña,arrastró el agua la calle Urazurrutia,derribó un arco del puente de San Antón y las casas de la contratación y del Ayuntamiento que estaban contiguas a él.Los buques surtos en la ría rompieron amarras y andaban por las calles causando grandes estragos,particularmente uno de setenta toneladas y una pinaza que se quebró contra una viga,junto a la Iglesia de Santiago.El agua inundó la iglesia y el convento de San Agustín.Hay relación de esta gran catástrofe impresa en Bilbao por Pedro Cole de Ibarra.

8 de Setiembre de 1651:otro gran diluvio.Cuéntase que bajándose la Virgen de Begoña hasta el convento de la Cruz,empezaron a descender las aguas.
El día 15 de Junio de 1762 las aguas subieron hasta los pisos principales de las casa de Bilbao.Los estragos en toda Vizcaya fueron grandes.
21 de Junio de 1775,grandes estragos por las avenidas en las provincias Vascongadas y Rioja.
23 de Junio de 1778,enorme cantidad de piedra y agua y un huracán que acabó de asolarlo todo.
25 de Mayo de 1801,la señal que subsiste en el estribo del puente colgante,manifiesta lo terrible que fue la avenida..

Las avenidas en Vizcaya han disminuido por una causa muy triste,que es la disminución del arbolado en las montañas,hoy casi enteramente calvas.En Bilbao han dejado de ser peligrosas por una causa muy satisfactoria,que es la de los cortes de la ría,verificados en nuestro tiempo.
No se olvide aquí y en todas partes que la mano del hombre puede aminorar estos grandes cataclismos.
IRURAC-BAT

FAMOSA INUNDACIÓN DE AGUAS EN BILBAO:
Siglo un tanto fatal fue para Vizcaya el XVI.En él ocurrieron tres inundaciones,hubo peste,se perdieron en muchos años las cosechas,y en las guerras de Flandes y Francia murieron muchos hijos de nuestra tierra.El día 22 de Septiembre de 1593 tuvo lugar la terrible inundación,que llenó de luto y espanto a la pacífica Bilbao.Según una relación de la época,sería media noche del citado día cuando un rumor extraordinario despertó al pueblo de Bilbao.Este terrible rumor lo producía el Nervión,saliéndose de su cauce a consecuencia de las muchas lluvias ocurridas por entonces.El mayor espanto se apoderó del vecindario todo,el cual sin pensar en poner a salvo ninguna de sus joyas,ni prendas más queridas,entero fue a refugiarse en el Santuario de Begoña.Los ladridos de los perros y los relinchos de los caballos,que se ahogaban,mezclados con los alaridos humanos,producían una inmensa algarabía,que vino a aumentar la zozobra de los que a hora tan intempestiva se veían atacados por las olas del Nervión.Una calle entera de Urazurrutia desapareció río abajo,así como una porción de infelices que no tuvieron el tiempo suficiente de huir del peligro.
Todas le embarcaciones surtas en el rio desamarraron de los muelles,y a merced de las olas anduvieron por él,hasta que se destruyeron.También un ojo del puente de San Antón fue destruido por el ímpetu de las aguas.Las casas del común y del cabildo y una gran suma de municiones y armas que para el servicio del rey se tenían guardadas en la Alhóndiga siguieron asimismo el camino que procedentemente habían llevado la calle de Urazurrutia y el puente de San Antón. Otra porción de casas particulares y grandes cantidades de mercaderías sufrieron igual suerte,de manera que los mercaderes viéronse literalmente arruinados,tanto que hubieron necesidad,luego de pasada la tormenta,de mendigar para sustentarse como lo refiere Pedro Ibarra.
Los frailes agustinos,cuya iglesia había sido invadida por las aguas,en la imposibilidad de salir de su convento,se mantuvieron en él encomendados a Dios y con el Santísimo de patente.Un tabernero cuya casa fue demolida,se subió a un árbol con sus dos hijos y otro hombre.Y así pudieron librarse del peligro.Otras personas agarraronse a maderos flotantes y bajaron por el rio hasta las boyas de Portugalete,donde la mayor parte se salvaron.
Un buque de 60 toneladas,que mandaba su dueño Hernando de Lopategui,vecino de Górliz,y que estaba amarrado al cementerio o atrio de la Iglesia de San Antón,cuenta Ibarra que soltó sus amarras e internado en el pueblo por las aguas,recorrió de este modo de sus calles derribando varias casas y maltratando las torres de Doña María Saenz de Bilbao,Juan Martínez de Alday y de Urtuño de Zamudio,que eran personas de las principales de la villa.También anduvo una pinaza por las calles de Bilbao,pero acertó a tropezar con una gran viga traída por las aguas al atrio de Santiago y se fue de este modo a pique.Las aguas llegaron a tapar los tejados de muchas casas y los cuerpos de los difuntos,que entonces se enterraban en las iglesias,arrancados de los sepulcros y mezclados con reliquias,santos y ornamentos,corrieron también al rio abajo.En aquel día feneció Antonio Murueta,señor de Murueta,caballero de importancia en el valle de Orozco.Por querer sacar de una herrería de su pertenencia unos barquines,se ahogó en ella con doce hombres,y al día siguiente fueron encontrados en Miravalles.
En muchos años no pudieron reponerse de los estragos de aquella catástrofe,se sintió el hambre y casi todas las familias tuvieron alguna pérdida.

