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lunes, 7 de diciembre de 2009

“EL HOMBRE DE LAS CAVERNAS”

ANTONIO FERRER BOLART, 1900-1976, ES EL PADRE DE LA ESPELEOLOGÍA EN BIZKAIA.

Antonio nació en Las Arenas, 3-12-1900, su madre Isabel Bolart, su padre Miguel Patricio Ferrer Malzarraga, con su hermano Rafael fueron los pioneros del fútbol en Bizkaia, en aquellos campos gloriosos de Lamiako, de los ingleses y de la campa de Santutxu (el apellido Ferrer es originario de Andrach, Mallorca).

En ese ambiente deportivo se crió Antonio. Sabemos de sus actividades deportivas por los periódicos de la época, la natación, los saltos o cabizbajos, en la embarcación fondeada en El Abra, propiedad del Club Deportivo “La Txata” o los muelles del puerto. En la especialidad de salto ganó muchos premios, hacían figuras como Carpa, El Ángel, Patada a la Luna, etc. Y se formaban equipos de competición apodados: Los Patos, Los Nietos de Poseidón, etc… Práctico el esquí, el slalom, con sus hermanas, Conchi e Isabel, en el año 1923. Figuran como iniciadoras del alpinismo femenino en Bizkaia.

Con su hermano Miguel, hicieron alguno pinitos automovilísticos en el año 1925, la cuesta de Urkiola, quedando Miguel primero y Antonio segundo, con un Austín.Los dos hermanos tenían en Bilbao la representación de la casa Austín.

Como todos los montañeros de principios del siglo, era un buen ciclista participando en las pruebas sociales del Club.

Se sabe que en el año 1917 empieza explorando simas y cuevas, como complemento a su actividad montañera. Es el padre de la espeleología en Bizkaia. Antes de 1936, Ángel Sopeña, ilustre montañero del Club, en el semanario “Norte Deportivo” le puso el apodo de “El Hombre de las Cavernas”. Antonio hacia gala de ello y llevaba consigo una sortija, con un hombre primitivo y un cráneo de oso.


Pero Antonio Ferrer es sobre todo conocido por su afición montañera. No es un simple montañero, es un divulgador de la montaña y un estudioso de la misma, en la revista Pyrenaica lo definen como: “Espíritu observador y perseverante, con su carnet de notas y su insaciable kodak, Ferrer es de la escuela del Club Deportivo, escuela de músculo y energía”.

Sus actividades montañeras son abundantes y variadas. Año 1922, Picos de Europa, 1924, medalla de oro, finalista Cien Montes, año 1923 vocal de la Comisión de Montaña del club. Agosto de 1930, el Aneto-Maladeta, septiembre de 1930, La Peña Santa de Enol. Su hazaña máxima fue el 18 de julio de 1935 El Cervino o Matterhon de 4.482 metros en los Alpes Suizos, sin guías, con su compañero Jesús Azpilicueta. Antes los escalaron Andrés Espinos y Ángel Sopeña.




En el descenso del Cervino, unos guías que acompañan a dos alemanes, elogian la ascensión de los dos vascos, “son ustedes buenos marchadores por roca”, elogios que no suelen prodigar a los que van por solitario. 14 horas en total hasta el refugio de Hornlt y luego bajar a Zermatt.

En el periódico El Sol de Madrid,periódico fundado por Nicolás María de Urgoiti el año 1917.Pedro Rico un periodista bilbaíno que hizo sus primeros pinitos en el Excelsius de Bilbao.Escribe un bellísimo artículo sobre Antonio Ferrer:EL SOL 28 de Agosto de 1935
FERRER EN EL MATTERHON:
La calidad internacional de nuestros escaladores no somos adoradores del alpinismo de alta montaña.No somos admiradores del "varape".amantes de la "tachuelita" vasca así llaman allí a sus pequeños montes,tenemos un sentido del alpinismo completamente paradisiaco,bucólico,que harto ataca la altura del reloj cardíaco para dominar la víscera,todavía con esas angustias de la encordada y de la escarpia.
No obstante sentimos en nuestra veteranía el natural orgullo de ver como se asoma al exterior nuestro clan alpinista,codeándose con los grandes especialistas centro europeos y dominándolos a veces en gestas como esta del vasco FERRER y el navarro AZPILICUETA.
Esta vez hay algo de eso pero más que a otra cosa.Estas lineas tienden a perfilar sobre el papel un boceto de este gran alpinista que escalando el Cervino,mucho más difícil y peligroso que el Mont-Blanc,ha galardonado con un entorchado,más este deporte nuestro,que ahora fructifica en el exterior con destellos de alta clase después de veinte años de espontánea perfección para uso interno.
No es esta la primera vez que sobre las altas cimas del mundo arbolan las grimpolas de nuestros clubes alpinos.Recordándonos a ESPINOSA,el solitario de las grandes escaladas,,tipo místico,asceta,misántropo,que en sus peregrinaciones,con su agudo perfil de vasco,parecía predicar una misión hasta ahora silenciada ejercida sin hábito castrense,en un nuevo tipo de peregrino con botas de clavos,en lugar de sandalias,sin calabaza,pero con mochila
En este caso para nosotros FERRER es un caso,se analiza otro tipo más humano,pero vasco de buen  del vivir,que es buen comer y buen beber.
Gran tipo ANTONIO FERRER otro gran internacional del deporte español.Aun recordamos sus tiempos mozos,tipo calcado sobre el de " brouillard,especie de Boy-Scout,fino lebrel criado en el Abra entre sol y olas,asoma al deporte vasco sobre ese "pepiniere" del CLUB DEPORTIVO ,como una cría de aquella pollada de los "BANDRES,DUÑABEITIA,DAPOUSA,forjadores de toda una juventud hoy ya madura.A su sombra crece como un retoño y junto a ellos germina brioso y potente,fino y vibrante como un fleje de acero,el deportista multicolor,turista,nauta,fotógrafo,motorista,patinador......
Pero sobre todo Ferrer se hace alpinista y sobre todo chapa de alpinista se bruñe un apóstol,un divulgador,FERRER harto de experiencia,en su precoz juventud deportiva hace también literatura.Con su pintoresco seudónimo "El hombre de las cavernas",el alpinista se hace un literato como un Pierre Lotti o un Baroja.
Los años van madurando su preparación,más no aplacan su brío y la escalada del Cervino,cúpula con un "cap" de internacional una vida joven,pero ya larga intensa de deportista,de divulgador,de apóstol.No es FERRER uno de esos escaladores,picado de cordura y de solitaria gateadura por fallas,paredes y pedrizas.
FERRER es el deportista multiforme,verdadero brillante tallado en rosa que lo mismo hace camping que un crawl,que un salto de carpa y junto a todo ello un artículo,un croquis o un libro sobre montañismo,una charla o una conferencia formal,con proyector agua y azucarillo.
Años de convivencia de afectos y cordialidades,nos unen al escalador del Cervino.Viejos ya,proyectamos con limpios perfiles,al verle maduro,tan modesto pero pleno de frutos sobre el vasto campo del deporte vasco.
Con sus hojos claros,reflejos del mar y del cielo claro de las montañas hijas del Pirineo,FERRER habrá  visto desde el Cervino lo que nuestra imaginación también ve.Toda una juventud dedicada a cultivar ese fino humor de "sportman" del glorioso "CLUB DEPORTIVO DE BILBAO"
Porque al hablar de FERRER,vasco injerto,no se puede olvidar su escuela,moral y física forjadora de tantos atletas sin narcisismo de "recormen",sin ansias de exhibición,hambrientos de aire y de sol.Generosos del sano jolgorio del juego físico.De tantos atletas que sin darle importancia hacen suavemente brillar el deporte vasco,por el mundo escalando el Cervino,explorando la India,rompiendo guantes de boxeo por América,punteando a golpe de pedal un campeonato del mundo o haciendo junto a los mejores internacionales un "four some" sobre un "green" solo reservado a los grandes ases del golf.
Madrid,en la Pedriza del Manzanares-PEDRO RICO 28 de Agosto de 1935.