AGUADUCHOS
Aquél miércoles de 1858 estuvo hecho una regadera,desfilando primero siri-miri y luego volcándose las cataratas de las nubes.
Las calles bilbaínas quedaban tan solitarias como cuando ahora en el extranjero la fuerza pública desde los aljibes disuelven las manifestaciones poniéndoles a remojo.
Llovía tanto que a las cuatro o cinco de la madrugada del jueves 6 de mayo,los serenos cantarían alarmantemente:"Las tantas y las aguas subiendo",refiriéndose a la ria.Y que jueves aquel de mayo de hace 97 años.Como el jueves de octubre de 1953,precedido del domingo 27 de setiembre,pasado también por agua,solo que peor.
Porque entonces la ria sacó el pecho  afuera para las doce del medio-día las casas del Casco Viejo empezaron a reflejar su imagen invertida en el cristal de las aguas.Y a las tres de la tarde Bilbao era una Venecia surcada por botes y chanelas de babor a estribor y de este a oeste.
El paseo del Arenal entonces en la misma rasante del muelle,los barcos veleros y lanchones salieron a bailar el vals de las olas por entre troncos del hermoso arbolado.
Los carromatos de trajinantes dice Arriaga y los machos de los arrieros,que tenían su punto de parada y descanso en la Plazuela de los Santos Juanes,flotaron también como corchos o como pardos y extraños cachalotes.
En el Suizo,los de la Pastelería con su habitual y ocurrente disposición e inventiva habilitaron botes y chanelas y hechos unos boteros del Nervión,salieron bogando y singlando los alegres tripulantes.Amarraban sus embarcaciones en el aldabón del portal,subían a los pisos de las familias conocidas y sitiadas ofreciéndose galantemente entre bromas y algazara,para surtirles de vituallas y cuanto necesitasen en el forzoso confinamiento.
Otros provistos de cestillas y largas cañas simulaban desde el balcón del primer piso,dependientes también del Café Suizo,pescar a rio revuelto.....
Seguía lloviendo con un duro viento del N.O. y cuando empezó a oscurecer y eran más de temer los estragos,porque la pleamar correspondía a las diez y cuarto de la noche,cesó de llover largos intérvalos y la confianza renació en los corazones.
Menos mal que durante la mañana y primeras horas de la tarde,las narrias,carros de bueyes y las tendas de cargueras y cargadores,las de embaladores y de cuantos mozos se presentaban,hallaron ocupación sacando de almacenes y depósitos de comercio las mercaderías para ponerlas a buen recaudo en entresuelos y primeros pisos.Operaciones en este caso importantísimas,cuanto que en lonjas y tiendas había grandes existencias de azúcar,cacao,harinas,hilazas y otros artículos más o menos fáciles de averiarse.
Pero si la villa salió bastantente bien librada de este sonado "Aguaduchu",no sucedió lo mismo en las inmediaciones.Desde la fábrica de Bolueta,completamente anegada,hasta los señores de Ybarra Hermanos y Compañía de Desierto sufrieron principalmente las próximas a la isla.

Tremendamente bello resultaba que ofrecían ese día los Caños,la isla de la Peña y el Pontón,donde las aguas chocaban y se desplomaban desde las presas,masivamente con terrible estrépito.
Nuturalmente el fenómeno provocó no pocos episodios curiosos.
En frente de la Salve estaba fondeada la corbeta "Gertrudis"y cuando su tripulación intentaba dar calabrotes al buque desde este muelle,en uno de los viajes la lancha fue arrollada por el ímpetu de las encrespadas aguas.Seis marineros quedaron agarrados o suspendidos de la cadena,mientras el capitán caía al agua,vestido y calzando grandes botas de mar.
Nadando desesperadamente logró llegar a la orilla cerca del astillero del señor Saralegui,a unas cien varas de donde había caido al agua.Salió a la orilla y ante el asombro general ,acudió de nuevo a poner en seguridad su nave ayudado también por operarios de la fundición del señor Sagardui y del cordelero de Deusto señor Oco.
Pero el bravo y experto capitán de la Gertrudis don Santiago Aldámiz,caía a poco desvanecido.Algo repuesto y desoyendo todas las prevenciones el capitán Aldámiz,después de veinte horas de lucha y de  inminente peligro,secundado por la tripulación que durante ese tiempo permaneció sin comer,logró ver salvada su hermosa corbeta.
El puente de la Isla lo llevó la riada y a la vista del Arenal pasó vivo aún,luchando con la corriente un caballo o mulo.
Tres gabarras desamarradas pasaron por la Rivera y cuando la gente pensaba que se estrellarían,contra los machones del puente del Arenal,atravesaron los dos ojos del puente,precipitándose una de ellas contra las quillas de la goleta" Ea"y el lugre" Corzo" y el quechemarín "Busca la vida" yéndose a pique.
En Olaveaga atravesaban la ría los tripulantes del bergantín"Somorrostro"para echar un calabrote en tierra cuando la corriente volcó la lancha en que temerariamente iban.
Pudieron salvarse suspendiéndose de las cadenas del buque.
Una parte del convento de las monjas de la Merced se desplomó con terrible estrépito,ese jueves por la noche.
En el teatro no hubo función porque el edificio tenía una vara de agua dentro.
Rubricó aquella jornada la nota de sano y comunicativo optimismo de los ínclitos socios de "La Pastelería",que cuando al anochecer con la vaciante de la marca el agua fue bajando a nivel,a bordo de una chanela surcaban las calles cantando unas barcarolas que solían interpretar deliciosamente.
El efecto fue magnífico,realzado por las luces que reflejan sobre las aguas y deslizándose sobre ellas hasta llegar con chanela y todo hasta el Suizo,su punto de partida,que a la sazón calaba tres pies de agua.
La diligencia de Orduña no pudo pasar de Arrigorriaga en cuya taberna tuvieron que habilitar más de veinte camas.El correo de Orozco,a punto de ser arrastrado por las aguas,pudo ponerse a salvo volviendo a Arrigorriaga.
En Bilbao aparte de las averías en tiendas,lonjas y almacenes,el aguaduchu destrozó la Pescadería y las verjaso barandilla del muelle de la Ribera,del Arenal y de la Sendeja.
Esta avenida del mes de mayo de 1858 fue mayor que la de 1845 y la más aparatosa del siglo después de la  del año 1801.
Su elevación máxima se calculó en veinte pies,habiendo marcado 79 centímetros por fuera de las casas del Boulevard.Veinte pies subieron las aguas sobre su nivel ordinario,pudiéndose calcular trece sobre las aguas vivas.Hubo casa del Boulevard con vara y cuarta de agua por hallarse su suelo más bajo que el pavimento exterior.
Las autoridades de aquella memorable ocasión,con motivo de la inundación de este otro jueves 15 de Octubre de 1853 actuaron con redoblado celo,rapidez y eficacia.
Así fue como a grandes rasgos de impresionante y espectacular para los bilbaínos,aquella avenida o aguaduchu de la que se libró la calle de la Ronda y algún  otro paraje por la elevación de sus pisos y que un chimbo magistral constumbrista,don Emiliano de Arriaga,describió con este pareado.
                                                        "Suceso grandioso y bello
                                                         púsoles el agua al cuello"
Tres días después de este aguaduchu sobrevino en el Paseo de los Caños otra clase de episodio acuático que también impresionó fuertemente a cuantos presenciaron.
Un niño de cuatro o cinco años jugaba sobre el pavimento enlosado de este paseo de los Caños,bajo el cual corrían las aguas que venían del la Alberca*.Sin advertir que faltaba una losa,el chiquillo cayó dentro del angosto cauce,siendo arrastrado por el agua.No había forma de extraer al desgraciado de aquél lugar cubierto,ni él tuvo fuerzas suficientes para contrarrestar la corriente.
La angustia de cuantos presenciaron el accidente no se disipaba,cuando con la natural emoción vieron poco después que el niño envuelto en un torrente de los que sirven de desagüe al citado cauce y se precipitaban en frente de la Isla,caída sobre unas peñas quedando detenido a la orilla misma del rio.
Don Fausto de Olabarría desdeñando el peligro bajó al rio y tomó en sus brazos al chico,que estaba exánime y sangrando de cabeza y cara.
A pesar del agua que tragó en su viaje subterráneo y del tremendo golpe recibido al ser precipitado por el desagüe o vertedera del rio se encontraba bastante aliviado,cuando en el Hospital Civil le atendieron fue conducido a su domicilio.El chico menos afortunado que el Moisés de la historia sagrada,era hijo de don Joaquín Damborenea,maestro alpargatero que a la sazón se encontraba detenido en la Galera
*El gran depósito de aguas donde vertían las de los Caños la Alberca estuvo en el solar ocupado hoy en la Ronda por el edificio de la Caja de Ahorros-Monte de Piedad Municipal.Desde la Alberca se distribuía las aguas para la limpieza de las calles..


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