Antonio se define (año 1941): “el montañero no es un simple paseante, ni malabarista de los riscos, es a la vez investigador, geólogo, fotógrafo, folklorista. Las cualidades de un buen
montañero son: inteligencia, calma, corazón y prudencia”.

Sus conferencias montañeras y exposiciones fotográficas alternan con la presidencia de la Comisión de montaña del Club en 1936 y tesorero Contador en 1928, con sus artículos periodísticos excelsior- hoja de montaña-hierro-gol y la publicación de sus libros: “Nuestras montañas”, “Cimas españolas”, “Crestas del Duranguesado”, “Manual del Alpinismo” y “Los valles del pirineo español”. En el año, El Club Deportivo crea el grupo de espeleología: formado por Eugenio Sojo, Javier de la Hidalga, Celso Negreruela, Ernesto Nolte y al frente del mismo Antonio Ferrer.

Hacia la mitad de su vida desarrolla otra actividad de trabajo, apuntes de montaña, con dibujos a plumilla, textos y rutas, junto con sus partes de mérito, que la comisión de montaña conserva con esmero.

Murió el 6 de diciembre de 1976, tras una vida plena de amor al deporte. De carácter apacible y bondadoso, sus compañeros de Kobbie le dedicaron este soneto:

Que la oscuridad de las cavernas y la tierra de estas montañas que tanto amó le sean leves.

A su hija Margarita Ferrer

ALPEXTRIX NEMO
Rugosidad tangible de natura,
ímpetu fogoso y exultante
que caza el foco de la órbita vacía
sobre llanura verdoyante.
Llagas de acero triangular cicatrices hieráticas
como núcleos monoclinales.
Sobre ellas el alirón picudo y profundo
traza espirales lúbricas y nausebundas.
Huesos con pelos,aliento mefítico de ocaso
abriéndose paso con rotura hiperbólica
de guedejas hidrófilas
y graznidos broncos de vegetal yacente
Las pulsaciones del esqueleto amorfo
aullan su verdoso centelleo al rapsoda
miopizando su funcional sanguíneo
con el ingente laudo de su prosapia
y en el vórtice somnoliento del azimut
rutila la rupicapra de ojos turgentes
Si su triángulo se moja en el éter invertido
y sus vísceras sordas quedan mordidas hacia adentro
por fauces bermejas de fibrinas sin espinazo caliente
no cede un ápice en su pujanza sensorial
el efebo pigmetizado por el pletro inarticulado
domeñando los claustros excrescentes con sabia lentitud
Sobre la faz impoluta impera el sistro locuaz
fulgen ramajes sincronizados monoritmicamente
la belleza de sus nervaduras líticas
convergen azulinas hacia el ojo cristaloide
pero sobre las llamaradas acuosas del ritmo
el rapsoda domina iconoclasta el auruspice geológico.

NOCTAMBULA
Chispea el clépodo dentado
ante el ímpetu del choque sordo
contra la muda verruga
que natura puso en el camino.

Astrología amorfa,luz linfática
que muerde la senda platinándola
con parches subterráneos e inermes,
siluetas paradógicas arborescentes
que aullan al rapsoda noctámbulo
elegías silúricas
mezcladas con acuosos lloros.

Todos es placidez monocorde y armonía
en la noche glauca del alpino
que rupicabrea hacia el vórtice
del rugoso exabrupto de Natura

Y al llegar al asilo
que emerge amaranto al pie del coloso
el trotador emotivo y citereo
expande su intelecto
hacia el Arquitecto macrocósmico
fecundador polimórfico que
ostentaculiza sus obras para
el vil gusano andaroso
Poesías de ANTONIO FERRER BOLART

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